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La monja alférez

Drama en cuatro actos y en verso


Juan A. Mateos



  -87-  
PERSONAJES
 

 
ANDREA.
DOÑA BEATRIZ.
LA CONDESA.
LA ABADESA.
DON FÉLIX DE MONTEMAR.
DON JUAN DE SALDAÑA.
EL CONDE DE CIFUENTE.
DON LOPE DE PIMENTEL.
SACRISTÁN 1.º
SACRISTÁN 2.º
EL SARGENTO MACHETE.
MAESE PEDRO.
Una MÁSCARA.
El MAYORDOMO.
DESUELLA-ZORROS.
ZANCARRÓN.
POSADERO.
TENIENTE.
CAPITÁN.
JUEZ.
ALGUACIL.
Monjas.
Soldados.





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Acto I

 
El locutorio del convento de Santa Catalina. Puerta al fondo y laterales que comunican con el interior.

 

Escena I

 
LA ABADESA, dos sacristanes; la madre escucha en el fondo.

 
SACRISTÁN 1.º
¿Qué queréis, madre abadesa?
LA ABADESA
Que tengáis todo dispuesto
porque el conde de Cifuente
visitará hoy el convento.
De todos los bienhechores, 5
sin duda es el más espléndido.
¡En este año, seis dotes
fundó!
SACRISTÁN 2.º
¡Que señor tan bueno!
¡Pobre señor!... ¡Esa hija
es un castigo del cielo! 10
¡Qué violencias, qué arrebatos,
una furia es del infierno!
Desde que ha pisado el claustro
es un desorden tremendo.
La regla nunca obedece 15
y con ademán severo
nos domina y aturrulla;
vamos, la tenemos miedo.
SACRISTÁN 1.º
In nomini patrii et fili...
 
(Todos se persignan.)

 
LA ABADESA
¡El diablo está en el convento! 20
Comienzan a sublevarse
las novicias con su ejemplo.
Anoche acabó el rosario
con un motín, con un pleito,
en que rodaron las velas 25
con todo y los candeleros.
Yo perdí la disciplina
y el rapé que siempre tengo.
SACRISTÁN 1.º
Y es preciso tolerarla.
LA ABADESA
Es hija de ese buen viejo. 30
¡Uf, si no fuera condesa,
ya desde el primer momento!...
¡Pero el conde, no, imposible,
veremos andando el tiempo!
Ya viene, se oyen sus pasos. 35
 
(Se oyen tirar las sillas.)

 
¡Que nos valga el mismo cielo!


Escena II

 
Dichos y ANDREA.

 
ANDREA
¡Abadesa!
LA ABADESA
¡Sor Andrea!
ANDREA
Me llamáis con tal misterio
que supongo grave y serio
el asunto.
LA ABADESA
Yo...
ANDREA
Y que sea
40
pronto, porque me impaciento.
Ved que me aburren a veces
vuestras continuas chocheces
y tontunas de convento.
LA ABADESA
¡Tened paciencia, hija mía! 45
ANDREA
Necesito de paciencia...
LA ABADESA
Pues sabed que su excelencia
vuestro padre...
ANDREA
Hoy no querría
recibirle.
LA ABADESA
¡Pena impía!
Mas la señora condesa... 50
ANDREA
¡Mi madrastra!... Juro a Dios
que hoy nos veremos las dos
cara a cara.
LA ABADESA
Le interesa
tratar con vos un asunto...
ANDREA
Pues decidle que la espero. 55
LA ABADESA

 (A los sacristanes.) 

Salid vosotros.
ANDREA
Yo quiero
que esperéis...
LA ABADESA
¡Salid al punto!
ANDREA
¡Que no salgáis!
  -88-  
LA ABADESA
¡Ésta es Mengua!
ANDREA
Que calléis, o ¡por el diablo!,
si pronunciáis un vocablo 60
os voy a arrancar la lengua.
LA ABADESA
¡Camándula!, vete, aparta.
ANDREA

 (A los sacristanes.) 

Lleva esta carta, y no espacio,
a mi padre; y tú, a palacio,
al capitán, esta carta. 65
Ved que mucho me interesa,
que todo entregado quede.
LA ABADESA
Ved que escribir no se puede...
Ya voy pudiendo, abadesa.
Dadme esas cartas a mí. 70
ANDREA

  (A los sacristanes.) 

Salid de aquí o ¡vive Dios!,
que por la reja a los dos
os arrojo, pesiamí!
 
(Toma una silla, los sacristanes salen corriendo.)

 


Escena III

 
ANDREA y LA ABADESA.

 
ANDREA
Mirad, tengo veinte abriles
y al mundo con ansia loca 75
volver quiero: y esta toca,
y estos ropajes monjiles,
despedazar, ¡fiera saña!
¡Mirarme en este recinto
cuando yo de Carlos V, 80
sol fui en la corte de España!
Cuando en la sombra me veo,
recuerdo historias pasadas...
disputaban mis miradas
en un duelo, en un torneo. 85
Yo despertaba ilusiones
por mi belleza y valía,
y cuando yo sonreía
temblaban los corazones.
De repente, en un momento 90
quitada su presa al mundo
y sumida en el profundo
letargo de este convento,
exacerbadas las penas
no creáis me sacrifique, 95
abadesa, ¡rompo el dique
y quebranto mis cadenas!
LA ABADESA
¡Camándula!
ANDREA
A un hombre adoro.
Doquier me sigue su sombra;
en el claustro y en el coro. 100
En medio de la oración,
y en la noche solitaria,
al escuchar la plegaria
¡le llama mi corazón!
LA ABADESA
¡Qué sacrilegio, Dios mío! 105
ANDREA
¿Vuestro corazón enjuto
no pagó nunca el tributo
al humano desvarío?
LA ABADESA
¡Camándula!, es verdad,
siempre a Dios me consagré 110
y en este claustro pasé
lo más grato de mi edad.
ANDREA
¿Y pensáis que imbécil yo,
por dar gusto a no sé quién,
venga a encerrarme también 115
al claustro? ¡Mil veces no!
LA ABADESA
El demonio os aconseja,
como a Cristo en el desierto.
ANDREA
Abadesa, dad por cierto
que yo quebranto esta reja. 120
LA ABADESA
Las tentaciones son malas;
¿el castigo no os arredra?
ANDREA
De estos muros en las piedra
se están quebrando mis alas.
LA ABADESA
Con don Lope Pimentel 125
casaos...
ANDREA
No, ¡por San Pablo!
No sólo a Dios, sino al diablo,
me diera yo antes que a él.
LA ABADESA
Es la condición precisa
que de vuestro padre el celo... 130
ANDREA
Abadesa, tomo el velo;
mirad, no estoy indecisa:
o don Félix de Montemar
es mi esposo, o en el convento
pronuncio mi juramento 135
ante Dios, y ante su altar.
LA ABADESA
Como lo sepa el marqués,
vuestro novio a Filipinas...
ANDREA
¡Imbécil!, ¿y tú imaginas
se lo oculte yo?, ésta es 140
mi voluntad y con ella
-89-
iré hasta el cabo del mundo;
es un afecto profundo
que deja en mi alma una huella...
LA ABADESA
¿Un grande amor habéis dicho? 145
¡Decid locura también!...
ANDREA
Será tina locura, bien;
yo no cedo en mi capricho.
Quieren sepultarme viva,
entregarme a ese menguado; 150
mas don Félix es soldado,
y arde en él la llama viva
del amor.
LA ABADESA
Se armó un belén.
ANDREA

 (Le da una carta.) 

Mirad.
LA ABADESA

  (Azorada.) 

¿Cómo entró al convento?
ANDREA
No tengáis remordimiento; 155
¡como han entrado otras cien!...
LA ABADESA
¡Sólo del diablo por artes...
de Dios la justicia pesa!
ANDREA
Amor es luz, abadesa,
penetra por todas partes. 160
LA ABADESA

 (Leyendo.) 

«A la dama enamorada;
a la de los lindos ojos;
que recibe sin enojos
el calor de tina mirada;
a la de cintura leve, 165
como el tallo de mimosa;
a la de labios de rosa
bello andar, y planta breve;
a la de los ojos bellos,
sombra y luz del pensamiento, 170
a la que atrevido el viento
ensortija sus cabellos;
a la de tupido velo
que apenas el rostro toca;
a la de purpúrea boca 175
y tez blanca, como el hielo;
a la que de ángel blasona
le ofrece su amor sincero,
su mano de caballero,
del soldado su tizona; 180
quien sabe tan sólo amar
y aguarda con impaciencia,
de sus labios la sentencia:
don Félix de Montemar.»
¡Camándula!, ¡es un horror! 185
¿Y vos le habéis contestado
esta carta?...
ANDREA
¡De contado!
Aquí traigo el borrador...
Escuchad y no tembléis...
LA ABADESA
Son los nervios, hija mía. 190
ANDREA
Cualquiera al veros diría
que de amores no sabéis.
LA ABADESA
¡Camándula!; por mi mal,
os atiendo y os escucho,
mas con la conciencia lucho... 195
¡Hoy, confesión general!
¡Oh, si quisierais dejarme!...
¡Ved que el pecado me pesa!...
ANDREA
¡Por el infierno, abadesa,
comenzáis a impacientarme!... 200
LA ABADESA
Esta mujer está loca;
no sé lo que va a pasar.
ANDREA
¡Si os obstináis en charlar
os voy a tapar la boca!
LA ABADESA
¡Camándula!, ¡es una lucha!... 205
ANDREA

 (Viendo a la ESCUCHA.) 

¿Y esa mujer?
LA ABADESA
Es sor Juana.
ANDREA
¡Que salga, o por la ventana
vais vos y la madre escucha!
ESCUCHA
¡Jesucristo!

 (Corre.) 

LA ABADESA
¡Diablo aparta!
ANDREA
¿Con que a mí atisbarme?, ¡hola! 210
LA ABADESA
Se encuentra la estancia sola;
ya podéis leer la carta.
ANDREA

  (Leyendo.) 

«Si a una mujer desgraciada,
para quien es el convento
la mazmorra del tormento, 215
do vive desesperada;
si a una mujer desvalida
perseguida con furor,
y a quien doblega el amor
como a una cierva vencida, 220
quiero amante y caballero
tender mano protectora,
venid, os espero ahora:
venid pronto, que os espero.
A las dos y bajo el muro 225
donde una ventana rompe,
estad, que el oro corrompe
al guardador más seguro.
Venid, tendida la escala
ya estará; rondad la calle, 230
y cuidad que nadie os halle
por si es la fortuna mala.
Venid, si tenéis amor;
venid, que bien puede ser
que el alma de esta mujer 235
dé aliento a vuestro valor.
Si el sacrilegio os espanta,
abandonad la querella...
No lo espero, nuestra estrella
llena de luz adelanta. 240
Venid; sonando las dos,
-90-
una luz, tras el cristal,
momentánea, es la señal.
Don Félix, os amo... ¡Adiós!»
LA ABADESA
¡Camándula!
ANDREA
¿Qué os parece,
245
no manejo bien la pluma?
¿De mi plan decid en suma...?
LA ABADESA
¡El demonio os desvanece!
¡Satanás os aconseja!
¡Vade retro!... ¡En el convento! 250
ANDREA
Cese ya vuestro aspaviento.

 (La toma de la oreja.) 

LA ABADESA
¡Uf, que me arranca la oreja!
¡Favor! ¡Favor!
ANDREA
Aquí sola
estáis conmigo, abadesa;

  (Sacando una pistola y amenazándola.) 

ved que el secreto interesa. 255
LA ABADESA
¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!... una pistola,
quitadla, las carga el diablo.
ANDREA
Solas estamos las dos...
LA ABADESA
¡Sí, sí, sí, por Dios, por Dios!
¡Santa Úrsula! ¡Santa Madre!... 260
ANDREA
¡Una palabra a mi padre
y pego fuego al convento!
 
(Se va. Suena una campana.)

 


Escena IV

 
LA ABADESA, después EL CONDE y LA CONDESA.

 
LA ABADESA
¡Camándula, estoy temblando!...
¡Qué mujer tan desalmada!...
en un tris pierdo la lengua. 265
¡Que se vaya, que se vaya!
¡El señor conde!
EL CONDE
Abadesa.
LA ABADESA
Con impaciencia esperaba
vuestra visita... señora...
LA CONDESA
Parece que está turbada. 270
EL CONDE
¿Qué dice vuestra novicia?
LA ABADESA
Es un dechado de gracia;
¡que respeto!, ¡qué obediencia!
LA CONDESA
Ésa sí es noticia rara.
LA ABADESA
No he visto más humildad 275
ni devoción...
EL CONDE
Es extraña
tal variación.
LA ABADESA
Para el cielo
nada es imposible, nada...
EL CONDE
Es verdad, pero el carácter...
LA ABADESA
En esta mansión sagrada 280
todo se humilla y doblega,
y el carácter se avasalla.
EL CONDE
Como lo pensé, condesa.
LA CONDESA
¿Y qué, dispuesta se halla
al casamiento?
LA ABADESA
Lo ignoro...
285
ya le hablará vuestra gracia;
¿queréis que la llame?
EL CONDE
Al punto.
LA ABADESA

  (Aparte.) 

Va a comenzar la batalla;
va a ser la de Dios es Cristo;
aquí muere la madrastra. 290

 (Toca la campanilla.) 

A sor Andrea.

 (A una monja.) 

EL CONDE
Yo tengo,
sin querer, una esperanza.
El señor de Pimentel
es un buen marido, vaya,
rico, potentado, noble, 295
y muy querido en España.
Sesenta años es muy poco
para un hombre de su talla.
Su porte todo lo cubre;
maneja muy bien la espada: 300
aún se luce en el sarao.
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Pues esta noche, aquí baila!
LA CONDESA
Señor, pero vuestra hija
de él no está enamorada;
sino de ese capitán 305
que al virrey le da la guardia.
EL CONDE
Ella amará a quien yo diga:
¡será a Pimentel y basta!

  -91-  

Escena V

 
Dichos y ANDREA.

 
ANDREA
¡Señor padre!

  (Besándole la mano.) 

EL CONDE
¡Hija querida!
LA CONDESA

  (Aparte.) 

¡Vamos, parece una santa! 310
EL CONDE
Saluda a tu buena madre.
ANDREA
¡Eso no me da la gana!
LA CONDESA
¡Ya lo veis!
EL CONDE

  (Aparte.) 

Vamos, paciencia.
LA ABADESA

  (Aparte.) 

Aquí tronó el santabárbara.
ANDREA
¡Ni esa señora es mi madre; 315
ni sé a qué viene a esta casa!
EL CONDE
Cálmate y hablemos algo
que mucho a tu suerte cuadra...
LA CONDESA

 (Aparte.) 

Esta mujer es el diablo;
yo le daré la revancha... 320
EL CONDE
Mi esposa y yo no tratamos...
ANDREA
Hacen bien.
EL CONDE
Andrea, aguarda;
no queremos violentarte...
pero tengo la esperanza
de verte libre, dichosa. 325
ANDREA
¡Pues sacadme de aquí y basta!
EL CONDE
Pues, bien, ya trataremos eso...
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Ojalá y se la llevaran!
EL CONDE
Don Lope de Pimentel
con loca pasión te ama. 330
ANDREA
Pues yo a ese hombre lo detesto,
¡lo aborrezco con el alma!
EL CONDE
Escucha: será tu esposo
y partirás para España,
a brillar en esa corte 335
por tu hermosura y tu gracia.
Serás rica, poderosa,
y acaso llegues a dama
de la reina...
ANDREA
Padre, padre,
esta mansión solitaria 340
es preferible a esa vida
con un hombre de esa estampa:
¡viejo, achacoso y más feo
que el mismo diablo!
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Ya escampa!
Dice bien el señor conde... 345
ANDREA
Que no metáis la cuchara;
¡lo escucha!, a más que ninguno
le ha dado aquí la palabra.
LA ABADESA
Yo creía...
ANDREA
Muy mal creído.
LA ABADESA
Pues entonces, lengua, calla. 350
ANDREA

  (Al CONDE.) 

¿Y ése es todo vuestro asunto?
Ya estoy enterada.
EL CONDE
Falta...
ANDREA
Pues ya escucho.
EL CONDE
Que mis iras
de tanto sufrir estallan.
Soy vuestro padre, y yo mando; 355
es mi voluntad sagrada,
y o con don Lope os casáis,
o en esta misma semana
tomáis el velo, ¡y la antorcha
de vuestra vida aquí acaba! 360
¿Lo entendéis?
LA CONDESA
Señor, calmaos.
ANDREA

  (Aparte.) 

¡Contengo apenas mi rabia!
LA CONDESA
Yo espero que hija obediente
y dócil...
ANDREA
¡Por san demonio!,
¡que ya me tenéis cansada! 365
Si queréis que yo me case,
dejad que elija.
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Camándula!
EL CONDE
Sé que el capitán don Félix
ronda el convento y aguarda
obtener tu voluntad... 370
ANDREA
Pienso que la tiene.
LA ABADESA

 (Aparte.) 

¡Cáscaras!
EL CONDE
Pero no tiene la mía.
¡Y con la tuya no basta!
LA CONDESA

  (Aparte.) 

Ya se hace esperar don Lope,
y así nuestro plan fracasa. 375
 
(Suena una campana.)

 
LA ABADESA
Permitidme, voy a ver;
ha sonado la campana.
LA CONDESA
No hay necesidad. ¡Don Lope!
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Sólo este mono faltaba!


Escena VI

 
Dichos y DON LOPE DE PIMENTEL.

 
DON LOPE

  (Saludando.) 

Conde, señora condesa. 380
EL CONDE
Mucho os hacéis esperar.
DON LOPE
Me he detenido al entrar.

 (Saludando.) 

Niña... señora abadesa.
  -92-  
EL CONDE
Vamos, pasad al momento.
DON LOPE
Turbado estoy y reparo 385
desde que entré en el convento
está pasando algo raro.
LA CONDESA
Se trata de vos...
DON LOPE
¿De mí?
¡Que me place!
EL CONDE
Caballero,
yo exijo de vos, y quiero 390
que habléis con mi hija.
DON LOPE
Eso es muy puesto en razón,
mas no tengo que decirla;
que con humildad pedirla
para mi afán, compasión, 395
yo confieso que la adoro
y que bien dichoso fuera
si ella dulce consintiera...
LA ABADESA

  (Aparte.) 

Aquí le sueltan el toro.
EL CONDE
Vamos, contesta, hija mía, 400
que ya tu respuesta tarda.
ANDREA
Puesto que don Lope aguarda,
que escuche su señoría.
Hace seis años que os vi
con vuestro lujoso porte, 405
de Madrid allá en la corte,
os presentaron a mí...
Si mal no estoy recordando
vuestra esposa, que en Dios haya.
DON LOPE
Me impidió...
ANDREA
Tened a raya;
410
permitid, yo estoy hablando...
DON LOPE
Continuad.
ANDREA
Fue doña Estrella
una hermana para mí;
ni sospeché, ni creí
que estaba sobre su huella... 415
¡Murió!...
DON LOPE
Desde entonces creo
¡amé con idolatría!...
ANDREA
Don Lope, desde ese día
¡conocí que erais muy feo!
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Sopla!
DON LOPE
Sí...
ANDREA
Y el entrecejo
420
no pleguéis; vuestra pasión
hizo ver a mi razón
¡que a más de feo, erais viejo!
LA ABADESA

  (Aparte.) 

¡Camándula!
EL CONDE
¡Mi frente arde!
LA CONDESA
¡Qué lenguaje tan grosero! 425
ANDREA
¡Y que de buen caballero,
os tornasteis en cobarde!
DON LOPE
¡Por mi fe, tamaña ofensa!
ANDREA
Lo dicho; en este momento
por vos está en el convento 430
una mujer indefensa...
¡Sí, por vos sufro este yugo,
quieren que ante vos sucumba,
o abren para mí esta tumba
siendo mi padre el verdugo! 435
LA CONDESA

  (Aparte.) 

¡Yo con su cólera arrostro,
vuestro afán es temerario!
ANDREA

 (La amenaza.) 

¡Callad, o con mi rosario
os voy a cruzar el rostro!
EL CONDE
¿Pero qué es esto, Dios mío? 440
¡Está loca esta mujer!
ANDREA
¡Loca me queréis volver
con vuestro rigor impío!
EL CONDE
¡Hija ingrata!
ANDREA
¡No me arredro!
LA ABADESA
¡Ésa ya es mucha fiereza! 445
ANDREA
¡Ved que os rompo la cabeza
con las llaves del San Pedro!
EL CONDE
¡Don Lope de Pimentel,
vamos de aquí!
DON LOPE
Vamos presto...
LA CONDESA
Señora, os va a ser funesto 450
para vos y muy cruel...
ANDREA
¡Y qué se me importa a mí
la explosión de vuestra ira!
LA CONDESA
Si me parece mentira,
¡Pimentel, vamos de aquí!... 455
DON LOPE
Perdonad, fuera siniestro
el porvenir e inhumano:
yo renuncio vuestra mano.
ANDREA
¡Renunciáis lo que no es vuestro!
Y hacéis bien, por vida mía, 460
pues yo que fuera que vos,
al mirar que entre los dos
no hay amor, renunciaría.
Ni yo os he llamado aquí
a que ensayaseis fortuna, 465
ni vaga esperanza alguna
os hice alentar por mí.
Idos, pues, y no volváis;
y si calculasteis necio
herirme con el desprecio, 470
también os equivocáis.
LA ABADESA

 (Aparte.) 

¡Camándula!, ¡pico de oro!
DON LOPE
Perdonad, no fue mi intento
perderos el miramiento
ni ultrajar vuestro decoro. 475
ANDREA
¡Id en paz!
LA CONDESA
Yo aquí me quedo...
LA ABADESA

  (Aparte.) 

Se la come.
Adiós, señora.
EL CONDE
Vámonos, en mala hora
vinimos.
LA ABADESA

  (Aparte.) 

Yo tengo miedo.

  -93-  

Escena VII

 
Dichos, menos DON LOPE y EL CONDE.

 
ANDREA
Curiosa estoy por saber 480
¿qué me tenéis que decir?
LA CONDESA
Tened calma para oír.
 
(Se sientan.)

 
ANDREA

 (Aparte.) 

¡Me impacienta esta mujer!
LA CONDESA
Os amo como a la prenda
que llevara en mis entrañas. 485
ANDREA
No comencéis con patrañas
si queréis que yo os atienda.
LA ABADESA

 (Aparte.) 

¡La clavó!
LA CONDESA
Sabéis muy bien...
ANDREA
Que odio tenéis para mí,
y que yo jamás sentí 490
para vos más que desdén;
es ésta la realidad
que fórmulas no respeta;
arrojemos la careta
y hablémonos la verdad. 495
¿Me habéis comprendido?
LA CONDESA
Sea,
que ya me cansa, a fe mía,
usar tanta hipocresía:
me vais a escuchar, Andrea.

 (Se levanta.) 

Don Félix de Montemar 500
es un hombre a quien yo adoro...
ANDREA
Guardad, señora, el decoro,
que yo no os puedo escuchar.
LA CONDESA
No obstante. Le conocí;
y aquél fue un amor inmenso: 505
aún siento, cuando lo pienso,
el fuego latir en mí...
ANDREA
¡Pero él nunca os amó!
LA CONDESA
No lo sé; pero en mi mente
brotó un relámpago ardiente 510
¡que mi existencia alumbró!
Su terrible indiferencia
era un fatal incentivo;
sabed que aun casada, vivo
para él, y mi existencia 515
va tras la suya a distancia,
y al saber que él os adora
¡fuego de celos devora
mi corazón!...
ANDREA
¡Qué arrogancia!
LA CONDESA
Sé que os ama, que os adora, 520
que sois alma de su alma...
ANDREA
No sé cómo tengo calma
para escucharos, señora.
LA CONDESA
Aguardad...
ANDREA
¡Acabad presto;
y no abuséis, por Dios santo, 525
de mi paciencia!
LA CONDESA
El quebranto
que sufro os va a ser funesto.
ANDREA
Pláceme vuestra deshonra
y que el dolor os taladre.
Tenéis que callar. ¡Mi padre 530
pendiente está de su honra;
y si la fortuna ingrata
viene a romper este velo,
señora, llamad al cielo
que os ayude, porque os mata!... 535
LA CONDESA
No lo sabrá; no, por Dios,
os lo juro por mi nombre:
las dos amamos a un hombre:
¡lo perderemos las dos!
ANDREA
¡O calláis, u os escarmiento! 540
LA CONDESA
Don Félix de Montemar
debe esta noche casar
con Beatriz...
ANDREA
¡Mentís!
LA CONDESA
¡No miento!
ANDREA
Vos queréis que yo maldiga
hasta el día en que nací... 545
LA CONDESA
Mi afán lo ha querido así,
es de mis celos la intriga.
ANDREA
¿Con que se casa?
LA CONDESA
¡Sí, a fe!
Desterrad toda esperanza.
ANDREA
¡Venganza!... ¡quiero venganza! 550
¡Lo juro... me vengaré!
¡Salid de aquí!
LA CONDESA
Quedaros vos
en esta cárcel sombría.
¡Gózate, venganza mía!
ANDREA
¡Que salgáis!
LA CONDESA
Quedad con Dios.
555


Escena VIII

 
LA ABADESA y ANDREA.

 
LA ABADESA
¡Cielo santo, qué turbión!
¡Y qué va a pasar aquí!
ANDREA
¡Cayendo está sobre mí
del cielo la maldición!
¡Casado!... no, por quien soy; 560
aliento brío y coraje.
¡Pero esta reja!... ¡este traje!...
¡todo a quebrantarlo voy!
¡Ligas que forjó la suerte
sobre mi existencia triste; 565
sombra que el cielo reviste:
silencio horrible de muerte!
¡Cárcel que encierras mi vida
-94-
cuyo sol toca a su ocaso;
rejas que cierran mi paso; 570
ved esta llama encendida
que el corazón me devora
y está quemando mis venas!...
Sorbo el llanto; y mis cadenas
¡voy a quebrantar ahora! 575
LA ABADESA

  (Con ansiedad.) 

¿Qué pensáis?
ANDREA

  (Resuelta.) 

¡Dadme la llave!
LA ABADESA
¡No la tengo!
ANDREA

  (Amenazándola.) 

¡Os exponéis!
LA ABADESA
Aquí está, mas no podréis
salir...
ANDREA
En mi pecho cabe
de venganza tal deseo, 580
que si al instante no salgo
vais a ver lo que yo valgo;
¡y que es funesto preveo!
LA ABADESA
Por la puerta de la iglesia
podéis salir, sor Andrea... 585
ANDREA
¡Yo abriré con una tea
estas puertas!

  (Se va corriendo.) 

LA ABADESA
¡Ay, magnesia!


Escena IX

 
LA ABADESA, sola.

 
LA ABADESA
¡Jesús!, es un energúmeno
con ese ciento satánico;
si encuentra algún catecúmeno 590
lo va a hacer morir de pánico...
Ya de mis huesos la médula
se hiela... no encuentra obstáculo;
¡hoy pone al convento cédula
y quema hasta el tabernáculo!... 595
¡Qué rostro!, ¡qué horrible físico!
¡Me causa un dolor hepático!
¡Si al más gordo vuelve tísico
y rompe el nervio simpático!
Vuela doquier como un tábano; 600
su ardor febril es erótico;
y le va a importar un rábano
darnos a todos narcótico.
Su corazón es escéptico...
Ya estoy cansada de escándalos; 605
caigo como un epiléptico
en tina entrada de vándalos.
Éste es el diablo. ¡Camándula!
Es un demonio católico
que ha metido esta farándula, 610
y en el convento este cólico.
 
(Se oye el toque de fuego.)

 
¿Qué es ese toque terrífico
que nada tiene de ascético?
¡Fuego!, ¡fuego!, ¡un sudorífico!
¡Yo quiero tártaro emético! 615


Escena X

 
Dicha y las MONJAS. Todos en desorden.

 
MONJAS
¡Jesús! ¡Jesús!
LA ABADESA
¡Padre lego!
¡Dios mío!, ¿por dónde corro?
¡Es un incendio; socorro!
TODAS
¡Fuego, fuego, fuego, fuego!


Escena XI

 
Dichos y ANDREA, en traje de hombre y con la espada en la mano.

 
LA ABADESA
¿Adónde vais?
ANDREA
¡Callad vos!
620
Me abro paso entre las rejas.
¡Consuma el fuego a estas viejas,
y que me perdone Dios!


 
 
FIN DEL ACTO I
 
 


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