1431
Cfr. COSSÍO, «La historicidad...» (1933, pág. 121); también en MONTESINOS, op. cit., págs. 241-242. En una carta a Oller, fechada precisamente el 1 de septiembre, día anterior al suceso que enseguida mencionamos, indica Pereda que está escribiendo con buen ritmo, aunque también con dificultades; cfr. carta citada en la nota 19.
1432
Es abundantísimo el material epistolar que sobre este asunto podría reunirse; dado que excede de los límites y objetivos de este estudio, renunciamos a las citas y comentarios correspondientes, limitándonos a dar referencias de los más notables testimonios que conocemos. Quizá los más emotivos sean los contenidos en la correspondencia de Pereda con Oller, sobre todo la carta del 21 de octubre (en BENSOUSSAN , págs. 264-270), que el escritor catalán transcribe y comenta en sus Memorias (OLLER: 1962, págs. 253-257); en esa obra se recoge también una interesantísima carta de Sinforoso Quintanilla a Oller, del 7 de octubre, en la que relata el episodio con algún pormenor que falta en el relato de Pereda (op. cit., págs. 248-250). Alguna alusión, en cartas del autor de Peñas arriba a J. M.ª Quintanilla, números 32 a 34, entre mayo y agosto de 1894 (en FERNÁNDEZ-CORDERO: 1968, págs. 245-248); en el epistolario Pereda-Menéndez Pelayo, cartas 108 a 110, de julio y agosto de 1894 (en DE PEREDA y SÁNCHEZ REYES: 1953, págs. 339-241); muy emotivas también las cartas de agradecimiento a algunos pésames: por ejemplo la que escribe a E. Gaspar el 30-XII-1893 (en POYÁN DÍAZ: 1957, II, págs. 161-162), o en las cartas a Ruiz Contreras que citamos en la nota 24.
1433
Apuntes, 1906, pág. 9; MONTERO: 1919, págs. 71-72; COSSÍO: 1973, págs. 265-266; CAMP: 1937, pág. 34; GULLÓN: 1944, págs. 232-235; CARRACEDO: 1964, pág. 38; MONTESINOS: 1969, págs. 241-242.
1434
Así lo indican algunas de las cartas citadas en la nota 22. Y esta, fechada el 8 de diciembre de 1893 y dirigida al crítico Ruiz Contreras, que le había expresado su condolencia por aquella desgracia: «Si algún día
hallara yo en las serenas regiones del arte los alientos y la fortaleza que no encuentro hoy fuera, en los linderos de la familia, no podría entrar en él por otros caminos que esa novela a que usted se refiere y que andaba cerca de su conclusión en aquel momento de negra memoria [...] Como todo lo sagrado (pues ha llegado a serlo para mí aquel rimero de cuartillas) me espanta y me atrae al mismo tiempo esa obra, gran parte de la cual me vio escribir él. No le extrañe, pues, mi continua vacilación entre quemar lo hecho y esperar días de mayor sosiego para intentar concluirlo»
(en RUIZ CONTRERAS: Tres moradas [¿1897?], págs. 38-39; Vid. también del mismo, De guante blanco [¿1895?], págs. 191-193).
1435
El mismo Ruiz Contreras, según cuenta en los libros citados en la nota anterior, fue uno de los que animaron a Pereda a concluir la redacción de la novela; Vid. su carta a Pereda, que reproduce en ambos libros (De
guante..., págs. 191-193; Tres moradas, págs. 35-37). También en un artículo sin firma en El Atlántico del 27-XII-1894 se explica cómo Pereda abandonó su actividad literaria, haciendo temer a sus amigos que «rompía su pluma
para siempre»
, y cómo la insistencia de esos mismos amigos convenció al escritor para que concluyese su trabajo.
1436
En BENSOUSSAN, op. cit., pág. 314.
1437
«La resurrección de Pereda (cartas verídicas)», El Noticiero Sevillano, 19-VIII-1894. (Aunque el recorte que hemos consultado está muy deteriorado, hasta tal punto que no es posible identificar el nombre del periódico, aceptamos el dato que ofrece CLARKE: 1974, pág. 130).
1438
En BENSOUSSAN, op. cit., págs. 322 y 323-324, respectivamente.
1439
Además de desmentir la noticia de un proyecto teatral de Pereda, anuncia que «lo que pronto leeremos es una nueva novela de Pereda titulada Peñas arriba...»
; Vid. «Novelerías teatrales, Pereda, autor dramático», en
La Voz Montañesa, 10-X-1894. La Correspondencia de España del 16 recoge casi al pie de la letra esa noticia; vid. la referencia n.º 12.478 de Veinticuatro diarios, págs. 498-499.
1440
En BENSOUSSAN, op. cit., pág. 328. En los párrafos que siguen veremos otras muestras de esta misma previsión pesimista.