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201

Cfr. «Manifiesto del Grupo Claridad», Cultura Venezolana, Año II, tomo IV, Nº 11 (febrero de 1920), pp. 225-228.

 

202

Cfr. «Manifiesto de los Trabajadores Intelectuales Alemanes», Cultura Venezolana, Nº cit., pp. 229-231.

 

203

Al año siguiente, la misma Cultura venezolana acoge en sus páginas el llamado «A los intelectuales y Estudiantes de la América Latina», que firman Anatole France y Henri Barbusse. En el encabezado de la Redacción la revista «envía su cordial saludo a los dos grandes luchadores franceses que vienen trabajando con entusiasmo y fe de apóstoles por el advenimiento de una verdadera paz mundial, basada en la libertad, en la equidad y en la justicia social» (Cultura Venezolana, III, 25, mayo de 1921, pp. 169-172). Es interesante anotar el hecho que el texto del mensaje fue enviado por intermedio de José Ingenieros.

 

204

La mejor investigación que conocemos hasta ahora sobre la documentación en la prensa de los años 20 de Caracas de la actividad literaria y cultural es la que entrega RAÚL AGUDO FREITES en su libro ya citado Pío Tamayo y la vanguardia. A este trabajo remitimos al lector interesado en ampliar información al respecto.

 

205

El Universal, Nº 4424, Caracas (11 de septiembre de 1921). El texto se incorpora al libro de GIL FORTOUL: Sinfonía inacabada y otras variaciones (Caracas: Editorial Sur-Americana, 1931). Citamos de la edición de Obras Completas, tomo VII (Caracas: Ministerio de Educación, 1957), donde el artículo figura entre las pp. 365-375.

 

206

Esta misma actitud se advierte en su frustrada conferencia sobre el vanguardismo en el año 28, a la que más adelante nos referimos.

 

207

Julio Garmendia, en un artículo sobre Pedro José Sotillo, en 1923, dice que sus obras están en «libros que ha hecho en máquina de escribir y después ha ordenado del todo, con portada, pasta, títulos, índices, etc., y que de este modo han pasado de mano en mano en el grupo de sus camaradas» (El Universal, 13 de junio de 1923).

 

208

E. B. N.: Después de Ayacucho. Caracas: Tipografía Vargas, 1920. Del mismo autor se había publicado antes otra novela: Sol interior (1918), todavía dentro de la norma Modernista, sobre todo en el lenguaje y tono narrativo general.

 

209

Esto puede apreciarse mejor si se comparan el lenguaje y tono narrativo de esta novela con, por ejemplo, Peregrina, de MANUEL DÍAZ RODRÍGUEZ, publicada por esos mismos años.

 

210

No andaba descaminado Dillwyn F. Ratcliff, en 1933, cuando decía que el Modernismo, que «ha dado a las letras venezolanas algunas notables páginas de fantasía creadora, ha sido también el refugio de estetas de escogido vocabulario y muy poco que decir» (La prosa de ficción en Venezuela. Tr. de Rafael Di Prisco. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1966; p. 93).