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Arthur Rimbaud (1854-1891), poeta francés adscrito por igual al simbolismo y al decadentismo, destaca por su idea del poeta como médium. Comenzó a escribir muy joven Le bateu ivre, texto al que se refiere la cita, que publicó a sus 16 años. Sus escándalos y su relación con Verlaine, le hacen acreedor del título de Poeta maldito: «Et j'ai vu quelquefois ce que l'homme a cru voir. J'ai vu le soleil bas, taché d'horreurs mystiques,/ Illuminant de longs figements violets,/ Pareils à des acteurs de drames très antiques/ Les flots roulant au loin leurs frissons de volets!». Le bateau ivre et autres poemes (1871), p. 10. (Traducción: «Y algunas veces vi lo que el hombre creyó ver. Vi el ocaso del sol, manchado de horrores místicos,/ iluminando coágulos largos y violetas,/ A lo lejos como actores de dramas muy antiguos/ Las olas que rodaban a lo lejos sus escalofríos de postigos»). (N. del E.)

 

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Conocido como Pere Hyacinthe, su nombre era Charles Loyson (1827-1912). Famoso por sus sermones en Notre Dame, fue excomulgado en 1869. Posiblemente la referencia a M. Farcot, se trate del ingeniero y físico promotor de la navegación aerostática y propulsor de una bomba de agua. (N. del E.)

 

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«Oda a Felipe Ruiz». En los versos siguientes: «Felipe, y en la rueda,/ que huye más del suelo, contemplar la verdad pura sin duelo?/ Allí a mi vida junto,/ en luz resplandeciente convertido,/ veré distinto y junto/ lo que es y lo que ha sido,/ y su principio propio y ascondido». Poemas de Fray Luis de León. Barcelona: Lingkua, 2007, Oda X, p. 58. (N. del E.)

 

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Andrés Fernández de Andrada (1575-1648). En la actualidad se ha confirmado su autoría, Epístola moral a Fabio y otros escritos, (Ed. D. Alonso. Estudio preliminar J. Alcina y F. Rico. Barcelona: Ed. Crítica, 1993, p. 82 y 83). Durante mucho tiempo se consideró de autor anónimo sevillano. «Sin la templanza ¿viste tú perfecta/ Alguna cosa? ¡Oh muerte! ven callada,/ Como sueles venir en la saeta,// No en la tonante máquina preñada/ De fuego y de rumor; que no es mi puerta/ De doblados metales fabricada». (N. del E.)

 

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Antonio Zaragoza (1855-1910), colaborador de la Revista Nacional de Letras y Ciencias de México, 1890. «Poema L», en «Recuerdos» (Primeras obras, Tepic, 1882, pp. 24-25). Es el poema más citado del autor. Gutiérrez Nájera en sus crónicas se refiere a ambos versos, (Cfr. «Los recuerdos de usted y los recuerdos míos. Carta a Antonio Zaragoza»: «amo esas poesías de usted que duran lo que un beso, lo que una poesía, lo que una lágrima». M. Gutiérrez Nájera, Obras, Crítica Literaria, I. México, UNAM, 1959, p. 309). Amado Nervo hará referencia al amigo en sus Crónicas, «Semblanzas íntimas. Antonio Zaragoza»: «de él puede decirse lo que de la poesía se dijo: "il est venu d'une patrie lontaine. También le dedicará una nota necrológica (1920). (Obras Completas. Algunos, Crónicas Varias. Tomo XXI. Edición de Alfonso Reyes, Madrid: Biblioteca Nueva, 1928, p. 13) y el poema «Venite adoremus» (Místicas, 1898). (N. del E.)

 

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Marceline Desbordes-Valmore (1786-1859). «Renoncement» en Poesies inedites (Généve: Imprimérie de Jules Fick, 1860, p. 147). Seigneur, quand tout ce sel aura lavé mon âme, Vous me rendrez un cœur pour vous aimer toujours! Fue la única mujer recogida en los Poetas Malditos, de Verlaine (ed. 1900 Oeuvres Completes). (Traducción: «señor cuando toda la sal haya lavado mi alma, Tú me darás un corazón para amarte siempre». «Todos mis asombros terminaron en la tierra, todas mis despedidas se han hecho, el alma está dispuesta a no obtener sus frutos protegidos por el misterio, que tan solo la muerte casta se atrevió a recoger»). (N. del E.)

 

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Variantes: J. M. Martínez, desde «¡En tu París...», Méndez Plancarte señala la que se escoge para esta edición «¡el gusto por la vida...» [Méndez Plancarte, J. M. Martínez]. «¡Y acaso...». [Méndez Plancarte, J. M. Martínez]. (N. del E.)

 

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Antes: «ignoro». [A. Reyes]. (N. del E.)

 

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Antes: «hoy». [A. Reyes]. (N. del E.)

 

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Variantes: «¡Y tú que me querías... [...] en medio del camino!». [J. M. Martínez]. (N. del E.)