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ArribaAbajoActo III


Escena I

 

BRIONES. FAUSTINA. Soldados.

 
 

(BRIONES aparece sentado y sosteniendo en otra silla a FAUSTINA, que aún no ha vuelto de su desmayo. Tres soldados y un cabo le ayudan a socorrerla.)

 
BRIONES
¡Nada! Por más que la aprieto
el dedo del corazón...

 (A un soldado.) 

Hazla aire tú con la gorra
de policía, Campoy.

 (A otro.) 

Moja otra vez mi pañuelo5
en vinagre, Castañón.
¡Vaya un soponcio de prueba!
Casi una hora de reló
hace ya que la encontré
privada como un lirón...10
A fe de Miguel Briones
que me da una pena... atroz.
Alárgame el aguardiente,
remedio muy español
y muy militar. Probemos 15
a ver si dando calor
a su estómago... ¡Faustina!
¡Vuelve en sí! Toma... Yo soy...
¡Ni por esas! Es de fijo
que si catase el licor...20
Pero si no abre la boca,
¿a qué diablos se lo doy?
¿Habrá muerto? No. Respira...
¡Faustina! ¡Cara de sol...!
Ya no sé que hacer. El físico25
se fue con el batallón...
¡Voto a...!, y sin tener su cencia
quedo a remplazarle yo!
¡Haberme tocado a mí
la guardia de prevención 30
cuando andan mis camaradas
a balazos! ¡Voto a bríos!...
¡Cuidando yo de las ollas
de campaña y el arroz
y los presos y las...! Vamos35
con tiento, cabo Lahoz;
¡no hay que sobarla! ¡Por vida...!
¿No estuviera yo mejor
al frente del enemigo
que asalta nuestro convoy?40
¡Faustinilla!... Y si en mis brazos
se muere sin confesión
esta linda criatura,
¡la logramos como hay Dios!
Yo, que en jamás de mi vida45
he conocido el temor,
tiemblo ahora como un quinto
que oye la primera voz
de «¡fuego!» A ver tú, ¡Alcolea!
Llevémosla entre los dos50
a aquel cuartito... Pero abre
los ojos.
FAUSTINA
¡Ah!
BRIONES
¿Resolló?
Ya es nuestra. ¡Ánimo, Faustina!
Soy Briones.
FAUSTINA
¿Dónde estoy?
BRIONES
No te asustes, batelera,55
que somos gente de honor.
Ésta es mi cantina... Quiero
decir, la tuya. Desde hoy
soy cantinero cesante.
¿Quieres agua? ¿Quieres...?
FAUSTINA

  (Levantándose.) 

No.
60
Nada he menester.
BRIONES
¿Te sientes
más aliviada?
FAUSTINA
Sí.
BRIONES
¡Os!
Idos al cuerpo de guardia,
y gracias por todo. Voy
al instante. Si pregunta 65
por mí el teniente Daóiz,
decidle que estoy aquí.
Franco derecho: ¡march!... Adiós.


Escena II

 

FAUSTINA. BRIONES.

 
BRIONES
Dime ahora, rosa de Mayo,
¿qué ha sucedido acá dentro,70
que cuando llego te encuentro
sosprendida de un desmayo?
FAUSTINA
¡Buen Dios, faltaba esa prueba
de vuestro enojo!...
BRIONES
Pues ¿qué...?
FAUSTINA
Aquí estaba. ¿Adónde fue? 75
BRIONES
¿Quién? ¿El capitán Bureba?
FAUSTINA
¡Bureba! ¿Se llama así?
BRIONES
¿Le conoces tú?
FAUSTINA
¡Cruel!
BRIONES
Yo no sé si me hablas de él,
pero... él salía de aquí...80
FAUSTINA
¿Qué infamia a la suya iguala?
BRIONES
Yo no sé... Yo me dirijo
aquí... Él salía... Él me dijo...
Tocaban la generala...
y los tiros... ¡Pin!, ¡pan!, ¡piz!...85
¡Qué zaragata!, ¡qué estruendo!
En fin, díjome saliendo:
«Cuide usté de esa infeliz»,
y a las armas con afán
corre que le lleva el diablo.90
Es el capitán de Pablo
y el mío. ¡Y qué capitán!
Y me alegro que lo sea,
porque no le hay, voto a quién,
más alegre en el retén,95
más sereno en la pelea.
Veteranos y novicios
se almiran de sus campañas.
FAUSTINA
¿Constan todas sus hazañas
en la hoja de servicios?100
BRIONES
Lo dices de una manera...
Con cierto airecillo... ¡vamos...!,
como quien dice..., digamos,
entiéndelo tú, mi nuera.
FAUSTINA
Si de valor hace alarde..., 105
cumple su deber.
BRIONES
No digo...
FAUSTINA
Al frente del enemigo
¿qué español fuera cobarde?
BRIONES
Ninguno. Mas no comprendo
esas indiretas... ¿Cuándo...?110
FAUSTINA
Si honra se gana lidiando
también se pierde mintiendo.
Mas cuando su fuerte espada
brilla en las batallas tanto
¡no la ha de empañar el llanto 115
de una mujer desdichada!
BRIONES
¡Ah!, ¿es él...? ¡Ya! Lo de Pasajes...
¿Aquel que días atrás...?
¡Qué partida! ¿Hicieran más
cegrines y bencerrajes? 120
Apuesto un duro, y no pierdo,
que te dio palabra -¡pues!-
de casamiento, y después...
si te vide no me acuerdo.
De otra no lo sentiría; 125
que hay mujeres... Tú lo eres,
pero ¿qué importa? Mujeres...
¡Hum...! Verbo en gracia, la mía.
Mas distinga de colores,
voto a un celemín de balas. 130
No paguen buenas por malas
y justos por pecadores.
Jefe y todo, voto a san,
yo no estoy de él sastifecho.
Lo mal hecho está mal hecho 135
aunque lo haga el capitán.
FAUSTINA
¡Oh, amigo!...
BRIONES

 (Llorando.)  

Es mucho dolor,
mucha... ¡Calle! ¿Lagrimones?
¡Rayo! ¡El sargento Briones
llorando como un tambor!140
Y es tontuna... ¡Lleve el diablo...!
Pablo se pirra por ti,
y mientras viva... Y aquí
estoy yo si falta Pablo.
Y no para hacerte guiños 145
como a otras rabicortonas;
que hay presonas de presonas
y cariños de cariños.
Soy montaraz como un gamo,
y no sé si hablo o si gruño, 150
y apenas si de mi puño
sé poner cómo me llamo;
que el valor me hizo sargento,
y a fe que pudo el mayor
con mi sangre y mi sudor 155
escribir el nombramiento;
pero... En fin, no digo nada,
porque ya he dicho bastante
con decir: Pablo es tu amante
y yo soy su camarada. 160
FAUSTINA
Y yo, que mi amargo duelo
no puedo echar en olvido,
por haberte conocido
daré mil gracias al cielo,
y te amaré como hermana;165
que tu noble corazón...
 

(Marcha a lo lejos.)

 
BRIONES
¿Cajas?

 (Mirando por la puerta de la derecha.) 

Vuelve el batallón.
Ya se acabó la jarana;
y pues te dejo tranquila
y yo estoy de guardia, adiós. 170
Ya volveremos los dos...

 (Yéndose apresurado.) 

Ya se acerca; ya desfila.


Escena III

 

FAUSTINA.

 
   Quitadme la vida, oh cielos,
si no me volvéis la honra.
Mas ¿cuál la suerte habrá sido175
del combate? Igual zozobra
siente ya mi corazón
por el dueño a quien adora
y por el traidor aleve
que vilmente me abandona, 180
Si una vida mi ternura,
otra mi venganza implora,
y no se cuál de las dos
con más afán. ¡Oh!, tu cólera
suspendo, Dios de justicia. 185
¿Merece morir con gloria
el malvado, el fementido
que de mi llanto se mofa y
mi desesperación?
¡No!, viva; mas la victoria 190
no le ciña de laureles
para aumentar mis congojas,
vuelva desarmado, prófugo,
vencido, y en su derrota
gozaré. ¡Vano deseo! 195
Acaudillando a su tropa
le veré llegar triunfante,
y la bala matadora
que herirle debiera, acaso
otro corazón destroza200
más generoso, más fiel...
¡El de mi Pablo!... ¡Ay!, en hora
infausta nací, y el cielo
querrá que apure la copa
de la amargura... ¿Quién viene...?205


Escena IV

 

FAUSTINA. BUREBA. El AYUDANTE. El CIRUJANO. Soldados.

 
 

(Cuatro soldados conducen en una parihuela a BUREBA herido y desmayado.)

 
FAUSTINA
¡Un herido!... ¡Aquí!

 (Acercándose.) 

(¡Piadosa
Virgen!... ¡No es él!

 (Reconociéndole.) 

¡Ah!... ¡Bureba!)
AYUDANTE
Cantinera, ¿hay una alcoba,
una cama...?
FAUSTINA
Sí, señor;
allí...
AYUDANTE
No tenemos otra
210
más a mano...
CIRUJANO
Conducidle.
 

(Los soldados y el CIRUJANO entran con el herido en el dormitorio; los soldados salen un momento después y se retiran.)

 


Escena V

 

FAUSTINA. El AYUDANTE.

 
AYUDANTE
Si un momento se demora
la primer cura, peligra
su vida.
FAUSTINA
(¡Ah!, su sangre ahoga
mi rencor.) Disponga usted215
como guste de esta choza.
AYUDANTE
¿Es usted la... propietaria?
Pues ¿qué se hizo aquella loca
de Teresa?...
FAUSTINA
No lo sé.
Pero lo que ahora importa220
es socorrer al herido.
AYUDANTE
Es verdad. (¡Gallarda moza!
¡Estos sargentos...!)
FAUSTINA
(¡Gran Dios!...)
AYUDANTE
Veamos si le acomodan...
FAUSTINA

 (Deteniéndole.) 

Perdone usted, mi Ayudante.225
¿Hay más heridos?
AYUDANTE
Sí, hermosa.
FAUSTINA
(¡Cielos!...) ¿Y quién...?
AYUDANTE
Diez soldados.
FAUSTINA
(¡Respiro!)
AYUDANTE
Siempre se compra
con alguna sangre el triunfo.

 (Entra en el dormitorio.) 



Escena VI

 

FAUSTINA.

 
   ¡Ah, vive Pablo!
CIRUJANO

  (Dentro.) 

¡Patrona!
230
FAUSTINA
¡Voy corriendo! Aunque agraviada,
no veo mi ofensa ahora,
sino su riesgo. Es mi huésped,
es militar y patriota...
Mi corazón le perdone 235
y mi mano le socorra.
 

(Al entrar FAUSTINA en el dormitorio llega por la otra puerta BRIONES.)

 


Escena VII

 

BRIONES.

 
   ¡Buen julepe habéis llevado,
carlistas! ¡Viva la patria!
¡Querernos interpretar
los víveres! ¡Ahí es nada! 240
¡Vaya una intención dañina!
¡Sitiarnos por la carpanta!...
Pero ya hemos rescatado
a balazos la vitualla
prisionera, y amén de eso245
se les volvió la criada
respondona. ¡Ira de Dios,
qué trifulca y qué sanfrancia!
Y en lugar de ir al bateo
quedarme aquí como un maula...250
Pero no veo a Faustina.
¿Dónde andará esa muchacha?


Escena VIII

 

BRIONES. El AYUDANTE.

 
AYUDANTE
¡Sargento!
BRIONES
(¡Oiga!...)

 (Saludando.) 

¡Mi Ayudante!
AYUDANTE
Ha ocurrido una desgracia...
BRIONES
¿Desgracia? ¿A quién? ¿A Faustina?255
AYUDANTE
Al contrario: ella es la causa...
BRIONES
¿Cómo?...
AYUDANTE
Al mirarla el herido,
da un grito...
BRIONES
¿Quién...?
AYUDANTE
Se desmaya...
BRIONES
¡Un herido aquí!...
AYUDANTE
¿Y tal vez?
ya habrá espirado.
BRIONES
Dios le haiga...
260
¿Y quién es el agraciado?;
que yo vengo de la guardia...
AYUDANTE
Es el capitán Bureba.
BRIONES
¡Voto a...! La flor y la nata
del cuerpo... Pero ¡ah!, ya caigo...265
¡Encontrarse facha a facha
y en el articulo mortis
con ella! Es una emboscada,
una...
AYUDANTE
¡Qué!, ¿la conocía?
BRIONES
¡Toma! En Pasajes... Es larga270
la historia... Pero acudamos
al morimundo...
AYUDANTE

 (Deteniéndole.) 

Le basta
el Cirujano. Lo que urge
es que no se pierda el alma.
BRIONES
Cierto; ¡y la suya...!
AYUDANTE
Que venga
275
pronto el Capellán...
BRIONES
¿Se naja,
según eso...? Voy...
AYUDANTE
Yo vuelvo
a asistirle.
 

(Al entrar el AYUDANTE en el dormitorio llega PABLO por la otra puerta.)

 


Escena IX

 

BRIONES. PABLO.

 
BRIONES
¡Ay, camarada!
Nuestro pobre capitán...
PABLO
Lo sé. Herido...
BRIONES
¡No, que es chanza!
280
Aquí...
PABLO
Ya me han dicho...
BRIONES
¿Y sabes...?
PABLO
¿Muerto?
BRIONES
La cosa va mala.
Y ella...
PABLO
¿Quién...?
BRIONES
Faustina. Golpes
de...
PABLO
Dime...
BRIONES
El diablo las carga...
PABLO
¡Por Dios, hombre...!
BRIONES
Y donde menos
285
se piensa...
PABLO
¡Yo me aspo!
BRIONES
Salta
la liebre.
PABLO
Pero...
BRIONES
Son cosas
que... En fin, no te digo nada.
El Capellán... ¡Pablo!... Ten
pecho y criarás espalda.290

 (Vase corriendo.) 



Escena X

 

PABLO.

 
   ¡Cielos! ¿Qué habrá sucedido?
¿Qué me anuncian sus palabras?
Faustina... Temblando estoy
como la hoja en la rama.
Entremos. Allí estará...295


Escena XI

 

FAUSTINA. PABLO.

 
FAUSTINA

 (Saliendo del dormitorio y abrazando a PABLO.) 

¡Pablo!
PABLO
¡Faustina adorada!
Eso sí, ven a mis brazos,
y quiéreme con el ansia
y el... ¿qué diré? El desatino
con que yo te amo. Ese trápala300
de Briones me decía...
No sé... Palabras preñadas...,
como quien daba a entender
alguna injusta mudanza
en tu corazón, y... vamos...,305
¡sobre que no me llegaba
la camisa al cuerpo! Pero
¿a qué vienen esas lágrimas?
¡Ah!, la herida de mi buen
capitán te mueve a lástima.310
¿Cómo está? Yo quiero verle...
FAUSTINA
¡No, no le veas!; Aparta...
PABLO
¡Qué terror...! ¿Ha muerto?
FAUSTINA
¡Cielos!...
PABLO
¡Muerto, sí! En vano lo callas.
¡Qué dolor de juventud315
tan florida, tan lozana...!
FAUSTINA
¡Pablo!...
PABLO
¡A mi lado cayó!
Y cuando su frente pálida
apoyaba en este pecho,
¿por qué la fatal descarga,320
dije yo, mi inútil vida
respeta y la suya apaga?
FAUSTINA
¡Oh, calla, desventurado!
¡Tu vida! ¡Inútil la llamas...,
y pende de ella la mía!325
PABLO
¡Ah, perdóname! Fue tanta
mi pena en aquel momento...
Ya ves, uno se entusiasma
por sus jefes cuando son
tan bizarros. ¡Ver ganada330
la acción, ver al enemigo
huyendo de nuestras armas,
y que el plomo de un cualquiera
atraviese las entrañas
del más bravo cuando todos 335
el himno de triunfo cantan!
¡Y luego dicen de Dios
que es el Dios de las batallas!
No fue Dios, sino el demonio
quien disparó aquella bala. 340
FAUSTINA
¡Pablo!, respeta los juicios
del cielo. Tú, que te apiadas
de la suerte de Bureba,
quizá si la vida salva
le maldecirás.
PABLO
¡Faustina!...
345
¿Qué quieres decirme? Acaba.
Me haces sospechar... Bureba...
FAUSTINA
Es el mismo que en la playa
de Pasajes...
PABLO
¡Ah!... ¿Por qué
me lo dices? ¡Yo le amaba!350
FAUSTINA
Hoy mismo, pocos momentos
antes de sonar la alarma,
entrando en esta cantina,
sin saber quién la habitaba,
pretendió sordo a mi llanto355
echar el sello a su infamia.
Con oro quiso pagar
aquella deuda sagrada...
¡Con oro! Al verlo, la voz
se me anuda en la garganta,360
el corazón se comprime,
mi sangre se hiela, falta
la luz a mis ojos... ¡Ah!
No puede ser más amarga
la agonía de la muerte.365
Pero el cielo, que me guarda
quizá mayores desdichas,
cuando el vil me desampara,
envía a tu honrado amigo
en mi ayuda. Recobrada 370
apenas de mi desmayo,
veo llegar a mi estancia
un hombre herido... ¡Era él!
No ya con sed de venganza
le miro; que me recuerda375
los deberes de cristiana
aquella sangre vertida
en defensa de la patria.
No alienta; frío sudor
su cárdeno rostro baña; 380
mas al vendarle la herida
abre los ojos, los clava
en los míos, de su pecho
un hondo suspiro arranca,
y de nuevo sus sentidos 385
mortal accidente embarga.
PABLO
¿Quién sabe si la conciencia...?
Que en tales momentos habla
el corazón, y es preciso
tenerle de piedra para...390
En fin, bastante trabajo
tiene el que se muere y... Vaya,
¡si no puedo aborrecerle!
Hemos hecho seis campañas
juntos... Y por otro lado,395
me da..., ¿qué sé yo?, una rabia...
¿Por qué ha sido él, Dios eterno,
el culpado, y no otro mandria...?,
otro a quien pudiera yo
ver morir, así..., con calma...400
¿Y por qué no le aborrezco
si te adoro a ti?, y me abrasa
de celos... ¡Eh!, ¡si soy un...!
Vamos, hay horas menguadas...


Escena XII

 

FAUSTINA. PABLO. El CIRUJANO.

 
FAUSTINA
¿Ha vuelto de su desmayo? 405
CIRUJANO
Sí, mas da poca esperanza
de vida, y recelo mucho
que al extraerle la bala...
¿No ha venido todavía
el Capellán?
PABLO
¡Qué!, ¿se trata...?
410
¡Pobre capitán!...

 (En voz baja a FAUSTINA.) 

Perdona.
CIRUJANO
En este momento se halla
con cabal conocimiento,
pero si el dolor se agrava
y sobreviene un delirio...415
PABLO
Yo, yo iré en un vuelo... ¡Gracias
a Dios! Aquí está.


Escena XIII

 

FAUSTINA. PABLO. El CIRUJANO. El CAPELLÁN.

 
CAPELLÁN
Bureba...
CIRUJANO
Allí. Entre usted.


Escena XIV

 

FAUSTINA. PABLO. El CIRUJANO.

 
PABLO
No se vaya
usted...
CIRUJANO
Vuelvo. Otros heridos
también mi auxilio reclaman.420


Escena XV

 

FAUSTINA. PABLO.

 
PABLO
¡Va a morir! ¡Fatal momento!
Tan joven... Estás delante,
pero... ¡perdona al amante
las lágrimas del sargento!
FAUSTINA
No me agravia tu querella, 425
que yo su víctima soy
y si a maldecirle voy
la piedad mi labio sella.
Con mi aflicción resignada,
te perdono y le perdono. 430
¿Le ha de perseguir mi encono
aun bajo la tumba helada?
Sí, yo os perdono a los dos;
a ti porque en serle fiel
honras tu uniforme; a él...435
porque me lo manda Dios.
PABLO
Sí, Faustina, sí por cierto;
que no es Dios tan vengativo
que para querer al vivo
mande aborrecer al muerto.440
FAUSTINA
¡Él muere, y en mi dolor
yo envidio, Pablo, su herida!
PABLO
¡Tú! ¿Es posible...?
FAUSTINA
¿Qué es la vida
para quien pierde el honor?
PABLO
¡Honor! ¿Con él...? No lo digas,445
porque eso es darle la palma,
y en vez de rezar por su alma
a maldecirle me obligas.
Él hizo escarnio de ti,
y yo, amigo, amante fiel...450
¡Honor! Lo esperabas de él...,
¡y no lo esperas de mí!
Ya lo lava en su agonía
con esa sangre que vierte,
aunque no le den la muerte455
ni tu mano ni la mía.
Y si a la vida volviera,
¿sería jamás tu esposo?
Y si él vive, ¿no es forzoso
que tu pobre Pablo muera? 460
¡Honor! ¿Quieres que permita
Dios, que oyéndonos está,
que muera quien te lo da
y viva quien te lo quita?
¡Oh!, harás que dé a Belcebú465
esta compasión hidalga;
que no hay capitán que valga
estando por medio tú;
y si el cielo decretó
que uno ayune y otro coma, 470
bien está san Pedro en Roma;
muera él y viva yo.
FAUSTINA
¡Cuan injusto eres conmigo,
Pablo, si creyendo estás
que amo a Bureba! ¡Jamás!475
Pongo al cielo por testigo.
Quedara mi fama pura
si su mano fuese mía,
mas ¡ay!, yo la compraría
a costa de mi ventura. 480
Si tal ordena la suerte,
temes que Dios te destruya.
¿Y sabes tú si a la tuya
precedería mi muerte?
¿Sabes tú, por más que crea485
cobrar así mi opinión,
si condena el corazón
lo que la boca desea?
Yo, que alma y vida te di,
¿no prefiriera tu mano? 490
¡Ah!, no hay sacrificio humano
que yo no hiciera por ti;
y a no mirar tu desdoro,
Pablo, en tan amantes lazos,
grata me fuera en tus brazos495
la misma afrenta que lloro.
PABLO
Pero si en este momento
baja Bureba al profundo,
¿volverá del otro mundo
a cumplir su juramento?500


Escena XVI

 

FAUSTINA. PABLO. El CAPELLÁN.

 
CAPELLÁN
¿Eres tú...?
PABLO
¿Ha muerto?... ¡Otra vez
las lágrimas...! Soy un drope.
CAPELLÁN
Aún vive.
PABLO
¡Gracias a Dios...!
(¿Qué gracias? Miento...)
CAPELLÁN

  (A FAUSTINA.) 

¿Tu nombre?
FAUSTINA
Faustina Urrutia.
CAPELLÁN
Bureba
505
te ruega que le perdones...
PABLO
¿Lo ves? Muere arrepentido
a lo menos. ¡Pobre, pobre
capitán!
CAPELLÁN
Y antes que cierre
sus ojos eterna noche510
quiere verte.
FAUSTINA
¡A mí!
PABLO
¡A Faustina!
¿Cuáles son sus intenciones?
A usted, pase, pero a ella...
Yo tiemblo como el azogue.
¡Ah!... el testamento... Sin duda515
quiere que corra tu dote
de su cuenta... Es excusado.
Ella no admite favores
de quien...
CAPELLÁN
Sargento, a ella toca
responder.
FAUSTINA
Lo que él responde
520
respondo yo. Ni se pagan
con el oro obligaciones
de conciencia, ni yo vendo
por cuanto oro hay en el orbe
a honra de mis padres.
PABLO
¡Guapo!
525
Lo has dicho que... ni de molde.
Bien haya tu boca, ¡amén!
CAPELLÁN
Ni podría yo ser cómplice
de tu deshonra, hija mía.
Escucha, y no te sonrojes.530
Desde el lecho de la muerte
te ha visto Bureba. Atroces
remordimientos lo agitan,
confiesa sus culpas, oye
los gritos de su conciencia535
y la voz del sacerdote,
y sólo pide al Altísimo
que su existencia prolongue
hasta que vínculo santo
tus pesares galardone,540
y si ayer le maldecías
hoy viuda amante le llores.
PABLO
¿Su viuda? Pero... ¿y si vive?
¿Quién será la viuda entonces?
¡Yo! ¡El pobre Pablo!
FAUSTINA
(¡Dios mío,
545
dame valor!) Vamos...
PABLO
¿Dónde?
Yo no puedo permitir...
CAPELLÁN
¿Qué escucho?
FAUSTINA
Así lo dispone
el cielo...
CAPELLÁN
¿Con qué derecho
osa impedir ese joven...?550
PABLO
¿Con qué derecho? Yo la amo
como nunca ha amado un hombre;
la amo desde que era así,

 (Extendiendo la mano a poca altura del suelo.) 

y nunca con mano torpe
llegué al pelo de su ropa, 555
ni a la proa de su bote
tan siquiera; y porque al otro
señor, cuando está en el borde
del sepulcro, se le antoja
querer casarse y ser hombre 560
de bien, ¿es razón de Dios
que se quede a buenas noches
el que...? ¡Que diga Faustina
si no me quiere a mí doble
que a él...!
FAUSTINA
Pero mi honra es antes,
565
y aunque la pena me ahogue...
PABLO
¡Sí, la honra!...
CAPELLÁN
En tales momentos
deben callar las pasiones.
PABLO
¡Ya, como usted no las tiene!...
¡Voto a cribas...! ¡Que me robe570
la novia un muerto!...
CAPELLÁN
¡Silencio,
temerario!

 (A FAUSTINA.) 

El tiempo corre;
los momentos son preciosos.
Resuelve. No se malogren
mis esfuerzos...
PABLO
De manera
575
que si... en efecto... le coge
su última hora...
FAUSTINA
¡No más!
Dios me manda que le otorgue
mi mano. Ruéguele usted,
padre, que en cuenta me tome580
este cruel sacrificio,
y si bondadoso acoge
mis ruegos, pronto en la tumba
veré el fin de mis dolores.

 (Entra en el dormitorio.) 



Escena XVII

 

PABLO. El CAPELLÁN.

 
PABLO
¡Eso es! ¡Quererse morir585
ahora! Todo lo componen
así las mujeres. ¡No!
Quien morirá de ese golpe
soy yo, que siempre la soga,
que dijo el otro, se rompe590
por lo más delgado.
CAPELLÁN
Pablo,
sólo una víctima escoge
el cielo, y cuál deba ser
la que aplaque sus rigores,
aquel lecho ensangrentado595
lo muestra. Imita la noble
fortaleza de Faustina,
y Dios un día corone
vuestra virtud. Un testigo
falta. Ven...
PABLO
¿Yo? ¡Que me ahorquen
600
primero! Lo buscaré...
CAPELLÁN

 (Mirando adentro.) 

¡No! Vendría tarde. ¡En nombre
del cielo, ven...!
PABLO
Eso, padre
Capellán, no está en el orden.
Pero ¡dejarle morir605
en pecado!... Al fin y al postre,
es mi capitán.
CAPELLÁN

 (Cogiéndole de la mano.) 

Entremos...
PABLO
¡Por vida de Santiponce...!
¿Conque yo mismo...?

 (Asomándose.) 

¡Allí está!
Me mira..., me reconoce...610
¡Me llama!... La disciplina
me manda entrar a galope.
Vamos. (¡Voto a...!)
CAPELLÁN
¿Qué haces?...
PABLO
Nada...
¡Arrancarme los bigotes!
 

(Entran los dos en el dormitorio.)