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Acto tercero

 
Sala elegante con puertas al foro y laterales.
 
Escena I
 
RODRÍGUEZ y MANUELA.
 
MANUELA Tal vez sienta aquel cariño...
RODRÍGUEZ No murmures más, mujer,
y márchate adentro a ver 1480
si quiere mamar el niño.
MANUELA Pero, ¿no es verdad, Antonio,
que su conducta es extraña?
RODRÍGUEZ No sé quién le trajo a España;
pero a Madrid el demonio. 1485
¿Qué vendrá a hacer a esta tierra?
En diez años de vagancia,
corriendo París, la Francia,
London y la Inglaterra,
tú misma eres testimonio 1490
de esa vida sin zozobra.
Vamos, su venida es obra
del mismísimo demonio.
Un mes hace que está aquí
y todo anda ya revuelto. 1495
¡Jesús! si la lengua suelto
yo no respondo de mí.
MANUELA ¿No vendrá con la intención
de unirse con doña Elisa?
RODRÍGUEZ ¡Vaya, mujer! me das risa. 1500
Así tan sin ton ni son...
MANUELA Como fue cosa arreglada
entre los dos...
RODRÍGUEZ                         Por supuesto.
Aunque la justicia en esto
no intervino para nada, 1505
hay muchos inconvenientes.
¿No ves que ve don Arturo
que sobre estar el pan duro
se le menean los dientes?
MANUELA Ya has salido con tu pan, 1510
cuando sabes que no quiero...
RODRÍGUEZ Yo a los demás me refiero
cuando aplico este refrán.
En toda tu lozanía
me parece que estás hoy, 1515
y yo más amante estoy,
Manuela, que el primer día.
Tu juventud está en fuga;
pero no pierdo la calma,
porque un hijito del alma 1520
me recuerda cada arruga.
Cuando yo cojo una silla
y veo a mis chiquitines
lo mismo que unos clarines
cantándome la cartilla, 1525
y entre tus besos y abrazos
al otro hecho una tenaja,
jugando con la sonaja
y alargándome los brazos,
siento un placer verdadero; 1530
no le encuentro duro, no,
que entonces ni envidio yo
al general Espartero.
Y te lo juro, mujer;
si Antonio a nacer volvía 1535
se casaba el mismo día;
no, al instante de nacer.
MANUELA ¡Los hijos del corazón
cómo es posible olvidarlos!
(Se oye tararear a CARLOS.)
RODRÍGUEZ El señorito don Carlos. 1540
Cierra el pico y discreción.
 
Escena II
 
DICHOS y CARLOS.
 
RODRÍGUEZ Continúan las vigilias
y usted don Carlos no ceja.
CARLOS Adiós, vetusta pareja.
No cejo, pater familias. 1545
Hoy tengo el humor muy negro.
RODRÍGUEZ ¿Pues quién se ha muerto, señor,
que está de luto el humor?
CARLOS Que come en casa mi suegro.
RODRÍGUEZ ¡No sea usted tan mordaz!... 1550
CARLOS ¿Ya empiezan las reprensiones?
pues suprime los sermones.
En marcha: dejadme en paz.
¿Y mi madre? ¿no ha venido
aún de Aranjuez?
RODRÍGUEZ                               No, señor. 1555
CARLOS Ya hay una menos, mejor.
Vamos, ¡fuera!...
RODRÍGUEZ                             (¡Qué perdido!)
(Vase con MANUELA.)
 
Escena III
 
CARLOS, a poco MARÍA.
 
CARLOS ¡Qué noche tan deliciosa!
¡Qué algazara, qué bullicio!
sale el corazón de quicio 1560
al contemplar tanta hermosa.
En los brazos del placer
la vida insensible pasa.
Luego véngase usted a casa
a engañar a su mujer. 1565
MARÍA ¡Adiós, Carlos! (Abrazándole.)
CARLOS                          ¡Vida mía!
MARÍA ¿Y esta noche, qué te has hecho?
CARLOS La he pasado junto al lecho
de un moribundo, María.
MARÍA ¿Y el auxilio de tu ciencia 1570
ha conseguido aliviarle?
CARLOS (No sé qué hacer, si matarle,
o que siga en su dolencia.)
No es favorable la crisis
que esta mañana ha sufrido. 1575
¡Pobre! le encuentro perdido.
MARÍA ¿Qué es lo que padece?
CARLOS                                        Tisis.
No hablemos de él, hija mía.
¿Te encuentras bien?
MARÍA                                    Sí.
CARLOS                                         Me alegro.
Y dime: ¿mi papá-suegro 1580
no ha venido todavía?
MARÍA No, y lo extraño...
CARLOS                               ¿Tú te inquietas?...
Vendrá a comer, ya verás...
(Y luego sermón tendrás
y vísperas y completas.) 1585
MARÍA Di, pues lo sabéis vosotros:
¿por qué en un mes que está ya
en Madrid, vive papá
separado de nosotros?
CARLOS Te tengo dicho, y me duermo 1590
con tanta repetición,
que desde luenga nación
viene cuidando a un enfermo.
Cierto príncipe danés;
y a su amistad consecuente, 1595
hasta que muera el paciente
no pondrá en casa los pies.
MARÍA Si el mal continúa así
nuestra familia nos merma:
me voy a poner enferma 1600
para que cuiden de mí.
CARLOS Deja tu cantar eterno;
aleja de ti ese afán
y pensemos en el plan
que ha de regir este invierno. 1605
El régimen general:
comeremos a las cuatro;
un paseo y al teatro.
MARÍA Pero a piso principal,
veremos el Columella. 1610
CARLOS No, la ópera me disgusta,
y a mi deseo se ajusta
mucho mejor la zarzuela.
MARÍA ¡La zarzuela! por lo pronto
son iguales casi todas. 1615
Pastores, soldados, bodas,
y un tenor cómico tonto.
Sale el novio recitando:
«¿que si es mi pasión sincera?
escucha.» Un compás de espera, 1620
y se lo cuenta cantando.
CARLOS Pues las óperas, María...
pues qué, ¿porque acabe en ini...
MARÍA Nada; es mejor que Rossini
la española infantería. 1625
CARLOS Es ridículo, a pesar
de lo que estás arguyendo.
¿Cuando uno se está muriendo,
tiene ganas de cantar?
MARÍA Fuerza es no tener oído... 1630
CARLOS Basta ya.
MARÍA                ¡Cómo ha de ser!
Siempre ha de ser la mujer
víctima de su marido.
Y la culpa de todo esto,
¿quién la tiene sino tú? 1635
CARLOS Vamos, no me hagas el bu.
 
Escena IV
 
DICHOS y RODRÍGUEZ.
 
RODRÍGUEZ El almuerzo está dispuesto.
MARÍA Vamos a la mesa.
CARLOS                              No:
no siento gran apetito.
RODRÍGUEZ Son las once, señorito. 1640
CARLOS Maldito sea el reloj.
De todas las invenciones
es sin duda la peor:
se convierte en coactor
de las humanas acciones. 1645
A impulso de su saeta
se despierta el apetito,
y el hombre al reloj maldito
sus movimientos sujeta.
Anda el reloj y con él anda; 1650
se trueca en un ser inerme,
pues come y pasea y duerme
porque el reloj se lo manda.
RODRÍGUEZ ¿Pero almuerza usted, sí o no?
CARLOS Vamos.
DON GASPAR              Que las once han dado. (Dentro.) 1655
CARLOS ¿Ves? mi papá está montado
sobre ruedas de reloj.
 
(Se van por la puerta izquierda.)
 
 
Escena V
 
RODRÍGUEZ y ARTURO.
 
RODRÍGUEZ Un sentido, o dos, o tres
le faltan ya por lo poco:
no hay otro loco más loco 1660
que este loco en Leganés.
ARTURO ¡Hola, Rodríguez!
RODRÍGUEZ                               Señor...
¿Aviso? están almorzando.
ARTURO No; me quedaré esperando.
La antesala es de rigor. 1665
¿Qué dicen por esta tierra?
¿hay novedades?
RODRÍGUEZ                              No sé:
más que yo lo sabrá usted,
que viene de Inglaterra.
ARTURO Te veo por fin casado 1670
y te doy el parabién.
¿Manuela se porta bien?
¿eres feliz en tu estado?
RODRÍGUEZ Muy feliz a fe de Antonio,
se lo puedo a usted jurar: 1675
no existe mejor manjar
que un plato de matrimonio.
ARTURO Es verdad, tienes razón;
el matrimonio es sublime;
es consuelo del que gime, 1680
es germen de la ilusión.
Al dulce nombre de esposa
brota insensible el placer.
La poesía es la mujer;
mas los hijos son la prosa. 1685
RODRÍGUEZ Es verdad que cosa buena
no han de hacer las criaturas;
pero, señor, son diabluras
que no merecen la pena;
que se olvidan con el trato, 1690
y que al cabo son las menos,
pues siempre hay mil ratos buenos,
señor, por cada mal rato.
Un padre es un buen amigo.
Mis hijitos son mi encanto: 1695
vamos, yo los quiero tanto
que hasta se acuestan conmigo.
Los chicos se alegran más...
pero yo pago la fiesta,
que el que con chicos se acuesta... 1700
ya sabe usted lo demás.
ARTURO Siendo la mujer honrada
siempre ofusca alguna idea.
RODRÍGUEZ A un marido le marea
tener que pensar en nada. 1705
Hablaré con ligereza,
pero aunque el diablo se oponga,
no es bueno que se le ponga
una cosa en la cabeza.
Es preciso dominarse, 1710
que es muy malo a mi entender
el que tenga la mujer
un motivo a que agarrarse.
ARTURO Rodríguez, eres atroz.
RODRÍGUEZ Yo no dejo mi manía. 1715
 
Escena VI
 
DICHOS, y DON GASPAR.
 
GASPAR Vamos, cuando yo decía
que estaba oyendo su voz...
ARTURO Adiós, Gaspar.
 
(DON GASPAR indica a RODRÍGUEZ que se marche.)
 
RODRÍGUEZ                          (A mi oficio.
Las golas y los criados
nunca hemos sido buscados 1720
más que en actos de servicio. (Vase por el foro.)
 
Escena VII
 
ARTURO y DON GASPAR.
 
DON GASPAR ¿Por qué no has venido allá?
ARTURO Me he quedado con Antonio
hablando del matrimonio.
DON GASPAR Cuestión muy añeja es ya. 1725
Vastísimo campo ofrece
para cualquier discusión.
ARTURO Sí, pero mi corazón
por momentos envejece.
DON GASPAR Anda allá, mala cabeza. 1730
¡Pudiendo ser tan dichoso!...
ARTURO ¿Qué quieres? fui mal esposo.
Ya confieso mi flaqueza.
DON GASPAR Siendo tan grato vivir
de la familia en los brazos, 1735
y unidos en dulces lazos
sus caricias recibir!
¡Elisa! su padecer
lleva en el rostro marcado.
Tú apuesto a que no has pensado 1740
ni una vez en tu mujer.
ARTURO Sí, Gaspar, desde aquel día
tan fatal para nosotros,
en que huyendo de vosotros
maté la esperanza mía; 1745
que en alas de los placeres
llegó a olvidar este padre
a María y a su madre,
y holló todos sus deberes,
surcaron mi faz los años 1750
sin devolverme la calma,
envejeciéndome el alma
el tiempo y los desengaños.
Libre ya de mis cadenas
en extranjeras naciones, 1755
en busca fui de ilusiones
que mitigasen mis penas.
Pero hallé siempre un vacío
imposible de llenar:
era mi pecho, Gaspar, 1760
un trozo de mármol frío.
Sin ventura y sin consuelo,
vagando por tierra extraña,
eché de menos mi España
con su purísimo cielo. 1765
Sentí germinar aquí
un fuego voraz, oculto,
y llorando rendí culto
a la mujer que perdí.
Contuve en vano mi pena. 1770
Quise mi patria pisar,
y hoy consigo respirar
esta brisa que enajena.
DON GASPAR No sé qué noto en tu acento;
pero revela a mi ver 1775
que el recuerdo del ayer
borra tu arrepentimiento.
Sé franco una vez conmigo.
¿La causa de tu venida
es para curar tu herida? 1780
habla: ¿ya no soy tu amigo?
ARTURO Gaspar, no me eches en cara...
Mas no sé cómo decir...
Vamos, te vas a reír;
¡es una cosa tan rara!... 1785
DON GASPAR Acaba por vida mía:
sepamos qué puede ser.
ARTURO Hombre, que amo a mi mujer, (Perplejo.)
lo mismo que el primer día.
DON GASPAR Magnífica conclusión; (Riendo.) 1790
pues entonces esto es hecho.
ARTURO Sí, siento arder en el pecho
el fuego de la pasión.
Me tiene puesto en un brete,
y esta idea me atormenta. 1795
¡Figúrate, a los cuarenta
convertido en un cadete!
DON GASPAR Pues ya que el amor te auxilia,
¿por qué todo no lo dices,
y volvéis a ser felices 1800
formando nueva familia?
Casi es un deber sagrado.
ARTURO Imposible, no te asombre.
¿Y la dignidad del hombre
después de lo que ha mediado? 1805
DON GASPAR Eso es una niñería.
ARTURO Pero alguien se acerca.
DON GASPAR                                       ¿A ver?
Sí, tu hija y tu mujer.
ARTURO ¡Qué inocente es mi María!
DON GASPAR Opino que es preferible 1810
que bajemos al jardín,
y hagamos por darle fin
a una historia tan terrible.
(Vanse por el foro.)
 
Escena VIII
 
ELISA y MARÍA.
 
MARÍA Aquí estarán. Se han marchado.
Mamá; si no hay nadie, mira. 1815
ELISA Habrán bajado al jardín.
MARÍA Sin darnos los buenos días.
Estoy viendo que esa falta
es herencia de familia.
Mira Carlos qué desvío... 1820
ELISA Su padre también podía
darle alguna reprensión;
mas Gaspar en vez de riñas
le abandona a su albedrío;
le consiente, le malcría. 1825
MARÍA Y qué geniazo, mamá.
Si vieras... Ya no me mima,
y en todo me contradice,
hasta en las cosas más mínimas.
Hace un instante traté 1830
de averiguar qué podía
ser causa de que papá
no viviese aquí en familia,
y me alzó de un modo el gallo...
Me regaña, mamá mía, 1835
me manda como a un criado,
y exige, ya no suplica.
Mas tú serás más amable
y me dirás en seguida
lo que hace tiempo me inquieta; 1840
vamos, complace a tu hija.
ELISA Hablemos de ti, en tu suerte
va interesada la mía.
MARÍA ¿Por qué eludes la cuestión
cada vez que se suscita? 1845
ELISA Porque es inútil hablar...
MARÍA No vengas con evasivas.
Anda, mamá, te suplico
que al instante me lo digas.
ELISA Pues vamos, vas a saberlo. 1850
MARÍA Gracias a Dios. ¡Qué alegría!
ELISA Un enfermo a quien tu padre...
MARÍA Es inútil que prosigas.
Te has figurado engañarme
con cuentos como a las niñas. 1855
Mire usted si la amistad
un obstáculo sería...
ELISA Por desgracia lo es muy grande:
y si no, ¿por qué, María,
Carlos te abandona así, 1860
ni te halaga, ni te mima?
por los malditos amigos.
MARÍA ¿Eso es cierto? ¡qué injusticia!
Pero yo sabré vengarme.
Desde mañana tu hija 1865
va a asistir a las tertulias,
a proporcionarse amigas,
a bajar al Prado a pie,
a hacer sola mil visitas,
y en fin, otras muchas cosas 1870
que conozco que le irritan.
Iré a bailes, sí señor;
me dirán galanterías,
y polcaré y valsaré
con todos los que lo pidan: 1875
y aunque me pase de frío
y pille una pulmonía,
iré siempre descotada,
que es lo que más le fastidia.
ELISA No lleves tan al extremo 1880
las cuestiones, hija mía.
MARÍA ¡No se ha de burlar de mí:
soy su mujer, no su víctima.
No soy de las que se dejan
que las pongan el pie encima. 1885
De mí no dirán jamás
«la pegó,» no, que dirían
en tal caso «se pegaron.»
ELISA ¿Quién te enseña esas doctrinas?
Más calma por Dios, más calma. 1890
Te ofuscas; te precipitas.
Es preciso resignarnos
con lo que Dios nos envidia.
MARÍA Sí, muy quieta me estaré
si me cae la casa encima. 1895
Ahora mismo sabré yo... (Marchándose.)
ELISA ¿Qué vas a hacer?
MARÍA                                Vuelvo.
ELISA                                              Niña.
Medita más tus acciones.
 
(Se oyen clarines de caballería.)
 
MARÍA Ya están meditadas. Mira,
a la instrucción va la tropa; 1900
ya mi venganza principia.
Voy a ponerme al balcón
a ver la caballería.
(Vase por la puerta de la izquierda.)
 
Escena IX
 
ELISA, y a poco ARTURO con un ramo de flores.
 
ELISA Siento haberla dicho nada.
¡Válgame Dios qué loquilla! 1905
Despiertan tan de repente
de su letargo las niñas...
ARTURO Con tu permiso...
ELISA                              Adelante.
ARTURO ¿Cómo estás?
ELISA                         Muy bien, Arturo.
¿Y tú? (Le indica que se siente.)
ARTURO             Junto a ti seguro 1910
que se está bien.
ELISA                            ¡Qué galante!
ARTURO Por el jardín discurriendo
te he formado este presente:
son flores que expresamente
fui para Elisa escogiendo. 1915
Valen poco a la verdad
sin que el mérito rebaje...
pero en su mudo lenguaje
son emblema de amistad.
ELISA La tuya con alegría 1920
yo la acepto sin doblez,
y esta flor sirva a su vez
como emblema de la mía.
 

(Arranca un pensamiento del ramo y se lo da. Va a besarle la mano y ELISA la retira.)

 
ARTURO (Ligero anduve a mi ver.)
ELISA (Elisa, nada te asombre.) 1925
ARTURO (¿Y mi dignidad de hombre?)
ELISA (¿Y tu orgullo de mujer?) (Pausa.)
ARTURO En una humilde cabaña
viviera yo aquí. ¡Qué brisa!
Dime, ¿el paraíso, Elisa, 1930
sabes si estuvo en España?
Bello es el llano y el monte.
ELISA ¿Ves tu patria con anhelo?
ARTURO Hallo más puro su cielo,
más risueño su horizonte. 1935
¡Todo es aquí tan hermoso!
Los perfumes son más suaves,
y hasta el canto de las aves
parece más armonioso.
¡Qué praderas tan divinas! 1940
Allí del aura el arrullo
se mezcla con el murmullo
de las aguas cristalinas.
Y más su belleza encumbra
ver el matiz de las flores: 1945
parece que sus colores
dan al sol que las alumbra.
ELISA ¡Magnífico!
ARTURO                     La razón
al hablar de España pierdo.
ELISA Y tal vez algún recuerdo 1950
aumente más la ilusión.
ARTURO Recuerdo, pero perdido.
ELISA Será de tiempos mejores...
ARTURO Si tal; un sueño de amores
por siempre desvanecido. 1955
ELISA ¿Para nunca más volver?
ARTURO La fe, Elisa, mucho alcanza;
pero ha muerto la esperanza
con el recuerdo de ayer.
ELISA Pero a veces el destino (Con entusiasmo.) 1960
que nuestros males dispone,
sin saber cómo, nos pone
la dicha en nuestro camino.
Acaso exista algún ser
que cure males del alma. 1965
ARTURO ¿Será cierto? (Arturo, calma.)
ELISA (Elisa, ¿qué ibas a hacer?) (Pausa.)
ARTURO (¡Si es un ángel, santo Dios!)
 
(La mira de hito en hito, y después de una gran pausa se decide a levantarse.)
 
Di ¿coméis a la francesa?
ELISA A las dos sirven la mesa. 1970
ARTURO Pues, Elisa, hasta las dos. (Pausa.)
 
(Al darle la mano ARTURO, se la coge ELISA y le detiene.)
 
ELISA ¡Cómo! ¿tan pronto te vas?
ARTURO (Aparte.) Muy poco en mi calma fío.
ELISA ¿No estás bien al lado mío?
Espérate un poco más. 1975
ARTURO (Es una lenta agonía.)
ELISA Vamos, siéntate a mi lado.
Apenas hemos hablado
de nuestra pobre María.
ARTURO De María... si, es posible. 1980
¿Está bien?... (¡Qué es lo que digo!)
ELISA ¡La pobre lleva consigo
una duda tan horrible!
Penetrar quiere el arcano
que nos separa de ti. 1985
Hace un instante que aquí
me suplicó... pero en vano.
¿Piensas en ella también?
ARTURO ¿Cómo no hacerlo? es mi hija.
ELISA Perdóname que te aflija; 1990
mas no la conoces bien.
¡Me guarda tal parecido!
ARTURO Sí, se conoce bastante.
ELISA El mismo espíritu amante;
ese afán por su marido. 1995
Ocultando su pesar (Con entusiasmo.)
por evitar un agravio;
su corazón y su labio
dispuestos a perdonar...
(Vamos pierdo la razón.) 2000
Vuelvo, Arturo. (Yéndose.)
ARTURO                            Esa sonrisa...
ELISA Adiós, adiós...
ARTURO                         Pero, Elisa... (Siguiéndola.)
ELISA (No me vendas, corazón.)
(Vase precipitadamente por la puerta derecha.)
 
Escena X
 
ARTURO y MARÍA.
 
ARTURO Detente, iluso, detente.
¿Qué pasa, Arturo, qué es esto? 2005
MARÍA Más vale tarde que nunca.
ARTURO (¡María! disimulemos.)
MARÍA Vamos a ver; ante todo,
¿cuándo se muere el enfermo?
ARTURO ¿Qué enfermo?
MARÍA                          ¡Papá, me gusta! 2010
Ese amigo tan sincero;
ese príncipe danés
que está dañado del pecho.
ARTURO ¿Qué príncipe ni qué amigo?
¿muchacha, qué estás diciendo? 2015
Medita...
MARÍA                ¿No digo yo
que me están contando un cuento?
¿Desde no sé qué país
no vienes tú de enfermero
cuidando a un amigo tuyo, 2020
que nunca veré yo muerto,
privándome su dolencia
de los halagos paternos?
ARTURO Vamos, vamos, basta ya:
no quieras correr el velo, 2025
que vale más ignorarlo
que aclarar este misterio.
MARÍA Todos me riñen, ¡Jesús!
Ya no trato de saberlo.
ARTURO Pensemos en ti, María 2030
¿Eres feliz?
MARÍA                     Ni por pienso.
Acabo de descorrer
un velo; ¡pero qué velo! (Llorando.)
ARTURO ¡Cómo! ¿lloras?
MARÍA                            ¿Qué he de hacer
cuando la ventura pierdo? 2035
¡Carlos me vende, me engaña!
Anoche me urdió el pretexto
de que se quedó velando
a un moribundo, y hoy veo
sobre su cama unos guantes, 2040
corbata blanca, frac negro:
todo un traje de etiqueta,
en un desorden completo,
y una esquela de convite
en el bolsillo del pecho. 2045
Va a los bailes, se divierte
mientras yo por él ni duermo.
¡Es un traidor, un infame!
ARTURO ¡Ah bribón! ¿esas tenemos?
¿Ya empieza a tender sus alas? 2050
yo sabré cortarle el vuelo.
Resbala por la pendiente
donde hay un abismo abierto
y contenerle es preciso,
porque aún estamos a tiempo. 2055
Camina del mal en pos.
¿No le basta con mi ejemplo
para arrancarse la venda
y servirle de escarmiento?
MARÍA ¿Con tu ejemplo? Luego tú... 2060
ARTURO María, ¿ya la tenemos?
Quiero decir que debiera
seguir siempre mis consejos:
no abusar de tu candor,
no empañarte con su aliento. 2065
Porque el honor del marido
tiene en la esposa reflejo,
y después cuando los años
labren su arrepentimiento
y te pida su perdón, 2070
mendigándote un consuelo,
verás el llanto en sus ojos;
verás la angustia en su pecho;
que estas faltas no se borran
ni con lágrimas de fuego. 2075
MARÍA Siento pasos. Alguien viene.
Es Carlos.
ARTURO                   Pues vete adentro.
Déjale a solas conmigo.
MARÍA Su ayuda te preste el cielo.
 
(Vase. ARTURO la acompaña hasta la primera puerta izquierda.)
 
ARTURO Vamos, Arturo, valor. 2080
Si mi ventura no, al menos
hagamos la de los otros:
mi vida entera por ellos.
 
Escena XI
 

ARTURO y CARLOS. Este sale tarareando, y repara en ARTURO, al que saluda, como con repugnancia.

 
CARLOS ¿Cómo estamos?
ARTURO                              Bien.
CARLOS                                        Me alegro.
¿Hoy te quedas a comer? 2085
ARTURO Hoy te vengo a reprender.
CARLOS (Saludo de papá-suegro.)
¿Hoy justamente querías?...
Una duda se me ofrece,
y es, papá, que me parece 2090
que quieres todos los días.
ARTURO Tu conducta no me explico.
CARLOS Es muy fácil, y me fundo.
¿Pues qué ha de hacer en mundo
un muchacho guapo y rico? 2095
¿Se ha de encerrar en un templo?
ARTURO ¡Esto ya es inaguantable!
CARLOS Y ante todo es muy laudable
seguir de un padre el ejemplo.
ARTURO ¿Te mofas de mí? ¡Qué bríos! 2100
¿Tratas de reconvenirme?
Mal que te pese has de oírme.
CARLOS (Amados oyentes míos.)
ARTURO Vas difundiendo tu lava
como el ardiente volcán. 2105
¿Te has figurado en tu afán
que es tu mujer una esclava?
CARLOS ¿La pego? Vamos a ver.
Yo creo que no dirás...
ARTURO ¡Hombre, no faltaba más 2110
que pegar a su mujer!
CARLOS Pues entonces, ¡qué demonio!
¿he de estar siempre a su lado?
Estas cosas, bien mirado,
son gajes del matrimonio. 2115
ARTURO No comprendes el valor
que tienen la paz, la calma:
no sabes que es para el alma
dulce bálsamo el amor,
y vas en pos del placer, 2120
mal que a María la cuadre.
Acuérdate de tu madre
al faltar a tu mujer...
Hoy su amor te causa enojos,
te martiriza quizás: 2125
mañana le buscarás
con lágrimas en los ojos,
cual sediento peregrino
que ancho desierto al cruzar,
siente a sus plantas brotar 2130
un manantial cristalino.
Es la dicha, es la esperanza
que el espíritu alimenta;
tras de la ronca tormenta
es el iris de bonanza. 2135
Es la luz que el caminante
en lontananza vislumbra;
la clara estrella que alumbra
al perdido navegante.
CARLOS No está mal, por Belcebú, 2140
pero visto desde lejos.
Si son tan buenos consejos
¿por qué no los sigues tú,
y no que con faz airada
siempre has de ser mi martillo? 2145
ARTURO (¡El demonio del chiquillo!...
Me cortó la retirada.)
CARLOS Dame otro ejemplo mejor.
Únete con tu mujer,
pues lo contrario es hacer 2150
el diablo predicador.
Entonces tal vez te crea,
y será más a propósito...
Juro variar de propósito
cuando en sus brazos te vea. 2155
ARTURO Pues bien, Carlos, yo la adoro
con ese plácido anhelo
que da la paz y el consuelo;
pero su perdón no imploró.
Hijo, soy un miserable. 2160
Al verme a sus pies postrado
me arrojará de su lado,
porque he sido muy culpable.
No te extrañe que me aflija
pensando en mi desventura. 2165
¿Debe un padre por ventura
abandonar a su hija?
Yo asesiné su ilusión;
yo rompí tan dulces lazos...
 
Escena XII
 

DICHOS, DON GASPAR y ELISA por la puerta de la izquierda, a poco MARÍA por la de la derecha.

 
DON GASPAR Sí, pero hoy vuela a tus brazos 2170
y te otorga su perdón.
ARTURO ¡Elisa! (Se arroja en sus brazos.)
ELISA             ¿No es esto un sueño?
DON GASPAR Olvidad vuestros deslices
y volved a ser felices.
Vuestro mañana es risueño. 2175
MARÍA ¡Cómo! ¿abrazados los dos?
¡Explicadme, pues no acierto!...
CARLOS Nada, que el enfermo ha muerto.
MARÍA ¿Ha muerto? gracias a Dios.
(ARTURO y ELISA abrazan a MARÍA.)
ARTURO Dios que todo lo concilia 2180
calmó mi dolor eterno. (A DON GASPAR.)
Son la lumbre en el invierno
los lazos de la familia.
 
Escena última
 
DICHOS, MANUELA y RODRÍGUEZ.
RODRÍGUEZ Don Gaspar, vengo al vapor...
(¡Jesús! (Viendo abrazados a ELISA y ARTURO.)
             ¿tendré alguna nube?) 2185
DON GASPAR ¿Qué sucede?
RODRÍGUEZ                        Que ya sube
la señorita, señor.
DON GASPAR ¡Vamos! (JULIA aparece en el foro.)
 

(Se dirigen todos al foro, menos MANUELA y RODRÍGUEZ, que quedan en primer término contemplándose atónitos y hablando aparte.)

 
MANUELA                 ¿Está duro, Antonio?
RODRÍGUEZ Más blando que la magnesia.
Manuela, estoy con la Iglesia: 2190
«el sétimo, matrimonio.»
 
FIN DE LA COMEDIA



     Habiendo examinado esta comedia, no hallo inconveniente alguno en que su representación sea autorizada.

     Madrid 27 de abril de 1861.

El censor de teatros,

ANTONIO FERRER DEL RÍO.

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