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ArribaAbajoActo II

 

Salen SANTA BRÍGIDA y la CONTEMPLACIÓN.

 
BRÍGIDA
   No puedo, eterno Señor,
dejar de ser importuna,
que como estoy a la luna,
me mata su resplandor:
Della pretende mi amor 5
saber si tanta pureza
tuvo perpetua limpieza
en algún tiempo menguante,
aunque de oíllo se espante
la misma naturaleza. 10
   Naciendo santificados
Jeremías y el Bautista,
no hallo razón que resista,
gran Señor, a mis cuidados:
Si vuestros rayos dorados 15
la honraron eternamente,
¿cómo eclipse se consiente?
¿O tiene jurisdicción
la cabeza del dragón
en la luz de aquel Oriente? 20
   El espejo de inocencia.
la purísima María,
donde fue punto en un día
toda vuestra omnipotencia,
y ella la circunferencia 25
con su vientre soberano,
¿no tuvo de vuestra mano
lo que otros santos tuvieron.
y sus méritos vencieron
a todo mérito humano? 30
   La que al Autor de la vida
nos trujo, ¿muerta nació?
¿Tan gran lunar afeó
la luna del sol vestida?
En la estrella esclarecida, 35
del sol limpia tramontana,
¿tocó la mancha villana
de la desdicha de Adán,
si a Jeremías y a Juan
libró tu luz soberana? 40
 

(Aparece un ÁNGEL.)

 
ÁNGEL
   Brígida, de tus cuidados
los tiene tu Esposo eterno
advierte en lo que preguntas,
que este es su primer consuelo.
Tuvo mi Reina y Señora 45
las gracias y privilegios
que tuvieron otros santos.
BRÍGIDA
Paraninfo de los cielos,
escucha mis ignorancias.
ÁNGEL
Prosigue tu santo intento, 50
y no tienes que dudar
de que se le concedieron
las gracias que son debidas
al mayor Santo del cielo.
BRÍGIDA
Dime, intérprete divino 55
del soberano silencio,
de qué manera obró Dios
este divino misterio
de la santificación
de la Virgen, que no entiendo: 60
si fue como a Jeremías
o al Bautista, que les dieron
la gracia antes de nacer,
o tuvo otro privilegio.
ÁNGEL
Al profeta Jeremías 65
se le dió el poder inmenso,
como al niño en el bautismo,
sin tener conocimiento.
También al Santo Bautista,
como a varón, conociendo 70
a Dios, que le visitó
dentro del virgíneo seno.
Que en el aquel salto glorioso
que dió en el claustro materno
a la presencia de Cristo, 75
fe y amor correspondieron
para recibir la gracia;
y a la Reina de los cielos
acelerándola el uso
de la razón, pudo a tiempo 80
disponerla y prepararla
a la gracia que la dieron.
Esperó en su Dios, y amóle
con amor y pecho tierno;
mira cómo amará ahora 85
quien lo comenzó tan presto.
BRÍGIDA
¡Oh, gloria de los mortales!
¡Oh, soberano secreto!
Contemplarte quiero.
ÁNGEL
Escucha
lo que le cantan los cielos. 90
 

(Dentro canten:)

 
Si cuando niña has amor,
¿qué harás cuando mayor?
BRÍGIDA
Aún me queda que dudar;
dime, santo mensajero,
¿el profeta Jeremías 95
y el santo Bautista, fueron
concebidos en pecado?
ÁNGEL
Sí, Brígida, sí lo fueron,
porque a la naturaleza
había la gracia algún tiempo 100
de adelantarse.
BRÍGIDA
¡Ay de mí!

 (Cúbrese.) 

Ya, Virgen, no tengo ejemplo
de qué valerme: ¿qué haré?
¿Cayó la Virgen? No creo
que cayó, bien que la mano 105
debieron de darla luego.
Con razón Job maldecía
de la noche el manto negro.
CONTEMPLACIÓN
Espera, no te congojes;
que es la Virgen sin ejemplo, 110
y más que una bendición
tuvo Dios para sus siervos.

 (Vase.) 

BRÍGIDA
   Virgen del mar, estrella, sol del mundo,
gloria del cielo, de los hombres vida,
puerta de Ezequiel esclarecida, 115
ejemplo sin primero ni segundo.
   Arca del Testamento más profundo,
jamás entre las aguas sumergida
del diluvio mortal; siempre vestida
de inmensa caridad, de amor profundo. 120
   Todos pecaron en Adán, Señora;
pero si fue también ley y estatuto
que muriese una vez el que ha nacido,
   hoy vive Elías, soberana aurora;
no paguéis vos el general tributo. 125
ni manche a Dios la culpa su vestido.
 

(Sale la ALEGORÍA: es una mujer cubierto el rostro con un velo.)

 
ALEGORÍA
    ¡Brígida!
BRÍGIDA
¿Quién es?
ALEGORÍA
Sosiega,
no te turbe la luz mía;
yo soy.
BRÍGIDA
¿Quién?
ALEGORÍA
La Alegoría,
que a darte consuelo llega. 130
BRÍGIDA
    Ya, señora, mis oídos
a tu dulce voz inclinas.
ALEGORÍA
Hay en las letras divinas,
Brígida, muchos sentidos.
   La historia es lenguaje llano, 135
como cada paso al arte;
pero dejando esto aparte,
no se pase el tiempo en vano.
   Oye, Brígida, un secreto
a que alegre te convido. 140
BRÍGIDA
Despertaré mi sentido,
aunque dél no me prometo
    que entienda.
ALEGORÍA
Pues el mayor
es una fiesta que quiero
hacerte.
BRÍGIDA
La fiesta espero,
145
y hazme primero un favor.
ALEGORÍA
    ¡Pide!
BRÍGIDA
Que del rostro el velo
te quites.
ALEGORÍA
Soy conocida
por él; después de entendida
me le quitarás.
BRÍGIDA
Harélo.
150
   ¿Convidaré mis criados
y amigos?
ALEGORÍA
Seguramente;
haz que no falte un oyente;
que son votos extremados;
    llama, en tanto que descubro 155
el secreto; verle has,
y visto, me quitarás
el velo con que me cubro.

 (Vase.) 

BRÍGIDA
   ¡Cuidado, Contemplación,
Duda!
 

(Salen los tres.)

 
DUDA
¡Qué priesa nos das!
160
Entretenernos querrás
con seis horas de oración.
BRÍGIDA
   Antes, hijos, os convido
a una fiesta milagrosa.
CUIDADO
¿Fiesta aquí?
BRÍGIDA
Maravillosa;
165
pero en diverso sentido,
   sentaos, que hoy habéis de ver,
pues cuidadosos andáis,
lo que todos desáis,
y lo que espero entender. 170
CONTEMPLACIÓN
    Yo, Brígida, por mi parte.
seré tu contemplación.
DUDA
Yo tus dudas, porque son
principios de mejorarte.
CUIDADO
   Yo tu cuidado, que al fin 175
te dejaré sin fastidio.
BRÍGIDA
El entendimiento envidio
del más alto serafín.
 

(Siéntense y salen los músicos.)

 
 

(Cantan:)

 
   Reinando el invicto Asuero
desde Etiopía a la India, 180
obedecido de ciento
y veinte y siete provincias,
de su imperio, el tercer año
estando en su asiento un día,
a sus príncipes y grandes, 185
persas y medos, convida.
Llamó a la hermosa Vastí,
su mujer, porque quería
que viesen los convidados
las prendas que más quería. 190
Inobediente a su esposo
y obediente a sus desdichas,
no le obedece la Reina,
y el Rey del reino la priva.
 

(Vanse.)

 
CUIDADO
   Del rey Asuero iban cantado; 195
¿qué tiene aquesto que ver
con lo que quieres saber?
CONTEMPLACIÓN
¡Mucho, con callar, Cuidado!
DUDA
   ¿Quién es aquéste que sale?
 

(Sale el TIEMPO a echar la loa.)

 
CUIDADO
Este es el Tiempo. 200
DUDA
¿El Tiempo es éste? ¡Qué hará
de pedir aguas y soles!
CUIDADO
El Tiempo a todos socorre;
con eso va todo ya,
que es lástima.
CONTEMPLACIÓN
¿De qué modo?
205
DUDA
Perdido a remate todo.
CUIDADO
No va, Duda, ya lo está.
CONTEMPLACIÓN
   Dejalde hablar; que parece
que queréis darle vejamen.
BRÍGIDA
Mas ¿qué aguardáis, que me llamen? 210
DUDA
Diga; silencio merece.
CUIDADO
   ¿Es esto por pasatiempo?
BRÍGIDA
Sí, mas no consideráis
que mientras del Tiempo habláis
se os está pasando el tiempo. 215
TIEMPO
   Fué, Duda, de mucha gente.
DUDA
Por mi duda ha comenzado.
TIEMPO
Saber si el tiempo pasado
fue mejor que no el presente.
   Y si en estas disensiones 220
constituyeron por juez
al mismo Tiempo, esta vez
nos sacará de cuestiones.
   Allá en mis principios fui
dividido en cuatro edades, 225
en que tantas variedades
han llovido sobre mí.
   Nombre de la Edad de Oro
tuvo mi primera edad;
perdone la antigüedad 230
y su sagrado decoro.
   Abre, pues, sagrada Esposa,
del alma los ojos bellos,
darás alcance con ellos
a tu duda cuidadosa. 235
   Oye atenta: entenderás
misterios de gloria llenos,
porque Dios no diera menos
al alma que quiso más.

 (Vase.) 

BRÍGIDA
   ¿Hay tan notable favor? 240
CUIDADO
El Tiempo ha llegado a tiempo.
DUDA
Yo he notado...
CUIDADO
¿Qué?
DUDA
Que el Tiempo
se ha hecho grande hablador.
   Haced que no se le abra
la puerta.
CONTEMPLACIÓN
Engañóte el nombre;
245
que en este tiempo no hay hombre
que ose hablar una palabra.
DUDA
   La fiesta comienza ya;
estad atentos los tres.
CUIDADO
   Como tú, Duda, lo estés, 250
nadie palabra dirá.
 

(Tocan chirimías, y salen el REY ASUERO y AMÁN, bizarros, y gente de acompañamiento.)

 
ASUERO
    Quedo advertido, Amán, de lo que agora
quisieres proponerme.
AMÁN
Ya olvidada
de tu grandeza, ¡oh Rey! que Persia adora,
una canalla vil, gente obstinada, 255
que no la mira la rosada aurora,
ni la parte del mundo celebrada,
más libre, más feroz y más exenta
en las provincias que por suyas cuenta;
   Nabucodonosor, Rey tan famoso 260
de la ciudad de Nino, haciendo guerra
a Judea y Samaria victorioso,
gran parte della trasladó a su tierra:
su número infeliz creció dichoso
por todo lo que su distrito encierra; 265
no son dignos, señor, de las ciudades
que gobiernan entrambas Majestades.
   A muerte, como es justo, los condenas:
asegura, señor, tu Real corona;
viertan la sangre las traidoras venas 270
del hebreo feroz que te baldona;
sientan de tu rigor las justas penas,
sin que dellos se libre una persona,
y si pierdes tributo por perdellos,
diez mil talentos te daré por ellos. 275
ASUERO
   Amán, este es mi gusto, aquéste toma,
y haz dellos a tu gusto, y los talentos
guárdalos para ti, que estoy seguro
que procuras el bien de mis Estados,
que solicitas su dichoso aumento, 280
y que empleas tus fuerzas en servirme
industrioso, leal, prudente y firme.
   Haz de esa gente lo que tú quisieres;
vivan o mueran por tu gusto solo.
AMÁN
Prospere el cielo, gran señor, tu vida, 285
sin que la muerte y tiempo te lo impida,
y del resto del mundo que te falta,
te dé tan presto posesión tan justa,
cuanto merece tu persona augusta.
   Estimo y reconozco que dirijas 290
a sólo tu servicio mis aumentos,
que el alto y gran lugar en que me pones,
debo estimar, señor, por mil razones.
ASUERO
Yo sé lo que mereces, y te estimo
por primero en mi casa, y mi persona 295
te confiesa deber, cetro y corona.
   Honrarte quiero, Amán, y que mi trono
en solo un grado se aventajé al tuvo.
AMÁN
   De esa grandeza tu valor arguyo.
 

(Vase el REY.)

 
ARSINDO
Vengádote has del arropme hebreo. 300
AMÁN
No he podido tomar mayor venganza,
como no se ejecute mi deseo,
que aflige diferida la esperanza:
¡que no se me sujete Mardoqueo,
ni apenas su persona haga mudanza 305
a mi grandeza cuando ve que paso!
ni muda el cuerpo, ni apresura el paso!
   ¡Que un esclavillo vil no me respete,
que no me tenga en nada siendo menos!
ARSINDO
Despacha de tu letra lo acordado. 310
AMÁN
Hoy haré que por todas las provincias
Se despachen, Arsindo, provisiones
para que mueran todos en un día:
trece del mes de Agar quiero que sea;
no se perdone desde el tierno, infante 315
hasta el viejo decrépito, ni tenga
el acero, piedad de la hermosura,
aunque tiemble al herir la mano dura.
ARSINDO
Así te vengarás de tu enemigo.
AMÁN
Merece la soberbia tal castigo. 320
 

(Vanse los dos.)

 
DUDA
   Esta representación
es otra crueldad de Herodes.
CONTEMPLACIÓN
Bien es que se la acomodes,
que es buena comparación.
   Y pues que hay niños aquí, 325
que por tragedia la cuentes
de otros tantos inocentes.
CUIDADO
No ha de suceder ansí.
DUDA
   Cuando a César le contaron
que mató Herodes impío 330
sus hijos, siendo judío,
que nunca puerco mataron;
   «en casa de Herodes, dijo,
aunque reina el interés,
harto mejor pienso que es. 335
ser puerco del Rey, que hijo.»
   Mas, por mi vida, que Asuero
representaba muy bien.
CUIDADO
¿Y no el Amán?
DUDA
Sí, también,
y con semblante severo. 340
CONTEMPLACIÓN
    Escuchad, que viene Ester
lindamente aderezada,
de la corona adornada,
porque se deja entender
   que es la mujer la corona 345
del varón.
BRÍGIDA
Bien está en ella,
que fue virtuosa y bella.
 

(Salen ESTER y CELSA, dama, y un CRIADO.)

 
DUDA
¡Oh, qué extremada persona!
CONTEMPLACIÓN
   Gran contento me da a mí
de que repudiase Asuero 350
a la que quiso primero.
CUIDADO
¿Quién fue?
CONTEMPLACIÓN
La reina Vastí.
ESTER
   Tan triste Mardoqueo,
que todo su valor desautoriza.
CRIADO
Su honrada frente veo 355
cubierta, Reina hermosa, de ceniza,
y en vez de su vestido,
un lazo pardo alrededor ceñido.
   La ropa tan costosa
que le enviaste ayer de aquel brocado, 360
guarnecida y preciosa,
bordada en perlas de uno Y otro lado,
despreció libremente:
la púrpura arrojó, no la consiente.
ESTER
Parte luego, y pregunta 365
de su dolor la causa.
CRIADO
Ya he sabido
lo que su pena junta.
BRÍGIDA
A tierno sentimiento me ha movido.
DUDA
¡Qué bien pintó el poeta
mudo el silencio y ocasión secreta! 370
CRIADO
    Es la causa, señora
que ayer se publicó un edicto fiero
contra tu gente: llora
de ver que todos mueren.
ESTER
Y yo muero:
¡Qué riguroso edito! 375
¡Parece que con sangre le han escrito!
CRIADO
   Ruégate Mardoqueo
que hables al Rey y que piedad le pidas.
ESTER
Harélo, si los veo
en peligro tan fiero de las vidas; 380
que no es bien que mi gente
en peligro se vea tan urgente.
   Mas ha ya treinta días
que no me ha visto el Rey, y estoy dudosa:
las humildades mías 385
merecieron llegar a ser su esposa;
mas poco amor se llama
el que puede pasar sin lo que ama.
   Ni sé si ya me quiere,
ni si el amor me tiene que solía, 390
pues que dello se infiere
pasar, no treinta, no, ni un solo día,
sin el amado objeto;
si la causa cesó, cese el efeto.
CRIADO
   Bien sabes que te adora. 395
ESTER
Tengo, amigo, a sus leyes justo miedo,
que a su presencia agora
nadie puede llegar, ni llegar puedo;
que es terrible sentencia
querer hablarle sin tener licencia. 400
   Tiene pena de muerte,
si el Rey no extiende en él su cetro de oro,
quien llega a verle. Mis desdichas lloro,
si me quita la vida
primero, amigo, que las otras pida. 405
   De mi poco respeto
ofendido, mi esposo, hará matarme;
mas hablarle prometo,
aunque a la muerte vaya a aventurarme.
 

(Vanse.)

 
CRIADO
Yo espero en Dios, señora, 410
que has de ser de tu pueblo redentora.
BRÍGIDA
   ¿Qué quiere aquesto decir?
CONTEMPLACIÓN
No, más del caso de Ester.
BRÍGIDA
Pues ¿qué tengo de entender?
DUDA
Mucho, con callar y oír. 415
   Deja que Ester al Rey vaya,
a quien tan dudosa vi;
porque argumentos aquí
es llevar hierro a Vizcaya.
 

(Salen ASUERO y AMÁN con el cetro del REY, siéntese en un trono, y AMÁN más bajo.)

 
AMÁN
    Con tu sello Rëal se apercibieron 420
las cartas para todas las provincias.
ASUERO
Ya te he dicho que todo lo remito
a tu querer; entréguesete el pueblo;
será inviolable ley tu gusto solo.
 

(Sale ESTER muy temerosa, y una CRIADA con la falda.)

 
ASUERO
   ¿Quién es la que se aventura 425
contra mi ley, y entra agora
sin mi licencia?
AMÁN
Señor,
Ester, tu querida esposa.
ESTER
¡Ay, que el Rey me mira airado!
CRIADA
No temas, llega, señora. 430
BRÍGIDA
¡Con qué miedo llega Ester!
Parécele que la hora
es de su muerte llegada.
CONTEMPLACIÓN
Si la ley no se deroga,
que es decreto general, 435
yo temo su muerte.
 

(Va ESTER hacia el trono y hace tres reverencias, y a la postrera se desmaya, y salta el REY del trono y tiénela en los brazos, y éste se desmaya.)

 
ASUERO
¡Esposa!
DUDA
¡Que ha caído Ester, Cuidado!
CUIDADO
Iba a caer, pero dióla
la mano el Rey.
 

(Sale la ALEGORÍA.)

 
ALEGORÍA
Si por dicha
has entendido la historia, 440
ella responda por mí.
BRÍGIDA
Pues perdona, dama hermosa,
que quiero quitarte el velo.

 (Quítala el velo.) 

Venciste mis dudas todas:
ya entiendo lo que dudaba. 445
¡Oh, hermosa Reina! ¡Oh, Señora
del cielo! ¡Oh, Virgen, de quien
hoy ha sido Ester la sombra!
Fuistes a caer, y el Rey,
desde su trono de gloria, 450
bajó a teneros, de un salto
que salvó la tierra toda.
Llena de gracia os dejó,
siempre limpia, siempre hermosa;
el que os quiso para Madre, 455
os preservó: denle gloria
los cielos. ¡Virgen divina,
desta ley excepción sola,
entre los brazos de Dios
os contemplo, dulce Esposa! 460
Salid, de amor y alegría,
¡oh, lágrimas venturosas!
y bañad mi rostro, en tanto
que el de Ester menudo aljófar.
¡Oh, Virgen santa! ¡Aquel punto 465
quede siempre en mi memoria
de tu limpia Concepción!
CONTEMPLACIÓN
¡De puro contento llora!
BRÍGIDA
¿Cómo pagará tributo
la tierra que entre mil rosas 470
produjo al gran Sacerdote,
pues en Egipto, Señora,
la tierra sacerdotal
no consiente se le imponga,
ni le paga a Faraón, 475
pagando las tierras todas?
ASUERO
   ¡Ay, dulce esposa mía!
¿Por qué medrosas truecas
tus encarnadas rosas
en blancas azucenas? 480
¿Por qué te me desmayas?
¿Por qué temblando llegas,
si sabes que los brazos
de mi poder te cercan?
De tu desconfianza 485
formara dulces quejas;
pero es amor humilde;
temer quien ama es fuerza.
ESTER
Temí tu ley, Rey mío,
y viendo tu grandeza, 490
caer pensé a tus plantas;
faltáronme las fuerzas.
Las de tu excelsa mano,
que sólo tú pudieras,
me tuvieron en alto 495
por tu Rëal clemencia.
Susténtanme tus brazos,
que tu invencible diestra
a la humildad ensalza,
y humilla a la soberbia. 500
ASUERO
¡Oh, como eres hermosa,
toda graciosa y bella,
no hay en ti mancha alguna!
CONTEMPLACIÓN
¡Qué dulce la requiebra!
ASUERO
Tus ojos de paloma, 505
tu mansedumbre muestran;
tus cabellos, que el sol
para rayos quisiera,
parecen a las cabras,
que iguales lanas peinan, 510
subiendo por las cumbres
y verdes asperezas
del monte Galaad,
pirámides de yerba:
¡Oh, qué venda de grana 515
tus labios hermosea!
¡Qué púrpura de Tiro
tu dulce aliento cerca!
La torre de David
tu cuello representa, 520
inexpugnable alcázar
fundado en mi defensa,
de cuyos homenajes,
por las orillas cuelgan
mil dorados escudos, 525
mil aceredas piezas;
si en los del Macabeo,
que el rubio sol alegran,
bordan de luz los montes,
los tuyos las estrellas: 530
dos tiernos cabritillos
tus pechos son, que juegan
entre lirios azules
y cárdenas violetas,
hasta que caiga el día, 535
y por la tarde fresca,
las inclinadas sombras
sus luces oscurezcan:
Ven, pues, esposa mía;
pondréte en la cabeza 540
una corona de oro
que al sol en rayos venza:
la de Amaná y Hermón,
y de Saín, te espera;
y el Líbano sus palmas 545
humilla a tu grandeza:
ven, reina a coronarte
de las ocultas cuevas
de pardos y leones
que tus Reales puertas 550
a todas horas guardan;
y hay quien te ronda y vela
con más abiertos ojos:
¡Tan cierta es tu defensa!
ESTER
Aquí tienes tu esclava. 555
ASUERO
Sólo de tu cabeza
un cabello me prende,
sólo una niña bella
de tus ojos, me tira
enamoradas flechas. 560
ESTER
Señor, dijo la ley
que nadie a tu presencia
entre sin gusto tuyo,
o que si entrare, muera.
ASUERO
Las leyes, dulce esposa, 565
exceptan a las reinas;
ésta por ti no ha sido,
sino por todos puesta.
 

(Vanse.)

 
CONTEMPLACIÓN
    No sé qué mejores modos,
Brígida, pudiera haber 570
para dártelo a entender.
BRÍGIDA
No por ti, sino, por todos.
   ¿Hay ventura semejante?
¿Hay dicha como la mía?
CONTEMPLACIÓN
Ya la Duda no porfía. 575
DUDA
No hallo cosa repugnante,
puesto que una se me ofrece:
   si fue como esta caída
la de la Virgen sagrada,
tan a tiempo preservada, 580
bien pudo ser redimida,
   que el que dijo cautiverio,
dijo esclavo; si no, dime:
¿quién vió, pues, que se redime
donde no hubo cautiverio? 585
CONTEMPLACIÓN
   ¿No has leído que intentaba
un filisteo estrenar
la espada en David, y al dar
el golpe con furia brava,
en medio se atravesó 590
y previno a Abisaí?
Pues David confiesa allí
lo que Labán confesó.
   Redimir es dar salud;
pues di, ¿qué quieres dudar? 595
¿Caso que no ha de faltar
por ser todo de virtud?
BRÍGIDA
    De duda entiendo que sales;
admira la prevención;
que tan alta redención 600
es de personas Reales.
   De suerte que de mil modos
podéis decir, Virgen, vos,
pues así os excepta Dios:
no por mí, sino por todos. 605
 

(Vanse la SANTA y la CONTEMPLACIÓN.)

 
DUDA
   ¡Oh, qué divina alegría!
¡Oh, qué suceso tan raro!
Ya no soy Duda, ni quiero;
llámenme ya Desengaño,
nadie me llame la Duda; 610
que no dudaré, si alcanzo
un leño hacerme Golías,
que tenga manchego el brazo.
Desde agora se lo digo
que el Desengaño me llamo: 615
¡Vítor la Virgen divina!
¡Vítor mil veces!
 

(Sale el PECADO.)

 
PECADO
¡Villano!
¿Qué es aquesto?
DUDA
¿Qué ha de ser
pues que me ha estado escuchando,
sino que ayer era Duda, 620
y hoy me vuelvo Desengaño?
PECADO
Pues ¿quién ha sido tu Ovidio?
DUDA
¡Pardiez! Señor licenciado,
la Piedad y la Razón
en esto me transformaron. 625
PECADO
Pues, Duda, ¿no eres tú mía?
DUDA
¿Quién sois vos, señor hidalgo?
PECADO
¿Al Pecado no conoces?
DUDA
Habló por boca de ganso:
¡El Pecado! Linda cosa, 630
¿no le dice con empacho?
¡Qué apellido solariego,
montañés o guipuzcoano!
PECADO
Si dicen que el más antiguo
es el mayor hijodalgo, 635
¿quién más antiguo que yo?
¿No se sabe que pecaron,
luego al principio del mundo,
Duda, sus dos protoplastos?
DUDA
Protoplasto o protonecio, 640
idos a hablar al establo,
y no os metáis con la Virgen;
que os daré doscientos palos;
que a la llaga que sabéis,
ya Dios le puso un emplasto, 645
lavóla en vino y aceite,
como buen Samaritano.
Y a vos, sierpe, que la hicistes
con un leño de dos manos
os igualó las costillas 650
y el cogote a garrotazos.
Escuchad: ¿de qué os reís?
¿No sabéis que un gran soldado,
mofador del pueblo hebreo,
y vuestro gran paniaguado, 655
saliendo enojado un día
con David lidiando al campo,
con su zurrón pastoril
y su cavado en la mano,
le dijo: «Niño, ¿soy perro 660
que me amenazas con palo?»
Pues mirad cómo le fue,
que el pastor tuvo buen brazo,
y a dos por tres, en la frente
le clavó un gentil guijarro; 665
que al pasar un limpio arroyo,
apañó cinco callando:
del arroyo los cogió,
porque para vos, Pecado,
el agua es bravo elemento, 670
preguntádselo a los carros
del soberbio Faraón,
que al agua aprisa se echaron;
pero volvió el mar sobre ellos
con olas como peñascos. 675
PECADO
¡Qué grande hablador te has hecho!
DUDA
Aquí os duele. Qué, ¿enojaisos
porque os tiré cinco piedras?
pues otra tengo en la mano.
¿No conocéis a la Virgen, 680
concebida sin resabio
del pecado original?
PECADO
Mucho te vas despeñando.
DUDA
Vos sois el que os despeñáis;
que caísteis de tan alto, 685
que yo digo que lo oí,
y aun juro que revelaron
a Brígida mi señora...
PECADO
¿Qué le han dicho?
DUDA
¿Qué? Que cuando
nació la divina Virgen 690
os tuvieron bien atado,
y no pudistes mordella.
PECADO
Yo haré que por muchos años
se sepulte esa verdad,
aunque agora peno y rabio. 695
DUDA
Una vez, en un librito
leí que un hombre encantado,
sólo por el pie podía
ser herido.
PECADO
¡Muero, rabio!
DUDA
Aplico, y digo: vos siempre 700
estuvistes acechando
a todos cuantos nacieron
desde aquel principio errados:
por el suyo Adán nació
de cabeza; que el pecado. 705
fue pecado de cabeza,
y por eso le heredaron:
pues como siempre nacían
pies arriba, boca abajo,
íbades a los talones 710
a morder a vuestro salvo.
Nació esta Niña de pies,
que fue el incendio más claro
de su dicha y de la nuestra,
y estuvistes esperando 715
si de cabeza nacía,
y con el pie os ha quebrado
la vuestra, que ya tenéis
como, granada los cascos.
PECADO
Voyme al infierno.
DUDA
Acertáis,
720
si tenéis allá algún cuarto
que sea de invierno caliente,
y sea fresco de verano.
¡Vítor la Virgen, señores,
concebida sin pecado! 725

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