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1331

También MONTESINOS op. cit., pág. 232 afirma que «en algunos de los pasajes que exponen las inquietudes de Irene hay más exactitud psicológica que en otras novelas mejor logradas en general o de más genial invención».

 

1332

Carta citada en la nota 108, págs. 326-327.

 

1333

Discute a Luis Alfonso su opinión sobre este personaje y aduce la comparación con otro de L'Argent, de Zola; también se extraña Alas de que Pardo Bazán no se haya detenido a comentar esa figura del Duque. También MONTESINOS, op. cit., pág. 231, ha llamado la atención sobre ese tipo: «Este Duque que Pereda saca a la vergüenza es personaje de fondo mucho más rico de lo que él da a entender; personaje típico de la Restauración, mejor en su conciencia que en sus actos [...] Lástima que el autor, que en ocasiones comprende bien aquel espíritu, no se haya tomado el trabajo de estudiarlo mejor y le sepulte entre tanta anécdota pueril o innecesaria».

 

1334

Cfr. estos de E. Lozano Monforte: «La novela es [...] un modelo en el lenguaje y de hermosura en el estilo».

 

1335

«Si algo hubiéramos de censurarle sería el no haber sido bastante riguroso todavía en desterrar alguna que otra locución vulgar, por afán de ser verdadero y muy naturalista»; art. cit., pág. 3.437.

 

1336

ALAS: 1892, págs. 86 a 89; en otro lugar más adelante (pág. 96), censura en esta novela «lo mucho que hablan ciertos personajes».

 

1337

«Gacetilla. Noticias literarias», en El Atlántico, Santander, 25-V-1890. El artículo relata una visita a Polanco de algunos amigos de Pereda e informa que el escritor ha empezado a escribir un libro nuevo. Adelanta algunos de los datos de la historia de su redacción y anuncia superficialmente el asunto del relato.

 

1338

«Gacetilla. El libro de Pereda», en El Atlántico, 10-V-1891. En el texto que hemos copiado hay alusiones dignas de comentario; en primer lugar, la imagen «echar un hijo a la inclusa», relativa a la publicación de un libro por editores distintos de los del resto de la obra perediana, es frase del propio Pereda, como comprobaremos en las páginas que siguen; en segundo lugar, el dato de que Al primer vuelo se escribió en cincuenta días no es exacto; según el propio Pereda, fueron dos meses y medio los que le llevó redactar aquel libro.

 

1339

En la edición de 1973, pág. 261: «Desde el verano de 1889 tenía recibido el encargo de escribir una novela [enseguida veremos que el encargo data exactamente de diciembre, aunque cabe suponer que hubo algunas sugerencias anteriores] [...] Prometió Pereda una novela corta, sin darse prisa para cumplir el encargo; mas Yxart exigió a Pereda cuando éste menos lo esperaba que tuviese listo el original para antes de octubre y que pudiera aparecer en las librerías por Navidad».

 

1340

Así lo hacen, por ejemplo CARRACEDO: 1964, pág. 35 y MONTESINOS: 1969, págs. 225-226.