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1

El hecho, referido por Antonio Ferrer del Río, en su Galería de la Literatura Española, Madrid, 1846, tal como podemos leer en una nota a pie de página VIII del prólogo a las Obras escogidas de Don Antonio García Gutiérrez, se relata incluso en manuales de literatura, (véase, por ejemplo, la Historia de la Literatura Española de J. L. Alborg, Madrid, 1980, tomo IV, pág. 517, de donde tomamos las siguientes palabras: «La fama de García Gutiérrez está particularmente vinculada, según ha quedado ya sugerido, a su drama El Trovador con el que el romanticismo, aún indeciso, queda sólidamente afirmado». Allison Peers (Historia del movimiento romántico español, trad. española, 2ª ed., I, Madrid, 1967, págs. 344-349) recoge numerosos testimonios de la época, que prueban el entusiasmo con que fue recibido El Trovador; no sólo los periódicos, que registraron el triunfo de momento, sino historiadores y críticos de temprana fecha confirman el carácter de acontecimiento que dieron los contemporáneos a la obra del gaditano, en la que algunos llegaron a ver nada menos que el alborear de una nueva etapa de esplendor para nuestra escena. Allison Peers insiste en que no fue el Don Álvaro sino El Trovador la obra que señala el punto culminante de lo que él denomina la «rebelión romántica»; y, pasada ésta, todavía por largo tiempo conservó su popularidad».

 

2

En esta obra, editada por la Real Academia Española, aparecen reunidas, por primera vez, las poesías de García Gutiérrez. En el prólogo (pág. VII), Joaquín de Entrambasaguas, tras ofrecer una completa relación de la bibliografía sobre el poeta chiclanero, en la que se puede apreciar la escasísima atención prestada a su producción estrictamente lírica, hace el siguiente comentario:

«La popularidad de autor dramático de García Gutiérrez ha dejado siempre en penumbra, si no en la sombra, su mérito de poeta lírico, hasta sólo merecer una alusión, de pasada, en parte de la escasísima bibliografía que se refiere a él o el olvido más absoluto de muchos de los historiadores y críticos de la literatura española, que, por regla general, sólo se han referido en sus estudios a la producción teatral del ilustre escritor gaditano».

 

3

Consúltese, por ejemplo, Blasco, E.: Mis Contemporáneos, Semblanzas varias, Madrid, 1886. Cejador y Frauca, Julio; Historia de la Lengua y Literatura Castellana, T. VII, Madrid, 1917 (págs. 262-266). Ferrer del Río, Antonio: Galería de la Literatura Española, Madrid, 1846. Hartzenbusch, Eugenio (hijo) Apuntes para un catálogo de periódicos madrileños desde el año 1661 al 1870. Hartzenbusch, Juan Eugenio: «Prólogo» a las Obras escogidas de Don Antonio García Gutiérrez, Madrid, 1866.

 

4

Op. cit. pág. V.

 

5

Lomba y de la Pedraja, José Ramón de la: Prólogo a su edición de Venganza catalana y Juan Lorenzo, de García Gutiérrez. Madrid, 1925. (Clásicos Castellanos de «La Lectura». T. 65)

 

6

Op. cit. pág. 259.

 

7

Op. cit. págs. XLI y ss.

 

8

Juan Meléndez Valdés (1754-1817) es el poeta de mayor altura de toda la lírica del Setecientos. Su vida es también genuinamente representativa del poeta y del intelectual «ilustrado». Cuatro son las líneas principales que dibujan el perfil lírico de Meléndez Valdés: lo anacreóntico y sensual; el bucolismo; la actitud sentimental, y la tendencia moral y filosófica.

 

9

Así figura el original. Resulta difícil de restaurar el verdadero texto. (J. de E.).

 

10

Antonio García Gutiérrez, Poesías de; Real Academia Española, Madrid, 1947, pág. 89.