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Atribuido a Suger de Saint Denis: Eco 1977, 27, y Tatarkievitz 1987, 112.

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Unos años después, The Porfraif of a Lady de Henry James (1908) se publica con sendas fotografías de Alvin Langdon Coburn en el frontispicio de sus dos volúmenes; es la primera de una larga colaboración entre ambos. La publicación conjunta de poemas e ilustraciones era habitual en el fin de siglo francés, con ejemplos que presentan diversos grados: Les Épaves de Charles Baudelaire, con un frontispicio de Félicien Rops (1866), la traducción de El cuervo de Poe por Mallarmé con grabados de Manet (1870), el diario L'Ymagier de Jarry y Gourmont (1894), la edición de Émaux et Camées de Théophile Gautier con ciento diez acuarelas de Henri Caruchet (1895) o el proyecto de Mallarmé de editar Un coup de dés con grabados de Odilon Redon. En el modernismo hispánico también encontramos casos análogos. Entre los mejores ejemplos, Crisantemes de Alexandre de Riquer, con ilustraciones del mismo autor (1899), o Voces de gesta. Tragedia pastoril (1912), de Valle-Inclán, que se publica con ilustraciones de Aurelio Arteta, Julio Romero de Torres, Anselmo Miguel Nieto (de los tres autores, a toda página), Ricardo Baroja, Ángel Vivanco, Rafael de Penagos y José Moya del Pino. Vid. Rubio Jiménez 2012.

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Puede consultarse en la Biblioteca Digital Hispánica: <http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038021&page=1> [consulta: 10 de septiembre de 2015]. Vid. Fernández 2014, 17-22 y 74-79.

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Robles, 2014, 107, afirma que esta fotografía apareció en Frente Extremeño, 2 (24 de junio de 1937), pero no encuentro la imagen en ningún número de esta publicación.

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En Robles 2014, 108, aparece atribuida, creo que erróneamente, a Mayo. Vuelve a publicarse en Mundo Gráfico, 1349 (8 de septiembre de 1937), 6. Una fotografía del mismo edificio, tomada desde un ángulo ligeramente distinto, aparece ilustrando el artículo de J. Izcaray «Madrid como es hoy», Estampa, 495 (24 de julio de 1937), 12.

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Esta imagen parece varias veces en Frente Sur: la vuelvo a encontrar al menos en los números 56 (7 de octubre de 1937), 2, y 83 (13 de enero de 1938), 1. La repetición de fotografías es frecuente en el periódico, seguramente debido a la escasez de las mismas.

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La fotografía reaparecerá en Ayuda el 23 de enero de 1938 en un reportaje sobre la toma de Teruel (Herrera 2014, 107).

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Esta fotografía podría ser de Martín Santos Yubero: es similar a su retrato de un campesino extremeño sosteniendo una hoz y un martillo en el verano de 1936. Su original se conserva en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y fue expuesto en la exposición monográfica que la Comunidad le dedicó en la Sala Alcalá, 31 a finales de 2010 y comienzos de 2011, <http://culturaypropagandaguerracivil.blogspot.com.es> [consulta: 10 de septiembre de 2015]. No obstante, las fotografías en que los campesinos elevan sus hoces son muy frecuentes en la prensa republicana: vid. la de «Foto Alfonso» en Estampa, 448 (15 de agosto de 1936), 19, las de «Foto Mayo» en Estampa, 491 (19 de julio de 1937), 1 y 15, o la de «Foto Vidal» en Crónica, 357 (13 de septiembre de 1936), 14.

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Vid., por ejemplo, Luz (26 de mayo de 1933), 9, ABC (19 de septiembre de 1936), 4 y 36 (13 de noviembre de 1936), 16. Pless trabajó con el también fotógrafo Mariano Rawicz a comienzos de los años 30. Algunas de sus obras han sido expuestas en Fernández 2004. Testimonios sobre la importancia de los fotógrafos en la guerra civil aparecen en «Los guerreros marroquíes», A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales; La forja de un rebelde, de Arturo Barea; Días de llamas, de Juan Iturralde, o «Ruinas, el trayecto: Guerda [sic] Taro», Capital de la gloria, de Juan Eduardo Zúñiga. Vid. Sánchez Vigil y Olivera Zaldua 2014, 193-206.

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«Elevar la cultura del soldado significa fortalecer su conciencia política. Porque para nadie puede ser un secreto que nuestro Ejército Popular ha de ser un conjunto de hombres conscientes del ideal por el cual luchan y mueren si es necesario. Se impone, pues, que tengan una cultura literaria, científica y política todo lo más elevada posible, dentro de las circunstancias. ¡Abajo el analfabetismo! Efectivamente, pero teniendo presente que el analfabetismo no consiste solamente en no saber leer y escribir, sino en carecer de conceptos claros de las cosas y en permanecer alejado de los grandes conflictos morales y de justicia social que nos agobian», Cultura Popular, 2 (junio de 1937). Urrutia 2006, 21.

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