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48-4. El pensamiento de la copla es bastante frecuente en la poesía castellana. El marqués de Santillana (Obras, edición Ríos, 417), al final del Planto que fizo Pantasilea, dijo ya:
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En cierto villancico (núm. 90) del Cancionero musical publicado por Barbieri (Madrid, 1890) se lee:
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Y, en una copla de otro villancico del mismo Cancionero (núm. 228):
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53-15. La primera edición: «Rabadam». (N. del E.)
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[«ryendo» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
54
[«la» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
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[«vecinos» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
56
[«vecinos» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
57
[«(que era el alma)» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
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64-24. La primera edición es aquí deficiente. Dice: «que, por auerme puesto en mi sospecha que las palabras que antes me auia dicho, los tome...». Lo mismo traen las de Valladolid, 1617, y Barcelona, 1618. En algunas de las ediciones modernas (por ejemplo: la de Madrid, 1772; la de ídem, Hijos de D.ª Catalina Piñuela, 1829, I, 82; y la de la Biblioteca de Autores Españoles) se corrige así la cláusula: «que, por haberme puesto en mi sospecha aquellas palabras que antes me habia dicho, los tomé...», Cayetano Rosell, en la edición Rivadeneyra de las Obras completas (tomo I, pág. 54), perfecciona la enmienda de esta manera: «que, por haber puesto en mí sospecha aquellas palabras que antes me habia dicho, los tomé...». (N. del E.)
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[«ha» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
60
[«de esto» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]