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«Todo lo que Cervantes escribió... forma un conjunto cuya originalidad y coherencia se hacen cada vez más evidentes» (Darío Fernández-Morera, «Algunos aspectos del universo cervantino en la comedia Pedro de Urdemalas», en Cervantes. Su obra y su mundo. Actas del I Congreso Internacional sobre Cervantes, ed. Manuel Criado de Val [Madrid: Edi-6, 1981], págs. 239-242, en la pág. 239). Así, pues, considero que la afirmación en el prólogo de las Novelas ejemplares de que su propósito es ejemplar, es totalmente sincero, aunque se lleve a cabo de forma imperfecta en el libro.



 

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Se conservan todos menos uno, y han sido depositados en el archivo de la Florida State University, en la Strozier Library.



 

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Carroll Johnson, Hispanic Review, 57 (1989), 95-97; Edward H. Friedman, Hispania,71 (1988), 822-823; Eduardo Urbina, South Central Review, 6 (1989), 110-112; Anthony Close, Journal of Hispanic Philology, 12 (1987 [1988]), 62-66; Antonia Fernández, Incipit, 7 (1987 [1988]), 195-197; Hans-Jorg Neuschäfer, Zeitschrift für romanische Philologie, 104 (1988), 573; Gareth A. Davies, Bulletin of Hispanic Studies, 67 (1990), 188; Alberto Sánchez, Anales Cervantinos, 27 (1989 [1990]), 277-279; Monique Joly, Romanische Forschungen, 102 (1990), 112-115; Lesley Lipson, Modern Language Review, 85 (1990), 470-471; Catherine Larson, Cervantes, 11 (1991 [1992]), 103-105; Alan Soons, Iberoromania, 37 (1993), 144-146.



 

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Es la más aconsejable, en opinión del exigente José María Casasayas Truyols, «Don Quijote en el siglo XX. Breve repaso a las más recientes ediciones eruditas», Miguel de Cervantes en su obra. Antología, selección de estudios y documentación, Anthropos suplementos, 17 (1989), 289-296, en la pág. 293.

Por falta de apoyo de los demás cervantistas, la edición de Schevill y Bonilla la publicaron ellos mismos; ayudó a costearla una subvención de Phoebe Apperson y sus herederos (véanse las declaraciones preliminares en La Galatea, tomo I, y en Comedias y entremeses, tomo V). La poca atención que esta edición recibió cuando fue publicada contrasta con la gran atención que se dedicó a las ediciones de Don Quijote de Rodríguez Marín, dos de las cuales todavía están a la venta, una de ellas, la de Clásicos Castellanos, «incomprensiblemente», según la autorizada opinión de José M. Casasayas (nota 55 de su «La edición definitiva de las obras de Cervantes», Cervantes, 6 [1986], 141-190, con correcciones en 8 [1988], 123). La serie de facsímiles de las obras de Cervantes, publicada por la Real Academia en 1917-1923 y reimpresa, menos el último tomo, en 1976-1990, fue la respuesta española a la edición de Schevill y Bonilla. El caso es paralelo al de la edición de John Bowle, la primera edición científica (Historia del famoso cavallero, Don Quixote de la Mancha, [Salisbury, 1781]): igualmente innovadora, rechazada y imposibilitada de reproducción en facsímil (véase la nota 74 del primer capítulo).



 

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Cuando estaba en prensa la traducción española de este libro, ha aparecido en el mercado una nueva edición de las Obras completas de Cervantes, de Editorial Turner (Madrid, 1993), y los dos primeros tomos de la edición del Centro de Estudios Cervantinos (Alcalá de Henares, 1993, en prensa). Ninguna presenta las líneas numeradas. La edición Turner, sin introducción textual ni notas, no ha sido reseñada, que yo sepa, hasta el momento de escribir estas líneas. La del Centro de Estudios Cervantinos (Alcalá de Henares, 1993, en prensa), hecha de prisa, no es «ni crítica ni científica» en las palabras de sus propios editores, Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas (I, xciv). Sobre estas ediciones, puede verse la comunicación de José María Casasayas, «Ahí va otra...: Lamentaciones sobre las últimas ediciones quijotescas», en las Actas del Segundo Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas (en prensa).



 

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R. M. Flores, The Compositors of the First and Second Madrid Editions of «Don Quixote», Part I (London: Modern Humanities Research Association, 1975), págs. 65-68; E. C. Riley, reseña de las ediciones del Quijote de Allen, Murillo y Avalle-Arce, Bulletin of Hispanic Studies, 57 (1980), 346-349.



 

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«A More Modest Proposal for an Obras completas Edition», Cervantes, 2 (1982), 181-184, en la pág. 182. El hecho de que Schevill y Bonilla no modernizaran u/v había sido criticado anteriormente por José Toribio Medina en su edición del Viaje del Parnaso (Santiago de Chile: sin editor, 1925), I, viii.



 

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Miguel Romera-Navarro, Autógrafos cervantinos, University of Texas Hispanic Studies, 4 (Austin: University of Texas, 1954), pág. 22.



 

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La puntuación de las ediciones refleja criterios e interpretaciones de los cajistas, los editores de la época. Sobre el significado de la puntuación, véase mi «On Editing Don Quixote», Cervantes, 3 (1983), 3-34, en las págs. 11-14. La puntuación del mismo Cervantes, igual que la de muchos otros autores, era descuidada, al menos según el manuscrito del supuesto fragmento de las Semanas del jardín que creo ser autógrafo; véase mi Las «Semanas del jardín» de Miguel de Cervantes (Salamanca: Diputación de Salamanca, 1988 [1989]) y «The Story of a Cervantine Discovery», Manuscripts, 45 (1993), 13-21.



 

29

De la pronunciación medieval a la moderna en español, ultimado y dispuesto para la imprenta por Rafael Lapesa, I (Madrid: Gredos, 1955), 15.



 
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