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La cueva del Cabezo de los Secos

José María Soler García





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Debemos el conocimiento de este yacimiento a Francisco Brotons Yagüe y Rafael Méndez Ortiz, licenciados ambos por la Universidad de Murcia, quienes, en febrero de 1987, nos hicieron entrega de un lote de objetos que habían recogido durante la exploración superficial de una cueva existente en el que llamaron Cabezo de la Casa de Luna, casi en la línea divisoria entre Villena y Yecla, límite en el que, más al Sur, se abre la Cueva del Lagrimal.

Consistía el lote en un núcleo de sílex oscuro con numerosas huellas de uso (fig. 2a, núm. 1); una «tableta de avivamiento» en sílex pardo oscuro (fig. 2a, núm. 2); una pequeña lasca negruzca y, como pieza excepcional, una hoja truncada de sílex melado de 11 centímetros de longitud y 2'5 centímetros de anchura, con retoques menudos, casi abruptos, en los dos filos del plano de lascado y en la truncadura distal (fig. 2b, núm. 5). Se completaba el lote con dos pequeños fragmentos de hueso, uno de ellos con probable alisado; un trozo de cerámica a torno, de interior negruzco y superficie parda; otro fragmento de cerámica a mano tosca, oscura, perteneciente a una vasija de base aplanada; otro de color gris pardo, de superficie alisada, y un fragmento casi cuadrado, con pasta color pardo, de buena calidad, y decoración cardial en espiga bajo dos surcos paralelos (lám. II, A).

La aparición de este fragmento era una de las novedades que daban especial interés al yacimiento, porque, como ya comentamos en un trabajo anterior1, la cerámica cardial no había aparecido en ninguna de las numerosas cuevas exploradas en la comarca, incluida la del Lagrimal, pero era, en cambio, muy abundante en yacimientos de llanura, como Casa de Lara y Arenal de la Virgen.

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Dibujo del yacimiento

Fig. 1.-Planta y secciones del yacimiento

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Núcleos y hojas de sílex

Fig. 2.-A: Núcleos de sílex. B: Hojas de sílex

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El 1 de marzo de 1987 accedimos al yacimiento en compañía de sus descubridores. No se hallaba, como nos dijeron, en el Cabezo de la Casa de Luna, aunque con este nombre signamos los primeros materiales, sino algo más al Oeste, al parecer en el llamado Cabezo de los Secos, escarpes occidentales de la Sierra de Enmedio. Es éste un extremo que habrá que comprobar más detenidamente.

Se trataba de dos cavidades contiguas separadas por un trozo de roca (lám. I, A), a escasos metros del llano, por donde discurre el llamado «Camino de Granada», que conduce hacia el SE a través del altiplano Yecla-Jumilla.

La cueva oriental (lám. I, A), que era la mayor, carecía de sedimento arqueológico, pues su piso era la roca viva, aunque sus paredes estaban oscurecidas por el fuego. La occidental (lám. I, A y B) se hallaba a menor altura y no se divisaba desde el llano a causa de la vegetación.

Se trata de una cavidad de planta ligeramente elíptica (fig. 1), con 5'30 metros de dimensión máxima Este-Oeste, 4'50 de Norte a Sur, 2'80 de boca y 1'35 de altura en la entrada. El relleno era de tierras oscuras cenicientas con piedras y una potencia máxima de 30 centímetros, estrato en el que se presentaban los materiales prehistóricos y medievales en completo revoltijo.

Hacia el fondo de la cavidad, la roca del piso se hunde en escalón para formar una especie de canal que se dirige hacia el NO. Corrientes de aire nos indicaban la existencia de alguna otra comunicación con el exterior, que puede ser una cavidad rellena de grandes piedras que se abre a unos 12 metros al Norte de la cueva (lám. II, B). Entre las tierras de esta especie de sima extraídas por los animales, había numerosos huesos de fauna, un trozo de hueso largo y un temporal, ambos humanos.

Auxiliados por nuestros habituales colaboradores María Dolores Vargas, María Teresa Flor, Laura Hernández, Miguel Flor, José Hernández Salguero y Francisco Torró, practicamos diversas catas en ese estrato único, que sólo en algunos casos alcanzaron los 30 centímetros de espesor. Se dejó un testigo intacto, de dos metros de longitud, a la entrada de la cueva.

Los materiales encontrados fueron los siguientes:

  • Huesos humanos:

  • 1 calvaria.
  • 2 pequeños trozos de cráneo.
  • 1 hueso temporal.
  • 1 vertebral.
  • 1 trozo de hueso largo.
  • 10 piezas dentarias.
  • Sílex:

  • 4 núcleos (fig. 2a, núms. 1 y 3).
  • 2 tabletas de avivamiento (fig. 2a, núm. 2, y fig. 4, núm. 2).
  • 1 buril central (fig. 4, núm. 4).
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  • 1 buril lateral (fig.. 4, núm. 7).
  • 1 denticulado (fig. 4, núm. 8).
  • 1 raedera convexa (fig. 4, núm. 15).
  • 2 raspadores en extremo de lasca (fig. 4, núms. 3 y 12).
  • 1 cepillo en pequeña lasca cortical (fig. 4, núm. 1).
  • 1 media luna alargada de borde rebajado (fig. 4, núm. 13).
  • 1 trapecio con las puntas fragmentadas (fig. 4, núm. 14).
  • 44 hojas de diversos tamaños, entre las que destaca la de 11 cm. ya mencionada (fig. 2b, núms. 1 al 5; fig. 3, núms. 1 al 33, y fig. 4, núms. 9, 11, 16 y 17). De estas últimas, las núms. 9, 11 y 17 son microlíticas, con retoque menudo en el filo derecho, y la núm. 6 lleva retoque inverso en la truncadura.
  • 118 lascas amorfas.

Hojas de sílex

Fig. 3.-Hojas de sílex

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Piezas de sílex

Fig. 4.-5. «Columbella» perforada. 6. Cuenta de piedra. Resto, piezas de sílex

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  • Concha:

  • 1 «columbella rustica» con perforación irregular (fig. 4, núm. 5).
  • 60 ejemplares de helix.
  • Adornos:

  • Aparte de la «columbella» ya mencionada, una cuenta de collar de piedra blanquecina con perforación central (fig. 4, núm. 6).
  • Objetos diversos:

  • Una barrita metálica con extremos abultados y ranura central.
  • Un fragmento de hueso aplanado, muy pulido, con incisiones onduladas en una de las caras.
  • Un fragmento de hueso de sección triangular muy bruñido.
  • Cerámica a mano:

  • 1 borde de cuenco parabólico (fig. 5, núm. 2).
  • 1 borde de cuenco hemiesférico (fig. 5, núm. 4).
  • 2 fragmentos de cuencos con borde recto (fig. 5, núms. 1 y 3).
  • 2 bordes de vasijas globulares con cuello indicado (fig. 5, núms. 5 y 6).
  • 2 fragmentos de cuerpos globulares (fig. 5, núms. 7 y 8).
  • 4 fragmentos de vasijas toscas de base aplanada (fig. 5, núms. 9, 10 y 11).
  • 1 fragmento de color pardo con decoración cardial (lám. II, A).
  • 40 fragmentos amorfos.
  • Cerámica a torno:

  • 2 fragmentos de pasta parda con vedrío verde por ambas caras (fig. 7, núms. 1 y 2).
  • 5 fragmentos de pasta pardo-rojiza, con vedrío verde mate por la cara interna y parte de la externa (fig. 7, núms. 1 y 2).
  • 2 fragmentos pardo-rojizos con pintura a la almagra (fig. 7, núm. 3).
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  • 1 fragmento con vestigios de pintura rojiza (fig. 7, núm. 5).
  • 2 fragmentos de pasta grisácea con pintura negruzca (fig. 7, núm. 6).
  • 3 fragmentos pardos con línea incisa (fig. 7, núm. 4).
  • 1 fragmento de pasta rojiza y superficie gris, con zona acanalada (fig. 6, núm. 1).
  • 1 fragmento rojizo acanalado (fig. 6, núm. 12).
  • 2 fragmentos, gris y ocre, de base plana (fig. 6, núms. 10 y 11).
  • 2 fragmentos grises de base plana (fig. 6, núms. 7, 8 y 9).
  • 1 fragmento pardo con anillo basal (fig. 6, núm. 6).
  • 1 fragmento gris de borde abultado (fig. 6, núm. 5).
  • 1 fragmento pardo de cuerpo globular (fig. 6, núm. 3).
  • 1 fragmento globular ocre, con arranque de asa (fig. 6, núm. 2).
  • 1 fragmento de borde fino, gris (fig. 6, núm. 4).
  • 12 fragmentos con vedrío melado por la cara interna.
  • 4 fragmentos con vedrío melado por ambas caras.
  • 3 fragmentos con vedrío amarillo.
  • 74 fragmentos corrientes, bizcochados.

Cerámica

Fig. 5.-Cerámica a mano

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Cerámica

Fig. 6.-Cerámicas a torno, lisas y acanaladas

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Conclusiones provisionales

Son muchas las dudas surgidas que todavía no han podido ser resueltas. En primer lugar, no acabamos de entender por qué no se ocupó la cueva oriental, que es más amplia y cómoda que la otra. Por esta circunstancia, y porque sus paredes quemadas atestiguan una prolongada ocupación, hemos llegado a pensar que el sedimento más antiguo ha sido eliminado y sus restos derramados ladera abajo, y así parece confirmarlo el hallazgo, en una ligera prospección por esa ladera, de los siguientes objetos:

  • Sílex:

  • 1 pequeño núcleo marrón muy golpeado.
  • 1 raspador circular de sílex gris.
  • 1 núcleo cortical también gris.
  • 9 lascas con retoques irregulares.
  • 6 lasquillas menudas.
  • Cuarcita:

  • 1 canto gris con huellas de lascado.
  • 1 canto partido de color marrón.
  • 1 canto violáceo muy golpeado.
  • 2 lascas desprendidas de este último.
  • Cerámica a mano:

  • 5 pequeños fragmentos grises muy rodados.
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Cerámica

Fig. 7.-Cerámicas a torno, vidriadas, pintadas e incisas

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  • Cerámica a torno:

  • 1 tiesto con vedrío melado.
  • 70 fragmentos bizcochados.
  • 2 fragmentos acanalados.

Es un conjunto, como se ve, muy similar al obtenido en la prospección de la cueva occidental.

No han aparecido, en estas rebuscas superficiales, huesos humanos, y esto, unido a su escasez en la propia cueva, nos hace dudar de que se trate de una cueva de enterramientos colectivos, comparable a las numerosas que existen en la comarca, ya que los escasos huesos hallados hasta ahora pueden pertenecer a enterramientos recientes. Esto explicaría también la falta de flechas de sílex y de instrumentos de piedra pulimentada. Pero todo ello debe quedar en suspenso hasta que se explore la oquedad de las cercanías.

Lo que se puede asegurar es que el conjunto del sílex se encuadra perfectamente en el Mesolítico IIa de la sistematización que proponíamos en 19812, que tiene sus más exactos paralelos en el Pinar de Tarruella, Arenal de la Virgen, Casa de Lara y Estrato III de la Cueva del Lagrimal, alguno de los cuales no llegó a neolitizarse, como sucede en el primero. En la Cueva del Lagrimal, el tránsito se produjo con la adquisición de cerámicas lisas e incisas, y en los yacimientos de llanura -Lara y Arenal-, con esos mismos elementos y la asimilación de las cerámicas decoradas de todos los tipos, incluidos los cardiales.

Hemos querido dejar constancia de este nuevo yacimiento en homenaje a Domingo Fletcher, uno de los primeros en señalar las dos facies del Mesolítico levantino caracterizadas por la presencia o ausencia de los microlitos geométricos, que en la comarca de Villena aparecieron aisladas y bastante puras en las dos cuevas, Grande y Pequeña, de la Huesa Tacaña, y perfectamente unidas en el Pinar de Tarruella, Arenal de la Virgen, Casa de Lara y Estrato III de la Cueva del Lagrimal. Ahora lo hacen de nuevo en este pequeño yacimiento que acabamos de presentar.

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Cueva del Cabezo de los Secos

Lámina I. A: Las dos cuevas del Cabezo de los Secos

Cueva del Cabezo de los Secos

Lámina I. B: La Cueva Occidental

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Cerámica

Lámina II. A: Fragmento de cerámica con decoración cardial

Cavidad

Lámina II. B: Cavidad en la ladera norte



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