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Luis Alfonso había criticado la parodia que en el personaje Alhelí hacía Pereda del periodista «revistero», o cronista de sociedad. Pradera considera que el estilo de esos periodistas merece la ridiculización que hace Pereda en las páginas de Nubes.

 

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Aunque el artículo está escrito en catalán, la cita de Pereda se mantiene en su castellano original. En el siguiente número de esta revista, en la sección «Miscelánea literaria», con la firma R. se alude a algunos de los obsequios tributados a las letras catalanas por escritores forasteros; entre ellos cita el de Pereda: «No'ns cal ja parlar del primer interessant homenatge que en lo animat capitol que porta lo nom de Palique ha pagat á Catalunya l'autor de Sotileza, puig ab mes oportunitat y traça ho ha fet lo director de la Veu».

 

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Varios autores: 1890. De Cantabria; se trata de un interesantísimo álbum, elaborado y publicado por El Atlántico y que pasa revista al estado de las letras, las artes, la cultura, la industria, la economía, etc., de la región cántabra. Yxart dedica toda la primera entrega de su estudio a comentar este libro.

 

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«¡Pero Señor...! ¿Qué tiene esa singular aristocracia madrileña que nadie acierta a describirla? [...] ¿No será tal vez que a los que se precian de conocerla tanto les da por atribuir la falta de parecido a nimios y excusables pormenores, sólo por blasonar de enterados de ciertas etiquerías con cierta vanidad afeminada?»; art. cit., día 27; el párrafo que luego citamos, en la misma entrega.

 

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Conocemos la favorable impresión que a Pereda y su círculo santanderino produjo ese artículo, según lo dice el novelista a su amigo Oller en carta del 20 de marzo, en la que le pide que transmita a Yxart «el aplauso de los descontentadizos fieles de Las Catacumbas»; en BENSOUSSAN, op. cit., pág. 218.

Además de las adhesiones públicas que hemos citado, Pereda recibió de Cataluña otros testimonios similares con este motivo, según informaba en carta a Oller el 10 de marzo (en BENSOUSSAN, op. cit., pág. 217). Pero el homenaje más notable que el novelista de Polanco recibiría de parte del catalanismo literario fue el que, al año siguiente, Pereda fuese designado Mantenedor de los Jochs Florals de Barcelona, honor raras veces conferido a una personalidad no catalana. Del viaje que con tal motivo realizó a la ciudad condal nuestro escritor, y de su intervención en aquellos juegos hay abundantísimos testimonios en la colección de recortes de prensa que venimos utilizando en este estudio. Vid. ahora, sobre todas estas cuestiones el trabajo de L. Bonet: «Pereda entre el regionalismo y la lucha de clases: Crónica de un viaje a Cataluña» (BONET: 1983).

 

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También Yxart consideraba Nubes como «una serie de artículos de costumbres»; art. cit., día 27.

 

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BLANCO GARCÍA: 1891, pág. 530.

 

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Sirvan como muestra algunas opiniones que seleccionamos: «La novela es de escaso enredo, pobre en argumento» (Boletín de Comercio, 6 de febrero); «es novela sin enredo [...] de argumento muy sencillo y sin complicaciones» (Bolado, en El Aviso); «quinientas cinco páginas nutridas de lectura para este argumento, fácilmente han de dar por resultado falta de argumento o sobra de páginas» (L. Alfonso en La Época, 20 de febrero); «No hay trama complicada, ni múltiples cambios de decoración, ni gran número de situaciones críticas» (M. Cacheiro en El Pensamiento Galaico); «El autor, como siempre, se cuida poco de la intriga» (en The Nation, 30 de abril); «La acción de la obra es por extremo sencilla» (Fernández Juncos en Revista Puertorriqueña, 1 de septiembre). También las críticas posteriores repitieron la misma apreciación; así MARTÍNEZ KLEISER: 1907, pág. 26: «Nubes de estío, obra en la que la acción resulta demasiado diluida».

 

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Pone como ejemplo de lo que postula las novelas de Zola, sencillísimas en su trama, pero cuya «sencillez no es parte a impedir que en sus obras lata la vida, aquel calor de humanidad que es el gran secreto del artista del teatro y del artista de la novela». En contraste alude a las novelas de Dumas, Sue y sus respectivos imitadores españoles, cuyas obras ofrecen como principal estímulo al lector «la curiosidad basada en una variedad mareante».

 

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PARDO BAZÁN: 1892, págs. 92 a 94. También al reseñar, meses más tarde, Al primer vuelo encuentra el mismo defecto y recuerda que «en Nubes de estío había también mucha agua para poco chocolate»; Vid. Nuevo Teatro Crítico, I, junio 1891, n.º 6 (en PARDO BAZÁN, op. cit., pág. 104).