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1151

De tal viaje y de varios otros sucesos en que por ese tiempo figuró, habla Villarroel en su declaración en el proceso de Villagra (XXI, 433), pieza que, junto con la. información de sus servicios, nos ha servido para anotarlos.

 

1152

La prueba del aserto de Ercilla de haberse hallado Villarroel en ese último hecho de armas se encuentra en la pregunta octava del interrogatorio de sus servicios (XVII, 77), y en las respuestas que a ella dieron Gómez de Lagos (p. 85), Juan Núñez (96), y seguramente los demás testigos por él presentados, cuyas declaraciones omitimos al publicar aquel documento, que se guarda en el Archivo de Indias, Patronato, I-5-21/5.

 

1153

Dijimos que algún fundamento teníamos para atribuir a Gaspar de Villarroel el joven, cuyos hechos vamos aquí exponiendo, la referencia del poeta a su presencia en Millarapue con preferencia a la de su homónimo. Que él se halló en esa batalla lo sabemos de su boca por la respuesta que dio a la pregunta décima del interrogatorio de Juan Gómez (XI, 480), eso sí, que indicada en términos generales; al paso que Villarroel el joven se extiende en su exposición de servicios no sólo a ella sino a uno por uno de todos los hechos de armas en que figuró hasta después de la salida de Ercilla para el Perú: Biobío, Millarapue, la quebrada de Purén, el viaje a la Imperial, su regreso a Cañete, el combate que allí se tuvo con Caupolicán, la expedición a Ancud, la fundación de Osorno. ¿No es por esto, de creer que el soldado recordado por el poeta fuese el que junto con él se halló en todos los incidentes de aquella campaña? Agréguese a esto la juventud de, ambos, llamada a hacerlos camaradas, y el distinguido nacimiento de Villarroel, que le acercaba por sí solo a Ercilla, dadas sus manifiestas tendencias aristocráticas: circunstancias todas que dejan el convencimiento de que fue a él a quien quiso recordar en el poema.

 

1154

Tal es la fecha que lleva el poder de Villarroel a Alonso de Herrera (XVII, 74).

 

1155

Esa real cédula tiene fecha de 16 de noviembre de 1575, y la publicamos en la página 968 del Diccionario biográfico colonial otras veces citado.

 

1156

De estos tres últimos incidentes de la vida de Villarroel habla Marino de Lobera (obra citada, pp. 384, 390 y 399), consignando por extenso el razonamiento que en la última de esas ocasiones hizo a los indios.

 

1157

Thayer Ojeda, obra citada, t. III, p. 42.

 

1158

Tal es la patria que le asigna Góngora Marmolejo (Historia de Chile, p. 54), noticia que tuvo, casi seguramente, de labios del propio Zegarra. «Vecino de la ciudad de Sevilla» se le llama en el acta de su recibimiento por el Cabildo de Santiago como contador de la Real Hacienda. Colección de Historiadores de Chile, I, p. 478.

 

1159

En las dos declaraciones suyas que se conocen, Zegarra no manifiesta discrepancia en el señalamiento de su edad, pues en la del proceso de Villagra (XXII, 634), dada en 1558, dijo ser de 31 años, y en la otra, de 2 de septiembre de 1561 (XXIX, 108), de 34.

 

1160

Así consta de la licencia para su pasada al Perú en 1553, que se registra en los Libros de Pasageros del Archivo de Indias.