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ArribaAbajoJornada II

 

Habitación de DON JERÓNIMO.

 

Escena I

 

DON JERÓNIMO, DON LUIS.

 
DON JERÓNIMO
Este es mi cuarto, en él fío
que mi voluntad os muestro,
y es bien que venga a ser vuestro,
porque parezca ser mío.
Mas esperad, ¿no sois vos 5
don Luis de Toledo?
DON LUIS

 (Aparte. 

Aquí
no puedo encubrirme.) Sí.
DON JERÓNIMO
Notables somos los dos:
vivimos en un lugar,
y es esta la vez primera 10
que nos hablamos.
DON LUIS
Yo hubiera
ganado en apresurar
el ser muy vuestro.
DON JERÓNIMO
Son cosas
que sólo en Madrid se ven.
DON LUIS
Y en mi condición también, 15
que es de las menos gustosas:
háceme más retirado
de lo que fuera razón.
DON JERÓNIMO
No apruebo la condición,
por lo que en vos me ha quitado; 20
y agora, que he conocido
quién es el huésped que tengo,
con vanidad a estar vengo
de haberle en algo servido.
Mas hora de recogeros 25
es ya, ¿qué queréis mandarme?
DON LUIS
Pues qué, ¿tratáis de dejarme?
DON JERÓNIMO
Gustara de entreteneros;
pero ocuparos no es justo;
que siempre la soledad 30
ha sido comodidad
para quien tiene disgusto.
Yo he de bajarme a otro cuarto,
con vuestra licencia.
DON LUIS
Vos
el dueño sois de los dos. 35
DON JERÓNIMO
Aunque me voy, nunca aparto
la voluntad de serviros.
DON LUIS
De hacerme favor será.
DON JERÓNIMO
La pena no os dejará;
mas procurad divertiros. 40
DON LUIS
Cualquiera pena es menor
con la merced que me hacéis.
DON JERÓNIMO
Este favor me debéis.
DON LUIS
Vos sois quien hacéis favor.
DON JERÓNIMO
Después se hablará; que es tarde. 45

  (Aparte. 

¡Buen caballero, a fe mía!
De vista le conocía.)
Quedad con Dios.
DON LUIS
Dios os guarde.
 

(Vase DON JERÓNIMO.)

 


Escena II

 

DON LUIS.

 
¿Qué me decís agora, pensamientos?
Agora sí que es tiempo, confusiones, 50
de pedirme discursos más atentos
para matarme a manos de atenciones.
Cielos, ¿de mi desdicha estáis contentos,
o me guardáis más tristes ocasiones?
¿Hay pena de invención tan presumida, 55
que ofrezca nuevo mal contra mi vida?
Don Jerónimo aquí me ha conocido,
piensa que soy el hombre a quien buscaba,
que al parecer es uno que ha escondido
de la justicia, que a prenderle andaba. 60
Yo, porque fue forzoso, me he vestido
su persona; fue lance que obligaba.
¿Qué haremos si el engaño se retira?
Que no es larga la edad de la mentira.
¿Qué ha de decir tan grande caballero 65
de ver que en su jardín entré a deshora?
Que no siendo su huésped verdadero,
lo fuí mentido en amistad traidora;
que le ocupé su cuarto, lisonjero;
que le engañé, como le engaño ahora; 70
¿qué ha de decir, con hijas, y tan bellas,
que dictan al honor mudas querellas?
júntase para hacerme cuidadoso,
de Beatriz y Leonor la afrenta clara;
pues de su padre entre las dos dudoso, 75
ya se ve que en las dos la ofensa para.
Soy caballero, y amo: era forzoso
que el amor y la sangre se acordara
de que Beatriz por mi ocasión padece,
cuidado que los otros desparece. 80
Pues casarme con ella, aunque el casarme
me estuviera muy bien, no sé si puedo,
consultado el honor, que a presentarme
vuelve aquel hombre con el mismo miedo.
Bien puede ser que vengan a engañarme 85
mis dudas; mas al fin con dudas quedo,
y bástanle al honor las presunciones
para temerse allí de ejecuciones.
¡Bueno estoy de pesares, bien me tiene
la fortuna en cuidado dividido; 90
ya de los celos que mi amor previene,
ya del empeño a que me siento asido!
Proseguir el engaño me conviene.
Fortuna, a tu piedad socorro pido:
si tú quieres, verdad será el engaño; 95
si tú quieres, ventura será el daño.


Escena III

 

Habitación baja é inmediata al jardín. No hay luz.

 
 

DON DIEGO.

 
Algo se tarda en venir
mi huésped, y ya el desvelo
comienza por el recelo
la senda del discurrir. 100
En una cárcel oscura,
y el alcaide una mujer,
¿qué se me puede ofrecer
de parte de la ventura?
Y mas, mujer que viniendo 105
conmigo, nunca me habló,
y apresurada mostró
que estaba algún mal temiendo.

 (Va tentando, y halla una puerta.)  

¿Qué parte es esta vacía?
Parece que es una puerta. 110
¿Quién duda; pues está abierta,
que a más aposentos guía?
Vamos adentro; que allá,
si no es que todo ha faltado,
como en lugar retirado, 115
mas seguridad habrá.

 (Entrase a otro aposento interior, dejando abierta la puerta.)  



Escena IV

 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR y JUSEPA, que trae una linterna con luz encubierta, entran, abriendo con llave. Luego, DON DIEGO.

 
DOÑA BEATRIZ
Si te ha pedido la llave
mi padre, bien anduviste,
Jusepa; que al jardín quiere
salir quien la llave pide. 120
Mejor estará encerrado
don Luis.
JUSEPA
Y los más que siguen
al amor gustan de encierros
aún más que de los jardines.
DON DIEGO

 (Asomándose a la puerta por donde entró.) 

¿No es ruido de puerta que abren, 125
y voces no son sutiles,
que de mujeres parecen?
Sospechas, bien lo dijisteis.
DOÑA BEATRIZ
Por si mi padre llegare
cerca (si bien es difícil, 130
pues son aposentos estos
que siempre olvidados viven),
mete, Jusepa, allá dentro
la luz, y a la puerta asiste,
porque la luz no se vea 135
y porque tú nos avises.
La luz importa al decoro,
y el mismo decoro impide
cerrar la puerta; que el campo
del honor ha de ser libre. 140
JUSEPA
Voy a cumplir lo que mandas.

  (Va hacia donde está DON DIEGO.) 

DOÑA LEONOR

 (A su hermana.) 

Y yo también a seguirte;
que ya se ve que está dentro
don Luis.
DOÑA BEATRIZ
Hermana, ¿qué dices?
DOÑA LEONOR
Que el lance es aventurado. 145
DOÑA BEATRIZ
Nunca te falta un melindre.
No es de los más agradables
mas no es de los más terribles.
JUSEPA

 (Aparte.) 

Buenas albricias me tengo.
¡Qué joya que me apercibe 150
don Luis en esta ocasión,
que a la cadena se arrime?
Joya me fecit; no hay cosa
como dejar tratos viles,
y ser estafeta honrada, 155
que al campo de amor camine.
 

(Descubre la luz, deja la linterna, y llega donde está DON DIEGO.)

 
Don Luis, mi señora viene.
Llegad.
DOÑA BEATRIZ
Aunque no entendiste,
don Luis...
DON DIEGO
¿Don Luis otra vez?
Con gusto el nombre repiten. 160

 (Sale.) 

¡Valgame Dios! ¿No son estas
Beatriz y Leonor? ¡Ay triste!
DOÑA BEATRIZ
Cielos, ¿no es este don Diego?
¡Qué! ¿no era muerto, o se finge,
Leonor?
DOÑA LEONOR
Hermana, estoy loca.
165
DOÑA BEATRIZ
¿Jusepa?
JUSEPA
No jusepices,
señora, que me he quedado
haciendo los matachines.

  (Aparte. 

¡Que aquí resucite un hombre
para que venga a morirse 170
mi joya, sin que haya imágen
que las joyas resucite!)
DOÑA BEATRIZ
¿Eres don Diego, ó su sombra?
DON DIEGO
Nada, Beatriz, ¿no lo viste?
Que ausentes aún no conservan 175
su sombra los infelices.
Soy una vida pasada,
soy una flor a quien tiñen
enojos de los diciembres
las galas de los abriles; 180
exhalación que en el aire
pasa escribiendo matices
ardientes de fuego, y tantos
se borran como se escriben;
mentira soy descubierta 185
del desengaño, que quise
durar, y ha tenido el tiempo
cuidado de desmentirme;
soy un don Diego acabado,
soy un don Luis que recibe 190
favores hoy que le ofenden
y dichas que le persiguen;
soy una suerte trocada,
y en fin, un hombre a quien dicen:
«Todos los pesares eres 195
y todos los bienes fuiste.»
DOÑA BEATRIZ
¿Que no fue cierta tu muerte?
DON DIEGO
Si fue, y aquí se confirme,
pues a pesar del mirarte,
muerto me tiene el oírte. 200
Las sombras de aquesta noche
bien a mi túmulo sirven,
y alguna piedad te debo,
pues una luz me pusiste.
DOÑA BEATRIZ
¿Cómo llegaste a mi casa? 205
DON DIEGO
¿Siénteslo mucho?
DOÑA BEATRIZ

 (Aparte.) 

A decirle
no acierto cosa que importe.
DON DIEGO
Beatriz, a tu casa vine
porque, después de tres años
que ha que la suerte me oprime 210
con una ausencia y mil males
de aquellos que se resisten
(que hay otros sin resistencia
y en este de hoy se acrediten,
que tan de repente matan, 215
que apenas dejan sentirse),
volví a Madrid; y en llegando,
que fue esta noche, previne
buscarte luego en la casa
donde quedaste al partirme. 220
Juzgué que en ella te estabas
(¡qué errado discurso hice,
pues te mudaste tan lejos,
Beatriz, de donde viviste!);
salí a la calle Mayor, 225
y cerca de San Felipe
me acometieron seis hombres;
muchos eran, pero ruines,
pues a los lances primeros
el uno, cayendo, dice: 230
«Muerto soy;» y los demás
no le imitaron, con irse.
Retiréme cuidadoso
de tres o cuatro alguaciles
que a la pendencia acudieron, 235
unos onzas y otros linces.
Á pocos pasos que anduve
con ánimo de encubrirme,
se me ofreció un caballero
valiente, cuerdo, apacible 240
(que todo supo mostrarlo);
pensó que llegaba a herirle;
sacó animoso el acero;
desengañéle, pedíle
favor, contándole el caso, 245
y él respondiendo: «Seguidme,»
y yo, siguiendo sus huellas,
venimos... (Es Imposible
que cuando llego a tu casa
Beatriz, donde es el origen 250
de mi desdicha, las voces
al alma no se le olviden).
Venimos pues a tu casa;
llegó el caballero a abrirme
de aqueste jardín la puerta 255
que está junto a los jazmines.
Ahora conozco que era
tu padre: bien hay que estime
en que él la vida me guarde
para que tú me la quites. 260
Dejóme cerrado, y fuese
para volver a asistirme
cuando su gente en el sueño
los pasos no le averigüe.
Quedéme en el jardín solo, 265
y algo después sentí abrirse
la misma puerta; turbóme
la novedad, y escondíme
debajo de una arboleda
que pareció convenirme 270
para acechar a su sombra
con calidad de invisible.
Tentando, como quien busca,
llegó una mujer a asirme;
díjome que la siguiese 275
sin hablarla; persuadíme
que era mujer enviada
del caballero a cumplirme
la palabra de buscarme
(no hay yerro a que no me incline); 280
seguíla, y aquí me puso.
No tengo que referirte
lo demás, porque lo sabes,
y el tiempo no lo permite.
Quédate adiós.
DOÑA BEATRIZ
Pues ¿no aguardas
285
satisfacciones?
DON DIEGO
He de irme
para esperar a tu padre,
que en el jardín, como dije,
me ha de buscar, y ya es hora.
DOÑA BEATRIZ
¿Tampoco piensas decirme 290
la causa de que tu muerte
se tenga por infalible?
DON DIEGO
Ni eso te importa, ni hoy puedo
con más relación servirte,
porque tu padre me busca, 295
y es fuerza, si a descubrirme
viniese en esta ocasión,
que infamemente peligren
en mi la lealtad de huésped,
y en ti el honor que tuviste. 300
DOÑA BEATRIZ
¿Y no el que tengo, don Diego?
¿Tanto al honor contradice
el lance de aquesta noche?
¿Sospecha induce tan firme?

  (Aparte. 

¡Cosa que a don Luis hallase 305
mi padre, que es muy posible,
pues en el jardín espera!
Jusepa es bien que le avise.
Tomemos algún color.)
Primero que trates de irte, 310
don Diego, sepamos qué hace
mi padre.

 (Aparte a JUSEPA

Jusepa, dile
a don Luis...)
DON DIEGO
No me detengas.
DOÑA LEONOR

 (Aparte. 

Aquí es razón divertirle.)
Don Diego, ¿no os acordáis 315
de Leonor?
DON DIEGO
Nunca los tristes,
Leonor, han sido corteses.
Perdona que califique
mi pena con ser grosero,
y ella el perdón solicite. 320
 

(Bajan la voz.)

 
DOÑA BEATRIZ

 (Aparte a JUSEPA.) 

Que luego, pues tiene llave,
se vaya.
JUSEPA
Voy.
DOÑA BEATRIZ
Advertirle
podrás que mi padre estorba
la suerte que le ofreciste.
JUSEPA
Voy a llevarle la nueva. 325

  (Aparte. 

¡Buena ocasión de pedirle
albricias! Notad mi historia
las que servís a dos Luises.)

 (Vase.)  



Escena V

 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR, DON DIEGO.

 
DON DIEGO
¡Qué! ¿gustas de detenerme?
DOÑA BEATRIZ
No te canses; que has de oírme, 330
don Diego, satisfacciones.
DON DIEGO
Mira, Beatriz, no me obligues
a que te escuche, que ahora
no has de poder persuadirme,
y es mucho mejor dejarme 335
dudoso que no invencible.
DOÑA BEATRIZ
Yo espero que he de vencerte.
DON DIEGO
Yo sé que, por más que pintes
el lienzo de las disculpas,
y sus colores me afirmen 340
verdades en lo pintado,
la mentira ha de rendirme,
porque colores caducos
en breve espacio desdicen.
Piénsalo, Beatriz, mejor, 345
y aguarda a que se desvíe
de mi pesar lo reciente;
quizás sabrás reducirme:
que en el principio del daño
no hay cosa que no lastime, 350
palabra que no le encone,
disculpa que no le irrite.
Después a manos del tiempo
la misma razón se rinde.
Déjalo al tiempo, que allana 355
las cumbres inaccesibles,
y no me detengas más,
ni en riesgo tal me porfíes;
que iré con mayor cuidado
de ver que le desestimes. 360

 (Vase.) 



Escena VI

 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR.

 
DOÑA BEATRIZ
No quiso esperar, Leonor.
DOÑA LEONOR
Hermana, fue duro el lance,
y es imposible que alcance
siempre el sosiego al dolor.
Un caballero que tuvo 365
fortuna en tu voluntad,
y en tanta serenidad
de honesto favor estuvo,
¿qué mucho, Beatriz, que viendo
su bien aquí tan mudado, 370
se fuese desesperado,
de sus desdichas huyendo?
Fuera de que anduvo bien
en irse, por el recelo
de mi padre.
DOÑA BEATRIZ
Sabe el cielo
375
si me ha pesado también.
¿Qué haremos, Leonor hermana?
Tu ayuda me ha de valer.
DOÑA LEONOR
Aquí, Beatriz, no hay que hacer
sino aguardar a mañana; 380
que pues don Diego se queda
por huésped de vuestro padre,
tendrás ocasión que cuadre
para que dársele pueda
despacio satisfacción. 385
DOÑA BEATRIZ
Y ¿cuál te parece a ti?
DOÑA LEONOR
No es para tratado aquí;
que daña la dilación
en este lugar. Arriba
lo trataremos mejor. 390
DOÑA BEATRIZ
Bien dices; vamos, Leonor,
y mata esa luz.
DOÑA LEONOR

 (Aparte.) 

Más viva
se ve mi esperanza ya;
que puesto en Madrid don Diego,
Beatriz le ha de querer luego, 395
y a mi don Luis me querrá.
 

(Vanse.)

 


Escena VII

 

Jardín. Es de noche.

 
 

JUSEPA.

 
¿Llevar una mala nueva
yo a don Luis? ¿No era mejor
llamar a su confesor,
que es quien estas cosas lleva? 400
¡Qué alegre don Luis la aguarda!
¡Qué triste la ha de tener!
Y más lo ha de padecer
sobre lo mucho que tarda.
También a mí me condena 405
la suerte que le ha salido.
¿Qué fuera, a no haber venido
delante ya la cadena?
Por eso es bien acordado
que se adelante el favor, 410
y entre los grandes de amor,
me inclino al Adelantado.
Mas ¿dónde don Luis está?

  (Llega a los árboles.) 

Que aunque por señas le di
los árboles, falta aquí. 415
Veráse impaciente ya
de esperar, y habrá salido
por el jardín solo a andar;
que así se suele engañar
el ansia de un mal sufrido. 420
¿Si no es que la oscuridad
le recata, y más de mí,
que con la vista nací
tan ruin, que es civilidad?


Escena VIII

 

DON DIEGO, que viene de la casa, y se dirige a los árboles. JUSEPA.

 
DON DIEGO
Ya no es Madrid el peor 425
de los que me han recibido,
pues el amor me ha tenido
guardado pesar mayor.
¿Es ilusión lo que vi?
¿Beatriz con nuevo cuidado, 430
con un don Luis estimado
tan presto en lugar de mí?
Pero tres años no es presto;
que en mucho menos distancia
suele caber la inconstancia 435
de las mujeres. ¿Qué es esto?
¿Bulto otra vez de mujer
hacia los árboles? Cosa
se puede ofrecer forzosa;
Jusepa debe de ser. 440
Mas si a mirar lo que hacía
su padre de Beatriz fue,
¿cómo en el jardín se ve?
Todo a turbarme porfía.
Sentido mis pasos ha, 445
llegándose viene a mí.
JUSEPA
¿No es hombre lo que está allí?
Hombre es, y don Luis será;
pero del yerro pasado
me acuerdo, enmendarle intento; 450
que a voces del escarmiento
despierta siempre el cuidado.
Primero me ha de decir
su nombre.
DON DIEGO

 (Se emboza.) 

Embozarme quiero;
que alguna desdicha infiero 455
de que ésta vuelva a salir.
Mas ¿si viniese a buscar
Aquel don Luis que nombró
Beatriz cuando descubrió
que estaba yo en su lugar? 460
JUSEPA
¿Quién es?
DON DIEGO

 (Aparte. 

Aquí lo veré.)
Don Luis.
JUSEPA

 (Aparte. 

Eso pido: ahora
no lo erraré.) Mi señora,
pues os llamó, ya se ve,
don Luis, que gusta de hablaros; 465
pero su padre ha querido
bajar al jardín, y ha sido
grande ventura avisaros.
Pues llave tenéis, salid
al punto, y no os detengáis. 470
DON DIEGO

 (Aparte.) 

«Llave tenéis.» ¿Qué escucháis,
celos? Callad y morid.
JUSEPA
Adiós, don Luis; que no puedo
detenerme.

 (Aparte. 

Agora sí
que lo hice bien.)

 (Vase en dirección de la casa, y luego vuelve.)  

DON DIEGO

 (Aparte.) 

¡Ay de mí!
475
¡Con cuántas desdichas quedo!
Galán que tiene la llave,
la puerta tiene también.
Y aun del amor todo el bien
en estos indicios cabe. 480
¿Con tanta comodidad
se sigue este galanteo,
que cuesta en tan alto empleo
tan poca dificultad?
¿Era en Beatriz tan humano 485
el cielo con mi porfía?
¿Lleguéla a hablar algún día?
¿Tuve un Papel de su mano?
¿Puedo contar más favor
que un apacible semblante, 490
y que mirándome amante,
no se ofendiese su honor?
Pues ¿cómo tal diferencia?
¿Cómo Beatriz tan mudada?
¡Qué duda tan excusada 495
donde hay mujer y hay ausencia!

 (Mira hacia el paño.)  

¡Válgame Dios! Los reflejos
de aquella luz que allí viene
con tanta gente, previene
más mis miedos desde lejos. 500
¿Quién puede ser? que a buscarme
don Jerónimo, es concierto
que ha de venir encubierto,
porque ha ofrecido ocultarme.
JUSEPA

 (Vuelve.) 

Íbame a entrar, y advertí 505
ruido de gente que sale
con luz. La noche me vale
para acechar desde aquí,
sin que me puedan notar.

 (Retirase a un lado.)  

En excusando el encuentro, 510
como que salgo de adentro,
podré llegarme a escuchar.
¿Gente con luz? ¿A qué fin?
¡Qué lance tan desdichado,
si se estuviera encerrado 515
don Luis en este jardín!
¡A qué buen tiempo se fue!


Escena IX

 

DON JERÓNIMO, el TENIENTE, dos alguaciles, uno de ellos con hacha encendida. Dichos.

 
JUSEPA
Ya salen; tras ellos voy
algo apartada.
DON JERÓNIMO
No estoy
quejoso, ni lo estaré, 520
señor Teniente, jamás;
porque mi casa, en rigor,
no es casa de embajador.
TENIENTE
En mi estimación es más;
y aunque noticia he tenido 525
de que este jardín se abrió
no ha mucho, y un hombre entró,
que es lo que aquí me ha traído;
faltándome la licencia
no me arrojara yo a entrar, 530
aunque supiera no hallar
el hombre de la pendencia.
DON JERÓNIMO
Búsquese muy en buen hora.
TENIENTE
Buscadle, pues lo permite
quien puede mandar.
 

(Registran los alguaciles.)

 
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

Visite
535
despacio el Teniente ahora
todo el jardín, pues don Luis
seguro en mi cuarto está.
DON DIEGO

 (Aparte.) 

Recelos, ¿qué os falta ya?
Sospechas, ¿qué me decís? 540
Esta desdicha ¿á quién pasa?
ALGUACIL 1.º
¿Quién va allá?
 

(Topan con JUSEPA.)

 
JUSEPA
¿Quién ha de ser?
¿No ven que es una mujer,
y que parece de casa?
ALGUACIL 1.º
Otra pregunta es forzosa. 545
¿Qué hacéis aquí desvelada?
JUSEPA
Hago el papel de criada,
que es el papel de curiosa.
ALGUACIL 1.º
Concluyóme. Id adelante
con la luz.
JUSEPA

 (Aparte.) 

Esto parece
550
justicia.
DON DIEGO
Mi asombro crece,
y era al principio gigante.
ALGUACIL 2.º

 (Llega a DON DIEGO.) 

Aquí hay un hombre escondido.
¿Qué hacéis aquí?
DON DIEGO
¿Qué sé yo?

  (Aparte. 

Mi suerte se declaró.) 555
ALGUACIL 2.º
Venid a ser conocido.
DON DIEGO
¿Adónde?
ALGUACIL 2.º
Al señor Teniente.
DON DIEGO

 (Aparte.) 

Esto faltaba al cuidado;
mas, celos lo han ocupado,
¿qué puede haber que le aumente? 560
JUSEPA

 (Aparte.) 

Prendieron un hombre, ¡ay Dios!
¿Si fuese don Luis? Yo llego.
No es don Luis, sino don Diego:
menos mal entre los dos.
 

(Llevan los alguaciles a DON DIEGO delante del TENIENTE.)

 
ALGUACIL 2.º
Este hombre se halló encubierto. 565
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

No siendo don Luis, ¡qué encanto!
JUSEPA

 (Aparte.) 

¿Es noche de Jueves Santo,
que se hace prisión en huerto?
TENIENTE
¿Cómo os llamáis?
DON DIEGO
No hay negar
el nombre: don Diego soy 570
de Silva.
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

Confuso estoy,
y en medio de harto pesar.
Un hombre truje yo aquí,
y hallo dos; claro se ve
que el uno de los dos fue 575
quien se ha venido por sí.
tengo dos hijas hermosas...
¡Ay honor! ¿Qué es lo que infieres?
Que tienen el ser mujeres
muy junto al ser generosas. 580
TENIENTE
Aquí no queda que hacer;
dadme licencia.
DON JERÓNIMO
Esperad,
señor Teniente, y pensad
que agora llego a saber
del preso que se ha ofrecido; 585
no os engañé.
TENIENTE
No he pensado
tal cosa.
DON JERÓNIMO
De algún criado
la acción de esconderle ha sido.

  (Aparte. 

Conviene aqueste color,
porque dudar de su entrada 590
fuera dejar fulminada
la causa contra el honor.)
 

(Aparta DON DIEGO a DON JERÓNIMO y hablan recatadamente.)

 
DON DIEGO
Antes que vamos, ¿queréis
una palabra?
DON JERÓNIMO
Y aun dos.
DON DIEGO
Caballeros como vos, 595
que tanta sangre tenéis,
no engañan.
DON JERÓNIMO
Verdad habláis,
mas ¿qué es la ocasión?
DON DIEGO
¿Aquí
no me encerrasteis a mí?
Y agora ¿no me entregáis, 600
atribuyendo la acción
de esconderme a un criado?
Pues no, no se ha contentado
con esto la presunción:
cuando me abristeis la puerta, 605
¿no os fuisteis por otra parte,
diciéndome (porque al arte
cualquier excusa concierta)
que era por más me ocultar?
Y fue, según el suceso, 610
para trazar que esté preso
quien huésped empezó a estar.
Mirad si es cierto el engaño
del trato que juzgué amigo;
por descansar os lo digo, 615
que no porque tema el daño.
DON JERÓNIMO
Quejoso estáis sin razón,
mas no sin causa.

 (Aparte. 

No quiero
perder de buen caballero
con él la reputación.) 620
Aquí, don Diego, hay desgracia,
no culpa, vos lo veréis.
Señor Teniente, ¿queréis
hacerme un favor, que es gracia?
TENIENTE
Mandad, y seréis servido. 625
DON JERÓNIMO
Quisiera preso a don Diego
en mi casa.
TENIENTE
Ya os le entrego;
que el hombre que queda herido,
dicen que sin riesgo está.
Mas cuando riesgo tuviera, 630
del mismo modo os sirviera.
DON JERÓNIMO
Dos presos hicisteis ya
conmigo; ponednos guarda.
TENIENTE
¿Qué guarda mejor que vos?
¿Mandáis otra cosa? Adiós. 635
JUSEPA

 (Aparte.) 

Beatriz sin duda me aguarda;
voy a contarla el suceso.

 (Vase.) 

DON JERÓNIMO

 (Señalando la puerta del jardín que da a la calle.) 

¿Queréis salir por aquí
que viene a atajarse?
TENIENTE
Sí.
DON JERÓNIMO
Seguro dejáis el preso, 640
y a mí con obligaciones
perpetuas. El cielo os guarde.
TENIENTE
Quedad con Dios; que ya es tarde.
 

(Vase el TENIENTE con los alguaciles.)

 


Escena X

 

DON JERÓNIMO, DON DIEGO.

 
DON JERÓNIMO

 (Aparte. 

Bien me tratáis, confusiones.
¿Quién entre tantas anduvo? 645
Don Luis, en lo que me ha hablado
de la pendencia, ha tratado
como hombre que en ella estuvo;
por otra parte, en don Diego
señales tan ciertas ve, 650
como decir que le abrí
la puerta, y le dejé luego.
De abismo que es tan oscuro,
recelos, ¿qué me decís?
Que el sospechoso es don Luis, 655
y que es don Diego el seguro.
Ahora bien: yo he de apurar
el caso, volviendo a ver
a don Luis, porque ha de ser
con maña particular. 660
No ha de faltarme color
ce hacer segunda visita;
mas ¡ay, que ya necesita
la brevedad el honor!
Don Diego me espera ya; 665
quiero con gran cortesía
culparle la grosería
de la opinión en que está.)
Señor don Diego, yo soy
un caballero que trato 670
de no desmentir ingrato
la obligación en que estoy.
Mi estudio principal es
servir por honestos modos
a los amigos y a todos, 675
que es el mayor interés.
A nadie he visto con queja,
sino es a vos, que decís
que os engañé, y es que oís
lo que el dolor aconseja. 680
Satisfacción os daré
con lo que os pienso servir,
y vos vendréis a decir,
servido, si os engañé.
Venid a ese cuarto bajo, 685
que habéis de ocupar, y allí
conoceréis que hay en mí
socorro para el trabajo,
consejo para la duda,
verdad para la promesa, 690
y un corazón que profesa
mostrar el alma desnuda.
DON DIEGO
Corrido estoy; responderos
quisiera.
DON JERÓNIMO
Muy tarde es ya;
venid, que ocasión habrá; 695
no engañan los caballeros.

  (Aparte. 

Al cuarto bajo te guío,
que no se puede excusar,
pues no es hora de aliñar
el alto, que está vacío. 700
Fuera de que don Luis
tiene el de enfrente, y no es bien
que tan vecinos estén.
recato, bien advertís.
Vamos, honor, a tratar 705
ve vuestro negocio. El cielo
mejore tanto desvelo.)
DON DIEGO

 (Aparte.) 

Fortuna, ¿en qué he de parar?
DON JERÓNIMO
Venid, don Diego, conmigo.

  (Aparte. 

Ya tengo otro huésped nuevo; 710
¡con qué cuidado le llevo!)
DON DIEGO

 (Aparte.) 

¡Con qué cuidado le sigo!


Escena XI

 

Habitación de DOÑA BEATRIZ y DOÑA LEONOR.

 
 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR.

 
DOÑA BEATRIZ
¿Qué te parece, Leonor,
lo que Jusepa ha contado?
DOÑA LEONOR
Paréceme que ha mirado 715
piadoso el cielo tu amor.
Don Diego en casa asegura
tu dicha.
DOÑA BEATRIZ
¡Feliz suceso!
Disgusto es tenerle preso;
pero tan cerca, es ventura. 720
DOÑA LEONOR
También lo fue que avisase
Jusepa a don Luis.
DOÑA BEATRIZ
En todo
se va mejorando el modo
de mi suerte.
DOÑA LEONOR
Enmendaráse
sin duda. Contenta estás; 725
¡cómo se ve que es don Diego
la causa!
DOÑA BEATRIZ
No te lo niego,
ni lo he negado jamás.
DOÑA LEONOR
Y ¿don Luis?
DOÑA BEATRIZ
No hay ya don Luis.
DOÑA LEONOR
¿Eso, Beatriz, no es mudanza? 730

  (Aparte. 

Tomad aliento, esperanza;
que buenas nuevas oís.)
DOÑA BEATRIZ
¿Has visto en muriendo el sol
cuando la noche apresura
sus lutos, y en nube oscura 735
vuelve el dorado arrebol,
cómo se deja abrasar
en luz ardiente la estrella,
tan alentada, tan bella,
como quien viene a reinar; 740
y luego, cuando amanece
otra vez, y el sol se mira,
como si fuera mentira
la estrella se desparece?
Tal a don Luis juzgo yo, 745
Leonor, que le ha sucedido;
porque su estrella ha lucido
mientras don Diego murió.
Vuelve don Diego a nacer,
y al mismo punto que nace, 750
todo don Luis se deshace:
perdiendo caduco el ser
con tanta desigualdad,
que es a la luz que hoy se mira,
don Luis estrella y mentira, 755
don Diego sol y verdad.


Escena XII

 

JUSEPA. Dichos.

 
DOÑA LEONOR
Jusepa viene.
DOÑA BEATRIZ
¿Tenemos
Jusepa, más novedades?
JUSEPA
Salud y gracia. Sepades
que muy vecinas nos vemos 760
de don Diego.
DOÑA BEATRIZ
¿Cómo así?
JUSEPA
Porque tu padre le dio
su cuarto, y él se pasó
al otro de enfrente.
DOÑA BEATRIZ
Y di,
¿cómo lo sabes?
JUSEPA
Ahora
765
me dijo que allí te armase
una cama en que pasase
hasta que venga la aurora,
diciéndome que dejaba
a un huésped el cuarto suyo. 770
Que será don Diego arguyo
el huésped.
DOÑA BEATRIZ
Dudosa estaba.
Bien se hace todo, Leonor,
pues ese cuarto que tiene
don Diego ya ves que viene 775
por medio de un corredor
a juntarse con el nuestro;
comodidad hay de ver
a don Diego.
JUSEPA
Y yo he de ser
en este encierro el cabestro. 780
DOÑA BEATRIZ
Corre, Jusepa, a llevar
lo que mi padre pidió,
y vuélvete.
JUSEPA
Harélo yo,
que muero por encerrar.
 

(Vanse.)

 


Escena XIII

 

Habitación de DON JERÓNIMO. No hay luz.

 
 

DON LUIS.

 
Como si fuera muy leve 785
la confusión en que estoy,
a más confusiones voy,
sufriendo que el mal me lleve.
Pasos y ruido he sentido
por el jardín. El secreto, 790
a que me tiene sujeto
la suerte que me ha escondido
(¡válgame Dios!), ¿qué sería?
¿Puede Beatriz tener parte
en ello? No, no sé... ¿Parte 795
del miedo la cortesía?
Desdice de su recato
el ruido que allí noté.
Mas ¿si es el hombre que fue
(ya debe de haber buen rato) 800
con la mujer, el que dio
causa al estruendo? Es posible.
Sospecha, venís terrible;
mentid, porque viva yo.
 

(Llaman.)

 
¿No llaman en esta puerta? 805
Llamando están, voy a abrir;
por lo que puede venir
me he de embozar. Ya está abierta.

 (Se emboza y abre.)  

¡Válgame el cielo! ¿Si amor
mis esperanzas ayuda? 810
¿Quién llama?
 

(Sale JUSEPA a la puerta.)

 


Escena XIV

 

JUSEPA. DON LUIS.

 
JUSEPA

 (Aparte. 

Salir de duda
conviene.) ¿Sois mi señor?
DON LUIS
No soy, sino huésped suyo.
JUSEPA
Sedlo en buen hora, don Diego.
Beatriz ha de hablaros luego; 815
yo voy por ella.

 (Vase.) 



Escena XV

 

DON LUIS.

 
¿Qué arguyo
de aquí? Mas ¿qué hay que argüir?
¿Ya no se ve que mi suerte
sobre un don Diego me advierte
que yo he quedado a morir? 820
¿Ya no se ve que aquel hombre
que con la mujer salió
de los árboles, me dio
la muerte aquí con el nombre?
¿Qué confusión haber puede 825
tan triste? Mas no ha acabado;
 

(Llaman.)

 
que en otra puerta han llamado.

 (Cierra la primera.)  

Cerrada aquesta se quede,
y vamos a ver quién llama
por acá. Cielos, ¿qué es esto? 830
¿Tanta fortuna tan presto?
Mirad que el poder se infama
con perseguir a un rendido.
¿Quién llama?

 (Se emboza, y abre.) 



Escena XVI

 

DON JERÓNIMO. DON LUIS.

 
DON JERÓNIMO
No os embocéis,
don Luis.
DON LUIS
Señor.
DON JERÓNIMO
Dudaréis
835
la causa de haber venido
segunda vez a inquietaros.
DON LUIS
Por fuerza ha de ser favor.
DON JERÓNIMO

 (Aparte. 

Es a lo menos amor
el que temo averiguaros.) 840
¿No es hora de recogeros?
¿Vestido os estáis así?
DON LUIS
Sabed que me recogí;
mas a los lances primeros
del sueño, me pareció 845

  (Aparte. 

quizá por aquí sabré
mejor lo que el ruido fue)
que cerca de mi se oyó
ruido de gente; despierto,
juzgó lo mismo el cuidado; 850
púseme en pié, desvelado;
y al fin soñé, que es lo cierto.
DON JERÓNIMO
No habéis soñado don Luis

  (Aparte. 

Él mismo el color me ofrece)
que eso que sueño os parece, 855
y el ruido que me decís,
era un teniente que andaba
por el jardín con su gente.
DON LUIS
Pues ¿qué buscaba el Teniente?
DON JERÓNIMO
A vos, don Luis, os buscaba; 860
y es que vuestro paje

 (Aparte. 

Aquí
si me ha mentido veré),
con quien hablando os hallé;
ya estáis en quién digo...
DON LUIS
Sí,
en aquel paje que hablando 865
conmigo estaba.

 (Aparte. 

Ir con él
es fuerza.)
DON JERÓNIMO

 (Aparte. 

¡Ah don Luis infiel!
¿Qué paje te hablaba, o cuándo?)
Le dijo que os escondisteis
en mi jardín; no os halló, 870
don Luis, y así, se volvió.
Este es el ruido que oísteis.
Yo viendo que era forzoso
que hubiésedes algo oído,
propuse con lo advertido 875
quitaros lo cuidadoso.
 

(Llaman a la puerta por donde entró JUSEPA, y hace movimiento DON LUIS de acudir a ella.)

 
Allí llaman, estad quedo.

  (Aparte. 

¡Válgame Dios! ¿Quién será?
Don Diego sin culpa está.)
DON LUIS

 (Aparte.) 

Quitarle el llegar no puedo, 880
porque es su casa.
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

¡Ah traidor!
Tu muerte aquí se concierta.
DON LUIS

 (Aparte.) 

Buen lance salta en la puerta;
mas no es terrible el rigor,
pues si se vuelve a nombrar 885
allí el don Diego que oí,
verá mi huésped que en mí
no tiene qué recelar.
 

(Embózase DON JERÓNIMO, y llega a la puerta.)

 
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

Llegar embozado es bien,
y aun la voz diferenciar; 890
que sé yo lo que he de hablar
en esta ocasión también.
Abro.
 

(Abre, y aparece JUSEPA.)

 


Escena XVII

 

JUSEPA. Dichos.

 
JUSEPA

 (Desde la puerta.) 

Don Diego, ya va
Beatriz para hablar contigo.
DON JERÓNIMO
No puede ser; que conmigo 895
su padre en visita está.
 

(Vase JUSEPA, y cierra DON JERÓNIMO la puerta.)

 


Escena XVIII

 

DON JERÓNIMO, DON LUIS.

 
DON JERÓNIMO

 (Aparte sin alejarse de la puerta.) 

No es para ruido este caso;
paciencia, honor, por un poco.
Si yo no me vuelvo loco,
de loco mil veces paso. 900
¡Cielos, en qué confusión
entra otra vez el cuidado!
No ha mucho que era culpado
don Luis en una traición,
don Diego estaba sin culpa; 905
y en un instante el honor
halla a don Diego traidor,
y a don Luis con su disculpa.
Más hay que pensar aquí
de lo que se entiende; quiero 910
pensarlo solo: el acero
después volverá por mí.
Cerrada dejo la puerta.

 (Vuelve a reconocerla.)  

Vuelvo a mirarla; que es corta
mi dicha; pero ¿qué importa, 915
si queda la infamia abierta?
DON LUIS

 (Para sí.) 

¿Cómo le habrá sucedido,
que le ha obligado a tardar?
DON JERÓNIMO

 (Aparte. 

Conviene disimular
el lance, como ha venido.) 920
Perdonad el detenerme;
que, como me imaginaban
en este cuarto, pasaban
mis hijas agora a verme;
y no es, sino que querían 925
saber el ruido que oyeron,
como vos. Ya se volvieron.
DON LUIS

 (Aparte.) 

Mis dudas siempre porfían;
algo se da que temer
en esta excusa.
DON JERÓNIMO
Ya es tarde;
930
don Luis, adiós.
DON LUIS
Dios os guarde.
DON JERÓNIMO

 (Aparte.) 

Caro me cuesta el hacer
amistades a los dos.
Pues ellos tanto desdicen.
¡Qué bien dicen los que dicen: 935
«Hacer bien; que Dios es Dios»!

 (Vase.) 

DON LUIS
Yo quedo en harta desdicha;
bien me tendrán cuidadoso.
De un huésped lo receloso,
y de un don Diego la dicha. 940



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