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En 1915, el ingeniero, señor Rodríguez Mariátegui, tratando de la irrigación de la costa, entre otras cosas que dijo en varios artículos que publicó llegó a la siguiente conclusión:

«Si los estudios de irrigación han fracasado hasta la fecha, no es porque sea imposible irrigar la costa, ni porque hayan sido mal concebidos y peor ejecutados. Muy lejos de eso; existen estudios completos e informes luminosos aportados por nuestros ingenieros peritos en la materia. Su fracaso se debe, en primer lugar, a la poca fe de los capitalistas, y a su pusilanimidad financiera y operativa; se debe a la pequeñez de nuestro medio, en que se tiene verdadero horror a las cifras elevadas de los presupuestos; se debe a nuestra extraña psicología, que exige dividendos y utilidades al día siguiente de principiadas las obras; se debe, en fin, a esa rara movilidad de pensamiento que nos caracteriza, y que nos hace pasar rápidamente de una idea a otra, de uno a otro negocio y nos convierte en verdaderos 'pica flores de negocios' y nos estereotipa en el trabajo improductivo de la ardilla de la fábula.

»Hay que tener presente, también, que todos aquellos estudios que se han ejecutado en épocas anteriores a la actual, aprovechando del caudal sobrante de los ríos de descarga variable, no han podido asentar sobre esa piedra angular de un estudio de irrigación, que se denomina 'aforo de la fuente utilizable'. No se podría culpar a nuestros ingenieros de haber practicado esos estudios defectuosos: en efecto, el aforo de un río no es una operación que puede hacerse de una sola vez; es necesario mucha paciencia, tiempo y gastos; la determinación del régimen de un río puede asegurarse que exige años. Además, hay que levantar el plano catastral de los terrenos cultivados, para conocer la cantidad de agua que deben consumir, y medir el agua antes y después de la primera y última toma».


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El servicio de estos vapores entre puertos peruanos y bolivianos situados en dicho lago es perfectamente regular y de una importancia extraordinaria para la carga y pasajeros que se mueven por los ferrocarriles del sur y el de Huaqui a La Paz y Oruro.

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