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11

Cotilla: jubón sin mangas, embutido de barba de ballena, sobre el cual se vestían las mujeres la casaca (DA). Es lo que Deleito (La mujer, la casa y la moda en la España del Rey Poeta, citada, p. 161) describe como «emballenado». El guardapié (op. cit., p. 160) era una falda más corta que la habitual, pero que en ningún caso dejaba al descubierto la punta de los pies. El mostrar éste a los varones era uno de los más señalados favores que una dama podía ofrecer. Cf. A. David Kossof, «El pie desnudo: Cervantes y Lope», en Homenaje a W. L. Fichter, Madrid, Castalia, 1971, pp. 381-387. (N. del E.)

 

12

Hartzenbusch, siguiendo el ms. citado transcribe:

«... que le hice desde la Pascua?

 

(Sale un PORTUGUÉS con un fardo.)

 
PORTUGUÉS
Voacé me dé mi dineiro
o miña peza de holanda,
que aquí fiquei l'otro día.
 

(Sale un FRANCÉS con randas.)

 
FRANCÉS
Mandé ucé que aquellas randas
e me paguen o se vuelvan.»

(N. del E.)

 

13

Vv. 193-194. Creemos puede referirse a las leyes suntuarias que pretendían regular con minuciosidad el coste, forma y volumen de los vestidos, tocado y adornos, de lo que tratan, entre otras, la famosa Reformación de costumbres de 1623. Vid. también vv. 343-344. (N. el E.)

 

14

Vid. notas a los vv. 54 de El pésame de la viuda y 107 de La garapiña. (N. del E.)

 

15

Hartzenbusch, siempre de acuerdo con el ms. BITB, añade: «PORTUGUÉS: Primero son mis holandas. / FRANCÉS: Primero han de ser mis puntas.» (N. del E.)

 

16

Téngase en cuenta que, según Covarrubias, los saludadores intentaban sanar sobre todo al ganado: «dan unos bocaditos de pan al ganado cortado por su boca y mojado en su saliva». (N. del E.)

 

17

Homecillo: enemistad, odio, aborrecimiento (DA). (N. del E.)

 

18

Para ilustrar imaginativamente el nivel de gestualidad y paroxismo que la actriz podía incorporar a esta parte del entremés, quizá sea interesante esta cita de Zabaleta (El día de fiesta por la tarde, ed. Madrid, 1977, a cargo de J. M. Díez Borque, pp. 22-23): «Yo vi una comedianta de las de mucho nombre (poco ha que murió) que representado un paso de rabia, hallándose acaso con el lienço en la mano, le hizo mil pedaços por refinar el afecto que fingía; pues bien valía el lienço dos veces más del partido que ella ganaua.» (N. del E.)

 

19

Vid. nota al v. 37 sobre el método de curación de los saludadores, soplando o con saliva. Aldonza se queja de ser rociada y no precisamente de «azahar ni ámbar». (N. del E.)

 

20

Ms. BITB y Hartzenbusch añaden: «pues ves que tocan en San Martín». (N. del E.)