Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajo- XXXVII -

En que consistirá la reforma de la ortografía francesa


En uno de mis últimos informes hablaba de la próxima reforma oficial de la ortografía francesa. Hoy se sabe ya, detalladamente, en lo que consistirá tal reforma. En efecto, el ministro de Instrucción Pública de Francia, a petición del diputado monsieur Beauquier, acaba de anunciar a la Cámara su proyecto de simplificación ortográfica.

Con este motivo, Mr. Auguste Renard, agregado de la Universidad de París, ha preguntado a uno de los confidentes de Mr. Doumergue cuáles son los cambios que éste se propone introducir en la ortografía francesa, y he aquí la respuesta:

«El Proyecto que el ministro presentará a la Cámara tiene por objeto suprimir algunas de las más visibles anomalías de la ortografía actual, anomalías cuyo estudio no aprovecha en modo alguno a los niños y que supone una gran pérdida de tiempo. Este Proyecto tiene doble base: las modificaciones ya aprobadas por la Academia Francesa y las proposiciones presentadas a esa misma Academia, en 1893, por el vicerrector de la Academia de París, monsieur Gréard.

»En efecto, en 1905, la Academia, invitada por el ministro de Instrucción Pública, Mr. Chaumié, a dar su opinión sobre la reforma, en respuesta al proyecto de Paul Meyer, hizo esta declaración en su informe (redactado por Mr. Emile Faguet): «La Academia reconoce que hay simplificaciones deseables y que es posible aplicarlas a la ortografía francesa».

¿Cuáles son estas modificaciones? La Academia acepta con especialidad la supresión de h en el grupo griego rh, como rétorique, rinocéros, etc., en lugar de rhétorique, rhinocéros; la substitución de la i y la y, pronunciada como i simple, como analise, stile, en lugar de analyse, style; la substitución de la c a la t antes del diptongo ie, como confidenciel, substanciel, derivados de confidence y substance en vez de confidentiel y substantiel la extensión de la s como signo del plural en las siete excepciones en ou, como bijous, etc., y algunas otras simplificaciones. Atacar, pues, estos cambios, sería atacar las decisiones mismas de la Academia.

En cuanto a las proposiciones de Mr. Gréard se refieren principalmente a la supresión de las consonantes dobles, a la reducción a c, r, t, f, de los grupos griegos ch, rh, th, ph, como cronique, rétorique, téatre, fénomène, etc., en lugar de chronique, etc.; y al empleo uniforme de la s como signo del plural, como hibous, bateaus, animaus, chevaus, etc.

He aquí, pues, los solos cambios que habrá.

Cierto que los revolucionarios como Mr. Brunot no quedarán contentos; pero según el Diario Oficial, sus proyectos no eran aceptables, porque introducían trastornos tales en la manera de escribir, que se hubiera necesitado evidentemente que todo el mundo se pusiese a aprender de nuevo la ortografía. El ministro de Instrucción Pública está de acuerdo en reformar, pero a condición de que las reformas puedan ser aplicadas fácilmente por todo el mundo.

Por lo que respecta a los cambios, claro que no serán obligatorios. No se puede impedir con las leyes que cada cual escriba como le plazca. Serán, sí, autorizados en los exámenes (y sin duda, también, en las escuelas). El decreto que promulgará la reforma será, según las palabras del confidente del ministro de Instrucción Pública, un «edicto de tolerancia». En adelante estará prohibido contar como falta la conformidad de cualquier alumno a la nueva manera de escribir. Todo discípulo estará autorizado a escribir, por ejemplo, paysane con una sola n, como courtisane, o pestilenciel, como artificiel.

El proyecto en cuestión pasará a manos del Consejo Superior de Instrucción Pública antes de que termine el presente año escolar.

La reforma de la ortografía francesa, es, pues, un hecho.

¿Cuándo podremos decir otro tanto respecto de la española?