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1381

Alude al libro de Blanco García La literatura española en el siglo XIX, en cuyo segundo tomo, aparecido en 1891, se estudiaba a Pereda y se elogiaba Al primer vuelo, citando, para discutirla, la opinión de Pardo Bazán.

 

1382

«Polémica literaria. A la ilustre escritora doña Emilia Pardo Bazán», en la Hoja Literaria de El Correo Español, 5-II-1892; la polémica venía de meses atrás, motivada por la crítica de Pardo a Pequeñeces (Cfr. MUIÑOS: 1891, «La crítica de Pequeñeces...»; PARDO BAZÁN: 1892, «Polémica. A fray Conrado Muiños...»).

 

1383

«Aquellos súbitos, misteriosos, inconscientes amores [...] recuerdan a Pablo y Virginia en su templo americano [...] De todos sus hermanos mayores, con el único que tiene alguna semejanza remota Al primer vuelo es con El sabor de la tierruca». Lo mismo, y con palabras casi idénticas, repetía en su reseña Ortiz de la Torre: «si con alguna de sus hermanas puede hallársele parecido, es con El sabor de la tierruca [...] pero El sabor es más pastoril y campestre que Al primer vuelo, destinado a desarrollar una acción más interna: el proceso de una pasión amorosa, un idilio vulgar...».

 

1384

Parece referirse con estas frases a Nubes de estío, la otra novela de 1891, en la que se dan algunos de esos elementos. Otra opinión, pues, que notaba la semejanza entre ambos libros.

 

1385

Art. cit., págs. 10.273-10.274.

 

1386

«Gacetilla», en El Atlántico, 17 de mayo. Citemos a este propósito que MARTÍNEZ KLEISER: 1907, pág. 26 opinaba que la novela que nos ocupa «participa de la escuela romántica y de la naturalista».

 

1387

O en el de Eguía donde podía leerse: «¿Pasiones? ¿luchas íntimas? ¿psicologías ampulosas? ¿horrores de amores prohibidos ni lindezas de desesperaciones incongruentes? ¿asaltos a la moral?... Nada de esto busquen los curiosos en el libro de Pereda».

 

1388

«¡Y cómo sabe Pereda ocultar y velar lo humano y naturalista que se desprende de ese cuadro [...] es la mejor prueba del buen gusto y recto sentido del autor, y de cómo sabe armonizar la moral con el arte»; art. cit., págs. 224-225.

 

1389

Bien es verdad que la edición, con amplios márgenes y abundantes dibujos que salpicaban las páginas, hace más extensa de lo normal una novela que, editada como las anteriores de su autor, habría ocupado un espacio similar a aquellas. En la edición de las Obras completas publicada por Aguilar, Al primer vuelo ocupa 163 páginas, mientras que Nubes ocupa 197 y Peñas arriba 214.

 

1390

«La narración corre siempre fácil e interesante [...] En vano se espera el desarrollo de un complicado enredo en la novela de que tratamos, y quizás hasta no se echa de menos, ya que sin la trabazón de intrincado argumento, encanta el ánimo la sencilla narración de la vida y costumbres que no pasan de lo corriente y natural».