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31

Años después, esta idea de literatura seguirá vigente: Francisco Javier Moya, en El Espectador (9 de mayo de 1848), defiende la idea de una novela comprometida: «No se exige únicamente a la novela que entretenga, sino que moralice, que favorezca y produzca el progreso, que se aventure en sus tendencias, que llame a las puertas del porvenir; en una palabra, que pulverice los vicios sociales y que descorra el velo que oculta los destinos».

 

32

Véase L. Behiels, «El criterio de la verosimilitud en la crítica literaria de Larra», Castilla, 8 (1984), pp. 25-46.

 

33

O. B. González, «Larra: el romántico y el didáctico», en John R. Rosenberg (ed.), Resonancias románticas: evocaciones del romanticismo hispánico, José Porrua Turanzas, Madrid, 1988, pp. 122-123.

 

34

Una clasificación que recuerda a la expuesta por Mesonero Romanos, lo que demuestra el éxito que debió tener lo fantástico, puesto que se le sitúa junto a los grandes géneros narrativos del momento: la novela histórica y la novela de costumbres.

 

35

Cito de la edición de Carmen Bravo-Villasante, Castalia, Madrid, 1979, p. 214.

 

36

Fue escrito por John William Polidori, secretario y médico personal de Byron. Este error es debido al malentendido del editor de la revista New Monthly Magazine, donde apareció publicado el cuento en el número de junio de 1819.

 

37

Semanario Pintoresco Español, núm. 28, 13 de julio de 1851.

 

38

Baquero Goyanes (op. cit., pp. 236-239) afirma que las narraciones de Hoffmann debieron tener gran éxito y popularidad, a juzgar por las abundantes citas que de ellas se encuentran en la literatura y en los artículos críticos de esos años: mencionando el nombre de Hoffmann en la descripción de un ambiente, un lugar o un personaje, o comparando a éstos con la obra del escritor alemán, se sugería el carácter fantástico, maravilloso o simplemente extraño de lo descrito. A partir de los años 50, los críticos utilizarán también el nombre y la obra de Poe como término de comparación.

 

39

Para todo lo relacionado con las lecturas francesas de los españoles de esos años véase la tesis doctoral de Jesús A. Martínez Marín, Lecturas y lectores en la España Isabelina, Universidad Complutense de Madrid, 1986.

 

40

Artículo anónimo, «Teatros. Muérete ¡y verás!... Comedia original en cuatro actos, por Don Manuel Bretón de los Herreros», Semanario Pintoresco Español, núm. 58 (7-5-1837), p. 141.