Adobíos: por adobos. Se repite en página 88.
Alcoholar: ennegrecer con alcohol los bordes de los párpados, las pestañas y las cejas.
Albayalde: blanco de plomo, con que las mujeres se pintan las mejillas. Se repite en las páginas 99 y 108.
Almízclase: perfumarse con almizcle.
Freces: freza es el acto del desove en los peces y también en los anfibios; las freces del cocodrilo serán pues, los huevos de éste.
Albéñolas: pestañas.
Altor: altura.
Cenceña: delgada.
Tez del humero: el color del hollín de las chimeneas, o sea, el negro de humo. Tez debió dar al adjetivo atezado, moreno.
Murta: arra.
Raídas: tratándose de mujeres, rasgadas, desvergonzadas.
Artizar: Adornar con arte.
Mostrosas: por monstruosas.
Chapeo: sombrero.
Atusar: recortar el pelo.
Cubijar: por cobijar.
Burdel: es aquí adjetivo: torpe, lujurioso.
Recuestar y recuestadas: requerir, solicitar: solicitadas.
Sobrehaz: superficie exterior de las cosas, dicho aquí en sentido figurado.
De arte: véase nota de página 12.
Cajero: vendedor ambulante, buhonero. Fray Luis explica aquí el concepto, diciendo, por comparación, que el cananeo de los hebreos equivalía al portugués que recorría las villas y aldeas de Castilla con su mercancía a cuestas.
Trasgo, estantigua: sinónimos de fantasmón, animal o persona capaz de causar espanto.
Disancto: día santo o festivo.
Sin se poder: por sin poderse: anteposición del pronombre al verbo.
Puertos: son los pasos de montaña, o desfiladeros; aquí se dice por metáfora.
Parto: usado en el sentido, no del acto de dar a luz, sino en el de producto del mismo, o sea, del recién nacido.
Borde: hijo fuera del matrimonio.
Alcahuete: encubrir, realizar acto de tercería, induciendo al mal por el deleite.
Conjugal: por conyugal.
Demediar: transcurrir la mitad del tiempo o de la acción.