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La imperial de Otón


Lope de Vega



[Indicaciones de paginación en nota.1]



Hablan en ella las personas siguientes
 

 
EL CONDE PALATINO,   elector.
FEDERICO,   inglés.
ALBERTO,   bohemio.
DON JUAN DE TOLEDO.
Embajadores.
UN PAJE.
MARGARITA,   dama alemana.
RUGERO,   criado alemán.
MENDOZA,   criado español.
Cinco electores; no hablan.2
UN ALGUACIL.
UN PREGONERO.
CAMILA,   criada.
UN ENMASCARADO.
DORICLEO3,   caballero.
ATAÚLFO,   caballero.
OTÓN,   rey de Bohemia.
ETELFRIDA,   su mujer.
UN HÉRCULES.
UN LEÓN.
Unas mujeres de luto y de máscara; no hablan.
[UN MAYORDOMO.]
RODULFO,   emperador.
ARNALDO,   conde.
ANFRISO4,   pastor.
[LIDIA,   pastora.]
[LEONCIO5.]
MERLÍN,   viejo.
[ROSELA,   dama.]
[DON ALONSO,   rey de España.]
[UN CORREO.]
[Criados.]
[Soldados.]





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Acto I

 

Salen EL CONDE PALATINO; FEDERICO, inglés; ALBERTO, bohemio.

 
PALATINO
Traednos sillas aquí,
aunque negociar sentado
en tiempo tan ocupado
es digno de culpa en mí;
que anda nuestra autoridad 5
con ser arbitrio del Papa
de suerte que no se escapa
de la común libertad.
¡Bueno es que los electores
-fol. 180r-
del Imperio no podamos 10
vivir si no es que le damos
a todos los pretensores!
Alguno se ha de perder
y alguno se ha de ganar.
FEDERICO
Ya os podéis, Conde, sentar, 15
que nadie os viene a ofender.
PALATINO
Sentareme satisfecho,
que sois discretos los dos.
 

(Siéntanse los tres.)

 
ALBERTO
Los imperios son de Dios:
él sabe el mejor derecho. 20
PALATINO
¡Pluguiera a Dios que elegido
en Constantinopla fuera!
FEDERICO
Injusto enojo te altera.
PALATINO
Justo, Federico, ha sido.
FEDERICO
Si por estar ya de paso 25
para entrar en la elección
te habemos dado ocasión
de haberte enojado acaso:
pide caballo, que aquí
ya no venimos a hablarte 30
sino solo a acompañarte.
PALATINO
Hácenme merced ansí.
FEDERICO
Las partes del grande hermano
del rey inglés, mi señor,
son la justicia mayor 35
para el Imperio Romano,
aunque Alberto se confía
en las del bohemio Otón.
ALBERTO
Y pienso que en mi razón
está vuestra señoría. 40
 

(Sale UN PAJE.)

 
PAJE
El español está aquí.
PALATINO
¿Quién es?
PAJE
Don Juan de Toledo.
PALATINO
Ya vendrá a causarnos miedo.
FEDERICO
¿Quién puede dártele a ti?
 

(Sale DON JUAN DE TOLEDO.)

 
TOLEDO
Beso a vuestras señorías 45
las manos.
PALATINO
Bien seáis venido.
TOLEDO
A lo menos lo habré sido
más tarde que hoy otros días,
siendo hoy el último en quien
se ha de ver nuestro deseo, 50
aunque por sin duda creo
que España lo pase bien.
Que el haber sido elegido
don Alonso en Franconfordia
a la presente discordia 55
pone silencio y olvido.
PALATINO
No hubiera dificultad
que el rey español lo fuera
si a coronarse6 viniera
a la sagrada ciudad, 60
pero, como se ha tardado,
está el negocio indeciso.
TOLEDO
Confieso que fue remiso
pero que no fue culpado:
que las guerras de los moros 65
de Murcia y Andalucía
le estorbaron cada día.
ALBERTO
Más su codicia y tesoros.
TOLEDO
¡Qué mayor que el del Imperio
si el Rey, mi señor, pudiera! 70
PALATINO
Quien tuvo ocasión y espera,
tarde llora.
TOLEDO
Algún misterio
encierran esas razones:
mira, conde Palatino,
que el rey español es digno 75
de que su frente corones.
PALATINO
¿Tengo yo solo el poder?
Otón, conmigo otros cinco.
TOLEDO
Como a España estés propinco,
a España puedes vencer. 80
Mira las partes que tiene,
don Alonso, mi señor.
PALATINO
Conozco su gran valor
y de los reyes que viene.
TOLEDO
Mira a su padre, Fernando, 85
-fol. 180v-
conquistador de Sevilla.
PALATINO
Fue7 del mundo maravilla,
terror del morismo bando.
TOLEDO
Cuando en las letras confinas
parte de ese buen deseo, 90
no ha igualado Tolomeo
a las tablas alfonsinas.
Y este Alfonso que esculpidas
tiene las mismas hazañas,
también honra las Españas 95
con las célebres Partidas.
Pues por armas, ¿qué no ha hecho,
cercando el muro y adarve
de las villas del Algarbe
hasta dejarle deshecho? 100
En Huelva y Gibraleón,
Faro, Lechuel, Alcambín,
Tabila y Castromarín
ha sido español león.
Pues por bien emparentado 105
el santo rey Luis de Francia,
ya tiene honrosa ganancia
haberle sus prendas dado.
Doña Blanca, hermosa y cuerda,
es del príncipe mujer 110
que rey de España ha de ser:
don Fernando de la Cerda.
Mira qué deudos se hallaron
en Burgos al regocijo
del Rey Santo el primer hijo, 115
el que ya en París juraron:
don Edüardo, sobrino
de Alfonso, hijo de su hermana,
de la corona britana
sucesor famoso y digno; 120
don Pedro, rey de Aragón;
de Toledo, el arzobispo;
de Astorga, Lugo y León,
los dos hermanos del Rey,
don Felipe y don Fadrique. 125
Y porque también le aplique
el defender nuestra ley,
mira con qué santo celo
honra la Iglesia, y del moro
quita el precioso tesoro 130
para la Reina del cielo.
Por casamiento es razón
que a otras muchas se adelante
la reina doña Violante,
hija del rey de Aragón. 135
Si esto es ansí, Alfonso el Magno
no es llamado sin misterio
a vuestro Alemán Imperio,
ni para el Reino Romano.
FEDERICO
Paso, español, poco a poco; 140
que otros reyes hay tan buenos
de tantas virtudes llenos...
TOLEDO
Inglés, en ninguno toco.
De ninguno digo mal
ni parece injusta ley 145
que diga bien de mi rey
como vasallo leal.
Yo informo de lo que puedo
al Conde y a los demás.
FEDERICO
Sí, pero ensálzasle más. 150
TOLEDO
Mas antes falto que excedo.
Y de ti debo admirarme,
pues no siendo rey tu dueño
más de un estado pequeño
que apenas pesa un adarme 155
-porque es hermano segundo
de tu rey de Ingalaterra-
quiere, Luzbel en la tierra,
ser emperador del mundo...
Hasta el bohemio callando, 160
siendo rey muy noble Otón...,
y tú con menos razón
estás arrogante hablando.
¿En qué te fundas?
FEDERICO
¿Es poco
ser mi señor elegido 165
como el tuyo?
ALBERTO
No ha podido
ser jurídico tampoco.
-fol. 181r-
Y si hasta ahora he callado
no es porque al rey de Bohemia
falta la virtud que premia 170
al que della vive honrado,
mas porque echaba de ver
que el español nos decía
lo que en don Alonso había,
porque era bien menester. 175
Pero yo, como he sabido
que es tan conocido Otón,
no quise en esta ocasión
decir lo que es tan conocido:
él será rey de romanos 180
y emperador de alemanes.
TOLEDO
Cuando a Cerdas y Guzmanes
y Toledos falten manos.
FEDERICO
Pues ¿puede dejar de ser
que mi rey inglés lo sea? 185
PALATINO
Lo que cada cual desea
da bien su lengua a entender.
Cesad, que no se averigua
esta cuistión por la espada.
TOLEDO
Ya estuviera averiguada 190
a ser la costumbre antigua.
¡Y ojalá que solo yo
a los dos con ella aquí
mostrara el valor que en mí
la sangre española dio! 195
¡Que yo sé si mi rey fuera
con este acero eligido!
FEDERICO
¡Oh, español!
ALBERTO
En lo atrevido
sin verte te conociera;
que Alberto8 soy, te advierto, 200
y este, Federico, inglés.
TOLEDO
Yo lo supiera después
que os hubiera a entrambos muerto:
don Juan de Toledo soy.
FEDERICO
¿Y piénsasme poner miedo, 205
si fuera todo Toledo?
PALATINO
Caballeros, yo me voy:
el que quisiere me siga.
FEDERICO
Debo acompañarte.
ALBERTO
Y yo.
TOLEDO
Estoy por decir que no, 210
pero al fin mi rey me obliga.
FEDERICO
¡Qué español tan bravo!
ALBERTO
Adiós.
¡Que ansí hable el que es más flaco!
TOLEDO
Vive Dios que si la saco
que me han de temblar los dos. 215
 

(Sale MARGARITA, dama, y RUGERO, criado.)

 
MARGARITA
¿Y qué?, ¿me dices que tiene
el español esperanza?
RUGERO
Si el deste imperio no alcanza,
¿a quién del mundo conviene?
MARGARITA
Si por voto nuestro fuera, 220
yo con mi gran voluntad,
tú con tu fidelidad,
¡quién duda que le tuviera!
Mas ¿quïén está más cerca
de todos los pretensores? 225
RUGERO
Dicen que a los electores
la gran corona se merca.
Y vese que es gran maldad,
y que el vulgo es atrevido
pues de seis los tres han sido 230
la flor de la Cristiandad
y eclesiásticos, en fin.
MARGARITA
¿Dónde nació sino entre ellos
la simonía?
RUGERO
No es dellos
acto tan bárbaro y ruin 235
sino de otra gente inicua
que Dios deja de sus manos,
que a prelados tan cristianos
vana sospecha se aplica.
MARGARITA
Si la gracia pretendía 240
comprar de Dios algún hombre,
no hay Rugero que te asombre
la corona deste día.
Yo quïero don Juan tanto,
aunque humilde mujer soy, 245
que con el temor que estoy
-fol. 181v-
de ningún santo me espanto:
el oro corrompedor
no hay virtud que no contraste.
RUGERO
Basta, señora, que baste, 250
para empresas del amor.
Basta que acabe una guerra,
basta que conquiste un muro,
que ablande un juez más duro
que el corazón de la tierra, 255
pero en casos de tal peso,
donde a Dios se teme tanto,
que pongas duda me espanto
de la verdad del suceso.
MARGARITA
¿Cómo se vino a eligir, 260
Rugero, en esta ciudad,
la Cesaria Majestad?
RUGERO
Es cargo de referir,
mas, si gustas, oye.
MARGARITA
Di,
que saber la causa quiero. 265
RUGERO
Y yo, contándola, espero
que has de entretenerte ansí:
Constantino, el que llamaron
«el Magno» por sus grandezas,
nuevo Alejandro cristiano, 270
gran defensor de la Iglesia,
considerando que en Roma
su imperial silla pudiera
humillar la autoridad
de su vicario y cabeza, 275
dejole a Roma y a Italia
y, dando al Asia la vuelta,
la silla puso en Bizancio
en edificios soberbia,
por cuyo famoso nombre, 280
tan digno de gloria eterna,
Constantinopla se llama
que los turcos señorean.
Faltar de Italia su amparo
fue causa triste y funesta 285
que mil bárbaras naciones
pusiesen los pies en ella.
Scitas, vándalos, alanos
su santa arena ensangrientan;
longobardos y estragodos 290
con mil góticas banderas.
Alemania, España y Francia
lloraron bien su miseria,
mas como Italia ninguna
de cuantas el sol pasea; 295
que como cabeza fue
del mundo en tiempo de César,
los pies que a sus pies tenía
se quisieron ver sobre ella.
Iba el Pontífice Sumo 300
de Atila huyendo la fuerza,
que hasta las reliquias santas
no perdonaba la guerra,
tanto que fue menester
que aquella noche en su tienda 305
amenazase San Pedro
su temeraria fiereza.
Reinó Carlo Magno en Francia,
bajó a Italia y echó della
los longobardos y en paz 310
al Papa en su silla asientan.
Diole la imperial corona
en galardón y en presencia
de mil príncipes y grandes
que celebraron las fiestas. 315
Luego, muerto Carlo Magno,
Francia y Alemania empiezan
a pretender la corona;
las causas füeron estas:
que era, Carlos, alemán, 320
dice Alemania soberbia;
y Francia que es rey de Francia
y que ha de elegirse en ella.
El Pontífice que entonces
era de la nube excelsa 325
de Pedro piloto santo,
este estatuto nos deja:
que en vacando9 la corona
-fol. 182r-
a seis grandes pertenezca
la elección de Emperador; 330
y aquí en Franconfordia sea.
Los tres son10 los arzobispos
de las famosas iglesias
Colonia, Maguncia y Triberio,
ilustres en sangre y letras. 335
Los otros tres son el duque
de Sajonia y de la bella
Branderburque el Gran Marqués,
sangre alemana y francesa,
con el conde Palatino 340
de antigua y clara nobleza.
Y el cónclave desta junta
aquí en Aquisgrana tengan.11
Pero el décimo Gregorio
con escomunión espresa 345
que uno solo elijan manda,
que es el que todos esperan.
MARGARITA
Plega a Dios que a Alonso elijan,
no porque española soy
ni porque españoles hoy 350
el Sagrado Imperio rijan;
mas porque he puesto los ojos
en don Juan de tal manera
que mil mundos que tuviera
fueran de sus pies despojos. 355
Y será posible ansí
venirme a casar con él.
RUGERO
Yo te aseguro por él,
porque sé que adora en ti;
que si reporta su amor 360
es temiendo hacer ultraje12
al reservado hospedaje
de tu padre y mi señor.
Posa en su casa, que ha sido
la causa desta afición, 365
y por la misma razón
de no se haber atrevido.
Mas sucediendo las cosas
prósperamente al de España,
era la menor hazaña 370
de las del mundo amorosas;
que si don Juan es Toledo
de lo bueno de Castilla,
tú eres Gante y maravilla
del mundo.
MARGARITA
Nómbrale quedo,
375
que hay en casa alguna espía
recelosa de mi bien.
RUGERO
¡Plega el cielo que le den
a Alfonso la monarquía
y que nos vamos a España! 380
MARGARITA
Grita en el palacio suena.
RUGERO
Su plaza del vulgo llena
de gente propia y estraña
que a la elección ha venido
y, con los embajadores, 385
aguarda a los electores.
 

(Dentro digan.)

 
[VOCES]
¡Rodulfo, Rodulfo ha sido!
MARGARITA
¡Ay de mí! ¡«Rodulfo» dijo
aquella voz!
RUGERO
Puede ser,
que es noble y de gran poder. 390
MARGARITA
Ya se aumenta el regocijo...
Corriendo van los caballos,
los pretales oigo aquí:
¿si dicen «Rodulfo»?
RUGERO
en cuanto puede escuchallos. 395
Mas también puede haber sido
 

(Suenan los pretales de cascabeles.)

 
nombralle por disfavor:
no Rodulfo vencedor
sino Rodulfo vencido.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rey de Bohemia, Bohemia! 400
MARGARITA
¡«Bohemia» dicen allí!
Aun Otón, si fuese ansí,
 

(Suenen cada vez los pretales como que corren con la nueva.)

 
-fol. 182v-
más justamente se premia,
que es rey, en fin.
RUGERO
Gran valor
tiene Rodulfo, señora. 405
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Vítor, vítor!
RUGERO
Oye agora
del junto vulgo el favor...
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, Rodulfo, el Conde!
MARGARITA
¿Sabes que me maravilla
que nunca dicen «Castilla», 410
ni naide «España» responde?
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Ganen la apuesta, galanes!
OTRO

 (Dentro.) 

¡Otón es César Augusto,
mentís!
MARGARITA
Temblé con el susto
toda de la frente al pie. 415
Parte, por tu vida, allá:
mira lo que ha sucedido.
RUGERO
Voy.
MARGARITA
La esperanza he perdido:
sospechosa el alma está.
 

(Entre DON JUAN y un criado dándole la espada.)

 
TOLEDO
Muestra, Mendoza, la espada: 420
mal haya el consejo adonde
sin ella un hombre responde.
MENDOZA
España queda agraviada.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, Rodulfo, el Conde!
MENDOZA
Todos le nombran con gusto. 425
TOLEDO
Yo con enojo y disgusto...
Vive Dios, si esta tuviera,
que el de España se eligiera.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, César Augusto!
TOLEDO
Dalde priesa, ciudadanos, 430
estraños y franconfordes:
llevad hachas en las manos,
que ansí agora estáis concordes.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, rey de romanos!
MENDOZA
¿No cesan?
TOLEDO
Ni cesarán.
435
MENDOZA
Voces unísones dan
la mujer, el niño, el hombre...
TOLEDO
Gastarle querrán el nombre.
MENDOZA
Y aun el oro gastarán.
TOLEDO
Y aun tiene un grande poder 440
en lo que dices, Mendoza:
¿qué empresa podrá temer,
qué pensamiento no goza,
qué pretensión, qué mujer?
MENDOZA
Pues ¿cómo entre tanta grita 445
te acuerdas de Margarita?
TOLEDO
Pues ¿no queréis que me acuerde?
 

(Entre ALBERTO.)

 
ALBERTO
¿Que Otón este imperio pierde
y de sus hombros se quita?
¡Ah, ignorantes electores! 450
TOLEDO
Este es el embajador
de Otón.
ALBERTO
Presto haré que llores,
Alemania, este rigor
de esos cobardes traidores.
¡Rodulfo, Rodulfo! ¡Ah, cielo! 455
No me traga vivo el suelo
antes que escuche su voz.
MENDOZA
¡Oh, cómo sale feroz!
TOLEDO
Con su dolor me consuelo.
ALBERTO
¿Qué hará el confïado Otón, 460
que este imperio pretendió?
Reventará de pasión,
que su esperanza temió
segura la posesión.
Pues, soberbios alemanes, 465
haced gente y capitanes,
que ya Otón, por su venganza,
pone en el ristre la lanza
y al viento los tafetanes.
Por él a cuanto se encierra 470
desde la una a la otra parte,
en vuestra alta y baja tierra
os asegure que Marte
os ha de abrasar con guerra.
¡Alarma, valiente Otón!: 475
defienda en esta ocasión
Rodulfo su injusto imperio.

 (Váyase.) 

TOLEDO
Naide con más vituperio
salió de aquesta elección.
  -fol. 183r-  
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, César Augusto, 480
padre de la patria y rey
de romanos! ¡Digno y justo
defensor de nuestra ley!
MENDOZA
Ya salen.
TOLEDO
De verlos gusto.
 

(Toquen chirimías y salgan dos maceros y acompañamiento, y los seis electores, tres grandes y tres arzobispos.)

 
PALATINO
Vayan vuestras señorías, 485
que los he de acompañar.
TOLEDO
¡Qué graciosas cortesías!
Ved que me han hecho esperar
al cabo de tantos días.
MENDOZA
¿Cuál es duque de Sajonia? 490
TOLEDO
Aquel alto que acompaña
al perlado de Colonia.
MENDOZA
¡Qué basa de gente estraña!
TOLEDO
No tuvo más Babilonia.
De Branderburque el marqués 495
va en medio de los tres;
luego el que mi mal pronuncia:
arzobispo de Maguncia.
MENDOZA
¿Y aquel?
TOLEDO
De Tréveris es.
MENDOZA
¿Y este?
TOLEDO
El conde Palatino:
500
ven, que con este disgusto
mañana a España camino.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Rodulfo, César Augusto,
sí, pero Alfonso más digno!
 

(Salen UN ALGUACIL y UN PREGONERO y una caja.)

 
ALGUACIL
Aquí en la rúa mayor, 505
alzad la voz, que la gente,
como es más, crece el rumor.
PREGONERO
Mal conoces el corriente
de mi garganta, señor.
Oirán los sordos y mudos, 510
los animales más rudos
y las estrellas del cielo.
ALGUACIL
Di, pues, lo escrito.
PREGONERO
Direlo
que merezca diez escudos.
Mi padre, aunque zapatero, 515
me crïo para contralto
de aquesta iglesia primero,
mas vine a cantar tan alto
que vine a ser pregonero.
Fue la voz de calidad 520
que en toda la vecindad
no me pudieron sufrir,
porque de puro subir
me quebré por la mitad.
Mas no hay hombre que me venza 525
de mi oficio en ocasión
de echar la barba en vergüenza.
ALGUACIL
Aquí prosigue el pregón:
toca esa caja y comienza.
PREGONERO
«Manda el ilustre señor 530
duque Asfelt, gobernador
de Franconfordia, que luego
enciendan luces y fuego,
desde el pequeño al mayor.
Y que adornen las ventanas 535
de rica tapicería
por nueve alegres mañanas,
y muestren su bizarría
las hermosas ciudadanas.
Hagan máscaras con gusto, 540
que les darán galardón,
que todo contento es justo
por la divina elección
de Rodulfo, siempre augusto.»
ALGUACIL
Bien has dicho: toca y vamos. 545
 

(Váyanse.)

 
TOLEDO
¡Buenos por tu vida estamos
cuando España se entristece!
MENDOZA
Ansí en el mundo acontece:
lo que estos ríen, lloramos.
TOLEDO
¿Cómo veré a Margarita 550
para despedirme della?
  -fol. 183v-  
MENDOZA
Entre la confusa grita
bien podrás hablar con ella
si acaso las luces quita;
que si no ¿qué duda pones 555
que las hachas y blandones
aunque te arreboces más
te descubran?
TOLEDO
¿Y no das
en que ha de haber invenciones?
Ven que de máscara puedo 560
hablar y verla sin miedo.
MENDOZA
¿Qué te vestirás?
TOLEDO
No sé:
el bordado llevaré
de las cañas de Toledo.
 

(Éntrense y con música descubran el lienzo del vestuario con muchas luminarias en papeles de colores, y MARGARITA, en lo alto y CAMILA, criada.)

 
MARGARITA
Bien persuadirte podrás 565
cuánto el placer me entristece.
CAMILA
Sin decirlo se parece:
callando lo muestras más.
La noche se ha vuelto día:
todos con luces celebran 570
la elección.
MARGARITA
A mí me quiebran
las mismas del alma mía.
CAMILA
Ya estás, mi señora, estraña.
MARGARITA
Pésame que solenicen
al Conde y desautoricen 575
las pretensiones de España.
Y pues sabes que la mía
cesa con irse don Juan:
cree Camila que me dan
sus fiestas melancolía. 580
CAMILA
Tanta pena ha recebido
que se va sin ver las fiestas.
MARGARITA
¿Piensas tú que lo son estas
para quien tanto ha perdido?
CAMILA
Mas bien puesto estaba Otón 585
y habrá de tener paciencia.
MARGARITA
Hay en valor diferencia.
¿Qué es esto?
CAMILA
Máscaras son.
 

(Suenan chirimías y salgan un Hércules con un mundo, y máscaras detrás, con hachas.)

 
CAMILA
¡Ah, caballero!
ENMASCARADO
¿Quién llama?
CAMILA
¿Qué es la máscara, decid? 590
ENMASCARADO
Letra lleva.
CAMILA
A ver.
ENMASCARADO
Oíd,
que a fe que es cosa de fama,
para que descanse Adlante,
yo Rodulfo, Hércules nuevo,
el mundo en mis hombros llevo. 595
MARGARITA
No vi frialdad semejante:
¿queréismela declarar?
ENMASCARADO
Por Adlante sinifico
el ya muerto Federico.
 

(Tocan.)

 
MARGARITA
Vós lo merecéis estar... 600
CAMILA
Calla, por Dios, que dirán,
como no sea en la casa
y no saben que te abrasa
el loco amor de don Juan,
que tu padre hace traición 605
a Rodulfo.
MARGARITA
Gente suena:
hasta el son me causa pena,
tales mis desdichas son.
 

(Máscaras con hachas salgan coronando a RODULFO; tocan.)

 
CAMILA
Sin duda que estos coronan
a Rodulfo.
MARGARITA
Así es verdad:
610
Roma y Franconfordia entronan.
Este es Italia la bella
y este Alemaña la fuerte
y este Rodulfo.
MARGARITA
De suerte
que hoy sale y hoy entra en ella. 615
ENMASCARADO
Nuestro deseo le ha dado
esta corona que veis.
  -fol. 184r-  
MARGARITA
Pontífices os hacéis:
debéis de haberlo soñado.
No llevéis esa frialdad 620
al senado si es discreto.
ENMASCARADO
Vós sois la cifra, os prometo,
de toda la necedad.
CAMILA
Ya te entiendo, por mi vida.
MARGARITA
No será esta culpa sola, 625
que tengo el alma española
y no la encubro ofendida.
 

(Tocan chirimías y un león con una espada en pie y en tres cadenas tres reinos en figuras de hombres; DON JUAN DE TOLEDO y MENDOZA detrás, vestidos de librea con hachas.)

 
CAMILA
Este trae buena invención.
MARGARITA
Déjame a mí preguntar:
¿qué quiere significar, 630
caballero, este león?
TOLEDO
Este es el león de España,
y estos tres, tres reinos son,
que ya pone en sujeción,
y su espada en sangre baña: 635
Borgoña, Alemania y Flandes
son los tres.
CAMILA
¡Qué atrevimiento!
MARGARITA
¡Oh, hermoso león sangriento,
digno de hazañas tan grandes,
daros quiero colación! 640

 (Echa desde alto una fuente de confitura sobre ellos.) 

TOLEDO
Siendo vós sereno cielo,
granizas, señora, el suelo.
CAMILA
Don Juan y Mendoza son.
TOLEDO
Mirad, Margarita bella,
que a mal agüero he tenido 645
del dulce tiempo perdido
el favor de vós y della.
No más colación, no más,
que derraman mis porfías
las dulces venturas mías 650
que no cobraré jamás.
MARGARITA
¡Ay, mi querido león!,
¿qué pronósticos son esos?
TOLEDO
Ya os lo dicen los sucesos
de aquesta injusta elección 655
que apresura mi partida.
MARGARITA
Luego ese león no ata
los tres reinos de quien trata
sino esta alma gusto y vida.
Luego estas luces no son 660
fiestas del nuevo concierto
sino de entierro de un muerto
que es mi ausente corazón.
Luego esta música ya
son campanas y clamores 665
del alma que en los rigores
del ausencia muerta está.
¿Luego a España os vais, don Juan?
TOLEDO
Voyme, señora, por fuerza,
que a decirlo al fin me esfuerza 670
la priesa que aquí me dan.
¡Oh, negocios! ¡Oh, desdichas!
Mas pues lo sentís ansí,
alargaré desde aquí
mis cuidados y mis dichas. 675
Mañana pensé partir
y hoy me pienso detener.
MARGARITA
Solo os puedo responder
que por vós vuelvo a vivir:
como caballero hacéis 680
y como español gallardo.
TOLEDO
Si amé, si lo que me tardo
a vuestra cuenta ponéis...
MARGARITA
¿Eso dudáis? Entrad luego,
que hay de hablaros ocasión; 685
que estos alborotos son
de nuestras almas sosiego.
TOLEDO
¿Habrá lugar?
MARGARITA
Sí.
TOLEDO
Mendoza,
-fol. 184v-
recoge esa gente y ven.
MENDOZA
¿Piensas gozarla?
TOLEDO
También.
690
MENDOZA
¡Vive Dios que es linda moza!
 

(Sale el rey de Bohemia, OTÓN, ETELFRIDA, reina, de caza. Acompañamiento de criados. ATAÚLFO y DORICLEO, caballeros.)

 
OTÓN
¿Cómo que un ave tan vil
pudo matar un azor?
ATAÚLFO
Sí, señor.
OTÓN
¡Bravo rigor!
DORICLEO
¡Estraño lance!
ATAÚLFO
¡Sutil!
695
OTÓN
¡Mostruo ha sido!
DORICLEO
¡Y gran portento!
ATAÚLFO
¡Estraño prodigio!
DORICLEO
¡Grande!
OTÓN
Decilde a la reina que ande;
sabrá de mi boca el cuento.
ETELFRIDA
Aquí vengo y ya le sé. 700
OTÓN
¿Pues cómo, mi bien, no habláis?
¿De qué tan suspensa estáis?
¿Qué tenéis que enojo os dé?
¿Ha hecho del sol la furia
de envidia de la belleza 705
de esa divina cabeza
a su bella frente injuria?
¿Por ventura os han cansado
la aspereza de la sierra?
La caza imita a la guerra: 710
habraos su guerra enojado.
Por eso dejé las sierras
y mandé seguir las aves
dando a los aires süaves
alas de plumas ligeras; 715
que según corren por él
alegres, altas y bellas
pienso que él vuela con ella,
que ellas no vuelan con él.
ETELFRIDA
Eso solo me ha enojado. 720
OTÓN
¿Las aves, señora mía?
No haya más desde este día
si ellas enojo os han dado.
Cortad a todas los cuellos,
despedid mis cazadores, 725
no haya a mi mesa ventores,
no más cuidado con ellos.
Mis azores de Noruega
y mis aletos indianos
no anden más en vuestras manos 730
ni en los aires desta vega.
Gerifaltes, halconetes,
búhos, sacres, baharíes,13
primas, torzuelos, neblíes,
halcones y gavilanes, 735
tuerza una mano crüel.
Y porque no me alborote
ni parezca un capirote
ni suene más cascabel,
ya no más mudas ni crías: 740
las alcandoras romped.
ETELFRIDA
Que no entendistes creed,
señor, las tristezas mías;
que antes de mi gusto son,
y merced recibiré 745
en que ya de hoy más esté
la caza en más perfeción.
OTÓN
¿Pues qué os disgusta?
ETELFRIDA
Haber visto
matar una ave ratera
un halcón de tal manera 750
que el llanto apenas resisto.
Y hame dado mal agüero
de que no os han elegido
y en vuestro lugar lo ha sido
algún príncipe estranjero. 755
OTÓN
No os dé pena, ¡por mi vida!
Segura está mi elección
donde interés o pasión
no puede ser admitida.
Son los electores nobles 760
y conocen mi poder.
ETELFRIDA
En los nobles suele haber
muchas veces tratos dobles.
No lo habéis solicitado
como el caso requería: 765
si el que pide no porfía,
-fol. 185r-
duerme el que da, descuidado.
De cien veces las noventa,
la diligencia, señor,
tiene sentencia en favor. 770
OTÓN
Sin causa estás descontenta.
Ya conocen mi persona
los dueños desta elección,
que solo el decir Otón
pide a voces la corona. 775
Que mal puede el noble hermano
deste rey de Ingalaterra,
con cuatro leguas de tierra
ni el español castellano,
competir con la grandeza 780
del rey de Bohemia, Otón;
y por eso el muerto halcón
amenaza su cabeza.
Y aquel ave significa
la humildad con que pretendo 785
lo que con razón defiendo.
DORICLEO
¡Qué bien el agüero aplica!
ATAÚLFO
Esté Vuestra Majestad
seguro del Sacro Imperio,
que ese agüero es el misterio 790
de su discreta humildad;
tanto que ya en su corona
los arcos puede añadir.
 

(ALBERTO entre de camino.)

 
ALBERTO
Hasta aquí quise venir
con esta nueva en persona. 795
OTÓN
¡Oh, Alberto, mi embajador,
seas bien venido!
ALBERTO
Creo
que habíais tenido deseo
de mi venida, señor.
OTÓN
Tú mismo puedes juzgallo 800
aunque me tienes incierto.
ALBERTO
Por los ijares he abierto
desde la Corte el caballo.
OTÓN
¿Cómo albricias no has pedido?
ALBERTO
¿De qué las he de pedir? 805
OTÓN
No tienes más que decir,
que ya te tengo entendido.
Desde que te vi llegar
vi en tu rostro y lengua muda
mis esperanzas en duda 810
y, sin ella, mi pesar.
¿En fin, no me han elegido?
ALBERTO
No, señor.
OTÓN
¡Ah, reina! ¡Ah, cielo!
ETELFRIDA
No era, señor, mi recelo
tan vanamente creído. 815
OTÓN
¿Es posible? ¡Ah, gente fiera!
¡Ah, electores inhumanos,
solo en el nombre cristianos,
que a saberlo no os creyera!
Por esto no os di interés, 820
sabe Dios que le tenía,
y así la justicia mía
habéis tenido a los pies.
ETELFRIDA
Mi Otón, ¡desdicha notable!
OTÓN
Sepamos, reina, el que ha sido, 825
en competencia, elegido:
quizá es negocio inculpable.
¿Es el de España? Responde.
ALBERTO
No, señor.
OTÓN
¿Es el inglés?
ALBERTO
Es Rodulfo.
OTÓN
¿Quién?
ALBERTO14
Él es
830
el conde Rodulfo.
OTÓN15
¿El Conde?
ETELFRIDA16
Eso ya se ve que ha sido
maldad tan notoria y clara
que me han salido a la cara
colores de haberlo oído. 835
¡Rodulfo! Al cielo divino
hago voto y juramento,
si no os armáis y al momento
ponéis el campo en camino,
de no tener aunque os ama 840
el alma, y dueño os confiesa,
silla, Rey, en vuestra mesa
ni lugar en vuestra cama.
Jamás me tendréis contenta
ni cesarán mis enojos 845
si no os armáis en mis ojos
como espejo desta afrenta.
-fol. 185v-
O dadme la gente a mí:
yo iré a la guerra por vós.
¡Oh, dura gente sin Dios, 850
al Rey no, al Conde sí!
¡Al Conde! ¿Cómo no era,
ya que Otón no os agradaba,
mejor el que electo estaba
y que de España viniera? 855
Muero en pensarlo, hoy me muero
si el campo de Otón no marcha
por julio al sol y a la escarcha
por la inclemencia de hebrero.
No hay consuelo para mí 860
si Otón no cobra el Imperio;
que ha sido, este, vituperio
del Rey, del reino y de mí.
OTÓN
¡Ea, bohemos fuertes!, ya es llegada
la sazón en que yo conocer puedo 865
qué vasallos me sirven, y vosotros
qué rey os manda, os ama y os estima:
no por mi honor, que siendo rey me sobra,
el Imperio Sagrado pretendía;
mas porque quien os tiene por vasallos 870
ha de ser más que rey, o rey del mundo:
si lo fuera Alemania, y si Rodulfo
fuera Alejandro, Aquiles, Pirro o César,
la corona imperial tendrá mi frente
y el Sacro Imperio mis valientes hombros, 875
que yo tengo hombros y hombres para todo.
Dejad las jabilinas y venablos,
vengan lanzas de ristre y escopetas.
Dejad las galas verdes de la caza,
vengan las armas de la sangre rojas. 880
Vós, Ataúlfo amigo, desta empresa
sois general, y Doricleo teniente.
El maestre de campo Alberto sea,
y esta noche nombremos capitanes.
ETELFRIDA
Quiero te dar mis brazos, Otón mío, 885
que nunca más galán me pareciste
que agora con aquesa honrada cólera.
OTÓN
Mal conoces a Otón.
ETELFRIDA
A las mujeres
ninguna cosa más nos enamora
que el valor de los hombres, como el tuyo. 890
Un cobarde, aunque sea gentilhombre,
no hay mujer tan ratera a quien agrade,
y un valiente, aunque feo, agrada mucho.
¡Tú estás agora gentilhombre y bravo!
OTÓN
Vamos donde tus ojos sean espejo, 895
y apercebid mis armas, Ataúlfo:
¡muera Rodulfo vil!
TODOS
¡Muera Rodulfo!

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