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ArribaAbajoActo II

 

(Salen PASCUALA y INÉS.)

 
PASCUALA
Ya no tengo a maravilla
que no te alegres jamás.
INÉS
Diez y seis meses, y más,
ha que partió de Sevilla.
PASCUALA
   ¿Llévate más que deseos? 5
INÉS
Bien pensaba el cortesano
engañarme; peto en vano
gasta el ingenio en rodeos.
   Yo he visto lágrimas tales
en estas puertas, fingidas, 10
que estaban enternecidas
las piedras de sus umbrales.
   Aunque es verdad que le adoro
hasta llegar a morir,
no me puedo arrepentir 15
de haber guardado el decoro
   como le debo a mi honor,
pues todo debió de ser,
como se ha echado de ver,
Pascuala, fingido amor. 20
   Estuvo Félix aquí
ocho días conquistando
mi pecho y ocasionando
que murmurasen de mí;
   como vio que en el lugar 25
le miraban con cuidado,
partíase desesperado;
fuese sin quererme hablar.
   ¡No me costó poco a mí,
que seis meses me pase 30
de enfermedad, y tal fue,
que por dos veces me vi
   a las puertas de la muerte!
PASCUALA
¿Y no te ha escrito?
INÉS
Jamás.
PASCUALA
¿Y ahora qué tal está? 35
INÉS
Estoy de la misma suerte,
y aun sospecho que peor.
PASCUALA
Pues ¿qué quieres?
INÉS
Estoy loca,
y más firme que una roca.
PASCUALA
¡Extraña fuerza de amor! 40
 

(Sale LUCIO, criado.)

 
LUCIO
   (Esta sospecho que ha de ser la casa.)
¿No me sabrán decir vuesas mercedes
dónde el maestro de las postas vive?
INÉS
En esta casa de las tapias nuevas.
Mas diga, caballero, ¿es de la corte? 45
PASCUALA
No, señora, que vengo de Sevilla,
aunque sirviendo estoy a un cortesano.
INÉS
¿Cómo se llama?
PASCUALA
Llámase don Félix
del Carpio.
INÉS
¡Ay, Dios! Y diga, gentihombre,
¿viene bueno ese hidalgo?
PASCUALA
¿Conocéisle?
50
DON FÉLIX
Sé que es un hombre rico.
PASCUALA
Pues ahora
lo será mucho más, porque se casa
con doña Ana de tal, que no sé el nombre;
mas sé que el dote es veinte mil ducados.
INÉS
En fin, ¿él viene bueno?
PASCUALA
Y tan gallardo
55
que en el camino le echan bendiciones.
Hemos venido en mulas, que traemos
un coche muy galán para la novia,
y querría tomar ahora postas
para entrar con más pompa.
INÉS
Dios le guarde
60
y haga felices sus dichosas bodas.
PASCUALA
Quedad con Él, que estoy de prisa.

 (Vase.) 

INÉS
¡Ay, cielos,
que aun hay, amando, mayor mal que celos!
PASCUALA
Lástima tengo de ti.
INÉS
¡Mira que fin ha tenido 65
tanto amor y tanto olvido!,
este en él, y el otro en mí.
   Pues toma resolución,
como pertinaz amante,
que lleve el alma adelante 70
esta loca presunción:
yo voy a la corte.
PASCUALA
¿A qué?
INÉS
A estar donde verle pueda,
aunque Amor no me conceda
que una esperanza me dé. 75
PASCUALA
¿Está loca?
INÉS
Y lo confieso.
Di que no sabes de mí.
PASCUALA
Escucha.
INÉS
Cuando perdí
a don Félix, perdí el seso.
   Voy a dar fin a mi vida. 80
PASCUALA
¿Hay locura tan extraña?
¡Mira, Inés, que Amor te engaña;
mira, Inés, que vas perdida!
   Acabose; no hay pensar
en vencer tu obstinación: 85
donde falta la razón,
no halla el consejo lugar.
 

(Vase INÉS; sale HERNANDO.)

 
HERNANDO
   ¡Notable prisa me dí
para alcanzarte a la puerta!
PASCUALA
¡Hernando!
HERNANDO
Desde la güerta,
90
Pascuala hermosa, corrí
en mi propio pensamiento.
¿Has visto mi bella ingrata?
PASCUALA
Sí la he visto, y sé que trata,
con un loco atrevimiento, 95
   su perdición y la tuya.
HERNANDO
¿Cómo?
PASCUALA
A Madrid quiere ir.
HERNANDO
¿A qué, Pascuala?
PASCUALA
A seguir
aquella locura suya.
HERNANDO
   Pues ¿vino aquel caballero 100
con quien entonces me dio
tales celos?
PASCUALA
Confesó
quererle como primero,
   y va a la corte tras él,
que ya viene de Sevilla; 105
si pudieses reducilla
a que se olvidase dél,
   pues que ya se va a casar,
y que al lugar se volviese,
para que después no fuese 110
la fábula del lugar,
   harías un justo oficio,
digno de un hombre de bien.
HERNANDO
Ella en amor, yo en desdén.
vamos perdiendo el juicio. 115
   ¿Hay tal mujer, hay engaño
de amor con tal desacuerdo,
que yo por ella me pierdo,
y ella por un hombre extraño?
   Pascuala ¿quién mete a Inés 120
en estas caballerías?
Si aquél la quiso ocho días,
correspondiérale un mes;
   pero burla de dos años...
Mas yo ¿cómo tengo en poco 125
mi locura, si soy loco
entre mayores engaños?
   Iré a la corte, Pascuala,
si no puedo reducilla,
antes que llegue a la villa, 130
a querer a quien la iguala;
   y allá también viviré,
si ella se quedare allá.
PASCUALA
Un loco tras otro va.
HERNANDO
Dirasle a Bartolomé 135
   que donde don Félix vive,
allí pregunte por mí.
PASCUALA
¡Lástima tengo de ti!
HERNANDO
Con los perdidos me escribe.
   Mas desengáñate, Inés, 140
que si a Félix, sin querella,
sigue hasta morir, yo a ella,
más de mil siglos después.
 

(Vanse. Salen DOÑA ANA y LOPE.)

 
DOÑA ANA
   Los brazos te doy mil veces.
LOPE
Bien lo merece mi amor. 145
DOÑA ANA
¿Cómo viene tu señor,
cuya estrella me pareces?
LOPE
   Si hay estrellas de azabache,
bien lo puedo parecer;
basta que mi amo ayer 150
por su aurora me despache,
   porque viene como un sol.
DOÑA ANA
¿Qué vida que habéis tenido?
LOPE
De unos cartujos ha sido,
a fe de hidalgo español. 155
DOÑA ANA
   ¡Sí, sí; tales nueva tengo!
Ansí en Sevilla se pasa.
¿Piensas que no sé la casa?
LOPE
Yo, como del yermo vengo;
   ¿no me ves la devoción? 160
DOÑA ANA
¿Cómo os fue de la belleza,
aseo, brío, limpieza
y agradable condición?
   Que una mujer sevillana
vierte mil perlas de sí. 165
LOPE
Todas esas cosas vi.
DOÑA ANA
¿Adónde?
LOPE
En el Aduana
y allá, en la Contratación.
DOÑA ANA
Este no dirá verdad
si le queman.
LOPE
Mi lealtad
170
merece satisfación.
   Nuestra vida pasa ansí:
levantarnos a las ocho,
tomar en vino un bizcocho,
oír misa, y desde allí, 175
   a Gradas, a negociar;
y en tocando a mediodía,
comer con poca alegría,
dar gracias, y levantar.
   A la tarde, a la Tahona, 180
y luego, en mil estaciones,
rosarios y devociones.
DOÑA ANA
¡Oh, qué bendita persona!
LOPE
   Hasta que, ya al acostar,
cantábamos la doctrina. 185
DOÑA ANA
Bien Córdoba te refina;
lucido se te ha el pasar
   que debe de haber habido
de mujeres, ya en las tiendas,
ya en los barcos, ya en meriendas. 190
¿Cuál de todas, Lope, ha sido
   la que más tiempo duró?
¿Despidiose tierno? ¿Sí
lloraron? ¿Hablote en mí?
¿Qué maldiciones me echó? 195
   ¿Prometió venir acá?
¿Cuándo la escribe?
LOPE
¡Qué celos
tan ociosos!
DOÑA ANA
Pedirelos
del sol que es mi dueño ya.
LOPE
   Ahora bien; ¿qué le diré? 200
DOÑA ANA
Que sea muy bien venido,
y que le suplico y pido
que me vea.
LOPE
Yo lo haré.
DOÑA ANA
   Pues dale muchos recados.
Mañana te sacarán 205
un vestido.
LOPE
Sea galán,
ansí viváis bien casados,
   que esta negra quitación
no alcanza cosa de seda.
 

(Vase LOPE. Sale RAMÍREZ, escudero.)

 
RAMÍREZ
Hay cosa que verse pueda 210
con más gusto?
DOÑA ANA
¿Qué ocasión
   os tiene con tanta risa?
RAMÍREZ
Una hermosa labradora
que se ha entrado en casa ahora
buscando con mucha prisa 215
   una perdida pollina,
que, si sus lágrimas vieses,
te aseguro que dijeses
que era fiesta peregrina.
DOÑA ANA
   Ve por ella, que me da 220
lástima cualquier mujer.
RAMÍREZ
Voy volando.

 (Vase.) 

DOÑA ANA
Y mi placer
dándome voces está.
   En fin, querida esperanza,
tomáis la posesión; 225
que de amor la ejecución
perseverando se alcanza.
   Bien merece amor constante
tales sucesos del cielo.
 

(Sale INÉS y RAMÍREZ.)

 
INÉS
¿Cómo puedo hallar consuelo 230
en desdicha semejante?
   ¿Piensan estos cortesanos
que es de burla, en un camino
haber perdido el pollino
que era mis pies y mis manos? 235
DOÑA ANA
   ¿Qué es esto, buena mujer?
INÉS
¿Es vuesarced la señora?
DOÑA ANA
Yo soy.
INÉS
Pues esté en buen hora,
que en mala la vengo a ver.
   ¿No habrá visto por acá 240
el jumento que perdí?
DOÑA ANA
No, hermana.
INÉS
¿No ha entrado aquí?
Pues diz que ha llegado ya.
DOÑA ANA
   Ved lo que en el mundo pasa.
INÉS
Era un pollino andaluz 245
que era destos ojos luz
y el espejo de mi casa.
DOÑA ANA
   ¡Qué extraña simplicidad!
INÉS
¡Qué de lágrimas me cuesta!
Él debe de andar de fiesta 250
como yo de soledad.
   A fe que si yo creyera
que era falso, que le echara
trabas con que le obligara
a que jamás se me fuera. 255
DOÑA ANA
   ¿A qué veniste con él?
¿Trujiste leña?
INÉS
Y aun fuego,
pues cuando a abrasarme llego
no vive memoria en él.
   Pero sabed que venía 260
de Sayago a este Jugar
a buscar un amo, y dar
principio a la vida mía,
   que aunque tosca y sayaguesa
tengo pergeño de honrada. 265
DOÑA ANA
Si quieres ser mi criada,
casa es esta que profesa
   remediar los que lo son.
INÉS
¡Pardiez,! por ver si al pollino
puedo hablar, me determino. 270
DOÑA ANA
Desta simple condición
   se han de tener las criadas.
¿Qué os he de dar?
INÉS
Lo que es mío.
DOÑA ANA
¿Fías de mí?
INÉS
De vos fío
prendas por mi mal halladas. 275
   Pero ¿qué estado tenéis?
DOÑA ANA
De casarme trato ahora.
INÉS
Mejor, dichosa señora,
de vueso novio gocéis
   que yo gocé mi pollino. 280
¿Cómo se llama?
DOÑA ANA
Es su nombre
don Félix.
INÉS
¿Es gentilhombre?
DOÑA ANA
Lo que es talle peregrino.
INÉS
¿Ha mucho que le queréis?
DOÑA ANA
Habrá tres años.
INÉS
Yo había
285
casi dos que conocía
el jumento que sabéis;
   pero yo lloro perdido
lo que vos tenéis ganado.
DOÑA ANA
¿Tu nombre?
INÉS
Gila.
DOÑA ANA
El cuidado
290
del novio recién venido
   no me permite lugar.
¡Julia!
 

(Sale JULIA.)

 
JULIA
Señora.
DOÑA ANA
Yo ahora
recibo esta labradora
porque te pueda ayudar, 295
   que bien será menester.
Enséñala.
 

(Vase DOÑA ANA.)

 
INÉS
Yo, so boba,
si no es fregado y escoba,
no hay más que darme a entender.
JULIA
   Vos seáis muy bien venida. 300
INÉS
Por imposible lo tengo,
que, al fin, a la corte vengo,
donde no estuve en mi vida.
JULIA
   De veras me lo diréis
cuando sepas que es servir. 305
INÉS
Ya sé que vengo a morir,
más de lo que vos sabéis.
   ¿Es bien acondicionada
esta señora?
JULIA
Con gusto;
pero dándola disgusto, 310
fiera, tigre, áspid pisada;
   todo el día se le va
en sus aguas y en sus galas,
en perfumar cuadras, salas
y cuanto en la casa está. 315
   Si don Félix escribía,
nos daba a todos barato,
ya el jubón viejo, el zapato
mas si el correo venía
   sin cartas, ¡fuego de Dios! 320
INÉS
¿Tanto le quiere?
JULIA
Le adora.
INÉS
Descansará esta señora,
que ya se casan los dos.
JULIA
   Si no fuera porque tengo
en casa un poco de amor, 325
no sufriera su rigor.
INÉS
Pues yo por lo mesmo vengo.
JULIA
   Entrad, que os quiero enseñar
en lo que habéis de servir.
 

 (Vase.) 

INÉS
¿Cómo eso sabré sufrir? 330
¿Cómo eso sabré esperar,
   que ya estoy adonde espero?
¡Amor, ayúdame aquí;
algún remedio me di
de la desdicha en que muero! 335
   Cerca el casamiento anda
de venirse a ejecutar;
¡pues téngole de estorbar,
o morir en la demanda!
 

(Vase. Sale DON FÉLIX y LUCIO.)

 
DON FÉLIX
¡No conozco a Madrid!
PASCUALA
Va por instantes
340
poblándose de ricos edificios.
Ya sus enanas casas son gigantes;
   ¡qué portadas, qué ricos frontispicios!
DON FÉLIX
¿Adónde se hallan tantos materiales
y tanta cantidad destos oficios? 345
PASCUALA
   Del Turco dicen que para obras tales
da término de solos quince días,
en que levantan máquinas reales.
DON FÉLIX
   Serán encantamentos, fantasías.
PASCUALA
No, sino haciendo que diez mil esclavos 350
trabajasen juntos con diez mil porfías,
   buscando en las naciones los más bravos
y juntando, primero que comience,
desde las piedras los menores clavos.
DON FÉLIX
   Esta famosa máquina que vence 355
mil antiguas ciudades, aunque alguna
apenas a sufrillo se convence,
   ni tiene para mi falta ninguna,
si no es hallar aquel don Pedro en ella,
sombra del claro sol de mi fortuna; 360
   es pretendiente de doña Ana bella,
y aunque no soy celoso, me ha pesado
que trate, donde estoy presente, della.
PASCUALA
   Si está tu casamiento concertado
y ella te quiere a ti, señor, ¿qué importa? 365
Tú serás escogido, y él llamado.

 (Sale LOPE.)  

LOPE
   Aquí está el sastre con la capa corta
y el platero también.
DON FÉLIX
¿Trae el platero
el cabestrillo?
LOPE
El nombre me reporta;
   no sé cuál cortesano caballero 370
puso a las cadenillas ese nombre.
Pero ya me olvidaba del cochero;
   aquí a la puerta me habló ahora un hombre
que te quiere servir en este oficio.
Es mocetón de fuerza y gentilhombre. 375
DON FÉLIX
   Ése es el más importante en mi servicio;
llámale acá.
LOPE
Buen hombre, entrad contento,
que ocuparos aquí vuestro ejercicio.
 

(Entra HERNANDO, de cochero.)

 
HERNANDO
   Sabiendo vuestro noble casamiento
y el coche que trujistes de Sevilla, 380
de mi persona os hago ofrecimiento;
   sabré serviros en aquesta villa,
que sé todas sus calles y rodeos,
y de algunos lugares de Castilla.
DON FÉLIX
Yo quiero agradecer vuestros deseos, 385
y con satisfación de vuestro talle,
que pudiera ocupar otros empleos,
   dareos cuatro caballos con que calle
el que mejor tiró real carroza.
HERNANDO
Vos lo veréis, andando por la calle. 390
DON FÉLIX
¿Sois casado?
HERNANDO
A Dios gracias, aún se goza
mi libertad de serlo, si bien ando
en seguimiento de una hermosa moza.
DON FÉLIX
Pues yo las pierdo ansí, porque en casando
no hay libertad; entréguesele luego, 395
Lope, que voy ahora procurando
ver mi esposa, galán.
HERNANDO

 (Aparte.) 

Ya entablo el juego,
que estoy en casa del que Inés adora.
Veré la causa que me tiene ciego.
LOPE
   Ya estáis en casa, y quiero desde agora 400
que seamos amigos, y mostraros
en aqueste lugar cierta señora.
HERNANDO
   Lope, si yo merezco acompañaros,
ninguna pesadumbre os alborote,
que ya entiendo mohadas y reparos. 405
LOPE
   Ya entiendo lo que son gente de azote:
soberbios, atrevidos y ligeros,
desde cuando Faetón anduvo al trote.
   Andan en almohadas caballeros,
ellos y los que empiedran solamente. 410
HERNANDO
Sí, pero los lacayos y escuderos
   es gente deportante y diligente.
LOPE
(Bellaco me parece aqueste payo;
aun no le tocan, y la espuela siente.)
   Yo me precio de hidalgo, y de lacayo, 415
ayo del haca soy.
HERNANDO
Dejemos esto,
y háceme dar en esta boda un sayo.
LOPE
Vos os veréis como un sultán compuesto,
de cocheril vaquero ajironado,
que caigan mil en la cochera presto. 420
HERNANDO
Bebamos la amistad.
LOPE
Aquí hay recado.
Sangre diz que les daba Catilina;
¿no era mejor un tinto, en blanco armado?
¡Brindis!
HERNANDO
¿A qué salud?
LOPE
De Celestina.
 

(Salen DON PEDRO y URBANO, padre de DOÑA ANA.)

 
DON PEDRO
   No me atreviera, a no ser justas quejas, 425
a daros la de agravio tan notable,
pues vine de Sevilla habrá dos años,
y en vez de llevar premio llevo engaños;
vuelvo otra vez, y veo que don Félix
viene a casarse, y que me habéis burlado. 430
¿Esto hacen caballeros, esto es justo
conmigo, Urbano?
URBANO
Cuando yo escribía,
señor don Pedro, que casar quería
con vos mi hija, estaba satisfecho
de la obediencia de su noble pecho, 435
y por eso os llamé; pero aun apenas
vuestro nombre escuchó, cuando en las venas
tal ponzoña infundí, que fue ventura
no abrille con mi voz la sepultura;
ella le adora, y yo lo supe tarde; 440
si el camino dos veces os enoja,
una joya os daré, que me ha costado
dos mil ducados.
DON PEDRO
No soy yo de aquellos
que con vil interés pueden vencellos;
dalda a don Félix, que vendrá empeñado 445
en los cuatro caballos que ha comprado
y la caja del coche, que ha traído
por las ventas y aldeas más ruïdo
que le diera a Sevilla en las riberas
del Betis una escuadra de galeras. 450
URBANO
Pues no es bien que quedemos enemigos.
DON PEDRO
¿Cómo será posible ser amigos?
 

(Sale un CRIADO, y luego DON FÉLIX.)

 
CRIADO
Don Félix está aquí.
DON FÉLIX
¡Dadme las manos!
URBANO
Seáis, hijo, mil veces bien venido.
En despachando aqueste caballero, 455
hablaros, hijo, y abrazaros quiero.
DON PEDRO
A mí ya no tenéis que despacharme,
que desde aquí me doy por despachado,
y aun pudiera decir por despechado.

 (Vase.) 

DON FÉLIX
¿Qué es lo que dice aqueste caballero? 460
URBANO
No es nada; ya se fue, ya es acabado.
¡Hola! Dile a doña Ana que ha llegado
su esposo ya.
 

(Sale DOÑA ANA.)

 
DOÑA ANA
¡Ya el alma me decía,
con su contento, que mi luz venía!
DON FÉLIX
Bien merezco esos brazos, por ausente. 465
DOÑA ANA
Mejor diréis que porque estáis presente.
URBANO
Hijos, para ternuras y regalos
de desposados no están bien las canas
presentes; yo me voy hacia palacio,
adonde tengo un pleito; hablad de espacio. 470

 (Vase.) 

DON FÉLIX
¡Discreto viejo se mostró tu padre!
No hay cosa en los ingenios que me cuadre
como es el no estorbar.
DOÑA ANA
Es gallardía,
prudencia y amistad y cortesía.
   Mas sentaos, mi bien, aquí, 475
que tengo muy bien que hablaros.
DON FÉLIX
Pedidme cuenta de mí,
que la misma puedo daros
que cuando partí de aquí.
DOÑA ANA
No es posible que vengáis 480
tan mío como partistes.
DON FÉLIX
Mucho en esto os engañáis,
pues entonces me perdistes
como ahora me ganáis.
DOÑA ANA
Cuando se pasaba el mes, 485
y los dos, sin escribirme,
no era buen compás de pies.
DON FÉLIX
Yo estuve en ausencia firme
a todo humano interés.
DOÑA ANA
   ¿Y los bríos sevillanos? 490
¿Con quién os entretuvistes?
DON FÉLIX
Vencieron los castellanos.
DOÑA ANA
Ya sé que no les dijistes:
¡afuera consejos vanos!
DON FÉLIX
   Ausencia pone temor, 495
que toda su diligencia
es desesperar a Amor.
DOÑA ANA
¡Ay, no me tratéis de ausencia,
que despertáis mi dolor?
DON FÉLIX
Ya son esos celos vanos. 500
Dadme esas manos.
DOÑA ANA
También
es justo que queden llanos,
y hasta averiguarlos bien
no me toquen vuestras manos.
DON FÉLIX
Yo os aconsejo mejor, 505
creyendo mi desengaño.
DOÑA ANA
Yo os lo agradezco, señor;
mas ¿dónde hay mayor engaño
que en los consejos de Amor?
¿Salud tenéis?
DON FÉLIX
Si estas manos
510
me la dan.
DOÑA ANA
Tengo recelos,
y si sanáis son tiranos;
que bien sabéis que en los celos
los que matan son los sanos.
DON FÉLIX
¡Qué mal me tratáis!
DOÑA ANA
Soy cuerda
515
en que no me merezcáis
hasta que estos celos pierda;
que, como no confesáis,
quiéroos dar tratos de cuerda.
DON FÉLIX
   Pues si tantos me habéis dado, 520
señora, y no he confesado,
que me traigan agua haced,
que me ha dado el amor sed.
y vuestros celos cuidado.
DOÑA ANA
¡Hola! Traigan agua aquí, 525

 (Sale INÉS.) 

al señor don Félix.
INÉS
Yo
estoy sola aquí, ¡ay de mí!
DOÑA ANA
¿Y Julia?
INÉS
Señora, no.
DOÑA ANA
¿Irán por el agua?
DON FÉLIX
Sí.
DOÑA ANA
¡Ve presto!
INÉS

 (Aparte.) 

¡Ay, cuánta pudieran
530
dar mis desdichados ojos,
que nunca a don Félix vieran!
Pero, a vengar mis enojos,
agua no, que llamas dieran.
   ¡Esto quiso mi deseo 535
venir a ver! Pues, Amor,
paciencia, que ya lo veo;
desengañad el temor,
que ya mis desdichas creo.
DOÑA ANA
¿No vas?
INÉS
Estaba pensando
540
si será en vidrio o en oro.
DOÑA ANA
¡En... presto, y venir volando!
INÉS
De las lágrimas que lloro,
ya se va el agua formando;
   ¡no sé qué ha de ser de mí! 545

 (Vase.) 

DOÑA ANA
En fin, con agua, ¿queréis
confesar?
DON FÉLIX
Señora, sí;
porque más fuego saquéis,
si es fragua el amor en mí;
   que el no haberos ofendido 550
es lo que más cierto ha sido;
no me deis tormento acá:
basta que por vos allá
tantos meses le he sufrido.
 

(Entra LOPE.)

 
LOPE
   Baja, ¡por vida tuya!, que a la puerta 555
su padre de doña Ana, mi señora,
con don Pedro ha tenido pesadumbre.
DON FÉLIX
¿Está ahora con él?
LOPE
No sé si es ido.
DOÑA ANA
¡No vais, por vida mía, que es un loco!
DON FÉLIX
Guardá ese juramento para cosas 560
que no toquen, señora, a vuestro padre.
LOPE
Por fuerza quiere que le case Urbano.
DON FÉLIX
¿Tan engañado de Sevilla viene?

 (Vase.) 

LOPE
Yo pienso que el amor la culpa tiene.
 

(INÉS, dentro.)

 
DOÑA ANA
¡Hola, Julia!
INÉS
Señora.
DOÑA ANA
Dile a Julia
565
que deje el agua; ya se fue don Félix.
INÉS
No tengo yo la culpa, si he tardado;
que a Julia le he pedido una toalla,
y abriendo un cofre se tardó en buscalla.
DOÑA ANA
   Espaciosa me pareces. 570
INÉS
Pues harta prisa me di
por ver el bien que mereces;
mas ¿cómo se fue de aquí?
DOÑA ANA
Porque vendrá muchas veces.
   Llama ese viejo escudero, 575
que enviar a mi bien quiero
contigo en un azafate,
unas camisas...
INÉS

 (Aparte.) 

¡Que trate
Amor mi causa! ¿Qué espero?
DOÑA ANA
. Él te enseñará la casa, 580
y tú darás el recado
a don Félix.
INÉS

 (Aparte.) 

¡Lo que pasa
por un amor mal pagado,
y lo que un agravio abrasa!
   ¡Ea, pues! ¡Ánimo, cielos! 585
A Félix vamos a ver:
o son penas, o consuelos;
más que gloria puede haber
adónde intervienen celos?
 

(Vanse. Salen DON FÉLIX y LOPE.)

 
DON FÉLIX
   Cuando llegué, ya eran idos. 590
LOPE
¡Vive el cielo, que me holgara
que le hablaras!
DON FÉLIX
Si le hablara.
LOPE
¡Pesar de los mal nacidos!
   Donde tú tratas casarte
intentan...; mas no fue tuya 595
la injuria, señor.
INÉS
¿Pues cuya?
LOPE
Ese no puede agraviarte;
y así es de Lope.
DON FÉLIX
¿De ti?
LOPE
Oye, señor, pues es mía:
al lacayo que traía 600
desafío desde aquí;
   quiero escribir un papel,
que esta noche salga al Prado
en cueros.
DON FÉLIX
¡Bien lo has pensado,
que tú lo estarás con él! 605
¡Que Don Pedro me persiga
en Sevilla y en Madrid!
LOPE
Querrá, con algún ardid,
que Urbano otro intento siga.
   Dirá de tus cosas mal. 610
INÉS
Ya, ¿qué mal me puede hacer?
Ella ha de ser mi mujer.
LOPE
¿Y él, por ventura, es tu igual?
   ¿No eres tú Carpio, sobrino
del famoso don Miguel 615
del Carpio, que hoy cuentan dél
un valor casi divino?
   ¿Qué puede decir de ti,
que mañana te darán
un hábito?
 

(Sale LUCIO.)

 
PASCUALA
Afuera están
620
preguntándome por ti,
   de mi señora doña Ana
dos criados.
DON FÉLIX
Entren luego.
 

(Salga INÉS y RAMÍREZ.)

 
INÉS
Al último punto llegó
de mi desdicha inhumana. 625
RAMÍREZ
   Dale tú, Inés, el recado
que mi señora te dio.
INÉS
¡Pardiez, Ramírez, que yo
le tengo mal estudiado!
   Y perdonadme, señor, 630
que ha poco que sirvo en casa,
si es poco lo que se pasa
adonde hay celos y amor.
Vine a servir a Madrid,
desde el valle del Lozoya, 635
y temo que en esta Troya...
DON FÉLIX
Pues ¿de qué os turbáis?, decid.
INÉS
He de perderme, si Dios
no pone remedio en mi.
DON FÉLIX
¿Adónde este rostro vi? 640
Di, Lope, ¿dónde los dos
   hemos visto a esta mujer?
LOPE
Ya sé que en Inés reparas.
DON FÉLIX
¿Puede dos iguales caras
la Naturaleza hacer? 645
   Tengo para mí que es ella.
¿Cómo os llamáis?
INÉS
Yo, señor,
Gila.
DON FÉLIX
El habla es el mayor
testigo o retrato en ella.
¡Ramírez!
RAMÍREZ
Señor.
DON FÉLIX
¿Quién es,
650
y de dónde, esta criada?
RAMÍREZ
No está la pobre enseñada,
no ha que está en Madrid un mes;
   de Sayago la trujeron
a mi señora doña Ana, 655
que por rústica villana
en casa la recibieron;
   porque, en gracioso lenguaje,
muestra buen entendimiento.
DON FÉLIX
Ello fue mi pensamiento. 660
INÉS
Pudiera venir un paje
   que diera aqueste recado
sin vergüenza y con destreza,
y enviaron mi simpreza.
DON FÉLIX
¡No he visto mayor traslado! 665
LOPE
   No hay más de ser más villana.
DON FÉLIX
Decidme, buena mujer,
¿cómo venistes a ser
de mi señora doña Ana?
INÉS
   Si yo buena mujer fuera, 670
no anduviera por acá,
que mejor me estaba allá,
por pobre mujer que fuera;
   mas este negro de Amor,
que también anda en Sayago, 675
como en Roma o en Cartago,
tuvo la culpa, señor;
   andábase un hidalgote,
hablando con remenencia,
a caza de mi inocencia, 680
ya por la posta, ya al trote,
   y con bravas correrías,
come, en la corte se usa;
mas entendile la musa,
y fue las manos vacías; 685
   aunque, si digo verdad,
quedé con más picaduras
que unas botas. ¡Qué locuras,
qué enredos, qué necedad!
   Fue tal mi desesperanza, 690
que determiné dejar
mi tierra y venir al mar
de confusión y mudanza;
   traía un negro pollino,
aunque era pardo, señor, 695
en posesión andador
y en esperanza mohíno;
   porque, viendo el alcacel,
no aguardara la cebada
si se la dieran tostada; 700
así pegaba con él;
   éste, al fin, se me perdió,
y llorando, una mañana
a mi señora doña Ana
mi inocencia preguntó 705
   si del pollino sabía;
cayola en gracia a la fe,
y en su casa me quedé,
donde veré cada día,
   para que el dolor reporte 710
que de su agravio sentí,
el pollino que perdí,
entre mil que hay en la corte.
DON FÉLIX
   ¡Extremada es la mujer!
RAMÍREZ
Ella no ha dado el recado; 715
mas, supliendo el que no ha dado,
que no debe de saber,
   sabed, señor, que os envía
estas camisas ahora,
y estos cuellos, mi señora, 720
que puesto que es niñería,
   por ser labor de su mano
se atreve, aunque echa de ver
que es necedad ofrecer
ropa blanca a un sevillano. 725
DON FÉLIX
   Bésoos mil veces los pies,
amigo, por el favor.
INÉS
Las manos fuera mejor,
pues la labor dellas es.
   ¡Cuáles son los cortesanos, 730
destos de querer besar!
Palabra no se ha de hablar
sin besar, o pies, o manos;
   por esto en Madrid se haría
la fuente de Lavapiés, 735
que lavárselos bien es,
besándolos cada día.
DON FÉLIX
¡Lope!
LOPE
Señor.
DON FÉLIX
Al cochero
llama.
LOPE
¡Hola, Hernando!
 

(Sale HERNANDO.)

 
HERNANDO
¿Señor?
DON FÉLIX
Soy a mi esposa deudor, 740
pagarla el presente quiero;
   pon, Hernando, esta criada
en el coche, y a mi esposa
le presenta, aunque era cosa
que ya estaba presentada. 745
   Dile que esto le he traído
de Sevilla.
INÉS
Pues ¿a mí
me traéis en coche?
DON FÉLIX
Sí.
INÉS
La palabra habéis cumplido;
ya no tengo que quejarme. 750
DON FÉLIX
Dale, Lope, diez doblones
a los dos.
LOPE
Voy.
INÉS
¡Qué ocasiones
de perderme y de acabarme!
LOPE
   Venid vos por el dinero.
RAMÍREZ
¡Vivas mil años, señor! 755
 

(Vanse todos; quedan HERNANDO y INÉS.)

 
HERNANDO
Venid al coche.
INÉS
Mejor
os iréis solo, cochero.
HERNANDO
   Esa voz he conocido.
INÉS
Id con Dios.
HERNANDO
¿Qué es esto, Inés?
INÉS
¡Qué sé yo! Desdicha es 760
de un pensamiento atrevido.
HERNANDO
No me atrevo a darte culpa
del nuevo traje en que está,
pues en el mío dirás
que hallaste, Inés, la disculpa. 765
   Parece que adiviné
que habías de ser señora
a quien yo llevase ahora
en el coche que busqué;
   ¡qué honroso oficio aprendí, 770
pues vino mi coche a ser
el del Sol, viniendo a ver
que le llevo todo en ti!
   Mas ayer oí cantar
que despeñado, un mancebo, 775
por lo mismo que me atrevo,
cayó abrasado en el mar.
   Tú, pues eres sol, mejor
podrás guiar los caballos,
que yo podré despeñallos 780
con este mi ciego amor;
   pero ven, que estás corrida
de que te haya hallado aquí
y de que hay amor en ti
de que estés agradecida. 785
   Los dos vamos a servir
a una casa; sea en buenhora:
tú al señor, yo a la señora,
tú a esperar y yo a morir;
   allí nos hemos de ver, 790
aunque te pese. ¿Qué escondes
el rostro? ¿No me respondes?
INÉS
¿Qué tengo que responder?

 (Vase.) 

HERNANDO
   Pidió Faetón al Sol el carro de oro,
venció al importunado padre el ruego, 795
diole las riendas y, corriendo, luego
vino a parar sobre el Atlante moro;
   allí, virtiendo de uno y otro poro,
en cambio de sudor, llamas de fuego,
cayó sobre el Herídano, que, ciego, 800
le dio sepulcro en lamentable coro.
   No menos yo, por más ardiente polo
el carro deste sol a llevar pruebo;
¡ingrata!, más que Dafne con Apolo,
hoy a mayor hazaña el alma atrevo, 805
pues si aquél se perdió con un Sol solo,
yo con dos soles que en tus ojos llevo.
 

(Vase. Salen DOÑA ANA y URBANO.)

 
URBANO
   ¡Está don Pedro en esto porfiado!
DOÑA ANA
Holgueme que don Félix no le hallase.
URBANO
Pero diré mejor enamorado, 810
aunque no temas que adelante pase.
DOÑA ANA
¿No le has dicho que estaba concertado
primero que pedirme imaginase?
URBANO
Entre vosotros sí, mas no conmigo,
porque es toda la culpa que le digo. 815
DOÑA ANA
   Pues bien, ¿qué hemos de hacer? ¿Puedo partirme
para don Félix, y con él casarme
URBANO
Todo es cansarme, y todo referirme
su sangre, de que yo debiera honrarme.
DOÑA ANA
Pues, en eso, ¿qué tiene que decirme? 820
Cuantos nacieron pueden invidiarme,
que es don Félix del Carpio la nobleza
del mundo, y celestial su gentileza.
 

(Sale JULIA.)

 
JULIA
   De un coche que puede al Sol
servir de rica litera, 825
dentro terciopelo verde,
con mil doradas tachuelas
sobre molinillos de oro,
y cerradas las cubiertas;
las cortinas de damasco, 830
con sus franjas de oro y seda,
que están llamando las manos
a quitallas y a ponellas;
con cuatro caballos blancos,
y las guarniciones negras, 835
rizas las clines en lazos
e cintas rojas, se apean,
¿quién dirás?, Gila y Ramírez,
que tu esposo te presenta
en cambio de las camisas 840
joya de tanta riqueza.
 

(Salgan HERNANDO, INÉS y RAMÍREZ.)

 
HERNANDO
Dadme, señora, los pies.
DOÑA ANA
¡Buen cochero!
HERNANDO
Será buena
la voluntad de serviros;
pero, si no lo es, la muestra 845
el coche que mi señor
presenta a vuestra belleza
bien sé que es digno de vos.
DOÑA ANA
Cuando la persona vuestra
no me obligara, bastara 850
el ser de mi esposo prenda.
¿Venís con él de Sevilla?
HERNANDO
No, señora; aunque eso fuera
para mí mucha ventura.
RAMÍREZ
Dile, Gila, cómo queda, 855
si no te turbas también.
INÉS
A la he, señora nuestra,
que el coche me ha mareado,
corno soy en ellos nueva,
No traigo más que decir. 860
¿Quién me trujo de las eras
a pasar de trillo a coche?
DOÑA ANA
¡Ramírez!
RAMÍREZ
Señora.
DOÑA ANA
Lleva
a este buen hombre contigo,
y enséñale la cochera. 865
Mirad que he de regalaros,
¿Cómo os llamáis?
HERNANDO
No quisiera
irme. Yo, señora, Hernando.
DOÑA ANA
Hernando, la vez primera
habéis de ir mañana a Atocha. 870
HERNANDO
Vos veréis mi diligencia.
URBANO
¡Qué loca está!
DOÑA ANA
¿No es razón?
¿Qué mujer habrá que pueda
llegar a mayor ventura?
INÉS

 (Aparte) 

Mis enredos aquí entran, 875
que yo he fingido un papel
con tal industria y tal fuerza,
que pienso que el casamiento
desbarata y desconcierta.
Oye aparte.
DOÑA ANA
¿Qué me quieres?
880
INÉS
Un señor, no sé quién era,
viniendo ahora en el coche
me dio este papel.
DOÑA ANA
Enseña.

 (Entre URBANO.) 

Pero mi padre ha venido.
Ya no es tiempo que yo lea 885
papel de nadie, señor,
que no sea en tu presencia;
dice aquella que un hidalgo
se lo dio en el coche.
URBANO
Espera,
que le quiero yo leer, 890
pues es tan clara la letra.

«La lástima que os tengo, señora doña Ana, me ha obligado a escribiros, que este caballero con quien os casáis es morisco, y ansimismo lo es su criado; ya se les hace la información para echallos de España. Su agüelo de don Félix se llamaba Zulema y el de Lope, lacayo, Arambel Muley, que eso del Carpio es fingido, porque con los dineros que ganó su padre a hacer melcochas en el Andalucía ha comprado la caballería con que os engaña.»

DOÑA ANA
¡No leas más!
URBANO
¿Hay maldad
como aquesta?
DOÑA ANA
Si no reina
invidia en quien te escribió,
en obligación le quedas. 895
¿No puede ser esto invidia?
INÉS
Tú por invidia la tengas,
que yo pensé que sabías
de don Félix la flaqueza,
porque es público en la corte. 900
DOÑA ANA
¿Tú lo has oído?
INÉS
Y apenas
puse los pies en tu casa,
cuando me dijeron della
el desatino que hacías.
DOÑA ANA
Que Lope morisco sea, 905
aun lo parece en la cara;
mas don Félix...
INÉS
Si te ciega
Amor...
URBANO
Ahora bien, doña Ana:
séalo o no, no quisiera
marido con esta fama; 910
don Pedro es noble y te ruega,
mudemos de pensamiento.
 

 (Sale RAMÍREZ.) 

RAMÍREZ
Ya Hernando, señora, queda
albergando los caballos.
JULIA
¡Calla, que hay mil cosas nuevas! 915
RAMÍREZ
¿Cómo?
JULIA
Don Félix y Lope
son moriscos.
RAMÍREZ
¿Qué me cuentas?
JULIA
De España quieren echallos;
la información está hecha.
RAMÍREZ
De Lope siempre temía, 920
Julia, que morisco era:
cara tiene de quemado.
JULIA
De don Félix fue Zulema
agüelo, y del bellacón
de Lope, ¡maldita sea 925
el ánimo que le quiso!,
Muley Arambel.
RAMÍREZ
Pues quedas
desengañada, aquí estoy,
que canas sin tiempo llegan.
También hay rocines blancos. 930
DOÑA ANA
¿Es don Félix?
URBANO
Ten prudencia.
 

 (Salgan DON FÉLIX y LOPE.) 

DON FÉLIX
   Sólo haber en vuestro nombre
hecho este coche en Sevilla...
DOÑA ANA
¿Que este es morisco?
RAMÍREZ
En Castilla
no hay moro tan gentilhombre. 935
INÉS
Puede disculpar, señora,
la bajeza del presente.
¿No me habláis?
DOÑA ANA
Cierto accidente
me acaba de dar ahora,
   de que no me siento buena. 940
DON FÉLIX
¿Qué es esto, señor?
URBANO
No sé.
DOÑA ANA
Más de espacio le miré,
no en balde la fama suena.
   Morisco me ha parecido,
y aun en el hablar también. 945
DON FÉLIX
¿Habláis conmigo, o con quién?
URBANO
Un poco estoy desabrido.
   No estoy para negociar.
DON FÉLIX
Pues, señora, ¿qué es aquesto?
URBANO
Él tiene de moro el gesto, 950
y aun lo parece en hablar.
   Perdonad, señor, que voy
a mis negocios.

 (Vase.) 

DON FÉLIX
Señora,
¿desdenes conmigo agora
que vuestro marido soy? 955
DOÑA ANA
   ¿Mi marido? ¿Cómo o cuándo,
qué clérigo nos casó?
Éntrate Julia.
 

(Vase DOÑA ANA y JULIA.)

 
DON FÉLIX
Si yo.
Lope, estuviera soñando,
   ¿pensara este desatino? 960
LOPE
¡Hola, Ramírez, detente!
RAMÍREZ
¿Qué quieres, impertinente?
LOPE
Mira que don Félix vino
   desde Sevilla a casarse
por cartas, y no es razón 965
que don Pedro
RAMÍREZ
Esta ocasión
a nadie debe imputarse.
   De don Félix los agüelos
y los tuyos son culpados.
LOPE
¿No escuchas estos criados? 970
DON FÉLIX
Mis agüelos, o los celos
de don Pedro?
RAMÍREZ
¿Pues es bien,
don Félix o calabaza,
que ande tu honor en la plaza
y que por moro te den, 975
   y te hagan información
para que de España salgas,
y con sangres tan hidalgas
quieres mezclar tu nación
   y la secta de Zulema, 980
y el Lope cuyos abuelos
vivían de hacer buñuelos
en cuyo aceite se quema,
   con Julia, que es como el Sol?
¡Váyanse perros a Argel, 985
y, pues Muley Arambel,
el melcochero español
   fue abuelo suyo, lacayo,
aquí jamás los pies meta,
que voy por una escopeta. 990
y quisiera por un rayo!

 (Vase.) 

LOPE
¿Qué es esto?
DON FÉLIX
Estoy sin sentido.
LOPE
¿Tú Zulema, y yo Arambel,
y que nos vamos a Argel?
DON FÉLIX
Traición de don Pedro ha sido. 995
LOPE
   La puerta nos han cerrado.
DON FÉLIX
Llama, que será razón
que demos satisfacción,
pues que nos han engañado.
 

(RAMÍREZ, en lo alto.)

 
LOPE
¡Ah de casa!
RAMÍREZ
¿Quién va allá?
1000
DON FÉLIX
Abre, engañado escudero.
RAMÍREZ
Señor Zulema, no quiero;
que no entran moros acá.
DON FÉLIX
Dile a tu señor que oyendo
sabrá engaño tan sutil. 1005
RAMÍREZ
He de colgar un pernil
para que vayan huyendo.
LOPE
¿Vos sabéis con quién habláis?
RAMÍREZ
¿Y no saben quién son ellos?
DON FÉLIX
¿Yo Zulema?
LOPE
¿Yo Arambel?
1010
RAMÍREZ
¿Más que les suelto un lebrel
a que se muerda con ellos?
LOPE
   ¡Hola, escudero! Yo he sido
el que el tocino inventó;
yo los puercos engendré, 1015
mía la invención, ha sido.
DON FÉLIX
   Él se fue; torna a llamar.
LOPE
¡Ah de casa! ¿Qué es aquesto?
¿Cómo la invidia tan presto
a tantos pudo engañar? 1020
 

(Sale INÉS, en lo alto.)

 
INÉS
   ¿Qué bellaquería es esta?
¿Aquí llaman? ¿No hay justicia?
DON FÉLIX
Gila, mira que es malicia,
y si mil vidas me cuesta,
   lo tengo de averiguar; 1025
que este don Pedro ha trazado,
como me vio ya casado,
hacerme aqueste pesar.
   Yo soy Carpio de Castilla,
y de mi linaje hay hombre 1030
que hoy se acuerda de su nombre
el castillo de Sevilla.
   Di a doña Ana, que esta red
es una necia porfía.
INÉS
Si supiera algarabía 1035
hablara a vuesa merced,
   a quien suplico se vaya
de Madrid, que estos hidalgos
no van a caza con galgos,
que es su origen de Vizcaya, 1040
   y son Alderetes finos;
fuera de que en esta casa
sólo don Pedro se casa.
DON FÉLIX
Haré dos mil desatinos.
¡Gila, Gila!
LOPE
Ya se fue.
1045
INÉS
Si no dejan la perrera
haré que salga allá fuera
quien mucho azote les dé.
   ¡Cuál el perrazo venía
con su carlanca de cuello 1050
a gozar un ángel bello
y a manchar tanta hidalguía!
   Y el alano del lacayo,
haciéndose braco humilde
con la desollada tilde 1055
que le cubre el color bayo.
   Váyanse luego de aquí
o pondreles una maza.

 (Vase.) 

DON FÉLIX
¡Rompe esas puertas!
LOPE
No es traza
discreta infamarte ansí. 1060
DON FÉLIX
¿Pues téngome de quedar
con ser Zulema de Argel?
LOPE
¿Y yo Muley Arambel?
 

(Salgan DON PEDRO y LEONELO.)

 
DON PEDRO
Dile que le quiero hablar.
LEONELO
   Don Félix está a la puerta. 1065
DON FÉLIX
¿No es éste don Pedro?
LOPE
Sí.
DON FÉLIX
Quisiera estar más en mí
en traición tan descubierta,
   para sólo preguntaros
qué demonio os engañó 1070
a decir aquí que yo
soy morisco, por casaros.
   No suelen los caballeros
con tan malas intenciones
intentar sus pretensiones; 1075

 (Va a meter mano.) 

si no...
DON PEDRO
Tened los aceros;
mirad que os han engañado.
DON FÉLIX
Urbano me ha dicho aquí
que soy morisco.
DON PEDRO
¿Y que fui
de quién ha sido informado? 1080
DON FÉLIX
A mí no me han dicho quién.
DON PEDRO
Pues es muy buen desatino
ser en mi agravio adivino,
y esto trataremos bien
   en el campo, en que os aguardo. 1085
DON FÉLIX
Caminad, que voy tras vos.
LEONELO
¿Qué habemos de hacer los dos
señor hablador gallardo?
LOPE
   Lo mismo, seor bravonel;
que ha de decirme en el suelo 1090
de qué sabe que mi abuelo
era Muley Arambel.
LEONELO
¿Yo he dicho tal?
LOPE
En Madrid
han hecho este falso estruendo.
Pues ¡vive Dios! que deciendo 1095
de un estornudo del Cid.