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La villana de Vallecas


Tirso de Molina



[Nota preliminar: presentamos una edición fonética de La villana de Vallecas de Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina), Valencia, en casa de Pedro Patricio Mey, 1631, basándonos en la edición de Juan Eugenio Hartzenbusch (Tirso de Molina, Comedias escogidas de Fray Gabriel Téllez (el Maestro Tirso de Molina), Madrid, Atlas, Biblioteca de Autores Españoles, 1944, pp. 44-69).]



PERSONAS
 

 
DOÑA VIOLANTE.
DON GABRIEL.
DON PEDRO.
DON VICENTE.
DON GÓMEZ.
DON LUIS.
DOÑA SERAFINA.
BLAS SERRANO,   labrador viejo.
POLONIA,   criada.
LUZÓN,   criado.
AGUDO,   criado.
CORNEJO,   criado.
AGUADO,   criado.
MATEO,   mozo de mulas.
VALDIVIESO,   mozo de mulas.
UN ALGUACIL.
UN POSADERO.
UN CRIADO.
 

La escena es en Valencia, en Arganda, en Vallecas y en Madrid.

 




ArribaAbajoActo I

 

Una calle de Valencia. Es de noche.

 

Escena I

 

DON VICENTE, LUZÓN.

 
DON VICENTE
Llama, Luzón, a mi hermana.
LUZÓN
Según venimos de tarde,
pues ya asoma la mañana,
cansada de que te aguarde
la doncella a la ventana, 5
o el esclavo a la escalera,
se habrán echado a dormir.
DON VICENTE
Jugué y perdí.
LUZÓN
Esta primera
nos tiene de consumir
bolsa y vida. Sales fuera 10
de casa al anochecer
mudándote hasta las cintas,
y como estás sin mujer,
ya a la polla, ya a las pintas,
damos los dos en perder, 15
yo paciencia y tú dinero.
Volvémonos a cenar
cuando sale el jornalero,
segunda vez, a almorzar.
Llamando al alba el lucero, 20
aguárdate mi señora,
que en fe de lo que te ama,
sin ti lo que es sueño ignora,
dando treguas a la cama,
y nieve a la cantimplora. 25
Entras con llave maestra,
cenas a las dos o tres,
duermes hasta que el sol muestra
el cahíz al reloj que es
tasa de la vida nuestra. 30
Si la campana te avisa
de nuestra iglesia mayor
cuando es fiesta, oyes de prisa
a un clérigo cazador,
que dice en guarismo misa. 35
Hincas encima del guante
una rodilla, y sobre él,
más que rezador, mirante,
volatines de un cordel
pasas cuentas cada instante, 40
que de oraciones vacías,
como cuentas las llamaron,
la dan, por no estar baldías,
más de las damas que entraron,
que de las avemarías. 45
Oyes a don Juan mentiras;
mientras alza el sacerdote,
a doña Brígida miras;
si te dio cara, picote;
si no te la dio, suspiras; 50
y apenas la bendición
con el Ite, Missa est,
da fin a la devoción,
cuando salís dos o tres
y en buena conversación 55
el portazgo o alcabala
cobrando de cada una,
la murmuración señala
si es doña Inés importuna,
si doña Clara regala, 60
si se afeita doña Elena,
si esta sale bien vestida,
si estotra es blanca o morena.
Mira tú si es esta vida
para un Flos Sanctorum buena. 65
DON VICENTE
Lo que se usa, no se excusa.
Eso se usa. Llama ahora.
LUZÓN
De perdidos es tu excusa.
¡Plegue a Dios que mi señora
no dé una vez garatusa! 70
Abre, pues, que tienes llave.
DON VICENTE
¿De qué sirve, si despierta
me espera, y que vengo sabe?
LUZÓN
Oye: abierta está esta puerta.
Para tan honesta, grave 75
y amiga de estar cerrada,
mucho es que a tal hora tenga
patente en la calle entrada,
para que cualquiera venga.
DON VICENTE
Serán de alguna criada 80
descuidos, o habrá sentido
que venimos. Entra allá.
 

(Vase LUZÓN.)

 


Escena II

DON VICENTE
Casa sin padre o marido
es fortaleza que está
sin alcaide apercebido. 85
Quedando por cuenta mía
mi hermana doña Violante,
mucho mi descuido fía
del natural inconstante
de una mujer, que podría 90
abrir puerta a la ocasión
con la que le da mi juego.
Hechizos los naipes son:
¡qué poco hay de juego a fuego!
Encantada ocupación 95
es la de un tahúr. ¡Qué olvido
en todos causa el jugar!
Decía un bien entendido
que no hay honra que fiar
en el jugador marido. 100
Mas que amor el juego abrasa,
porque aquel mira el honor,
cuyos límites no pasa;
pero ¿cuándo el jugador
tuvo cuenta con su casa? 105
A ver en mí mismo vengo
la experiencia desto llana;
y si enmiendas no prevengo,
es por ser cierta en mi hermana
la satisfacción que tengo. 110


Escena III

 

LUZÓN, DON VICENTE.

 
LUZÓN
Todos duermen en Zamora;
sólo no he podido hallar
a tu hermana y mi señora,
y dame que sospechar
la puerta abierta a tal hora, 115
y el hallar este papel
para ti sobre la mesa.
DON VICENTE
¿Qué dices?
LUZÓN
No sé; por él
podrás ver, si en esta empresa,
de desafío es cartel 120
contra tu poco cuidado.
DON VICENTE
Letra es de doña Violante.
LUZÓN
Por la pinta la has sacado.
Brujulea, que adelante
verás qué juego te ha entrado. 125
DON VICENTE.-

 (Leyendo.)  «El poco cuidado, hermano mío, que los dos hemos tenido, tú con tu casa, y yo con mi honra, ha dado ocasión para que de entrambas falte la prenda de más estima: mientras tú jugabas dineros, perdí yo lo que no se adquiere con ellos. Un don Pedro de Mendoza, forastero en Valencia, pagó en palabras de casamiento obras de voluntad. Huyendo se va, y dice (quien le encontró) que camino de Castilla; y yo de un monasterio, que no quiero que sepas, hasta que o hallándole me vengues, o no pareciendo, sea el silencio de mi vida remedio de mi afrenta. Dentro de este papel va la cédula que me dio de esposo: haz lo que de ella gustares, y si culpas mi liviandad, reprehende tu descuido.- Doña Violante

¡Hay desdicha semejante!
Luzón, ¿qué es lo que he leído?
¡Sin honra doña Violante!
¡Tras la hacienda que he perdido,
la joya más importante 130
pierdo también! ¡El honor
que de mi padre heredé!
¡El patrimonio mejor,
que en Valencia espejo fue
de la nobleza y valor! 135
¡Por una mujer liviana!
¡Por un juego en que violento
un tahúr la honra me gana!
¿Este era el recogimiento
y la virtud de mi hermana? 140
¡Mal haya quien confianza
hace en el desasosiego
de la femenil mudanza!
¡Mal haya quien en el juego
pone hacienda y esperanza! 145
Que si en papeles pintados
se funda todo su ser,
livianos son sus cuidados;
y si es papel la mujer,
llevando los más pesados 150
el viento, que burlador
mi fama deja ofendida,
bien es que llore mi error,
mi hacienda al juego perdida,
como al descuido mi honor. 155
LUZÓN
¿De qué ha de servir ahora
ponderar, como el perdido,
lo que tarde siente y llora?
Sepamos dónde se ha ido
mi poco cuerda señora, 160
y sacarás de buscalla
el saber más claramente
quién fue el que vino a engañalla.
Despertar quiero la gente.

 (Llamando.) 

¡Dionisia! ¡Lucrecia!
DON VICENTE
Calla,
165
no publiques, si eres sabio,
la infamia de aqueste insulto,
ten la lengua, cierra el labio;
que entre tanto que está oculto,
no da deshonra el agravio. 170
Mientras que la noche veda
que saque el sol a poblado
infamias que decir pueda,
déjame vivir honrado
este tiempo que me queda. 175
LUZÓN
Pues ¿qué hemos de hacer?
DON VICENTE
Advierte
en lo que me ofrece ahora
la industria en la ocasión fuerte.
Don Juan de Aragón adora
a mi hermana, y es de suerte, 180
que aunque intenta en Zaragoza
su padre don Luis casalle
con una señora moza,
noble, y barona del Valle,
que con otros pueblos goza, 185
tiene en tanto la belleza
de doña Violante ingrata,
que sin mirar su pobreza,
las otras bodas dilata,
y a estas su amor endereza. 190
Toda la gente de casa,
como tan público fue,
saben lo que en esto pasa.
LUZÓN
Y yo también, señor, sé
que por tu hermana se abrasa. 195
DON VICENTE
Oye, pues: tú has de quedarte
aquí con un papel mío,
que en fe de que sé estimarte
por fiel, de ti mi honor fío,
como si en él fueras parte. 200
Escribiré en él, Luzón,
a doncellas y a criados
que de don Juan de Aragón
los amorosos cuidados
han llegado a ejecución 205
de casarse con secreto
con mi hermana en un castillo,
que tiene para este efeto
prevenido, y que encubrillo
importa por el respeto 210
que a su padre es bien tener;
y que en fe de esto llegó
esta noche, sin querer
que sepan más dél y yo
lo que determina hacer. 215
Por lo cual, sin avisar
nadie, a la media noche
a las puertas del lugar
nos esperó con un coche;
y yo, para asegurar 220
su alboroto y confusión,
les escribo este papel.
Fingirás admiración,
y que ignorabas en él
nuestra jornada a Aragón; 225
dirasles que te mandé
que nuestra vuelta esperases,
y el gobierno te encargué
de casa, y con qué gastases
en mi ausencia te dejé. 230
(También les escribiré esto.)
Iré a don Juan de Aragón;
direle, que porque ha puesto
los ojos cierto barón
valenciano y descompuesto 235
en mi hermana, la he sacado
de Valencia, y por quitar
la esperanza a su cuidado,
he querido divulgar
que en secreto se han casado 240
los dos; y él agradecido,
mi engaño defenderá,
y con esto persuadido,
en pie mi honor quedará,
ignorado, aunque ofendido. 245
Partiré luego a Castilla
en busca deste tirano,
que a sus pies mi honor humilla;
y si negase la mano
a quien se atrevió a pedilla, 250
vengándose mi esperanza
le mostrará la experiencia
lo que mi valor alcanza,
y que a injurias de Valencia
ofrece armas la venganza. 255
LUZÓN
Bien me parece todo eso.
DON VICENTE
Ven, y darete el papel.
¡Ay, Luzón, que estoy sin seso!
LUZÓN
Tu hermana estaba sin él,
y dio en tierra con su espejo. 260
 

(Vanse.)

 


Escena IV

 

Portal de una posada en Arganda. Noche.

 
 

(DON PEDRO y AGUDO, de camino.)

 
DON PEDRO
¿Hay buenas camas?
AGUDO
De Holanda
prometen sábanas.
DON PEDRO
Bien.
AGUDO
Colcha y rodapiés también
de red, con su flueco y randa;
dos almohadas que alistan 265
lazos de azul y amarillo
debajo de un acerillo;
y porque sus faldas vistan
las manchas de la pared,
tres sábanas, aunque tiernas 270
por viejas, distinguen piernas,
ya de lienzo, ya de red.
Un cielo encima colgado,
con fluecos del mismo modo,
que viéndole blanco todo, 275
dije: «el cielo está nublado»,
y dos doseles que son
adorno del aposento;
un prolijo paramento;
pintada en él la Pasión, 280
y la historia de Susana
con los dos viejos y el baño;
y al otro lado del paño,
un san Joaquín y santa Ana,
y un ángel sobre la puerta, 285
que con las alas los junta;
al otro un sayón que apunta
a un san Sebastián, que acierta
luego un san Antón muy viejo
con su vestido de estera, 290
y debajo la escalera
junto de él, un san Alejo.
Remátase la labor
con la espigadera Rud
cual le dé Dios la salud 295
al bellaco del pintor.
DON PEDRO
Con eso vive contenta
aquesta gente sencilla.
No es Arganda mala villa.
AGUDO
Tiene un soto que sustenta 300
con su caza, y entretiene
a sus vecinos y dueños.
Corren toros jarameños,
que a gozar la corte viene,
por pasar por el Jarama, 305
de quien sus vecinos beben
las fuerzas con que se atreven,
que son bravos de la fama.
DON PEDRO
¿Está la maleta arriba?
AGUDO
Dando abrazos al cojín. 310
DON PEDRO
¡Que hoy hemos de entrar en fin,
en Madrid!
AGUDO
Él te reciba
con buen pie; que es menester
confesar y comulgar,
como quien se va a embarcar, 315
quien su golfo quiere ver.
DON PEDRO
¿Golfo?
AGUDO
Y no de muchas leguas.
DON PEDRO
Bien dices, si a Madrid llamas
manso golfo de las damas.
AGUDO
Antes golfo de las yeguas. 320
¡Qué mal su rumbo conoces!
¿Mas, qué te han de marear
la bolsa luego al entrar,
si tiran sus olas coces?
DON PEDRO
¿Por qué, si a casarme voy? 325
AGUDO
Tu nombre lo ha declarado.
¿De marido a mareado,
qué va?
DON PEDRO
Satisfecho estoy
de que en doña Serafina
no hay recelo que me asombre, 330
porque, del modo que el nombre,
tiene la fama divina.
AGUDO
Serafín bien puede ser;
mas no creo en serafines,
que por andar en chapines 335
son fáciles de caer.
Y serafines caídos,
ya tú ves que son demonios.
DON PEDRO
¿Cómo aquesos testimonios
les levantan, atrevidos? 340
AGUDO
¿Hasla visto?
DON PEDRO
¿Cómo puedo,
si ha un mes que desembarqué
en Sanlúcar y llegué
de México?
AGUDO
¿Y sin más miedo
te vas a casar con ella, 345
sus virtudes canonizas,
su hermosura solemnizas,
y te enamoras sin vella?
DON PEDRO
Escribió su padre al mío
sobre aqueste casamiento; 350
que no pudo el elemento
del mar enfadoso y frío
anegar correspondencias
de su pasada amistad,
pues las que la mocedad 355
funda, vencen las ausencias.
Informose de su estado,
que por ser tan conocido
mil testigos ha tenido,
que a las Indias han pasado; 360
de su hacienda, que es copiosa;
de la edad, virtud y fama
que en Madrid tiene mi dama.
Supo que era virtüosa
como bella, y en belleza 365
la misma exageración,
celebrada en opinión,
apetecible en riqueza,
moza, apacible, discreta,
y un sujeto digno, en fin, 370
de tan bello serafín.
AGUDO
¿Pintótela algún poeta?
DON PEDRO
No, sino la fuerza mucha
de la verdad, que pasada
por agua, es más estimada, 375
porque allá, tarde se escucha.
AGUDO
¿Y lo crees como evidencia?
DON PEDRO
Conozco con claridad,
en la ausencia, la verdad,
la lisonja en la presencia. 380
No son los hombres de ahora
de tan sanas intenciones,
que en vez de murmuraciones,
se hagan lenguas cada hora
en alabar excelencias 385
de quien no interesan nada,
pues aun de la más honrada,
sacan falsas consecuencias.
Fama, Agudo, que ha llegado
limpia a México, y a prueba 390
de las lenguas, ¡cosa nueva!
AGUDO
Y más donde es tan usado
el murmurar, que sin ciencia
colige toda criatura:
«Indiano, luego murmura». 395
Bien vale la consecuencia.
DON PEDRO
Partí a Cuenca desde el puerto
en busca de un tío anciano,
rico y de mi padre hermano:
había un año que era muerto; 400
y sin darme a conocer
a deudos impertinentes
(que a título de parientes,
salteadores suelen ser
de la perseguida plata, 405
más segura de escapar
de los peligros del mar,
que de un pariente pirata),
voy a Madrid, donde espero
ver si se iguala en mi dama 410
la presencia con la fama.
AGUDO
Cenaremos, lo primero,
y dormiremos un rato.
DON PEDRO
Cenar sí, mas dormir no.
AGUDO
El reloj las doce dio. 415
DON PEDRO
Ponerme a caballo trato,
con el bocado en la boca.
¿Qué tenemos que cenar?
AGUDO
Puesto está un conejo a asar,
y una perdiz, a quien coca 420
una bota yepesina,
mezclada con hipocraz,
y muerta por darnos paz.
DON PEDRO
¿No hay más?
AGUDO
Hay una gallina
fiambre, y medio pernil 425
mercader, que trata en lonjas
(¡y qué tales!); como esponjas
de Baco, hay medio barril
de aceitunas vagamundas;
que las de oficio se van 430
de Córdoba a cordobán;
y si en postres asegundas,
en conserva hay piña indiana,
y en tres o cuatro pipotes,
mameyes, cipizapotes; 435
y si de la castellana
gustas, hay melocotón
y perada; y al fin saco
un tubano de tabaco
para echar la bendición. 440
DON PEDRO
Mira si hay en la posada
algún noble forastero,
que, en mi mesa compañero,
nos haga menos pesada
la cena.
AGUDO
Nadie ha venido.
445
DON PEDRO
Sin compañía, ya sabes
que son tasajos las aves
para mí.
AGUDO
Escucha: ruido
de cabalgaduras. ¡Siento,
que entran!


Escena V

 

DON GABRIEL, CORNEJO, UN POSADERO. DON PEDRO, AGUDO.

 
CORNEJO

 (Dentro.) 

Loado sea Dios,
450
¿hay posada para dos,
seó huésped?
POSADERO

 (Dentro.) 

Y para ciento.
DON GABRIEL

 (Dentro.) 

Alto, pues; ten de ese estribo.
 

(Salen DON GABRIEL, CORNEJO y el posadero.)

 
DON GABRIEL
¿Qué hora es?
AGUDO
Las doce han dado.
DON PEDRO
Seáis, señor, bien llegado. 455
CORNEJO
Venga un harnero y un cribo,
y en ellos paja y cebada.
DON GABRIEL

 (A DON PEDRO.) 

Dios guarde a vuesa merced.

 (Al posadero.) 

Esa maleta meted
donde no nos pongan nada. 460
CORNEJO
Huésped, venga un aposento.
DON PEDRO
En el nuestro puede estar,
que luego hemos de picar,
y recibiré contento
que favorezcáis mi mesa; 465
que aunque la cena se enfría,
aguarda compañía.
DON GABRIEL
Liberalidad es esa
digna de vuestra presencia.
DON PEDRO
Pon a asar otro conejo 470
y perdiz.
DON GABRIEL
Saca, Cornejo,
ese capón.
 

(Vanse CORNEJO, AGUDO y el posadero.)

 


Escena VI

 

DON GABRIEL, DON PEDRO.

 
DON PEDRO
De Valencia,
conquista antigua del Cid,
vendréis.
DON GABRIEL
Antes determino
hacer allá mi camino. 475
DON PEDRO
¿Pues salistes de Madrid?
DON GABRIEL
Para serviros.
DON PEDRO
¿A qué hora?
DON GABRIEL
A las diez.
DON PEDRO
¡Buen caminar!
Traeréis de allá que contar
mil nuevas.
DON GABRIEL
Haylas cada hora;
480
pero dejando en secreto
sucesos que por mayor
no contallos es mejor,
porque a sus dueños respeto
por buenas nuevas os doy 485
que el rey ha convalecido.
DON PEDRO
Gracias a Dios.
DON GABRIEL
Y ha salido
a Atocha en público hoy.
DON PEDRO
Habrá la corte con eso
vuelto en sí; que me contaban 490
que en ella todos andaban
sin color, sin gusto y seso.
DON GABRIEL
Mi palabra os doy, que ha sido
la mayor demostración
de lealtad y de afición 495
que en historias he leído.
No sé yo que se haya hecho
sentimiento general
con tal muestra y llanto tal,
por ningún rey.
DON PEDRO
Muestra el pecho
500
el reino que a tal rey debe,
que en él goza un siglo de oro.
Sin conocerle, le adoro.
DON GABRIEL
¿Queréis más, si es que eso os mueve,
que todo el tiempo que ha estado 505
en contingencia su vida,
hasta la gente perdida
dicen que se había olvidado
de ejecutar la ganancia
de su trato deshonesto? 510
DON PEDRO
Echó el sentimiento el resto,
y conoció la importancia
de la vida de tal rey,
cuya mansedumbre extraña
es causa que goce España 515
su hacienda, su paz, su ley,
sin contrastes ni temores.
DON GABRIEL
¡Cosa extraña, que en veinte años
que reina, ni hambres, ni daños,
pestes, guerras, ni rigores 520
del cielo hayan afligido
este reino!
DON PEDRO
Antes por él
mana España leche y miel.
De promisión tierra ha sido.
DON GABRIEL
No le viene el nombre mal, 525
pues que en su tiempo ha alcanzado
Castilla el haber comprado
la hanega de trigo a real,
y el dar la cosecha a medias
del vino, a quien a ayudar 530
se atreviere a vendimiar.
DON PEDRO
¿Qué hay en Madrid de comedias?
DON GABRIEL
Todo lo ha desazonado
la salud del Rey en duda:
no hay quien con gusto a ella acuda. 535
La corte había alborotado
con el Asombro Pinedo,
De la limpia Concepción;
y fuera la devoción
del nombre, afirmaros puedo 540
que en este género llega
a ser la prima.
DON PEDRO
¿Y de quién?
DON GABRIEL
De Lope; que no están bien
tales musas sin tal Vega.
DON PEDRO
Por mi opinión argüís. 545


Escena VII

 

CORNEJO, DON PEDRO, DON GABRIEL.

 
CORNEJO
Si es que habemos de picar,
¿qué aguardas? Alto, a cenar.
DON GABRIEL
¿De dónde, señor, venís?
DON PEDRO
De Cuenca inmediatamente,
y de las Indias después. 550
DON GABRIEL
¿Mucha plata?
DON PEDRO
El interés,
como siempre está en creciente,
todo lo juzga menguante.
Venid; que mientras cenemos,
muchas cosas trataremos. 555
DON GABRIEL
Id, que yo os sigo al instante.
 

(Vase DON PEDRO.)

 


Escena VIII

 

DON GABRIEL, CORNEJO.

 
DON GABRIEL
¿Adónde, Cornejo has puesto
nuestro hato?
CORNEJO
En esta sala
donde cenáis, que no es mala,
pues estos se van tan presto. 560
Junto a su maleta está
la nuestra.
DON GABRIEL
Ya te he advertido
que no digas que he venido
de Valencia...
CORNEJO
Acaba ya.
DON GABRIEL
Ni que don Gabriel me llamo 565
de Herrera.
CORNEJO
Pues que yo dejo
el Beltrán por el Cornejo,
no diré el nombre de mi amo.
DON GABRIEL
Don Pedro soy de Mendoza,
Cornejo, de aquí adelante. 570
CORNEJO
¡Cuál estará la Violante!
DON GABRIEL
Anda ahora.
CORNEJO
¡Pobre moza!
 

(Vanse.)

 


Escena IX

 

Calle de Vallecas, por donde pasa el camino real.

 
 

(DOÑA VIOLANTE, de labradora; AGUADO.)

 
DOÑA VIOLANTE
No hallo disfraz mejor
para remediar mi ultraje,
Aguado, que el labrador. 575
AGUADO
Y estate tan bien el traje,
que por ti lo será amor.
DOÑA VIOLANTE
Si mi don Pedro tirano,
como sospecho, ha venido
a la corte, y como es llano, 580
viendo su honor ofendido,
ha de seguirle mi hermano,
¿cómo podré andar segura
entre los dos, sino ansí?
AGUADO
¿Qué es, pues, lo que hacer procura 585
tu ingenio?
DOÑA VIOLANTE
Mudar en mí
con el traje la ventura.
Buscar el alma robada
que se va tras el honor,
dar, ya que estoy deshonrada, 590
diligencias a mi amor,
o a mis agravios espada.
En Madrid hay tribunales
para todos, y también
han de hallarle en él mis males; 595
a extranjeros trata bien,
si mal a sus naturales.
Yo espero en Dios que ha de ser
madre Madrid de mi honor.
AGUADO
Industriosa es la mujer, 600
el amor enredador,
y los dos sabréis hacer
engaños con que salir
de don Pedro vencedores.
¿Ámasle?
DOÑA VIOLANTE
Como el vivir.
605
AGUADO
Árbol que ha dado las flores,
nunca supo resistir
el fruto a quien las cogió.
DOÑA VIOLANTE
Como él en Madrid esté,
de mi ingenio espero yo 610
que fin dichoso me dé,
si mal principio me dio.
AGUADO
El que hoy habemos tenido,
no le promete muy malo,
pues al fin te ha recebido 615
el labrador, que señalo
por dueño tuyo.
DOÑA VIOLANTE
Hemos sido
dichosos en esto. En fin,
soy Villana de Vallecas.
AGUADO
Por el sayuelo y botín 620
el oro y la seda truecas
de la ropa y faldellín,
lindamente le engañé.
DOÑA VIOLANTE
No oí lo que le dijiste;
que de industria me aparté. 625
AGUADO
Discreta en todo anduviste.
Díjele que te saqué,
siendo un hombre principal
y mayorazgo de Ocaña,
de tu casa y natural, 630
porque tu hermosura extraña,
ennobleciendo el sayal
que de tu sangre heredaste,
me obligó a que te ofreciese
el sí de esposo, y que al traste 635
con obligaciones diese
que a mi nobleza usurpaste;
y mis padres y parientes,
contradiciendo mi amor,
coléricos y impacientes 640
que hija de un labrador
agravie a sus descendientes,
procuraban darte muerte;
y yo, como quien te adora
te truje aquí de la suerte 645
que se vio; y pretendo ahora
de su furor esconderte.
Que te reciba en su casa,
como que a servirle has ido,
mientras este rigor pasa; 650
y siendo yo tu marido,
venzamos la suerte escasa.
Hele dado unos escudos,
y ofertas para después,
que debajo de cien nudos 655
la cárcel del interés
los tiene presos y mudos.
En fin, el buen Blas Serrano
dice que con el secreto
que pide el caso, está llano 660
por mí a tenerte respeto;
mas porque el vulgo villano
no malicie esta quimera,
que le sirves fingirás,
tal vez siendo lavandera, 665
y tal, si a la corte vas,
trasformada en panadera.
DOÑA VIOLANTE
Todo eso viene a medida
de lo que yo he menester.
¡En fin, mudando de vida, 670
en Madrid he de vender
pan!
AGUADO
Si tu amor a él convida,
no se le darás a secas,
pues con tu vista quien te ama,
come gustos que en sí truecas. 675
DOÑA VIOLANTE
A fe que ha de dejar fama
la villana de Vallecas,
pero tú, ¿dónde has de estar?
Que en Madrid es peligroso,
si en él te viniese a hallar 680
mi hermano.
AGUADO
El que es cuidadoso
se sabe en Madrid guardar;
pero en Alcalá de Henares,
sin ese miedo estaré.
DOÑA VIOLANTE
Con todo, es bien que repares 685
no pase por él.
AGUADO
Sí haré.
DOÑA VIOLANTE
Y cuando a verme llegares,
sea sin que nota des
a esta gente maliciosa.
AGUADO
Entre tanto que aquí estés, 690
cada semana es forzosa
tu vista tres veces.
DOÑA VIOLANTE
¿Tres?
AGUADO
Y aún es poco. Pero aguarda:
¿qué gente es esta?
DOÑA VIOLANTE
No sé.
Cualquier sombra me acobarda. 695
¿Si es mi hermano?
AGUADO
No hay de qué
temer; que el sayal te guarda.


Escena X

 

DON PEDRO, AGUDO. DOÑA VIOLANTE, AGUADO.

 
DON PEDRO
¡Que no te dé mil estocadas, perro,
traidor! ¡Que no te quite yo la vida!
AGUDO

 (A AGUADO.) 

Déme favor, hidalgo.
DON PEDRO
Será yerro
700
que ninguno por ti perdón me pida.
AGUDO
Las maletas troqué, señor, por yerro.
Era de noche, y mucha la bebida.
Madrugaras tú menos.
DON PEDRO
¿Qué esto escucho?
¡Vive Dios!
AGUADO
Deteneos.
AGUDO
Pues ¿fue mucho...?
705
DON PEDRO
Quitaos delante, bella labradora;
caballero, dejadme que le corte
las piernas.
AGUDO
¡Válgame nuestra Señora
de Atocha!
DOÑA VIOLANTE
Vuestro enojo se reporte.
DON PEDRO
¿Qué tengo yo de hacer, bárbaro, ahora? 710
¿Con qué despechos entraré en la corte?
¿Cómo creerá don Juan que soy don Pedro?
AGUDO
¡Bien por servirte desde niño medro!
DOÑA VIOLANTE
¿No sabremos la culpa que ha tenido
este pobre criado?
DON PEDRO
A Dios pluguiera
715
que nunca yo le hubiera conocido,
o que al tomar la barra se muriera.
¿A quién tal desventura ha sucedido?
Cuando en Madrid mi serafín me espera
para darme de esposa el sí y la mano, 720
¿con qué testigos me creerá su hermano?
¿Cómo podré afirmar que de don Diego
de Mendoza soy hijo, y que ha pasado
mil leguas de agua el amoroso fuego,
que desde Arganda aquí, lloro apagado? 725
Los despachos, las joyas, con el pliego
en que mi amor venía confiado
del virrey y mi padre, por ti pierdo:
pues no te doy la muerte, no soy cuerdo.
Torna tras ese hombre, traidor; anda. 730
Sube en mi macho; alcánzale, si puedes.
AGUDO
El mozo fue tras él; la furia ablanda.
No hayas temor que sin maleta quedes.
A las dos se acostó el otro en Arganda,
y entre cortinas que enmarañan redes, 735
dormideras de Yepes y lo asado
le mandaron volverse al otro lado.
Esta es la hora que, deshecho el trueco,
vuelve en mi mula aquí, donde le dije
que le aguardabas. Lo que a escuras peco, 740
perdona al sol, o nuevo mozo elige.
Si te ofendiera yo, el celebro seco,
y el vino y sueño que a un monarca aflige
no humedecieran mis sentidos y ojos,
tuvieran causa justa tus enojos. 745
DOÑA VIOLANTE
Si bastan a obligaros, caballero,
ruegos de una mujer y de un hidalgo,
y aquí por fuerza habéis de deteneros,
porque ocupéis aqueste tiempo en algo,
contadnos la ocasión de entristeceros. 750
DON PEDRO
¿Cómo podré, cuando de seso salgo?
Mas siempre, o perdidoso u ofendido,
uso ser con mujeres comedido.
Criollo soy de México, que es nombre
que dan las Indias al que en ellas nace; 755
a su virrey serví de gentilhombre,
que a bien nacidos honra y satisface;
la hacienda heredo a un padre y el renombre,
de quien España tanto caudal hace
por los linajes que en sus reinos goza, 760
y llámome don Pedro de Mendoza.
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

¡Ay cielos! Este ¿no es el apellido
del ingrato que busco disfrazada?
DON PEDRO
Mi padre, desde España persuadido
por un amigo que en la edad pasada 765
tuvo en Madrid y no borró el olvido,
siendo estafetas una y otra armada,
de una hija que tiene, determina
hacerme esposo, en nombre Serafina.
Tres meses ha que en un navío de aviso 770
le escribió que en la flota venidera
me embarcaría, y para aviarme quiso
que en barras treinta mil pesos trujera;
mas como el mar sepulta de improviso
toda una armada, si se enoja, entera, 775
no se atrevió a fiar tanto tesoro
deste Midas que traga plata y oro.
Así en correspondientes de Sevilla
y de la corte, cédulas librando,
de Sanlúcar pisé la antigua orilla, 780
barras su barra célebre surcando.
No quisieron deseos de Castilla
detenerse en Sevilla registrando
de su contratación tantos haberes,
ni hablar sus codiciosos mercaderes; 785
antes por ver que entonces ocupados
andaban en registros y cobranzas,
para otro tiempo dilaté cuidados,
trayéndome conmigo las libranzas.
Con dos mulas en fin y dos criados, 790
cargado de papeles y esperanzas,
llegué de Cuenca a la famosa sierra,
antigua patria de mi padre y tierra.
Tenía en ella un tío que hallé muerto,
y sin hablar a deudos codiciosos, 795
guié a la corte, que es general puerto
del mundo, con bajíos peligrosos,
y anoche, cuando ya juzgué por cierto
el fin de mis vïajes enfadosos,
como mi amor prosigue en su demanda, 800
por ser de noche me quedé en Arganda.
Aguardaba mi cena a un compañero
conversable, que a solas nunca trato
dar al cuerpo sustento; que es grosero
cualquier manjar sin el discreto trato. 805
A la conversación llamó salero
del alma un sabio; y, como cualquier plato
sin sal jamás está bien sazonado,
la mesa así también sin convidado.
Mi deseo cumplió (que no debiera) 810
un forastero que tomó posada
en mi propio mesón. ¡Nunca a él viniera!
Recebile cortés, y aderezada
la cena, convidele a que subiera
a mi aposento, y porque mi jornada 815
a la corte sería de allí a un rato,
mandé al mozo que en él pusiese su hato.
Juntamos cenas, supe su camino,
tratamos varias cosas en la mesa,
y el fin apenas con el postre vino, 820
cuando dándome amor y el tiempo priesa,
mandé ensillar; y el sueño o desatino
deste que de mi dicha y bien le pesa,
trocando las maletas y cojines,
a dichosos principios dio estos fines. 825
En conclusión, dejándose la mía
en la posada, la del forastero
me puso en el arzón. Descubrió el día
aqueste engaño, y no será el postrero.
Considerad vosotros lo que haría 830
quien, fuera de las joyas y dinero,
que deben de valer cinco mil pesos,
pierde cartas, libranzas y procesos.
De veinte mil ducados y más, pasa
la cantidad que en cédulas me lleva: 835
mirad sin ella, cuando amor me abrasa,
cómo es posible que en Madrid me atreva
a pretender esposa, ni en su casa
ose entrar, si me faltan para prueba
de que don Pedro soy, cartas de abono. 840

 (A AGUDO.) 

¡Que la vida, villano, te perdono!
DOÑA VIOLANTE
Prométoos que es desgracia nunca oída;
mas supuesto que el mozo fue por ella,
antes que el otro empiece su partida,
el trueco deshará, y no habrá querella. 845
AGUDO
La escuridad, y el ser tan parecida
con la del otro, me obligo a ponella,
por darme prisa tú, sobre tu macho.
DON PEDRO
Mejor dijeras por estar borracho.


Escena XI

 

MATEO, trayendo un cojín. DOÑA VIOLANTE, DON PEDRO, AGUDO, AGUADO.

 
MATEO
¡Válgate el diablo por hombre! 850
Por arte de encantamento
debió de llevarle el viento,
sin dejar rastro ni nombre.
DON PEDRO
¿Qué hay, Mateo?
MATEO
Par Dios, nada.
DON PEDRO
¿No parece?
MATEO
No, señor.
855
DON PEDRO

 (A AGUDO.) 

¿Qué dices de esto, traidor?
MATEO
Cuando llegué a la posada,
ya él estaba en cas de Judas:
ni aun memoria de él no hallo.
Al instante que a caballo 860
te pusiste, apenas mudas
el paso, cuando picó,
y sin saberse por dónde.
O es dimonio que se esconde,
o la tierra le sorbió. 865
DON PEDRO
A Valencia dijo que iba.
MATEO
Pues debiote de mentir:
que un pastor le vio salir,
y en vez de echar hacia arriba,
tomando a la mano izquierda, 870
dijo que fue hacia Alcalá.
Seguile; mas nadie da
señas de él.
DON PEDRO

 (A AGUDO.) 

¡Que por ti pierda
mi hacienda, infame, y mi ser!
MATEO
Como ninguno me daba 875
señas de cuantos topaba,
tuve por mejor volver
acá, que siendo virote,
perderme también.
DON PEDRO
¡Yo he sido
harto dichoso!
MATEO
Engañote.
880
DOÑA VIOLANTE

  (Aparte.) 

Su pérdida cada cual
siente, vengativo amor.
Yo lloro la de mi honor,
y este la de su caudal.
MATEO
Mira qué habemos de hacer 885
deste cojín y maleta.
DON PEDRO
Abrasallos.
MATEO
No es discreta
sentencia, a mi parecer,
la que das.
DON PEDRO
¿Qué he de hacer, pues?
MATEO
Mejor será que la abramos, 890
y por lo que trae, sepamos
dónde camina o quién es
este demonio escondido;
que quizá en ella vendrán
prendas que pregón serán 895
echado tras el perdido.
El candado tengo roto.

 (Ábrela.) 

¿Sacaré?
DON PEDRO
Haz lo que quisieres.
MATEO
Papeles hay. Si los vieres,
por ellos, como piloto, 900
haremos nuestro camino.

 (Va sacando.) 

Un retrato, ¡vive el cielo!,
he topado.
DON PEDRO
¡Buen consuelo!
MATEO
¡A fe que el rostro es divino,
de la dama!
DON PEDRO
Arrojalé
905
con la maldición.
DOÑA VIOLANTE
¿Al suelo
echa la imagen?

 (Alza el retrato y conócele.) 

 (Aparte.) 

¡Ay, cielo!
¿Qué he visto?
AGUADO

 (Hablando aparte con su ama.) 

Paso, ¿qué fue?
DOÑA VIOLANTE
¡Ay, Aguado! Mi retrato.
AGUADO
¡Válgame Dios! Ya concluyo 910
que es don Pedro el dueño suyo;
pero impórtate el recato.
Disimula, que ya creo
que en Madrid tu esposo está.
DOÑA VIOLANTE

 (Disimulando.) 

La Magdalena será; 915
que así en la igresa la veo
con su copete y gorguera;
el bote sólo le marra.
AGUADO
¿Pues bésasla?
DOÑA VIOLANTE
Está bizarra;
pondrela a mi cabecera. 920
MATEO
Un legajo de papeles
es este.
DON PEDRO
Desatalós.
AGUDO
Versos son estos, por Dios.
DON PEDRO
¿Hay sucesos más crueles?
¡Para quien mi rabia ve, 925
es bien que versos me cante!
AGUDO

 (Leyendo un papel.) 

Soneto a doña Violante,
la noche que la gocé.
AGUADO
No se descuidó el poeta.
DOÑA VIOLANTE
Si la pobre está gozada, 930
no es Violante, mas violada.
Echadme acá esa soneta,
pondrela por rocadero,
y enseñarémosla a hilar;
mas no, que siendo cantar, 935
mejor es para el pandero.
AGUDO

 (Leyendo otro papel.) 

Memoria de cien ducados
que he de pagar en Madrid
a Andrés de Valladolid,
por otros tantos prestados 940
aquí en Amberes.
MATEO

 (A AGUDO.) 

¡Por Dios
que son buenas hipotecas
de las maletas que truecas!
DON PEDRO
Como haya otras tres, o dos
de estas ditas, ¡bien desquito 945
veinte mil y más ducados!
MATEO
Estos son pliegos cerrados.
DON PEDRO
Mira pues el sobrescrito.
AGUDO
Este dice: Al presidente
de Italia; y este, Al marqués 950
de San Germán; este es
a mosén Romén, regente
del consejo de Aragón.
DON PEDRO
A Madrid va, según esto,
el que en tal trance me ha puesto. 955
MATEO
¿Quién duda?
DON PEDRO
¿Por qué ocasión
me dijo que iba a Valencia?
AGUDO
Quizá por entrar secreto;
que hay mil lances, en efeto,
en que importa la prudencia. 960
DON PEDRO
Él, según lo que parece,
viene a España desde Flandes,
y trae pretensiones grandes;
o como a otros acaece,
algo allá le ha sucedido; 965
tuvo al peligro temor,
buscó cartas de favor,
y a la corte viene huido.
AGUDO
La Violante del soneto
debe de ser la ocasión 970
de que huya.
DON PEDRO
Tenéis razón;
por eso vendrá secreto.
No he perdido la esperanza,
supuesto que a Madrid va,
de encontrar con él allá. 975
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

Ni mi amor de su venganza.
DON PEDRO
Abre alguna de esas cartas,
supuesto que traen cubierta:
tendremos noticia cierta
de su nombre, pues hay hartas. 980
AGUDO
Dios te la depare buena.

 (Abre un pliego.) 

Esta del regente abrí.
DON PEDRO
¿Cómo dice?
AGUDO
Dice así...
MATEO
¡Válgate el diablo por cena!
AGUDO

 (Leyendo.)  «El capitán don Gabriel de Herrera, en diez años que ha que sirve a su Majestad en Flandes, ha sido mi camarada y amigo. Sus hazañas y servicios son muchos, como mostrarán los papeles que lleva. Sucediole, sobre palabras que en el cuerpo de guardia tuvo con un capitán tudesco, darle de estocadas; y por ser el delito en tal lugar y con tal persona, le es forzoso huir al amparo de Vuestra Señoría en quien así para el aumento de sus pretensiones, como el perdón de su Majestad, tengo esperanzas hallará, por mi respeto, todo amparo. Guarde Dios a Vuestra Señoría con la prosperidad que los interesados hemos menester.

Amberes y marzo 25 de 1620.

Su sobrino de V. S. el maese de campo, don Martín Romén».

¡Miren si lo dije yo! 985
DON PEDRO
Él mostraba en su persona
el valor con que le abona
la carta, aunque me mintió
en el vïaje que hacía.
AGUDO
Su peligro considera. 990
DON PEDRO
En fin, don Gabriel de Herrera
se llama.
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

Desdicha mía,
¿qué escucháis? El que destroza
ingrato mi honor y fama,
aquí don Gabriel se llama, 995
y don Pedro de Mendoza
allá. Si los nombres truecas,
traidor, vengará, constante,
quejas de doña Violante,
la villana de Vallecas. 1000
DON PEDRO
¿Qué tiene más la maleta?
MATEO
Ropa blanca es la que hay,
toda de Holanda y Cambray
con puntas y cadeneta;
ligas y medias de seda 1005
hay de colores diversos,
guantes, y prosas y versos.
De papeles, sólo queda
un librillo de memoria
aquí dentro.
DON PEDRO
Sacalé;
1010
que mejor por él sabré
sucesos de aquesta historia;
y sin detenernos más,
a caballo nos pongamos;
que si en Madrid le buscamos, 1015
no se esconderá.
AGUDO
Podrás,
para encontralle más presto,
ir a casa del regente,
del marqués y el presidente.
DON PEDRO
Pon bien eso.
MATEO
Ya lo he puesto.
1020
DON PEDRO
Ya voy consolado en algo.
AGUADO
También lo vamos los dos.
DON PEDRO
Labradora hermosa, adiós.
Daca el macho. Adiós, hidalgo.
 

(Vanse DON PEDRO, AGUDO y MATEO.)

 


Escena XII

 

DOÑA VIOLANTE, AGUADO.

 
DOÑA VIOLANTE
¿Qué juzgas de aquesto, Aguado? 1025
¿Qué te parece?
AGUADO
No sé,
señora, si afirmaré
que es de veras o soñado.
Sólo digo que has tenido
en algún modo ventura, 1030
pues lo visto te asegura
quién es el que te ha ofendido,
y que está en la corte.
DOÑA VIOLANTE
¡Ay cielos!
¿Don Gabriel de Herrera es
el que ha postrado a sus pies 1035
mi honor?, ¿el que a mis desvelos
da tanta causa?, ¿el que en Flandes,
dando muerte a un capitán,
mató mi honor?
AGUADO
Cerca están
de Madrid las torres grandes 1040
y casas, pues que no dista
más de una legua de aquí.
Yendo disfrazada así,
gozarás presto su vista,
mientras que Madrid te goza 1045
en traje de panadera.
DOÑA VIOLANTE
¿Que en fin don Gabriel de Herrera
es don Pedro de Mendoza?
AGUADO
Mudan desgracias los nombres;
cuando sus peligros dudan... 1050
DOÑA VIOLANTE
Mejor dirás que se mudan
las palabras de los hombres.
AGUADO
Acá sale nuestro viejo,
o por mejor decir, tu amo.
¿En fin, tu esposo me llamo? 1055
DOÑA VIOLANTE
Sí.
AGUADO
¿Y el nombre?
DOÑA VIOLANTE
Don Alejo.


Escena XIII

 

BLAS SERRANO, DOÑA VIOLANTE, AGUADO.

 
BLAS
Pues, Teresa, ¿no es ya hora
de her algo en casa? ¿Hasta cuándo
los dos heis de estar parlando?
La malicia labradora, 1060
si muchas veces os ve
que con él os arrulláis,
levantaraos que rabiáis.
AGUADO
Presto, Blas, me partiré.
Si es que bien habéis querido, 1065
no espanten dilaciones.
BLAS
Ya yo sé lo que en razones
gasta el amor que es cumplido.
También me dio su picón
amor en la edad pasada, 1070
y muerto por su ensalada,
me cupo mi sopetón.
No me espanta nada de eso,
que por todo el hombre pasa;
pero tengo un hijo en casa 1075
que a Madrid hué a vender yeso,
y desde que vio a Teresa,
con ser desde anoche acá,
emberrinchándose va,
y que os halle aquí me pesa; 1080
que anda el diabro revestido
en él.
AGUADO
¿Luego no está aquí
segura mi esposa?
BLAS
Sí.
DOÑA VIOLANTE
Yo me guardaré, marido.
BLAS
Pues ella, señor, se guarda, 1085
nadie la podrá ofender;
que no es buena la mujer
que sufre por fuerza albarda.
Ríome yo de que digan
que ha habido mujer forzada 1090
desde Elena, la robada.
AGUADO
A mil las leyes castigan
cada día.
BLAS
Es papasal.
Créalo quien lo creyere.
Par Dios, que si uno no quiere, 1095
que dos que barajan mal.
La reina doña Isabel
dejó este ejempro probado
con la del puño cerrado,
y yo, señor, me atengo a él. 1100
AGUADO

 (Aparte.) 

No ha estado el discurso malo.
BLAS
Digo, pues, importa poco
que Antón por vos esté loco;
pues con darle con un palo,
si vos no queréis, Teresa, 1105
poco daño os hará en casa;
que el panadero no amasa,
cuando no quiere el artesa.
AGUADO
Ahora bien, Blas, yo me parto:
mi Teresa os encomiendo. 1110
Dinero os iré trayendo
cada día.
BLAS
Acá deja harto,
pero no se le dé nada;
que sarnosos y avarientos
nunca diz que están contentos. 1115
AGUADO
Adiós pues, esposa amada;
Blas Serrano, adiós.
BLAS
Adiós.
 

(Vase AGUADO.)

 


Escena XIV

 

DOÑA VIOLANTE, BLAS.

 
BLAS
¿Qué habemos de hacer agora?
DOÑA VIOLANTE
Si hay pan cocido, a buen hora
iré a Madrid.
BLAS
¿Sabréis vos
1120
vendello?
DOÑA VIOLANTE
¿Pues soy yo zurda?
BLAS
Los cortesanos, si os ven,
temo que fayanca os den.
DOÑA VIOLANTE
No haya miedo que me aturda,
con un palo y con un arre, 1125
y un jo que te estriego, suelo
dar con un hombre en el suelo.
BLAS
El dimuño que os agarre.
El pan de Vallecas es,
por branco y bien sazonado, 1130
en Madrid más estimado.
DOÑA VIOLANTE
Si es que vais al interés,
decidme cómo es la tasa,
y dejadme el cargo a mí.
BLAS
A veintidós vale.
DOÑA VIOLANTE
¡Ah!, sí.
1135
Y si deso el precio pasa,
y os traigo a real, ¿qué diréis?
BLAS
Que Teresa es mi ventura;
pero si pan y hermosura,
Teresa, en Madrid, vendéis, 1140
como no es el pan a secas,
no hay precio, ni aun para porte.
DOÑA VIOLANTE
Yo haré que admire a la corte
La villana de Vallecas.



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