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Véase Luelmo Jareno (2007).

 

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Para esa característica de la personalidad de Trueba y Cossío, particularmente en su estancia en Londres, véase García Castañeda, 1978: 80-82.

 

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Un elemento más de esa importancia de la moda como elemento de identificación literaria es la presentación que hace Madrazo, en ese mismo artículo, del Semanario Pintoresco Español. La figura que representa el periódico (un retrato transparente de Mesonero Romanos) muestra con claridad la diferencia entre una y otra revista: «Personaje regordete, de semblante placentero, con anteojos de oro y airecillo burlón» (Mac 1882b: 8). Por cierto que Madrazo no ha olvidado las críticas que hizo al Semanario en el No me olvides de 1837 (véase nota 16), y cuando, unas líneas más abajo, el Semanario se ufana de sus grabados, el Artista le interrumpe para decirle acremente: «¡Alto ahí! Los dibujos de sus primeros grabados de V. fueron tan ridículos, que no hay pintador de tablillas de burras de leche y panderetas que los haga peores. Testigo, la portadita gótica de su tomo primero, digna de cualquiera confitería de la feria de Madrid».

 

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Un gran número de románticos españoles se adhirieron con entusiasmo a la teoría que estuvo en desde finales del XVII sobre el origen vegetal y orgánico del arte gótico. De esta manera se recogía el simbolismo religioso de los templos druídicos de los bosques dentro de las catedrales góticas. Los árboles del bosque sagrado se convertirían en los pilares de la iglesia y las ramas entrecruzadas en las ojivas. La teoría cobró fuerza en nuestro país con la obra de Isidoro Bosarte, Viaje artístico a varios pueblos de España (1804). Entre los escritores que defendieron con más contumacia esta interpretación se cuentan Pablo Piferrer y José Amador de los Ríos (Véase Panadero Peropadre: 1994). La decoración semivegetal del pórtico gótico de Ribera parece influida por esta teoría.

 

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Navarrete Martínez (1999) relata pormenorizadamente la historia de la Academia de San Fernando en la primera mitad del XIX, que es, al mismo tiempo, la historia de las maniobras, las intrigas y la conquista del poder de José de Madrazo. Por cierto que entre los colaboradores habituales de Madrazo en la Academia de San Fernando están varios de los retratados en las páginas del Artista: Juan Nicasio Gallego, Esteban de Ágreda, José Álvarez Cubero, Juan Miguel Inclán Valdés, Isidro González Velázquez...