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La esperanza de la patria

Manuel de Tamayo y Baus



Loa escrita en colaboración con don Manuel Cañete

Reparto en el estreno de la obra, representada en el teatro del Drama el día 2 de febrero de 1852.

                             PERSONAJES ACTORES                     
 
LA ESPAÑA DOÑA TEODORA LAMADRID,
LA RELIGIÓN     "    CONCEPCIÓN RUIZ.
LA JUSTICIA     "    LORENZA CAMPOS.
LA LIBERTAD     "    MARÍA RODRÍGUEZ.
LA ANARQUÍA     "    CRISTINA OSSORIO.
EL SABER     "    DON JOAQUÍN ARJONA.
EL VALOR     "    FERNANDO OSSORIO.
EL DESPOTISMO     "    MANUEL OSSORIO.




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Acto Único

Bosque. A la derecha del espectador, un palacio de majestuosa arquitectura, con gran pórtico, en el que se lee esta inscripción FELICIDAD POPULAR, y asentado en elegante escalinata. Es de noche.

 
  
Escena I
 

Al levantarse el telón aparece la ESPAÑA reclinada en las gradas del palacio. A lo lejos se oyen los acentos de una música melancólica, la cual va aproximándose gradualmente, hasta prorrumpir en el siguiente

  
CORO Sufriste largos años
sumida en hondo duelo,
de horror cubierta y lágrimas
del uno al otro mar.
¿Habrá ya de tus males, 5
habrá piedad el cielo?
¿Vendrá las sombras fúnebres
un astro a disipar?
ESPAÑA (Que a la mitad de la antecedente estrofa despierta y se incorpora, fijando su atención en los acentos del CORO, exclama:)
¿Qué voces hieren mi oído?
¿Qué misteriosos acentos, 10
cruzando los anchos aires,
vienen a turbar mi sueño?
De temor y de esperanza
al oírlos me estremezco,
pues sin augurarme dichas, 15
evocan tristes recuerdos. (Se levanta.)
Yo me vi presa del monstruo
a quien di abrigo en mi seno;
yo de su infame coyunda,
quebrando los duros hierros, 20
nuevo David, a mis plantas
miré al gigante soberbio.
A la voz de independencia
mis hijos, con patrio fuego,
dando ejemplo a las naciones, 25
al vano francés rindieron.
Volvió después a nublarse
de mi dicha el claro cielo;
volvió a resonar la trompa;
brilló desnudo el acero, 30
y hondo mar de sangre hispana
volvió a enrojecer el suelo.
La civil discordia extingue
todo noble sentimiento;
no hay hermano para hermano; 35
hierve en rencores el pecho,
y al golpe del hijo, el padre
lanza su postrer aliento.
¡Supremo Dios! Tú que salvas
la inocencia y el derecho; 40
tú, que ahogaste el fanatismo
y diste a Isabel el cetro,
¿no harás que en el regio tronco
brote cándido renuevo,
que afirme la paz y llene 45
de su gloria el Universo?
¡Oh Señor! Dame tu amparo;
acoge mi ardiente ruego;
baña en luz el alma mía
con tu bienhechor acento, 50
y da sucesión al trono
de Pelayo y Recaredo.
 
 
Escena II
 

Oyese una música suave. La ESPAÑA se arrodilla en medio del escenario con el mayor recogimiento. La RELIGIÓN aparece rodeada de vapores luminosos. Entretanto se percibe a lo lejos este cántico en tono sencillo y religioso:

  
CORO Ya se acerca el instante dichoso   
por que anhelas, heroica nación;
ya en tu suelo de dulce esperanza 55
da perfumes la cándida flor.
¡Espera en Dios!
RELIGIÓN (Colocando su diestra sobre la cabeza de la ESPAÑA, y con amoroso acento.)
Yo, desde el alto cielo tu súplica ferviente,
oh España generosa, con júbilo escuché,
y al infinito solio del Hacedor potente 60
en mi regazo amante propicia la llevé.
ESPAÑA (Levantándose.)
¡Qué bálsamo derramas de paz y de consuelo
en mis heridas hondas, augusta religión!
Sufrí tan largos años de pavoroso duelo,
que en tenebrosas dudas vacila el corazón. 65
RELIGIÓN No eterno el infortunio abate a las naciones: no del
dolor esclavas por siempre han de llorar; suceden
blandas auras a rudos aquilones, y un leve soplo
enfrena las olas de la mar. Tras medio siglo armado en
bárbara discordia 70
se arraigarán los bienes que ilustran tu laurel,
y en vástago lozano la gran Misericordia
dará plácidos frutos al trono de Isabel.
ESPAÑA ¡Oh gloria! ¿Que a mis pueblos el Creador bendice?¿De tan supremo augurio vendrá la dicha en pos? 75
RELIGIÓN «Espera en Dios», mi labio benéfico te dice; y cielo y tierra claman: «¡Espera, espera en Dios!» 

(Estas palabras las dice en tono profético y alejándose de la ESPAÑA hasta desaparecer por entre los árboles. Las tintas del crepúsculo enrojecen apenas las últimas nubecillas del horizonte.)

  
CORO (A lo lejos.)
¡Espera en Dios!
(Más lejos y casi imperceptiblemente.)
¡Espera en Dios!
  
  
Escena III
   
ESPAÑA ¡Cómo a esa voz angélica 80
late de júbilo
mi corazón!
¡Oh virtudes perínclitas,
oíd mi voz,
y dejando los áureos alcázares 85
verted en mi pecho celeste vigor.
Ven, ven, Justicia próvida;
y tú, Saber magnánimo,
y tú, férreo Valor,
descended súbito, 90
oíd mi voz.
 
 
Escena IV
  

DICHA. La JUSTICIA, el SABER y el VALOR aparecen por entre los árboles, como descendiendo del cielo, y se colocan alrededor de la ESPAÑA.

  
SABER Henos aquí; presurosos
a tu acento hemos venido.
JUSTICIA ¿Qué imploras?
ESPAÑA                          Al fin los cielos,
acogiendo mis suspiros, 95
el tálamo fecundizan
de Isabel.- Para su hijo,
para el que ha de ser en breve,
ya varón esclarecido,
ya digna y fuerte matrona, 100
honra y prez de mis dominios,
de vuestra esencia sublime
prestadme el excelso brillo;
y en tan nobles atributos
ornado su pecho, el mío 105
consiga ver que sus manos
sólo vierten beneficios;
que en él os bendice el hombre,
que en él os aman los siglos.
VALOR Yo encenderé en su pecho 110
el noble fuego que enaltece el alma,
cuando pugna el mortal por su derecho
y logra en justa lid bélica palma:
yo en su memoria dejaré grabados
de mil y mil valientes españoles 115
los nombres venerados,
que resplandecen como eternos soles.
Si el franco ultraja su nación un día,
para inflamar su aliento,
raudo a su oído clamará mi acento: 120
«¡Roncesvalles, Pavía!»
Si el crudo alarbe intenta orgullecido
ser de su patria y religión espanto,
mi voz de nuevo clamará a su oído:
«¡Las Navas y Lepanto!» 125
Si vil rencor en sus entrañas prende,
y recurrir a la venganza fiera
para saciar su cólera pretende,
que no estriba tan sólo el heroísmo
en luchar y vencer en lid guerrera, 130
le acordará mi labio,
y dominarse logrará a sí mismo,
y olvidará el agravio.
Pero si el alto cielo determina
que ciña la corona 135
dama que exceda a la sin par matrona,
claro honor de los timbres de Molina,
infúndale su aliento,
dele de Sancha el mágico ardimiento.
Así, hollando el furor de turba abyecta, 140
que en la grandeza y el poder se ensaña,
con una y otra memorable hazaña:
«Soy del valor la patria predilecta»,
podrá decir al universo España.
ESPAÑA ¡Oh insigne Valor, tu pecho 145
siempre noble, siempre altivo!
Bien tus ímpetus conozco;
bien tu fortaleza admiro.
Los egregios pensamientos
que brotan enardecidos 150
en tu espíritu sublime,
antorcha serán del mío;
y a tu voz, llenos de vida
los ibéricos dominios,
mostrarán en sus blasones 155
el claro esplendor antiguo.
¡Bien hayas, Valor, bien hayas!
Tu excelso favor admito.
Nunca me abandones. Sean
merced a tu heroico auxilio, 160
Numancias mis pueblos todos
y Cides todos mis hijos.
JUSTICIA Yo que en mi recta balanza
peso la virtud y el crimen,
dando a los buenos que gimen 165
el valor de la esperanza,
en su dócil corazón
rauda fijaré mi trono,
y siervo será el encono,
y señora la razón. 170
Por mí de astuta perfidia
limará los eslabones,
pondrá coto a las traiciones,
hará enmudecer la envidia;
y rechazando el veneno, 175
de lisonja vil regalo,
azote será del malo,
será galardón del bueno.
Mas si llanto enardecido
vierte el mísero culpable, 180
de su crimen detestable
hondamente arrepentido,
a la tierna compasión
nunca opondrá resistencia.
¡Puede tanto la clemencia! 185
¡Es tan hermoso el perdón!
Así, hollada la malicia
será, y triunfará la ley,
viendo en el solio del Rey
el altar de la justicia. 190
ESPAÑA Santa deidad, tus palabras
son como blando rocío
que restaura de las flores
el encanto primitivo.
Tú a la dicha nos conduces; 195
tú nos trazas el camino
que al mortal en ángel torna,
sublimándolo al empíreo.
¿Quién tu rectitud no precia?
¿Quién no adora tus hechizos, 200
si eres manantial perenne
para el triste peregrino,
faro que alumbra en las olas
del humano mar bravío,
rayo que fulmina el cielo 205
para aniquilar el vicio?
Regla mis acciones. ¡Huya,
huya mi pie del abismo!
Y tú, venerable anciano,
tú, Saber esclarecido, 210
¿podrás esquivarme ahora
tus augustos beneficios?
SABER Yo que de Dios la inspiración recibo,
que el mundo admira en celestiales cantos,
y a Homero en Grecia y a Virgilio en Roma 215
ceñí las sienes de perpetuo lauro;
yo, que inflamé la cítara de Herrera,
y desperté de Lope el entusiasmo,
y asombré en Calderón, y al gran Cervantes
di del ingenio el cetro soberano; 220
yo, por quien lucen del pintor de Urbino,
pasmo del orbe, los eternos rasgos,
y El Escorial sus cúpulas levanta,
y es cera el bronce, y casi alienta el mármol.
Yo, que penetro en las oscuras nubes, 225
y mido el curso de los claros astros,
y triunfo del martirio en Galileo,
y al cielo en Franklin arrebato el rayo;
del vástago gentil de tus monarcas
dirigiré los ímpetus bizarros, 230
y dirán a los siglos sus virtudes
cien monumentos que alzará mi mano.
Por mí en la edad de sueños virginales
del bien la copa gustarán sus labios,
y la verdad que fortalece el alma 235
verán sus ojos y el artero engaño.
En útiles inventos peregrinos
ilustraré su plácido reinado,
y haré que siga de Isabel las huellas
si otro nuevo Colón busca su amparo. 240
Por mí raudas carrozas humeäntes
transportarán los frutos de sus campos,
y a un clima y otro llevarán sus velas
alto ejemplo de honor, timbres hispanos.
Así, ardiendo en mi espíritu divino, 245
entre el rumor del popular aplauso,
sucesora feliz de Berenguela,
digno renuevo del sin par Fernando,
admirarán, ¡oh España venturosa!,
cuantos oyen la voz del amor patrio 250
al egregio varón o alta princesa
que el trono heredará de Alfonso el Sabio.
ESPAÑA ¡Ay de la ciega ignorancia,
mengua y baldón de los siglos!
¿Quién del Saber, rey del orbe, 255
no admirará los prodigios?
SABER Volemos al regio alcázar,
pidiendo en fervientes himnos
al que rige el firmamento
que mire a Isabel propicio. 260
JUSTICIA Queda en paz.
VALOR                        La hora se acerca.
ESPAÑA ¡Yo os adoro y os bendigo!
(Vanse el VALOR, la JUSTICIA y el SABER.)
CORO DE TENORES (A la derecha.)
En cien revueltas lides
España triunfará.
CORO DE TIPLES (A la izquierda.)
La luz de la justicia 265
su dicha alumbrará.
CORO DE BAJOS (En el fondo, a lo lejos.)
Poder, grandeza y gloria
la ciencia le dará.
TODOS Ya los cielos colora
vivo arrebol: 270
es llama de la aurora
que anuncia el sol.
 

(Empiezan a verse en el horizonte los primeros rayos de la aurora. La ESPAÑA que ha escuchado llena de júbilo los acentos del CORO, se dirige al palacio.)

  
  
Escena V
  

La ESPAÑA y la ANARQUÍA. Cuando la ESPAÑA sube el último escalón de las gradas en que se eleva el palacio, se presenta la ANARQUÍA por el lado opuesto, demudado el rostro, exclamando:

  
ANARQUÍA Detente, España; ¿qué haces?
ESPAÑA (Deteniéndose y señalando con orgullo al palacio.) Voy el recinto a pisar
que la dicha popular 275
encierra.
ANARQUÍA               ¡Sueños falaces!
ESPAÑA Y tú, bárbara Anarquía,
¿por qué la voz me diriges?
¿Cómo este momento eliges
para alzar la frente impía? 280
ANARQUÍA Tu credulidad me asombra.
¿No ve desdén tan altivo
que ese gozo es fugitivo,
que tal esperanza es sombra?
Piensas derrocar mi imperio 285
porque su yugo rompiste;
pero aún mi poder subsiste
en uno y otro hemisferio.
ESPAÑA ¡Huye, me das compasión!
No tu necedad me injuria; 290
desprecio siente, no furia,
contra la hormiga el león.
ANARQUÍA ¡Ay de ti! De la discordia
pronto blandiré la tea;
pronto asordará los aires 295
el clarín en son de guerra.
¿Juzgas tocar la ventura?
¿Mi crudo furor desprecias?...
¡Qué espectáculo a mis ojos,
mísera nación, presentas! 300
Doquier que la planta imprimo
la dicha en horror se trueca,
tórnase el amor en odio,
la libertad en licencia,
vence a la ley la codicia 305
y a la autoridad la fuerza.
Taladas serán tus mieses;
convertidos en pavesas
los sacros templos; tus hijos,
en incesante pelea, 310
caerán al hierro homicida;
y en olas de amarga pena
morirán niños y ancianos
de dolor y de miseria.
Y cuando fúnebre duelo 315
todo en tus ámbitos sea;
cuando a mi voz las ciudades
en polvo desaparezcan,
y montes de humanos restos
se alcen en las anchas vegas, 320
al ver que la ardiente sangre
los fértiles campos quema,
que su rica savia extingue,
que esteriliza la tierra,
postrada a mis pies, en vano 325
me demandarás clemencia;
que has de ser mofa del mundo
y esclava de mi soberbia.
ESPAÑA ¡Basta ya, furia infernal,
ávida de sangre y luto! 330
Cuando esperabas el fruto
del trastorno universal,
¿quién, despreciando tus iras,
supo afrontar tu insolencia?
¿Quién refrenó tu demencia?... 335
Lástima y desdén me inspiras.
  
  
Escena VI
  

La ESPAÑA, la ANARQUÍA, el DESPOTISMO, que sale apresuradamente y se coloca al lado de la ANARQUÍA, diciéndole con vigor:

  
DESPOTISMO ¡Ánimo! Espera en tu sino.
ANARQUÍA Despotismo, ¿tú a mi lado?
DESPOTISMO Cuando el triunfo hayas logrado,
tendré yo abierto el camino. 340
Siempre al rayo de tu encono
las naciones sucumbieron,
y siempre tus ruinas fueron
los cimientos de mi trono. (Dirigiéndose a la ESPAÑA.)
Tiembla, pues, ante mi saña, 345
tiembla y llora.
ESPAÑA                         Despotismo,
vuélvete luego al abismo
con la maldición de España.
DESPOTISMO En vano, orgullosa, esperas
que de ti me aleje; pronto 350
bajo mi cetro de hierro
gemirán tus hijos todos.
Yo que, previsor y astuto,
valla al pensamiento pongo,
y a inspiración apago, 355
y la ilustración ahogo;
yo, la altivez abatiendo
de tus arrebatos locos,
mordazas daré a tu lengua
y encadenaré tu arrojo. 360
Para celebrar mi triunfo
se abrirán cien calabozos,
verás de caliente sangre
manchados los férreos potros,
cubiertas calles y plazas 365
de cadalsos afrentosos,
y en insaciables hogueras
arder humanos despojos.
Desde el áulico engreído
hasta el mísero colono 370
que, olvidado de los hombres,
habita los valles hondos,
han de adular mis caprichos,
me han de rendir sus tesoros;
y a un acento de mi boca, 375
a un revolver de mis ojos
se ha de estremecer tu suelo,
y has de mirar con asombro
que es todo miseria y luto,
espanto y silencio todo! 380
ESPAÑA Mal tu intento lograrás;
en vano humillarme quieres.
¿Yo en tu poder? No lo esperes.
¿Mis hijos siervos? Jamás.
Antes morirá del sol 385
la luz que los orbes llena;
no se rinde a la cadena
el que ha nacido español.
Nunca mis pueblos tus males,
Anarquía, sufrirán, 390
que es la patria de Guzmán
la patria de los leales.
¿Ni qué importará que vibres,
Despotismo, la cuchilla,
si la patria de Padilla 395
es la patria de los libres?
ANARQUÍA Honda voz de tu locura
el origen me revela;
en un hijo de Isabela
cifras tu suerte futura. 400
ESPAÑA ¿Cómo no, cuando en él veo
que mi bien se consolida,
que nueva lid fratricida
no os dará infando trofeo?
DESPOTISMO ¡Ay, que esa ilusión ayer 405
abrigaste, y rauda huyó.
ANARQUÍA Y el que ansiabas tanto unió
el morir con el nacer.
ESPAÑA (Aterrada.)
¡Qué recuerdo!
DESPOTISMO                         ¿Piensas que hoy
quien te abandonó te escuda? 410
ESPAÑA ¡Oh Dios, con tan negra duda
cuán desventurada soy!
¿Podrá el implacable averno
marchitar mi gozo en flor,
hundirme en nuevo dolor?... 415
¡Acórreme, Dios eterno!
  
  
Escena VII
  

DICHOS, la RELIGIÓN, y a poco la LIBERTAD. La RELIGIÓN atraviesa por el fondo diciendo los siguientes versos, ínterin se deja oír una música suave y religiosa, que no impida el escucharlos.

  
RELIGIÓN (A la ESPAÑA.)
¿Y dudas? ¿Y vacilas? ¿La voz del mal te aterra,
y ha un punto que amorosa venturas te anuncié?
¡No olvides nunca, España, no olvides que en la tierra es la Esperanza dicha, y salvación la Fe! 420
(Desaparece.)
ESPAÑA Ya no dudo, Religión,
ya no vacilo.
DESPOTISMO                      Me siento
estremecido.
ANARQUÍA                     Ese acento
ha herido mi corazón.
ESPAÑA ¿Lo escucháis? Vuestra osadía 425
pronto por tierra he de ver.
ANARQUÍA (Recobrando su altanería.)
¿Quién pudo nunca oponer
valladar a la Anarquía?
DESPOTISMO ¿Quién con ciega vanidad
nunca al Despotismo osó 430
atajar el paso?
LIBERTAD (Dentro.)       Yo.
DESPOTISMO  Y
ANARQUÍA ¿Quién eres?
LIBERTAD (Saliendo.)                     La Libertad.
ESPAÑA Llega, que la voz de Dios
presumo escuchar en ti.
LIBERTAD ¿Fieros te amenazan?
ESPAÑA                           Sí. 435
LIBERTAD (Alargando su mano a la ESPAÑA.)
Ya estamos juntas las dos.
ANARQUÍA Yo haré que al choque primero
rendido ese arrojo quede.
LIBERTAD Unidas ambas, no puede
rendirnos el orbe entero. 440
ANARQUÍA Al amparo de tu nombre,
¿cuántas veces no vencí?
LIBERTAD Yo nunca el triunfo te di.
DESPOTISMO Pues ¿quién?
LIBERTAD                     Los vicios del hombre.
DESPOTISMO ¿Qué harás si a mi voz también 445
rudo invasor te aprisiona?
ESPAÑA Sucumbir como en Gerona,
o triunfar como en Bailén,
ANARQUÍA ¿Y si avarientos extraños
hacen de su fuerza alarde? 450
LIBERTAD ¡Aquí habrá siempre un Velarde,
un Palafox y un Castaños!
DESPOTISMO ¡Ay, si a la que el pueblo ibero
madre proclama y señora
asesta mano traidora 455
golpe de iracundo acero!
ESPAÑA En vano de un pecho infiel
fuera la traición sañuda;
broquel de inocencia escuda
a la cándida Isabel. 460
Contra sedicioso anhelo
tengo yo un pueblo leal;
contra pérfido puñal
hay un Dios justo en el cielo!
Y cualquiera inicua saña 465
¿qué logrará? ¡Hacer mayor
el tierno y profundo amor
que tiene a Isabel España!
DESPOTISMO ¿Quién tanto sufrió jamás?
ANARQUÍA ¡Mi pecho se abrasa en furia! 470
DESPOTISMO Castiguemos tanta injuria.
LIBERTAD No avancéis ni un paso más.
DESPOTISMO Hoy ha de quedar sujeto
vuestro orgullo.
LIBERTAD                           ¡Audacia loca!
ESPAÑA España nunca provoca, 475
pero admite siempre el reto.
ANARQUÍA Probad, pues, en lucha airada
tal valor.
ESPAÑA               ¡A combatir!
LIBERTAD Veréis si sabe esgrimir
la Libertad una espada. 480
ANARQUÍA Lidiemos: ¡no haya piedad!
LIBERTAD Nos protege el cielo santo.
DESPOTISMO ¡Sus! ¡Desolación y espanto!
ESPAÑA ¡Sus! ¡España y Libertad!
 
(Sacan los estoques y se disponen a acometer.)
  
  
Escena VIII
  

Mudase la decoración, y aparece en un espacio luminoso el solio real, por encima del cual vierte sus rayos el sol naciente. Debajo, en trono de nubes y sostenida por el SABER, la JUSTICIA y el VALOR, se encuentra la cuna donde reposa la princesa de Asturias, a cuyas plantas yace en actitud vigilante el león de Castilla. La Reina Doña Berenguela, arrodillada junto a la cabecera de la cuna, va a colocar la corona regia en las sienes de la princesa. Al lado opuesto, Isabel la Católica, de pie, toca con la punta de su cetro, ornado de flores, el corazón de la augusta recién nacida. El DESPOTISMO y la ANARQUÍA dan un grito y caen arrodillados, ocultando el rostro entre sus manos.

 
RELIGIÓN (A la ESPAÑA.)
Dios premia al que espera en él; 485
(A la LIBERTAD.)
he allí la que España anhela.
ESPAÑA Se su escudo, Berenguela.
LIBERTAD Y tú, sublime Isabel.
(Señalando a la cuna y dirigiéndose a la ESPAÑA.)
RELIGIÓN ¡Esa flor cándida y pura,
a quien ya tu pueblo adora, 490
es la benéfica aurora
de un sol de eterna ventura!
LIBERTAD (A la ESPAÑA.)
La gloria de que hoy te ufanas
más estrecha nuestros lazos.
ESPAÑA Ven, Libertad, a mis brazos. (Se abrazan.) 495
LIBERTAD (Cayendo de rodillas abrazada con la ESPAÑA.)
¡Gracias, Señor!
RELIGIÓN (Colocándose en medio de ambas y poniendo una de sus manos sobre la cabeza de cada una de ellas.) ¡Siempre hermanas!
 
(Rompe la orquesta entonando la Marcha Real, y cae el telón.)
  
FIN

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