Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaJornada III

 

Sale LEONARDO y LISBELLA, con una cadena asidos.

 
LEONARDO
Soltad, Lisbella. No deis
lugar a algún disparate.
LISBELLA
No he de hacello, aunque me mate
vuestra mano.
LEONARDO
¿Qué queréis,
dar lugar a que me enoje,5
con resistir la cadena?
Daisme a entender que es ajena
con eso.
LISBELLA
Que así se arroje
vuestra lengua para hablar
cosas contra vuestro honor.10
Soltadla, por Dios, señor,
que sí la quiero guardar.
No fue por daros pasión,
ni porque a mí se me diera
nada de que se perdiera;15
mas téngole yo afición,
que quien nos daba sin pena
sortijas, manillas, broches,
estas tres o cuatro noches,
diera también la cadena;20
que si yo la he resistido
fue por ser la primera cosa
que hizo fe de vuestra esposa
cuando fuistes mi marido.
Y así quise guardar esta,25
por tener el fundamento
que hizo fe de un casamiento
que ya tan caro me cuesta.
LEONARDO
Soltadla, que ya sé yo
por qué tanto la guardáis.30
LISBELLA
¡Cómo!, ¿pues no os acordáis10
que vós me la distes?
LEONARDO
No.
LISBELLA
¿No, decís?, ¿pues no sabéis
que vós propio la trujistes
y al cuello me la pusistes?,35
¿ya olvidado lo tenéis?
Y cáusalo la pasión
desas indomables iras.
¡Ay, Dios!, que en el cielo miras
-fol. 247v-
la propria imaginación.40
Mira mi honor afrentado.
LEONARDO
No digo que no sois buena.
Dadme agora la cadena,
Lisbella, que estoy picado.
LISBELLA
Ya os digo por qué la guardo,45
que no es por el valor della.
LEONARDO
Acabad, quedaos con ella,
que yo os prometo...
LISBELLA
Leonardo,
a un hombre de tanto peso,
es justo que así le ciegue50
un vicio vil, y que juegue
su hacienda con tal exceso.
¿No veis vuestros hijos dos?,
¿y no veis vuestra mujer,
que lo habrá bien menester?55
LEONARDO
Andad, mal os haga Dios,
que cuando me entretenía
de noche con un amigo,
pongo al cielo por testigo,
que sufriros no podía.60
Que si en una casa entraba,
dábades voces al cielo
y venganza a todo el suelo
diciendo que os afrentaba;
y yo entraba honradamente,65
y vuestra rabia y furor
me hizo con vuestro rigor
mal casado con la gente.
LISBELLA
¿Yo, señor?, ¿pues qué os hacía?
¿En mi casa no me estaba?70
¿A mis solas no lloraba?
¿Quitábaos vuestra alegría?
LEONARDO
Sí, y perdíades el juicio
diciendo que yo os dejaba.
LISBELLA
Luego, si un vicio se acaba,75
comenzáis por otro vicio.
¿No puede un hombre casado
tener su gusto y favor,
sino siendo jugador
y dando en amancebado?80
Pues de aquí, Leonardo, os ruego
que si algún vicio ha de haber,
deis el alma a una mujer,
y no se la deis al juego;
que a los ratos oportunos85
de gozar vuestros favores,
de tanto decirle amores,
quizá me diréis algunos.
Que cuando allá fuera andaba
vuestro gusto entretenido,90
o por ser vós mi marido,
o porque yo me quejaba,
entre mil requiebros bellos,
vuestros brazos tuve asidos,
y aunque para mí fingidos,95
yo me engañaba con ellos.
Y aunque por esto engañada,
gozaba de vuestro lado,
y con nombre regalado,
era de vós regalada.100
Y agora que estáis conmigo,
como el sueño no es pesado,
más espaldas me habéis dado
que un cobarde a su enemigo.
Dormís con poco sosiego,105
coméis poco alborotado,
andáis desasosegado,
y abrasaisme en puro fuego.
-fol. 248r-
Y agora, si os digo «muero,
mi bien», luego se alborota110
vuestra alma, y dice «una sota
me quitó todo el dinero».
No quiero competidor
tan grande, que una mujer
otra la podrá vencer115
con industria, o por amor;
mas contra un naipe no sé
treta que pueda valerme.
LEONARDO
Todo eso es entretenerme.
La cadena se me dé,120
Lisbella, que ya sabéis
lo que es un hombre picado.
LISBELLA
Basta lo que habéis jugado
y lo que holgado os habéis.
Mirad que os está muy mal,125
señor, que de vós se diga
que ayer dejastes la amiga
y hoy jugáis vuestro caudal.
Que el que es, cual vós, caballero,
Leonardo, debe atender130
a lo que ha de padecer
su honra entre el vulgo fiero.
LEONARDO
Lisbella, el aconsejarme
solo tiene de servir
de enojarme y de reñir,135
y sobre todo, picarme;
que oyendo vuestros consejos,
y viendo lo que queréis,
y que con ellos ponéis
estos remedios tan lejos,140
he perdido en quince días
más de cuatro mil ducados.
LISBELLA
Están, señor, bien jugados,
pero no las joyas mías.
LEONARDO
¡Acabad, soltadla ya!145
LISBELLA
La vida podéis quitarme.
LEONARDO
Vós pretendéis enojarme.
¡Soltadla!
LISBELLA
Tarde será.
LEONARDO
¡Oh pese a tal con la loca!
LISBELLA
Vós ponéis en mi mano,150
padre, señor, primo, hermano.
LEONARDO
No más. Cerrá aquesa boca.
LISBELLA
Por mujer, nunca me diste,
y ahora por el juego sí.
LEONARDO
No más

 (Vase LEONARDO.) 

FABIA
¿Cómo estás así,
155
señora, con penas tristes?
¿Cómo estás así?
LISBELLA
Mi Fabia,
muero de un dolor temprano.
FABIA
Mira que sale tu hermano.
LISBELLA
Pues disimula, cual sabia.160
 

(Entra CLAVELIO.)

 
CLAVELIO
Leonardo, descolorido,
y no hablarme cuando entré...
Y vós en el suelo... ¡A fe,
hermana, que habéis reñido!
Vós estáis desta manera,165
¡vive Dios!, si tal pensara,
en la puerta lo clavara
antes que della saliera.
LISBELLA
Hermano, en toda mi vida
nunca más contenta estuve170
que agora.
FABIA
Una mujer sube.
CLAVELIO
¿Qué fue, Lisbella querida,
la causa deste interés?
LISBELLA
Quería, hermano querido,
-fol. 248v-
darme Leonardo un vestido,175
que tú lo verás después.
Y faltándole dinero,
lleno de cólera y pena,
tomó, hermano, una cadena
que yo, como un hijo, quiero.180
Yo, como le vide airado,
a tomársela corrí,
caí y un pie me torcí,
y de aquesto iba enojado.
CLAVELIO
¡Por tu vida!, ¿aqueso fue?185
Huélgome de haber venido
y que tan poco haya sido.
FABIA
No es poco torcerse un pie.
LISBELLA
Dame tú, Fabia, la mano.
¡Ay, qué dolor he sentido!190
El chapín se me ha torcido;
otro me den. ¡Ay, hermano,
y qué gran dolor me dio!
CLAVELIO
No, Lisbella, ya lo entiendo,
y que estás de mí encubriendo195
lo que entre los dos pasó.
No me contenta, Lisbella,
la envidia de vós vengada,
creo que malmaridada
quiere añadir a la bella.200
LISBELLA
Hermano, no hay que dudar
que lo que he dicho ha pasado,
y no hay que tomar cuidado
dello.
 

(Entra MARCELA.)

 
MARCELA
Hija, ¿podré entrar?
LISBELLA
¿Quién es?
FABIA
Aquella mujer
205
que suele traer las tocas.
MARCELA
Ya las mías, hija, a pocas,
como no te dejas ver.
Linda estás, guárdete Dios.
¡Qué deseo que tenía210
de verte ya!
LISBELLA
¡Madre mía!
CLAVELIO
Dadle una higa.
MARCELA
Y aun dos.
LISBELLA
Muestra a ver. ¡Qué pobres son!
¡Qué viejos y sin donaire!
Aqueste tiene algún aire,215
mas es vieja la invención.
CLAVELIO
¿Qué quiés, Lisbella, comprar?,
que todo pagarlo quiero.
LISBELLA
Tente, no saques dinero.
CLAVELIO
Todo lo quiero pagar.220
LISBELLA
Para mayor ocasión
quiero tus cosas, hermano.
CLAVELIO
Como hermano y cortesano
quiero pagar.
MARCELA
No es razón.
CLAVELIO
¿De que yo te pague huyes?225
No traes gana de vender.
MARCELA
Antes me echas a perder,
y mis intentos destruyes
CLAVELIO
¿No quiés vender?
LISBELLA
Los tocados
son de labor enfadosa.230
¿No traes, Marcela, otra cosa?
MARCELA
Sí.
LISBELLA
¿Qué?
MARCELA
Guantes estremados.
LISBELLA
No ibas a decir eso.
¿Qué cosa es? Dilo llano.
MARCELA
¿No ves que está aquí tu hermano?235
CLAVELIO
Nunca lo dejes por eso.
  -fol. 249r-  
MARCELA
Las cosas de las mujeres
no se tratan con los hombres.
CLAVELIO
Ya yo sé todos sus nombres,
del peine a los alfileres.240
LISBELLA
Vete, hermano, por tu vida.
MARCELA
Vete y volverás después.
Al fin, cualquiera me agrada.
Bien dijo el otro: «por Dios,
solo le enfadaban dos».245
JULIO
¿Cuál?
TEODORO
La monja y la pintada.
 

(Cantan dentro.)

 
LEANDRO
¿Cantan?
JULIO
Bien es que repares.
TEODORO
Si es música, quiero oílla,
que es de Lope la letrilla
y el tono de Palomares.250
ARTANDRO
¿No murió?
TEODORO
Sí, ya murió.
JULIO
El fue músico excelente.
TEODORO
Poco su falta se siente,
adonde Juan Blas quedó.
JULIO
Gente viene, al parecer.255
 

(Entra LEONARDO.)

 
LEONARDO
¿Es Teodoro?
TEODORO
Sí, yo soy.
LEONARDO
Leonardo soy.
TEODORO11
Aquí estoy.
¿Soy en algo menester?
Mas pues a tiempo has venido.
Siéntate, que luego iremos,260
que quieren cantar y oiremos.
LEONARDO
¡A qué tiempo me has cogido!
Anda acá, vente conmigo,
que vengo para espirar.
TEODORO
Señores, dadme lugar265
para servir a un amigo.
JULIO
¿Somos menester allá?
TEODORO
No, señores, quedá a Dios,
solos nos vamos los dos,
luego soy de vuelta acá.270
 

(Vanse TEODORO y LEONARDO.)

 
LEONARDO
¿Royó el cabestro Teodoro?
JULIO
Un amigo le llamó.
ARTANDRO
En efecto las tomo,
no tiene más ley que un moro.
JULIO
Acabemos de oír cantar.275
ARTANDRO
Vamos, y grita les demos.
LEANDRO
Belardo dijo: «escuchemos».
JULIO
Que aun no se quiere olvidar.
ARTANDRO
Será vieja la canción,
que eso está muy olvidado.280
JULIO
¿Hay nuevo gusto?
ARTANDRO
Estremado.
JULIO
Si es Fabia, tiene razón.
 

(Vanse todos. Sale TEODORO y LEONARDO.)

 
LEONARDO
Pasa como te lo digo.
TEODORO
Más que lo sientes lo siento.
LEONARDO
Hago aquí a tu entendimiento285
y a tu gran valor testigo,
que mi alma está turbada.
TEODORO
Confuso, Leonardo, quedo,
mas solo creer no puedo
que esté Lisbella culpada.290
Y esto me hace entender
-fol. 249v-
verla siempre tan honrada,
y en su honra recatada.
LEONARDO
¡Ah, Teodoro, que es mujer!
Pero, al fin, queda de suerte295
que si es que culpada está,
esta mancha sacará
a mi honra con su muerte.
Porque ella queda encerrada,
y previne la invención.300
TEODORO
Estremada discreción,
y la invención estremada.
¿Tú has hablado a aqueste hombre?
LEONARDO
Sí, ¿ya no te lo he contado?
TEODORO
Lo que me tiene espantado305
es que hombre de tanto nombre,
de aquesa manera trate
conquistar una mujer.
LEONARDO
A donde entra el buen querer,
el pensar es disparate.310
TEODORO
En efeto, esta es su casa.
LEONARDO
Pues preguntemos por él,
que ya por verme con él
el corazón se me abrasa.
TEODORO
¿Sabe que yo estoy aquí?315
Que aunque sea gente romana,
echaré por la ventana
a cuantos viven allí.
LEONARDO
Teodoro, nuestra amistad
pide todas esas veras.320
TEODORO
Cuando no me conocieras,
fuera eso.
LEONARDO
Dices verdad;
que con llevarte a mi lado
cree que estoy tan satisfecho
que se sosiega mi pecho,325
cual si estuviera vengado.
TEODORO
El conde viene de fuera.
¿Habemos de hablarle aquí?
LEONARDO
Sí, que mejor es así,
y si lo negare muera.330
 

(Sale el CONDE, MAURICIO y TANCREDO.)

 
CONDE
¿Partió Marcela, Mauricio?
MAURICIO
Luego que vio tu embajada
partió muy determinada
de morir en tu se[rvicio].
Y no dudes, señor, de ella,335
de que saldrá con la empresa.
CONDE
Si aquesta tormenta cesa
en el mar de mi querella,
prometo dar un tesoro
al templo del dios de amor,340
de inestimable valor.
LEONARDO
Llega y háblale, Teodoro.
TEODORO
Tú puedes llegar, Leonardo,
que en efeto te conoce,
y si ahora te desconoce,345
yo llegaré, que aquí aguardo.
LEONARDO
Dame, señor, esas manos.
CONDE
Los brazos, dirás mejor.
LEONARDO
Ya remedian tu dolor
hoy los cielos soberanos;350
ya, la que se ha resistido
a tu valor tantos días,
hoy, con cien mil alegrías,
a tu valor se ha rendido.
CONDE
Amigo, ¿tal es posible355
que la rindió mi porfía?
  -fol. 250r-  
LEONARDO
Y a mí, por ella, te envía
a llamarte.
CONDE
Es increíble.
Toma, amigo, mi tesoro,
dello manda, veda y gasta,360
que a mí Lisbella me basta.
LEONARDO
Bueno va aquesto, Teodoro.
CONDE
Aquesta joya recibe,
que será señal de paga,
hasta que otra mejor haga.365
LEONARDO
Para venir te apercibe,
y déjate deso aquí,
que no es parte el interés
a servirte.
TEODORO
Que sí es.
Tómala y dámela a mí.370
CONDE
¿Quién es quien viene contigo?
LEONARDO
El que te ha de abrir la puerta.
CONDE
¡Oh, tú, de mi gloria cierta
portero, llave y amigo!
¡Abre mi alma con ella,375
pues por ella libre soy;
aquí vivís desde hoy,
y yo vivo con Lisbella!
¿Iremos a verla luego?
TEODORO
Cuando quisieres podrás,380
que mientras te tardas más,
ella pena en mayor fuego.
Mas ¿cuándo la habéis hablado,
que tanto habéis merecido,
pues tan presto habéis venido385
a mitigar el cuidado?
CONDE
Yo, amigos, nunca la hablé,
que, aunque pené y padecí,
nunca tal bien merecí,
ni aun a mirarla alcancé.390
Siempre viví despreciado
de su infinito valor;
nunca mereció mi amor
este lugar levantado.
Siempre a mí me aborreció,395
y lo que he, por mí, perdido,
he por los dos merecido.
LEONARDO
¿Que vós no la hablastes?
CONDE
No.
Que hoy, amigos, le envié
a hablar con una mujer,400
y fue de tanto poder,
que este favor alcancé.
Que es, amigos, muy famosa
en materia de un hechizo,
y ésta con un papel hizo405
entrada a su vista hermosa.
No os pese que haya empezado
hoy aquesto que acabé:
entrada a su pecho hallé
cuando vivía descuidado.410
LEONARDO
Hoy he ganado mi bien,
dando a mis temores fin:
que te ofendí, serafín,
con tanta fuerza y desdén.
Arrepentido, Teodoro,415
estoy de mi falso exceso.
TEODORO
Leonardo, no digas eso.
LEONARDO
¡Oh, mi celestial tesoro!
MAURICIO
Mira bien, que podrá ser
que te vengan a engañar,420
que veo a estos dos hablar
y no los puedo entender.
Asegura bien tu pecho
-fol. 250v-
con el negocio que intentas,
para que no te arrepientas425
cuando ya esté el daño hecho.
CONDE
¡Ya, cobarde, sé lo que es!
MAURICIO
Yo, señor, iré contigo.
CONDE
¿No irá un criado conmigo?
TEODORO
Y bien puedes llevar tres.430
CONDE
¿Veslo cómo está seguro?
MAURICIO
Yo, por tu bien lo decía.
CONDE
No perturbes mi alegría.
MAURICIO
¡De morir contigo juro!
CONDE
¿Podemos ir luego?
TEODORO
Ven.
435
CONDE
Venme, amigo, a acompañar.
¿Podemos armas llevar?
TEODORO
Y un pistolete también.
 

(Vanse todos, y sale CLAVELIO, y su PADRE, y BELARDO.)

 
PADRE
¿Que los hijos le ha quitado?
BELARDO
Ya te digo
adónde los dejé, aunque él me decía440
que los llevase en cas de don Rodrigo.
PADRE
Bien, hija, te bastó ser prenda mía,
que, por darte a Leonardo mi enemigo,
te di, en dote, la hacienda que tenía,
y más dote te di, que no de oro.445
Tu pena siento y mi desgracia lloro.
CLAVELIO
¿Qué lloras porque tienes un mal yerno,
si tienes una hija tan honrada
y un hijo, que la espada que gobierno
espera de su sangre ver manchada?450
Sabía yo, desde el pasado invierno,
cómo era del infame regalada,
que, después de las doce, o casi al día,
a ver sus hijos y mujer venía.
Dejó de amancebarse, y dio en aqueso,455
que es más vicio jugar que amancebado,
y perdiendo la hacienda, y aun el seso,
se juega ya el honor que le ha quedado.
PADRE
¿Quién duda que la ha muerto o queda en eso?
¿Qué dice que es la causa?
BELARDO
Haberla hallado
460
en la manga un papel de cierto Conde.
  -fol. 251r-  
PADRE
¡Bien todo a mi desgracia corresponde!
¿Pues qué dice Lisbella?
BELARDO
Dice que era
cierto papel de resplandor dorado,
que aquesta tarde la solimanera465
le dio.
PADRE
No está Leonardo tan culpado,
porque si ello pasó desa manera,
Leonardo por sí vuelve, como honrado.
Lleva a los niños luego algún regalo,
que a fe que no es Leonardo solo el malo.470
BELARDO
Voy a servirte.
PADRE
Ve, y los dos iremos.
CLAVELIO
¿Quieres que vaya, padre, a la posada,
para que gente con los dos llevemos?
PADRE
No, porque si Lisbella está culpada,
un padre y un hermano la tendremos,475
para que pase entre los dos la espada;
que si ella nos ofende, ¿qué más honra,
que quede entre nosotros la deshonra?
 

(Vanse, y sale TEODORO y MARCELA.)

 
MARCELA
¡Jesús, Teodoro! ¿A aquesta hora
me buscas? Gran temor tengo.480
TEODORO
Marcela, a esta hora vengo,
porque me conviene agora.
MARCELA
Si yo no te conociera,
pudiérasme perdonar,
que ya yo me iba a acostar.485
El jarro a la cabecera,
que éste es mi reloj, Teodoro,
y éste es todo mi regalo.
TEODORO
¿Y no será de lo malo?
MARCELA
¿Malo? ¡Que vale un tesoro!490
TEODORO
¿Pues tan presto te acostabas?
MARCELA
¿Qué quiés, Teodoro? Ya ves:
soy vieja, torpe de pies,
y descanso. Tú llamabas
cuando ya estaba en manteo,495
con mi jarrico de vino
de lo bueno.
TEODORO
Y, al fin, vino
a estorbarlo mi deseo.
¿No tienes calentador?
MARCELA
Este, amigo, me calienta;500
este a mi mesa se sienta,
a éste sólo tengo amor.
A éste quiero lo que puedo,
con él me voy a acostar,
luego comienzo a rezar,505
hasta que dormida quedo.
Si me despierta el humor,
el olor que me provoca
me lleva a besar su boca,
que tiene un divino olor.510
-fol. 251v-
Doyle un beso, y dos, y tres;
vuelvo otro poco a rezar;
si no puedo sosegar,
vuelvo a calentar los pies.
TEODORO
Mejor dirás la cabeza.515
MARCELA
Todo lo caliento junto.
TEODORO
Marcela, en aqueste punto
te he menester.
MARCELA
¡Buena pieza
eres tú, Teodoro amigo,
para que contigo vaya!520
TEODORO
Ponte, Marcela, la saya,
y escucha lo que te digo.
Ya sabes que tengo humor
alegre, soberbio y bravo.
MARCELA
¡Ya estoy de tu humor al cabo!525
¡Di adelante, pecador!
TEODORO
Tengo un amigo en el lazo,
y habremos de apercebir
una moza de servir,
porque es esta noche el plazo.530
MARCELA
Al cabo estoy de tu intento:
tú me pides una moza,
que sea de toda broza,
metida en un aposento.
TEODORO
Antes no me has entendido.535
MARCELA
Pues, Teodoro, ¿qué deseas?
TEODORO
Quiero que tú misma seas.
MARCELA
Teodoro, ¿estás sin sentido?
¿Pues con mi edad he de hacer
eso? ¿Qué es lo que pretendes?540
TEODORO
¡Marcela, que no lo entiendes!,
que esto a escuras ha de ser;
yo tengo de estar allí.
No tengas ningún temor.
MARCELA
Yo iré a servirte, Teodor.545
Mas...
TEODORO
¿Que no te fías de mí?
¿No ves que éste es un morlaco,
y quiero burlarme dél?
MARCELA
Ponme, Teodoro, con él,
y verás lo que le saco.550
¿Hay moha?
TEODORO
Lindo doblón.
MARCELA
Pues ponme en el aposento,
que yo le pescaré ciento
y haré después la razón.
TEODORO
Pues aquí es donde has de entrar.555
Entra presto.
MARCELA
Tus locuras
son éstas. ¿Déjasme a escuras?
TEODORO
Sí.
MARCELA
¿Y quiéresme encerrar?
TEODORO
Aquí quedo yo a la puerta.
¡Bien va de aquesta manera!560
Ya está dentro la hechicera:
¡la caza tenemos cierta!
¡Oh, si viniese Leonardo!
Mas, ya viene. ¿Quién va ahí?
 

(Entra LEONARDO, el CONDE y los criados.)

 
LEONARDO
¡Yo soy!
TEODORO
¿Quién? ¿Leonardo?
LEONARDO
Sí.
565
TEODORO
Dos horas ha que te aguardo.
¡Quedo, no hagas rüido!
Entra en aquese aposento,
donde espera tu contento.
CONDE
Cielo, ¿tan dichoso he sido570
que aquí dentro está Lisbella?
TEODORO
Aquí está, señor, cerrada.
CONDE
¿Que gozo de ti, casada,
sin temor?
TEODORO
¡Ya está con ella!
Mueran estos dos que ves575
cuando estén más descuidados,
que después, a los criados,
-fol. 252r-
yo te los pondré a tus pies.
¡Para eso son los amigos:
para saber socorrer580
al que los ha menester!
 

(Entra CLAVELIO y su PADRE.)

 
TEODORO
¿Quién va allá?
PADRE
Dos enemigos.
TEODORO
Tu suegro son y cuñado.
¡Vive Dios, que lo han sentido!
LEONARDO
Teodoro, yo estoy perdido.585
TEODORO
Y yo no estoy muy ganado.
PADRE
Leonardo, ¿dó está Lisbella?
LEONARDO
Aquí está, en este aposento.
PADRE
Llámala luego, al momento.
LEONARDO
¡Lisbella!
PADRE
¡Traidor! ¡Sin ella,
590
me dirás qué es el papel
que en la manga le has hallado!
LEONARDO
Si en algo estuve engañado,
de hoy más confieso ser fiel.
Yo la sospecha formé,595
pensando que era culpada;
mas Lisbella es más honrada
agora que nunca fue.
PADRE
Llama a todos tus criados.
 

(Sale LISBELLA y BELARDO.)

 
LEONARDO
Ya están con Lisbella aquí.600
CLAVELIO
Hermana, abrazadme a mí,
que de brazos tan honrados
todos se pueden preciar.
LISBELLA
¿Es mi padre?
PADRE
¡Sí, yo soy,
que miro tus cosas hoy605
desde más alto lugar!
Hoy mereces mis regalos,
pues te hallo honrada aquí.
TEODORO
Pues yo solo el mal os vi;
que todos fuesen tan malos,610
quiero contar lo que ha sido,
como quien está informado:
Leonardo estaba engañado,
desengañose, y corrido,
de poner culpa en Lisbella,615
a la hechicera y al Conde
tiene encerrados adonde
han de morir él y ella.
PADRE
¿Dó están?
TEODORO
En este aposento.
PADRE
¡Salgan, que los quiero ver!620
LEONARDO
Muertos.
PADRE12
¿Qué quieres hacer?
¡Sáquenlos luego al momento,
que quiero apaciguar yo
el fuego que está encendido,
pues tan bien ha sucedido!625
MAURICIO
¿Tú entiendes aquesto?
TANCREDO
No.
LEONARDO
Hoy gozan por tus regalos
vida, que es gran maravilla.
MAURICIO
Ello ha de haber linda astilla.
TANCREDO
Yo me contento con palos.630
 

(Salen el CONDE y MARCELA juntos.)

 
PADRE
¿Sabéis adónde estáis?
CONDE
No.
PADRE
¿Quién es quien os trujo aquí?
CONDE
A quien yo crédito di,
y ahora sé que me engañó.
PADRE
Agradeced que quedéis635
con vida haber yo venido.
CLAVELIO
Igual dama habéis tenido
de la que vós merecéis.
[PADRE]
¡Este es Leonardo, mi yerno,
y ésta, Lisbella!
CONDE
¡Señor...!
640
PADRE
¡No más!
CONDE
¡Perdonad mi error!
-fol. 252v-
¡Merezco un castigo eterno!
Esta mujer me engañó.
TEODORO
¡Eso mismo dijo Adán!
PADRE
Esta vez no pagarán645
ninguno lo que pecó.
¡Andad con Dios!
CONDE
Y obligado
a serviros cada instante.
PADRE
Acordaos, de aquí adelante,
de aquesto que aquí ha pasado.650
¡Andad con Dios!
CONDE
Ven, Tancredo.
PADRE
¿Quién son éstos?
CONDE
Mis criados,
caballeros tan honrados
como yo; deciros puedo.
Que aquesto sabrán servir.655
LEONARDO
¡Y cuando no lo hagan ellos,
me sabré matar con ellos!
PADRE
No hay de aqueso qué decir.
¡Andad en paz!
CONDE
Y quedad.
 

(Vanse LEONARDO y criados.)

 
PADRE
Solos quedamos agora.660
¿Y paréceos bien, señora,
que hagáis tan grande maldad?
MARCELA
Engañome la codicia
y el decírmelo Teodoro.
PADRE
Hoy, por guardar mi decoro,665
no pagáis vuestra malicia.
CLAVELIO
¿Cómo no? ¿Aquesta hechicera
ha de vivir?
PADRE
¡Déjala!
¡Váyase, Clavelio, ya,
viva!
CLAVELIO
¡Mejor es que muera!
670
MARCELA
Tú me has traído a este punto.
TEODORO
Otro pensó que llegara
a escapar de aquí sin cara.
Por el Conde te pregunto.
MARCELA
Gozome, ¿qué quieres más?675
Buena burla se ha pasado.

 (Vase MARCELA.) 

TEODORO
¡Donoso chiste!
PADRE
¡Estremado!
¡Ea, Lisbella! ¿En qué estás?
Abraza allí a tu marido;
trae mis nietos: cenaremos.680
LEONARDO
Nuestra amistad confirmemos.
LISBELLA
¡Vuestra soy, seré y he sido!
LEONARDO
Quede con esto acabada
la amistad que había empezado.
TEODORO
Y aquí se acaba, senado,685
La bella malmaridada.