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XLIX-4. La primera edición: «rerescibo». (N. del E.)

 

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LI-1. Acerca de Luis Gálvez de Montalvo, D. Luis de Vargas Manrique y López Maldonado, véanse, al final del tomo II de la Galatea, las notas al Canto de Calíope (núms. 24, 8 y 23). (N. del E.)

 

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1-5. La edición de Barcelona, 1618, y las siguientes: «en eco amargo». Pero puede admitirse que «Eco» (con mayúscula en la primera edición) no es aquí nombre apelativo, sino propio, representando a la ninfa Eco (Ovid., Metamorph., III, 339 y siguientes), según acontece también en aquel pasaje (Quixote, I, 26) donde Cervantes pinta al ingenioso hidalgo entretenido en llamar «a las ninfas de los rios, a la dolorosa y vmida Eco»; y en la misma Galatea (libro VI, Canto de Caliope), donde alude a los desdenes de Narciso: «que a Eco solitaria cuestan caros». (Cons. R. Schevill, Ovid and the Renascence in Spain; Berkeley, 1913; pág. 187.) (N. del E.)

 

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[«ellas» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]

 

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4-14. La edición de Barcelona, 1618, y algunas siguientes: «con tanto viento». Rosell: «con tanto tiento». (N. del E.)

 

26

[«esa» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]

 

27

[«donde» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]

 

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6-19. En la acepción de «vedase», «impidiese», muy usada en los siglos XIV y XV. Así, en Amadís de Gaula (IV, 44, edición Gayangos) se lee: «en aquella camara, tan defendida a todas, se hara fiesta de nuestras bodas». Véase también la misma acepción en el Argumento del auto X de la Comedia de Calisto e Melibea (edición de 1499). Covarrubias la trae asimismo en su Tesoro (1611); y todavía la emplea Quevedo en la Vida de Fray Tomás de Villanueva (Madrid, 1620; edición Fernández-Guerra, tomo II, pág. 66, b): «El Santo..., por apartar de si lo que le defendiese de morir en la mayor pobreza, ordenó que sus muebles se llevasen al retor del colegio.» El mismo Cervantes, en Persiles y Sigismunda (II, 15), escribe: «Soltaron mis soldados en el [navio], sin que nadie se lo defendiese.» (N. del E.)

 

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[«eso» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]

 

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8-19. En la primera edición, y en casi todas las siguientes, dice «amargos truenos», lo cual resulta incomprensible. En la edición de la Biblioteca de Autores Españoles y en la de Rosell se corrige «amargas tueras». Tuera es nombre vulgar de la Cucumis colocynthis, o coloquíntida, planta medicinal de la familia de las cucurbitáceas, cuyo fruto contiene un principio amargo (el Diccionario de Autoridades trae la frase ponderativa: «es amargo como unas tueras»). Pero, habiendo de diputar por errata, como parece verisímil, el vocablo «truenos» de la edición de 1585, mejor debería leerse «amargos tueros». El tuero es también planta medicinal, la Thapsia villosa de Linneo, de la familia de las umbelíferas, y su raíz es purgante. (Cons. M. Colmeiro, Diccionario de los diversos nombres vulgares de muchas plantas del Antiguo y Nuevo Mundo; Madrid, 1871; página 186.) (N. del E.)