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Profeta Joel

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Imposible ver esta figura sin quedar encantado de ella. La elegancia de su actitud, que tiene los movimientos de una clásica estatua griega, la hermosura varonil de su tipo, la belleza de sus manos, la morbidez exquisita de sus piernas, y hasta el garbo con que lleva suelto el manto y arrastrando por el suelo, impresionan de veras, provocando admiración.

Lleva el Profeta una túnica interior amarilla, con un curioso fleco de borlas, y otra exterior roja, con manga corta y cuello volteado de color azul claro; calza sandalias romanas hasta media canilla, abotonadas con tres botones chicos de oro y decorados con un mascarón de este mismo metal; un gorro verde oscuro con vueltas rojas cubre su cabeza, y lleva hacia atrás, apenas detenido en su hombro izquierdo, un magnífico manto verde. Con su puño izquierdo cerrado, ajusta el extremo de la banderola, que lleva la siguiente inscripción: «EFFVNDAM SPIRITVM MEVM SVPER OMNEM CARNEM, CP. 2.», y con su derecha señala el Misterio de la Venida del Espíritu Santo, pintado en un grupo en el extremo superior de la tela. Un inmenso y triste paisaje se extiende detrás de la figura, desarrollándose a un lado las escenas simbólicas del Juicio Final.

Con poco que nos fijemos, podremos ver una estatua griega vestida por Goríbar para hacer de ella el Profeta Joel. Los movimientos clásicos de la estatuaria griega se encuentran ahí, y hasta la manera como ha interpretado su modelo, dentro de una gran plasticidad, aumenta esa consideración. La fuerza artística que tienen las piernas y los dedos de los pies es enorme, resultado de la gran simplicidad del acabado y de la interpretación de su claro oscuro con una gama de color riquísima, aplicada con exquisita sutileza. Nada diremos de las manos, de perfecto dibujo, trabajadas con amor y sin ningún alarde de solución técnica, como lo hace a veces Goríbar; ni de la cabeza, que forma con el todo un conjunto armónico en cuanto al modus operandi, con el que ha procedido a demostrarnos de cuánto era capaz y cuánto sabía de su oficio.

El pequeño grupo de Pentecostés que puso en esta tela, lo desarrolló después en otro cuadro de mayor aliento, aunque siempre pequeño, que lo conocimos en poder de nuestro ilustre amigo el artista don Joaquín Pinto y ahora se halla formando parte de una colección particular que no recordamos por el momento.

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Figura 79.- El Profeta Joel

Figura 79.- El Profeta Joel

(Foto Mera)

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Figura 80.- Cabeza del Profeta Joel

Figura 80.- Cabeza del Profeta Joel

(Foto Mera)

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Figura 81.- El Profeta Joel. Detalle

Figura 81.- El Profeta Joel. Detalle

(Foto Mera)