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Profeta Daniel

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Modelo de lo que fue en el Renacimiento la modernización del evangelio es el Profeta Daniel: un tipo netamente florentino del siglo XV, que trae ajustado a las piernas su pantalón estrecho, verde con listas angostas horizontales blancas, zapatilla baja siena natural, túnica de color ocre amarillo oscuro, ceñida con cinturón que asegura una hebilla de piedra negra brillante, capa rosada caída cuidadosamente sobre las espaldas y prendida adelante con broche de oro enriquecido con una piedra preciosa. En la mano derecha lleva un libro cerrado y con la izquierda señala, sin expresión vulgar, la inscripción negra de su banderola: «ET POST HEBDOMADES SEXAGINTA DVAS OCCIDETUR CHRISTVS, CP. 9». Cubre su cabeza con una gorra redonda y rosada como la capa. En el ángulo superior derecho ha pintado el autor a Jesús crucificado en medio de los dos ladrones y en el superior izquierdo, al mismo Profeta en el lago de los leones. Al fondo se distingue una ciudad.

La posición de la figura es académica, pero magníficamente pintada. La cabeza, principalmente, es de las mejor modeladas de la colección y estudiada con cariño. No obstante ser el mismo modelo que le sirvió para los Profetas Malachías y Aggeo, el color de la cara es más jugoso, más fresco y verdadero. Las medias tintas son más bien verdosas, con ligero predominio de la siena natural, cuyo tinte amarillento armoniza bien con la gama fría y ligeramente rosada de la carne. La nariz, bien ajustada en sus planos; la boca, precisa de dibujo, y el todo, bien entonado y modelado. Además, la cabeza tiene mucho carácter y revela observación cuidadosa del modelo. La pincelada, aunque no amplia, es franca y segura. Sin duda, en el afán de valorizar las tintas en la gama fría que escogió y hacer un estudio concienzudo de su interesante modelo, dejó a un lado la franqueza y desenfado que usó al tratar la cabeza del Profeta Zacharías. La base del cuello, hasta la clavícula, es un trazo espléndido por el buen modelado. Las manos, sólidamente construidas, y la izquierda, muy expresiva y con un movimiento vivo y elegante, algo dura en las sombras por el abuso de la siena. La parte delantera de la capa está tratada con arte y gusto refinados, cómo para contrastar con el resto del vestido.

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Figura 76.- El Profeta Daniel

Figura 76.- El Profeta Daniel

(Foto Mera)

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Figura 77.- Cabeza del Profeta Daniel

Figura 77.- Cabeza del Profeta Daniel

(Foto Mera)

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Figura 78.- El Profeta Daniel

Figura 78.- El Profeta Daniel

(Foto Mera)