Para la historia de la Isla, recomendamos tan sólo el Dossier «Tabarca» (Canelobre, Otoño-Invierno de 1985, págs. 97-120), coordinado por Màrius Bebía. Los artículos de Míkel de Epalza, sobre la historia de las dos islas. Y de Santiago Varela sobre el urbanismo y la arquitectura en la isla (con amplias referencias bibliográficas) son una introducción suficiente para cualquier interesado. Sobre la degradación actual, una plataforma ciudadana llamada «Salvem l'Illa», en Alicante, protesta en los últimos meses contra atentados urbanísticos ilegales e inconcebibles para el futuro.

Desdela isla de San Brandán, pasando por las islas-peces de los viajes de Simbad el marino, a La Jangada y a La isla a hélice de Julio Verne y La isla de los pingüinos de Julio Verne, las islas flotantes forman parte del imaginario insular.

Islario, título de un libro de Alonso de Santa Cruz de 1560 y palabra olvidada en la actualidad. El Islario maravilloso, fue un inventario de islas admirables descritas en lengua árabe por geógrafos y viajeros de la época medieval, recopiladas y traducidas por «puro artificio», dispuesto a lo largo de un itinerario imaginario como para esbozar un relato (Angelo Azioli, El islario maravilloso, Milano, Einaudi, 1989).

D. H. Lawrence, El hombre que amaba las islas, París, Pardès, 1988; pág. 37.

Citado por Françoise Létoublon en Impressions d'îles, Toulousse, Presses Universitaires du Mirail, 1996.

Benedeit, El viaje de San Brandán, Madrid, Ediciones Siruela, 1983; pág. 57.

Sobre el tema es interesante el ensayo de Abdelmagid Zeggaf, «Le Ribat, métaphore de l'île et figure de la spiritualité» publicado en Île des merveilles (mirage, miroir, mythe), París, L'Harmattan, Colloque de Cesiry, 1997; págs. 61-67.

Citado por Mario Tomé en La isla: Utopía, Inconsciente y aventura. Hermenéutica simbólica de un tema literario, León, Universidad de León, 1987; pág. 25.

Pedro Sarmiento de Gamboa, Historia de los Incas, Madrid, Biblioteca de Viajeros Hispánicos, Ediciones Polifemo, 1988; pág. 29.

Idem, pág. 37.