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La dama duende

Comedia famosa

Pedro Calderón de la Barca


[Nota preliminar: Edición a cargo de Luis Iglesias Feijoo. Grupo de investigación Calderón de la Barca. Proyecto TC/12.]



PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
 

 
DON MANUEL.
COSME,   gracioso.
DOÑA ÁNGELA.
ISABEL,   criada.
RODRIGO,   criado.
DON LUIS.
DON JUAN.
DOÑA BEATRIZ.
CLARA,   criada.
CRIADOS.





ArribaAbajoJornada I

 

Salen DON MANUEL y COSME, de camino.

 
MANUEL
Por un hora no llegamos
a tiempo de ver las fiestas
con que Madrid generosa
hoy el bautismo celebra
del primero Baltasar.5
COSME
Como esas cosas se aciertan
o se yerran por un hora:
por una hora que fuera
antes Píramo a la fuente
no hallara a su Tisbe muerta10
y las moras no mancharan,
porque dicen los poetas
que con arrope de moras
se escribió aquella tragedia;
por un hora que tardara15
Tarquino hallara a Lucrecia
recogida, con lo cual
los autores no anduvieran,
sin ser vicarios, llevando
a salas de competencias20
la causa sobre saber
si hizo fuerza o no hizo fuerza;
por un hora que pensara
si era bien hecho o no era
echarse Hero de la torre25
no se echara, es cosa cierta,
con que se hubiera excusado
el doctor Mira de Mescua
de haber dado a los teatros
tan bien escrita comedia30
y haberla representado
Amarilis tan de veras
que, volatín del carnal
-si otros son de la cuaresma-,
sacó más de alguna vez35
las manos en la cabeza;
y, puesto que hemos perdido
por un hora tan gran fiesta,
no por un hora perdamos
la posada, que si llega40
tarde Abindarráez, es ley
que haya de quedarse fuera;
y estoy rabiando por ver
este amigo que te espera,
como si fueras galán45
al uso, con cama y mesa,
sin saber cómo o por dónde
tan grande dicha nos venga,
pues, sin ser los dos torneos,
hoy a los dos nos sustenta.50
MANUEL
Don Juan de Toledo es, Cosme,
el hombre que más profesa
mi amistad, siendo los dos
envidia, ya que no afrenta,
de cuantos la Antigüedad55
por tantos siglos celebra.
Los dos estudiamos juntos
y, pasando de las letras
a las armas, los dos fuimos
camaradas en la guerra.60
En las del Piamonte, cuando
el señor duque de Feria
con la jineta me honró,
le di, Cosme, mi bandera.
Fue mi alférez y después,65
sacando de una refriega
una penetrante herida,
le curé en mi cama mesma.
La vida, después de Dios,
me debe; dejo las deudas70
de menores intereses,
que entre nobles es bajeza
referirlas, pues por eso
pintó la docta Academia
al galardón una dama75
rica y las espaldas vueltas,
dando a entender que, en haciendo
el beneficio, es discreta
acción olvidarse de él,
que no le hace el que le acuerda.80
En fin, don Juan, obligado
de amistades y finezas,
viendo que su Majestad
con este gobierno premia
mis servicios y que vengo85
de paso a la corte, intenta
hoy hospedarme en su casa
por pagarme con las mesmas;
y, aunque a Burgos me escribió
de casa y calle las señas,90
no quise andar preguntando
a caballo dónde era
y así dejé en la posada
las mulas y las maletas.
Yendo hacia donde me dice95
vi las galas y libreas
y, informado de la causa,
quise, aunque de paso, verlas.
Llegamos tarde en efeto,
porque...
 

(Salen DOÑA ÁNGELA y ISABEL, en corto, tapadas.)

 
ÁNGELA
Si, como lo muestra
100
el traje, sois caballero
de obligaciones y prendas,
amparad a una mujer
que a valerse de vos llega.
Honor y vida me importa 105
que aquel hidalgo no sepa
quién soy y que no me siga.
Estorbad, por vida vuestra,
a una mujer principal
una desdicha, una afrenta,110
que podrá ser que algún día...
¡Adiós, adiós, que voy muerta!

 (Vase.) 

COSME
¿Es dama o es torbellino?
MANUEL
¿Hay tal suceso?
COSME
¿Qué piensas
hacer?
MANUEL
¿Eso preguntas?
115
¿Cómo puede mi nobleza
excusarse de excusar
una desdicha, una afrenta?
Que, según muestra, sin duda
es su marido.
COSME
Y ¿qué intentas?
120
MANUEL
Detenerle con alguna
industria; mas, si con ella
no puedo, será forzoso
el valerme de la fuerza
sin que él entienda la causa.125
COSME
Si industria buscas, espera,
que a mí se me ofrece una.
Esta carta, que encomienda
es de un amigo, me valga.
 

(Sale DON LUIS y RODRIGO, su criado.)

 
LUIS
Yo tengo de conocerla130
no más de por el cuidado
con que de mí se recela.
RODRIGO
Síguela y sabrás quién es.
 

(Llega COSME y retírase DON MANUEL.)

 
COSME
Señor, aunque con vergüenza
llego: vuesarced me haga135
tan gran merced que me lea
a quién esta carta dice.
LUIS
No voy agora con flema.
COSME
Pues si flema solo os falta,

 (Detiénele.) 

yo tengo cantidad della140
y podré partir con vos.
LUIS
Apartad.
MANUEL
(¡Oh, qué derecha
es la calle! Aún no se pierden
de vista).
COSME
Por vida vuestra...
LUIS
¡Vive Dios, que sois pesado145
y os romperé la cabeza,
si mucho me hacéis...!
COSME
Por eso
os haré poco.
LUIS
Paciencia
me falta para sufriros.
¡Apartad de aquí!

 (Rempújale.) 

MANUEL
(Ya es fuerza
150
llegar; acabe el valor
lo que empezó la cautela).

 (Llega.) 

Caballero, ese criado
es mío y no sé qué pueda
haberos hoy ofendido155
para que de esa manera
le atropelléis.
LUIS
No respondo
a la duda o a la queja,
porque nunca satisfice
a nadie. Adiós.
MANUEL
Si tuviera
160
necesidad mi valor
de satisfaciones, crea
vuestra arrogancia de mí
que no me fuera sin ella.
Preguntar en qué os ofende165
por castigarle, si yerra,
merece más cortesía
y, pues la corte la enseña,
no la pongáis en mal nombre,
con que un forastero venga170
a enseñarla a los que tienen
obligación de saberla.
LUIS
Quien pensare que no puedo
enseñarla yo...
MANUEL
La lengua
suspended y hable el acero.175

 (Sacan las espadas.)  

LUIS
Decís bien.
COSME
¡Oh, quién tuviera
gana de reñir!
RODRIGO
Sacad
la espada vos.
COSME
Es doncella
y sin cédula o palabra
no puedo sacarla.
 

(Sale DOÑA BEATRIZ teniendo a DON JUAN, y CLARA, criada, y gente.)

 
JUAN
Suelta,
180
Beatriz.
BEATRIZ
No has de ir.
JUAN
Mira que es
con mi hermano la pendencia.
BEATRIZ
¡Ay de mí, triste!
JUAN
A tu lado
estoy.
LUIS
Don Juan, tente, espera,
que, más que a darme valor,185
a hacerme cobarde llegas.
Caballero forastero,
quien no excusó la pendencia
solo, estando acompañado
bien se ve que no la deja190
de cobarde. Idos con Dios,
que no sabe mi nobleza
reñir mal, y más con quien
tanto brío y valor muestra.
Idos con Dios.
MANUEL
Yo os estimo
195
bizarría y gentileza;
pero, si de mí por dicha
algún escrúpulo os queda,
me hallaréis donde quisiereis.
LUIS
Norabuena.
MANUEL
Norabuena.
200
JUAN
¡Qué es lo que miro y escucho!
¡Don Manuel!
MANUEL
¡Don Juan!
JUAN
Suspensa,
el alma no determina
qué hacer, cuando considera
un hermano y un amigo205
-que es lo mismo- en diferencia
tal, y hasta saber la causa
dudaré.
LUIS
La causa es esta:
volver por ese criado
este caballero intenta,210
que necio me ocasionó
a hablarle mal. Todo cesa
con esto.
JUAN
Pues siendo así,
cortés me darás licencia
para que llegue a abrazarle.215
El noble huésped que espera
nuestra casa es el señor
don Manuel. Hermano, llega,
que dos que han reñido iguales
desde aquel instante quedan220
más amigos, pues ya hicieron
de su valor experiencia.
Dadnos los brazos.
MANUEL
Primero
que a vos os los dé, me lleva
el valor que he visto en él225
a que al servicio me ofrezca
del señor don Luis.
LUIS
Yo soy
vuestro amigo y ya me pesa
de no haberos conocido,
pues vuestro valor pudiera230
haberme informado.
MANUEL
El vuestro
escarmentado me deja,
pues me deja en esta mano
una herida.
LUIS
Más quisiera
tenerla mil veces yo.235
COSME
¡Qué cortesana pendencia!
JUAN
¿Herida? Vení a curaros.
Tú, don Luis, aquí te queda
hasta que tome su coche
doña Beatriz, que me espera;240
y desta descortesía
me disculparás con ella.
Venid, señor, a mi casa
-mejor dijera a la vuestra-,
donde os curéis.
MANUEL
Que no es nada.
245
JUAN
Venid presto.
MANUEL
(¡Qué tristeza
me ha dado que me reciba
con sangre Madrid!).
LUIS
(¡Qué pena
tengo de no haber podido
saber qué dama era aquella!).250
COSME
¡Qué bien merecido tiene
mi amo lo que se lleva,
por que no se meta a ser
don Quijote de la legua!
 

(Vanse los tres y llega DON LUIS a DOÑA BEATRIZ, que está aparte.)

 
LUIS
Ya la tormenta pasó;255
otra vez, señora, vuelva
a restituir las flores,
que agora marchita y seca
de vuestra hermosura el hielo
de un desmayo.
BEATRIZ
¿Dónde queda
260
don Juan?
LUIS
Que le perdonéis
os pide, porque le llevan
forzosas obligaciones
y el cuidar con diligencia
de la salud de un amigo265
que va herido.
BEATRIZ
¡Ay de mí! ¡Muerta
estoy! ¿Es don Juan?
LUIS
Señora,
no es don Juan; que no estuviera,
estando herido mi hermano,
yo con tan grande paciencia.270
No os asustéis, que no es justo
que, sin que él la herida tenga,
tengamos entre los dos
yo el dolor y vos la pena;
digo dolor el de veros275
tan postrada, tan sujeta
a un pesar imaginado,
que hiere con mayor fuerza.
BEATRIZ
Señor don Luis, ya sabéis
que estimo vuestras finezas,280
supuesto que lo merecen
por amorosas y vuestras;
pero no puedo pagarlas,
que eso han de hacer las estrellas
y no hay de lo que no hacen285
quien las tome residencia.
Si lo que menos se halla
es hoy lo que más se precia
en la corte, agradeced
el desengaño, siquiera290
por ser cosa que se halla
con dificultad en ella.
Quedad con Dios.

 (Vase con su criada.) 

LUIS
Id con Dios.
No hay acción que me suceda
bien, Rodrigo. Si una dama295
veo airosa y conocerla
solicito, me detienen
un necio y una pendencia,
que no sé cuál es peor;
si riño y mi hermano llega,300
es mi enemigo su amigo;
si por disculpa me deja
de una dama, es una dama
que mil pesares me cuesta,
de suerte que una tapada305
me huye, un necio me atormenta,
un forastero me mata
y un hermano me le lleva
a ser mi huésped a casa,
y otra dama me desprecia.310
¡De mala anda mi fortuna!
RODRIGO
Que de todas esas penas
¿que sé la que sientes más?
LUIS
No sabes.
RODRIGO
¿Que la que llegas
a sentir más son los celos315
de tu hermano y Beatriz bella?
LUIS
Engáñaste.
RODRIGO
Pues ¿cuál es?
LUIS
Si tengo de hablar de veras
-de ti sólo me fiara-,
lo que más siento es que sea320
mi hermano tan poco atento
que llevar a casa quiera
un hombre mozo, teniendo,
Rodrigo, una hermana en ella
viuda y moza y, como sabes,325
tan de secreto que apenas
sabe el sol que vive en casa,
porque Beatriz, por ser deuda,
solamente la visita.
RODRIGO
Ya sé que su esposo era330
administrador en puertos
de mar de unas reales rentas
y quedó debiendo al Rey
grande cantidad de hacienda;
y ella a la corte se vino335
de secreto, donde intenta,
escondida y retirada,
componer mejor sus deudas.
Y esto disculpa a tu hermano,
pues, si mejor consideras340
que su estado no le da
ni permisión ni licencia
de que nadie la visite
y que, aunque su huésped sea
don Manuel, no ha de saber345
que en casa, señor, se encierra
tal mujer, ¿qué inconveniente
hay en admitirle en ella?
Y más habiendo tenido
tal recato y advertencia350
que para su cuarto ha dado
por otra calle la puerta
y la que salía a la casa,
por desmentir la sospecha
de que el cuidado la había 355
cerrado o porque pudiera
con facilidad abrirse
otra vez, fabricó en ella
una alacena de vidrios,
labrada de tal manera360
que parece que jamás
en tal parte ha habido puerta.
LUIS
¿Ves con lo que me aseguras?
Pues con eso mismo intentas
darme muerte, pues ya dices 365
que no ha puesto por defensa
de su honor más que unos vidrios,
que al primer golpe se quiebran.
 

(Vanse y salen DOÑA ÁNGELA y ISABEL.)

 
ÁNGELA
Vuélveme a dar, Isabel,
esas tocas, ¡pena esquiva!;370
vuelve a amortajarme viva,
ya que mi suerte cruel
lo quiere así.
ISABEL
Toma presto,
porque, si tu hermano viene
y alguna sospecha tiene,375
no la confirme con esto
de hallarte de la manera
que hoy en palacio te vio.
ÁNGELA
¡Válgame el cielo! Que yo
entre dos paredes muera,380
donde apenas el sol sabe
quién soy, pues la pena mía
en el término del día
ni se contiene ni cabe;
donde inconstante la luna,385
que aprende influjos de mí,
no puede decir: «Ya vi
que lloraba su fortuna»;
donde en efeto encerrada
sin libertad he vivido,390
porque enviudé de un marido,
con dos hermanos casada.
¡Y luego delito sea,
sin que toque en liviandad,
depuesta la autoridad,395
ir donde tapada vea
un teatro en quien la fama
para su aplauso inmortal
con acentos de metal
a voces de bronce llama!400
¡Suerte injusta! ¡Dura estrella!
ISABEL
Señora, no tiene duda
de que, mirándote viuda
tan moza, bizarra y bella,
tus hermanos cuidadosos405
te celen, porque este estado
es el más ocasionado
a delitos amorosos;
y más en la corte hoy,
donde se han dado en usar410
unas viuditas de azahar,
que al cielo mil gracias doy,
cuando en las calles las veo
tan honestas, tan fruncidas,
tan beatas y aturdidas415
y, en quedándose en manteo,
es el mirarlas contento,
pues sin toca y devoción
saltan más a cualquier son
que una pelota de viento.420
Y este discurso doblado
para otro tiempo, señora,
¿cómo no habemos agora
en el forastero hablado
a quien tu honor encargaste425
y tu galán hoy hiciste?
ÁNGELA
Parece que me leíste
el alma en eso que hablaste.
Cuidadosa me ha tenido,
no por él, sino por mí,430
porque después, cuando oí
de las cuchilladas ruido,
me puse -mas son quimeras-,
Isabel, a imaginar
que él había de tomar435
mi disgusto tan de veras,
que había de sacar la espada
en mi defensa. Yo fui
necia en empeñarle así,
mas una mujer turbada440
¿qué mira o qué considera?
ISABEL
Yo no sé si lo estorbó,
mas sé que no nos siguió
tu hermano más.
ÁNGELA
Oye, espera.

  (Sale DON LUIS.) 

LUIS
Ángela.
ÁNGELA
Hermano y señor,
445
turbado y confuso vienes.
¿Qué ha sucedido? ¿Qué tienes?
LUIS
Harto tengo: tengo honor.
ÁNGELA
(¡Ay de mí! Sin duda es
que don Luis me conoció).450
LUIS
Y así, siento mucho yo
que se estime en poco.
ÁNGELA
Pues
¿has tenido algún disgusto?
LUIS
Lo peor es que, cuando vengo
a verte, el disgusto tengo455
que tuve, Ángela.
ISABEL
(¿Otro susto?).
ÁNGELA
Pues yo ¿en qué te puedo dar,
hermano, disgusto? Advierte...
LUIS
Tú eres la causa, y el verte...
ÁNGELA
(¡Ay de mí!).
LUIS
...Ángela, estimar
460
tan poco de nuestro hermano...
ÁNGELA
(Eso sí).
LUIS
...pues, cuando vienes
con los disgustos que tienes,
cuidados te dé. No en vano
el enojo que tenía465
con el huésped me pagó,
pues, sin conocerle yo,
hoy le he herido en profecía.
ÁNGELA
Pues ¿cómo fue?
LUIS
Entré en la plaza
de palacio, hermana, a pie470
hasta el palenque, porque
toda la desembaraza
de coches y caballeros
la guarda. A un corro me fui
de amigos, adonde vi475
que alegres y lisonjeros
los tenía una tapada,
a quien todos celebraron
lo que dijo y alabaron
de entendida y sazonada.480
Desde el punto que llegué
otra palabra no habló,
tanto que a alguno obligó
a preguntarla por qué,
porque yo llegaba, había485
con tanto estremo callado.
Todo me puso en cuidado;
miré si la conocía
y no pude, porque ella
se puso más en taparse,490
en esconderse y guardarse.
Viendo que no pude vella,
seguilla determiné.
Ella siempre atrás volvía
a ver si yo la seguía,495
cuyo gran cuidado fue
espuela de mi cuidado.
Yendo desta suerte, pues,
llegó un hidalgo, que es
de nuestro huésped criado,500
a decir que le leyese
una carta. Respondí
que iba de priesa y creí
que detenerme quisiese
con este intento, porque505
la mujer le habló al pasar;
y tanto dio en porfiar
que le dije no sé qué.
Llegó en aquella ocasión
en defensa del criado510
nuestro huésped, muy soldado;
sacamos en conclusión
las espadas. Todo es esto,
pero más pudiera ser.
ÁNGELA
¡Miren la mala mujer515
en qué ocasión te había puesto!
¡Que hay mujeres tramoyeras!
Pondré que no conocía
quién eras y que lo hacía
sólo por que la siguieras.520
Por eso estoy harta yo
de decir, si bien te acuerdas,
que mires que no te pierdas
por mujercillas, que no
saben más que aventurar525
los hombres.
LUIS
¿En qué has pasado
la tarde?
ÁNGELA
En casa me he estado
entretenida en llorar.
LUIS
¿Hate nuestro hermano visto?
ÁNGELA
Desde esta mañana no 530
ha entrado aquí.
LUIS
¡Qué mal yo
estos descuidos resisto!
ÁNGELA
Pues deja los sentimientos,
que al fin sufrirle es mejor,
que es nuestro hermano mayor535
y comemos de alimentos.
LUIS
Si tú estás tan consolada,
yo también, que yo por ti
lo sentía; y, por que así
veas no dárseme nada,540
a verle voy y aun con él
haré una galantería.

 (Vase.) 

ISABEL
¿Qué dirás, señora mía,
después del susto cruel,
de lo que en casa nos pasa?545
Pues el que hoy ha defendido
tu vida, huésped y herido
le tienes dentro de casa.
ÁNGELA
Yo, Isabel, lo sospeché
cuando de mi hermano oí550
la pendencia y cuando vi
que el herido el huésped fue;
pero aún bien no lo he creído,
porque cosa estraña fuera
que un hombre a Madrid viniera555
y hallase, recién venido,
una dama que rogase
que su vida defendiese,
un hermano que le hiriese
y otro que le aposentase;560
fuera notable suceso
y, aunque todo puede ser,
no lo tengo de creer
sin vello.
ISABEL
Y, si para eso
te dispones, yo bien sé565
por dónde verle podrás
y aun más que velle.
ÁNGELA
Tú estás
loca. ¿Cómo, si se ve
de mi cuarto tan distante
el suyo?
ISABEL
Parte hay por donde
570
este cuarto corresponde
al otro; esto no te espante.
ÁNGELA
No porque verlo deseo,
sino solo por saber,
dime, ¿cómo puede ser?,575
que lo escucho y no lo creo.
ISABEL
¿No has oído que labró
en la puerta una alacena
tu hermano?
ÁNGELA
Ya lo que ordena
tu ingenio he entendido yo.580
¿Dirás que, pues es de tabla,
algún agujero hagamos
por donde al huésped veamos?
ISABEL
Más que eso mi ingenio entabla.
ÁNGELA
Di.
ISABEL
Por cerrar y encubrir
585
la puerta que se tenía
y que a este jardín salía
y poder volverla a abrir,
hizo tu hermano poner
portátil una alacena.590
Esta, aunque de vidrios llena,
se puede muy bien mover.
Yo lo sé bien, porque cuando
la alacena aderecé,
la escalera la arrimé595
y ella se fue desclavando
poco a poco, de manera
que todo junto cayó
y dimos en tierra yo,
alacena y escalera,600
de suerte que en falso agora
la tal alacena está
y, apartándose, podrá
cualquiera pasar, señora.
ÁNGELA
Esto no es determinar,605
sino prevenir primero.
Ves aquí, Isabel, que quiero
a esotro cuarto pasar.
He quitado la alacena;
por allá ¿no se podrá610
quitar también?
ISABEL
Claro está
y, para hacerla más buena,
en falso se han de poner
dos clavos, para advertir
que sólo la sepa abrir615
el que lo llega a saber.
ÁNGELA
Al criado que viniere
por luz y por ropa di
que vuelva a avisarte a ti,
si acaso el huésped saliere620
de casa, que, según creo,
no le obligará la herida
a hacer cama.
ISABEL
Y, por tu vida,
¿irás?
ÁNGELA
Un necio deseo
tengo de saber si es él625
el que mi vida guardó,
porque, si le cuesto yo
sangre y cuidado, Isabel,
es bien mirar por su herida,
si es que, segura de miedo630
de ser conocida, puedo
ser con él agradecida.
Vamos, que tengo de ver
la alacena y, si pasar
puedo al cuarto, he de cuidar,635
sin que él lo llegue a entender,
desde aquí de su regalo.
ISABEL
Notable cuento será.
Mas ¿si lo cuenta?
ÁNGELA
No hará,
que hombre que su esfuerzo igualo640
a su gala y discreción
-puesto que de todo ha hecho
noble experiencia en mi pecho
en la primera ocasión:
de valiente en lo restado,645
de galán en lo lucido,
en el modo de entendido-
no me ha de causar cuidado
que diga suceso igual,
que fuera notable mengua650
que echara una mala lengua
tan buenas partes a mal.
 

(Vanse. Salen DON JUAN, DON MANUEL y un criado con luz.)

 
JUAN
Acostaos, por mi vida.
MANUEL
Es tan poca la herida
que antes, don Juan, sospecho655
que parece melindre el haber hecho
caso ninguno della.
JUAN
Harta ventura ha sido de mi estrella,
que no me consolara
jamás, si este contento me costara660
el pesar de teneros
en mi casa indispuesto y el de veros
herido por la mano,
si bien no ha sido culpa, de mi hermano.
MANUEL
Él es buen caballero665
y me tiene envidioso de su acero,
de su estilo admirado,
y he de ser muy su amigo y su criado.
 

(Sale DON LUIS y un criado con un azafate cubierto y en él un aderezo de espada.)

 
LUIS
Yo, señor, lo soy vuestro,
como en la pena que recibo muestro670
ofreciéndoos mi vida;
y por que el instrumento de la herida
en mi poder no quede,
pues ya agradarme ni servirme puede,
bien como aquel criado675
que a su señor algún disgusto ha dado,
hoy de mí le despido.
Esta es, señor, la espada que os ha herido;
a vuestras plantas viene
a pediros perdón, si culpa tiene.680
Tome vuestra querella
con ella en mí venganza de mí y della.
MANUEL
Sois valiente y discreto;
en todo me vencéis. La espada aceto,
por que siempre a mi lado685
me enseñe a ser valiente. Confiado
desde hoy vivir procuro,
porque ¿de quién no vivirá seguro
quien vuestro acero ciñe generoso?
Que él solo me tuviera temeroso.690
JUAN
Pues don Luis me ha enseñado
a lo que estoy por huésped obligado,
otro regalo quiero
que recibáis de mí.
MANUEL
¡Qué tarde espero
pagar tantos favores!695
Los dos os competís en darme honores.
 

(Sale COSME cargado de maletas y cojines.)

 
COSME
Docientos mil demonios
de su furia infernal den testimonios,
volviéndose inclementes
docientas mil serpientes700
que, asiéndome de un vuelo,
den conmigo de patas en el cielo,
del mandato oprimidos
de Dios, por justos juicios compelidos,
si vivir no quisiera sin injurias705
en Galicia o Asturias
antes que en esta corte.
MANUEL
Reporta...
COSME
El reportorio se reporte.
JUAN
¿Qué dices?
COSME
Lo que digo,
que es traidor quien da paso a su enemigo.710
LUIS
¿Qué enemigo? Detente.
COSME
El agua de una fuente y otra fuente.
MANUEL
¿De aqueso te inquietas?
COSME
Venía de cojines y maletas
por la calle cargado715
y en una zanja de una fuente he dado,
y así lo traigo todo
-como dice el refrán- puesto de lodo.
¿Quién esto en casa mete?
MANUEL
Vete de aquí, que estás borracho. Vete.720
COSME
Si borracho estuviera,
menos mi enojo con el agua fuera.
Cuando en un libro leo de mil fuentes
que vuelven varias cosas sus corrientes,
no me espanto, si aquí ver determino725
que nace el agua a convertirse en vino.
MANUEL
Si él empieza, en un año
no acabará.
JUAN
Él tiene humor estraño.
LUIS
Sólo de ti querría
saber, si sabes leer -como este día730
en el libro citado
muestras-, ¿por qué pediste tan pesado
que una carta leyese? ¿Qué te apartas?
COSME
Porque sé leer en libros y no en cartas.
LUIS
Está bien respondido. 735
MANUEL
Que no hagáis caso de él por Dios os pido.
Ya le iréis conociendo
y sabréis que es burlón.
COSME
Hacer pretendo
de mis burlas alarde.
Para alguna os convido.
MANUEL
Pues no es tarde,
740
porque me importa, hoy quiero
hacer una visita.
JUAN
Yo os espero
para cenar.
MANUEL
Tú, Cosme, esas maletas
abre y saca la ropa; no las metas.
JUAN
Si quisieres cerrar, esta es del cuarto745
la llave, que, aunque tengo
llave maestra por si acaso vengo
tarde, más que las dos otra no tiene
ni otra puerta tampoco; así conviene,
y en el cuarto la deja y cada día750
vendrán a aderezarle.
 

(Vanse y queda COSME.)

 
COSME
Hacienda mía,
ven acá, que yo quiero
visitarte primero,
porque ver determino
cuánto habemos sisado en el camino,755
que, como en las posadas
no se hilan las cuentas tan delgadas
como en casa, que vive en sus porfías
la cuenta y la razón por lacerías,
hay mayor aparejo del provecho760
para meter la mano, no en mi pecho,
sino en la bolsa ajena.
 

(Abre una maleta y saca un bolsón.)

 
Topé la propia; buena está y rebuena,
pues aquesta jornada
subió doncella y se apeó preñada.765
Contallo quiero; es tiempo perdido,
porque yo ¿qué borregos he vendido
a mi señor para que mire y vea
si está cabal? Lo que ello fuere sea.
Su maleta es aquesta;770
ropa quiero sacar, por si se acuesta
tan presto, que él mandó que hiciese esto.
Mas porque él lo mandó ¿se ha de hacer presto?
Por haberlo él mandado,
antes no lo he de hacer, que soy criado.775
Salirme un rato es justo
a rezar a una ermita. ¿Tendrás gusto
desto, Cosme? Tendré. Pues, Cosme, vamos,
que antes son nuestros gustos que los amos.
 

(Vase. Por una alacena que estará hecha con anaqueles y vidrios en ella, quitándose con goznes como que se desencaja, salen DOÑA ÁNGELA y ISABEL.)

 
ISABEL
Que está el cuarto solo dijo780
Rodrigo, porque el tal huésped
y tus hermanos se fueron.
ÁNGELA
Por esto pude atreverme
a hacer sólo esta experiencia.
ISABEL
¿Ves que no hay inconveniente785
para pasar hasta aquí?
ÁNGELA
Antes, Isabel, parece
que todos cuantos previne
fueron muy impertinentes,
pues con ninguno topamos,790
que la puerta fácilmente
se abre y se vuelve a cerrar,
sin ser posible que se eche
de ver.
ISABEL
Y ¿a qué hemos venido?
ÁNGELA
A volvernos solamente, 795
que para hacer sola una
travesura dos mujeres
basta haberla imaginado,
porque al fin esto no tiene
más fundamento que haber800
hablado en ello dos veces
y estar yo determinada
-siendo verdad que es aqueste
caballero el que por mí
se empeñó osado y valiente-,805
como te he dicho, a mirar
por su regalo.
ISABEL
Aquí tiene
el que le trujo tu hermano
y una espada en un bufete.
ÁNGELA
Ven acá. ¿Mi escribanía810
trujeron aquí?
ISABEL
Dio en ese
desvarío mi señor.
Dijo que aquí la pusiese
con recado de escribir
y mil libros diferentes.815
ÁNGELA
En el suelo hay dos maletas.
ISABEL
Y abiertas. Señora, ¿quieres
que veamos qué hay en ellas?
ÁNGELA
Sí, que quiero neciamente
mirar qué ropa y alhajas820
trae.
ISABEL
Soldado y pretendiente,
vendrá muy mal alhajado.
 

(Sacan todo cuanto van diciendo, y todo lo esparcen por la sala.)

 
ÁNGELA
¿Qué es esto?
ISABEL
Muchos papeles.
ÁNGELA
¿Son de mujer?
ISABEL
No, señora,
sino procesos que vienen825
cosidos y pesan mucho.
ÁNGELA
Pues si fueran de mujeres,
ellos fueran más livianos.
Mal en eso te detienes.
ISABEL
Ropa blanca hay aquí alguna.830
ÁNGELA
¿Huele?
ISABEL
Sí, a limpia huele.
ÁNGELA
Ese es el mejor perfume.
ISABEL
Las tres calidades tiene
de blanca, blanda y delgada.
Mas, señora, ¿qué es aqueste835
pellejo con unos hierros
de herramientas diferentes?
ÁNGELA
Muestra a ver. Hasta aquí cosa
de sacamuelas parece,
mas estas son tenacillas840
y el alzador del copete
y los bigotes estotras.
ISABEL
Ítem, escobilla y peine.
Oye, que, más prevenido,
no le faltará al tal huésped845
la horma de su zapato.
ÁNGELA
¿Por qué?
ISABEL
Porque aquí la tiene.
ÁNGELA
¿Hay más?
ISABEL
Sí, señora, ítem,
como a forma de billetes,
legajo segundo.
ÁNGELA
Muestra.
850
De mujer son y contienen
más que papel. Un retrato
está aquí.
ISABEL
¿Qué te suspende?
ÁNGELA
El verle, que una hermosura
hasta pintada divierte.855
ISABEL
Parece que te ha pesado
de sacalle.
ÁNGELA
¡Qué necia eres!
No mires más.
ISABEL
¿Y qué intentas?
ÁNGELA
Dejarle escrito un billete.
Toma el retrato.

 (Pónese a escribir.) 

ISABEL
Entre tanto
860
la maleta del sirviente
he de ver. Esto es dinero:
cuartazos son insolentes,
que, en la república donde
son los príncipes y reyes865
los doblones y los reales,
ellos son la común plebe.
Una burla le he de hacer
y ha de ser de aquesta suerte:
quitarle de aquí el dinero 870
al tal lacayo y ponerle
unos carbones. Dirán:
¿dónde demonios los tiene
esta mujer?, no advirtiendo
que esto sucedió en noviembre875
y que hay brasero en el cuarto.
ÁNGELA
Yo escribí. ¿Qué te parece
adónde deje el papel,
por que, si mi hermano viene,
no le vea?
ISABEL
Allí, debajo
880
de la toalla que tienen
las almohadas, que al quitarla
se verá forzosamente
y no es parte que hasta entonces
se ha de andar.
ÁNGELA
Muy bien adviertes.
885
Ponle allí y ve recogiendo
todo esto.
ISABEL
Mira que tuercen
la llave ya.
ÁNGELA
Pues dejallo
todo, esté como estuviere,
y a escondernos. Isabel,890
ven.
ISABEL
Alacena me fecit.
 

(Vanse por el alacena y queda como estaba. Sale COSME.)

 
COSME
Ya que me ha servido a mí,
de barato quiero hacerle
a mi amo otro servicio.
Mas ¿quién nuestra hacienda vende,895
que así hace almoneda della?
¡Vive Cristo, que parece
Plazuela de la Cebada
la sala con nuestros bienes!
¿Quién está aquí? No está nadie,900
por Dios, y, si está, no quiere
responder. No me responda,
que me huelgo de que eche
de ver que soy enemigo
de respondones. Con este 905
humor, sea bueno o sea malo
-si he de hablar discretamente-,
estoy temblando de miedo;
pero, como a mí me deje
el revoltoso de alhajas910
libre mi dinero, llegue
y revuelva las maletas
una y cuatrocientas veces.
Mas ¿qué veo? ¡Vive Dios,
que en carbones lo convierte!915
Duendecillo, duendecillo,
quienquiera que fuiste y eres,
el dinero que tú das
en lo que mandares vuelve,
mas el que yo hurto, ¿por qué?920
 

(Salen DON JUAN, DON LUIS y DON MANUEL.)

 
JUAN
¿De qué das voces?
LUIS
¿Qué tienes?
MANUEL
¿Qué te ha sucedido? Habla.
COSME
¡Lindo desenfado es ese!
Si tienes por inquilino,
señor, en tu casa un duende,925
¿para qué nos recibiste
en ella? Un instante breve
que falté de aquí, la ropa
de tal modo y de tal suerte
hallé que, toda esparcida,930
una almoneda parece.
JUAN
¿Falta algo?
COSME
No falta nada.
El dinero solamente
que en esta bolsa tenía,
que era mío, me convierte935
en carbones.
LUIS
Sí, ya entiendo.
MANUEL
¡Qué necia burla previenes!
¡Qué fría y qué sin donaire!
JUAN
¡Qué mala y qué impertinente!
COSME
No es burla esta, ¡vive Dios!940
MANUEL
Calla, que estás como sueles.
COSME
Es verdad, mas suelo estar
en mi juicio algunas veces.
JUAN
Quedaos con Dios y acostaos,
don Manuel, sin que os desvele945
el duende de la posada,
y aconsejalde que intente
otras burlas al criado.

 (Vase.) 

LUIS
No en vano sois tan valiente
como sois, si habéis de andar950
desnuda la espada siempre,
saliendo de los disgustos
en que este loco os pusiere.

 (Vase.) 

MANUEL
¿Ves cuál me tratan por ti?
Todos por loco me tienen,955
porque te sufro. A cualquiera
parte que voy me suceden
mil desaires por tu causa.
COSME
Ya estás solo y no he de hacerte
burla mano a mano yo,960
porque sólo en tercio puede
tirarse uno con su padre.
Dos mil demonios me lleven,
si no es verdad que salí
y esto, fuese quien se fuese,965
hizo este estrago.
MANUEL
Con eso
ahora disculparte quieres
de la necedad. Recoge
esto que esparcido tienes
y entra a acostarme.
COSME
Señor,
970
en una galera reme...
MANUEL
Calla, calla, o, ¡vive Dios!,
que la cabeza te quiebre.
COSME
Pesárame con estremo
que lo tal me sucediese.975
Ahora bien, va de envasar
otra vez los adherentes
de mis maletas. ¡Oh, cielos!
¡Quién la trompeta tuviese
del juicio de las alhajas,980
por que a una voz solamente
viniesen todas!
MANUEL
Alumbra,
Cosme.
COSME
Pues ¿qué te sucede?,
señor? ¿Has hallado acaso
allá dentro alguna gente?985
MANUEL
Descubrí la cama, Cosme,
para acostarme y halleme
debajo de la toalla
de la cama este billete
cerrado, y ya el sobreescrito990
me admira más.
COSME
¿A quién viene?
MANUEL
A mí, mas el modo estraño...
COSME
¿Cómo dice?
MANUEL
...me suspende:

 (Lee.) 

«Nadie me abra, porque soy
de don Manuel solamente».995
COSME
¡Plega a Dios que no me creas
por fuerza! No le abras, tente,
sin conjurarle primero.
MANUEL
Cosme, lo que me suspende
es la novedad, no el miedo,1000
que quien admira no teme.

 (Lee.) 

«Con cuidado me tiene vuestra salud, como a quien fue la causa de su riesgo. Y así, agradecida y lastimada, os suplico me aviséis della y os sirváis de mí, que para lo uno y lo otro habrá ocasión, dejando la respuesta donde hallasteis esta, advertido que el secreto importa, porque el día que lo sepa alguno de los amigos perderé yo el honor y la vida».

COSME
¡Estraño caso!
MANUEL
¿Qué estraño?
COSME
¿Eso no te admira?
MANUEL
No;
antes con esto llegó
a mi vida el desengaño.1005
COSME
¿Cómo?
MANUEL
Bien claro se ve
que aquella dama tapada,
que tan ciega y tan turbada
de don Luis huyendo fue,
era su dama, supuesto,1010
Cosme, que no puede ser,
si es soltero, su mujer;
y, dado por cierto esto,
¿qué dificultad tendrá
que en la casa de su amante1015
tenga ella mano bastante
para entrar?
COSME
Muy bien está
pensado, mas mi temor
pasa adelante. Confieso
que es su dama y el suceso1020
te doy por bueno, señor;
pero ¿ella cómo podía
desde la calle saber
lo que había de suceder
para tener este día1025
ya prevenido el papel?
MANUEL
Después de haberme pasado,
pudo dárselo a un criado.
COSME
Y aunque se le diera, él
¿cómo aquí ha de haberle puesto?1030
Porque ninguno aquí entró
desde que aquí quedé yo.
MANUEL
Bien pudo ser antes esto.
COSME
Sí, mas hallar trabucadas
las maletas y la ropa1035
y el papel escrito topa
en más.
MANUEL
Mira si cerradas
esas ventanas están.
COSME
Y con aldabas y rejas.
MANUEL
Con mayor duda me dejas, 1040
y mil sospechas me dan.
COSME
¿De qué?
MANUEL
No sabré explicallo.
COSME
En efeto, ¿qué has de hacer?
MANUEL
Escribir y responder
pretendo hasta averiguallo1045
con estilo que parezca
que no ha hallado en mi valor
ni admiración ni temor,
que no dudo que se ofrezca
una ocasión en que demos,1050
viendo que papeles hay,
con quien los lleva y los tray.
COSME
¿Y de aquesto no daremos
cuenta a los huéspedes?
MANUEL
No,
porque no tengo de hacer1055
mal alguno a una mujer
que así de mí se fió.
COSME
Luego ya ofendes a quien
su galán piensas.
MANUEL
No tal,
pues sin hacerla a ella mal1060
puedo yo proceder bien.
COSME
No, señor; más hay aquí
de lo que a ti te parece;
con cada discurso crece
mi sospecha.
MANUEL
¿Cómo así?
1065
COSME
Ves aquí que van y vienen
papeles y que jamás,
aunque lo examines más,
ciertos desengaños tienen;
¿qué creerás?
MANUEL
Que ingenio y arte
1070
hay para entrar y salir,
para cerrar, para abrir,
y que el cuarto tiene parte
por dónde. Y en duda tal
el juicio podré perder,1075
pero no, Cosme, creer
cosa sobrenatural.
COSME
¿No hay duendes?
MANUEL
Nadie los vio.
COSME
¿Familiares?
MANUEL
Son quimeras.
COSME
¿Brujas?
MANUEL
Menos.
COSME
¿Hechiceras?
1080
MANUEL
¡Qué error!
COSME
¿Hay súcubos?
MANUEL
No.
COSME
¿Encantadoras?
MANUEL
Tampoco.
COSME
¿Mágicos?
MANUEL
Es necedad.
COSME
¿Nigromantes?
MANUEL
Liviandad.
COSME
¿Energúmenos?
MANUEL
¡Qué loco!
1085
COSME
¡Vive Dios que te cogí!
¿Diablos?
MANUEL
Sin poder notorio.
COSME
¿Hay almas de purgatorio?
MANUEL
¿Que me enamoren a mí?
¿Hay más necia bobería?1090
Déjame, que estás cansado.
COSME
En fin, ¿qué has determinado?
MANUEL
Asistir de noche y día
con cuidados singulares;
aquí el desengaño fundo;1095
no creas que hay en el mundo
ni duendes ni familiares.
COSME
Pues yo en efeto presumo
que algún demonio los tray,
que esto y más habrá donde hay1100
quien tome tabaco en humo.
 

(Vanse.)

 

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