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21

Mis primeros ochenta años. (Memorias), pp. 261-266, t. I. (Madrid, 1948, n.º 245 de la colección «Crisol»).

 

22

Así consta en el certificado de defunción expedido en Madrid el mismo día del fallecimiento por el Dr. Joaquín de Higuera. Recientemente («ABC» del 24-XII-1959), el Dr. J. Álvarez Sierra impugna semejante diagnóstico, a la vista de datos «hasta hoy inéditos», y afirma que la causa fue «una granulia con sus siembras en todos los órganos y una ictericia caquéctica».

 

23

Franz Schneider, Tablas cronológicas de las obras de Gustavo Adolfo Bécquer («Revista de Filología Española», XVI; 1929, pp. 389-399), ofrece descripción bibliográfica de las primeras ediciones de la obra de Bécquer, desde la de 1871 hasta una que figura como undécima y lleva fecha de 1928.

 

24

Memorias, p. 91.

 

25

Nota sobre la familia Bécquer, pp. 153-154, t. IX (1956) de «Revista de Literatura», Madrid.

 

26

Prólogo al vol. III de Páginas desconocidas de Gustavo Adolfo Bécquer, p. 12.

 

27

A tan fría acogida acaso aludan las siguientes palabras que leemos en la p. 18 de Mi primer ensayo: «...los primeros días que perdemos estos seres queridos [padres y esposos], nos ofrecen siempre [sus amigos] todo cuanto podemos desear; después sus visitas son escasas y con intervalos de algunos meses de una a otra; más tarde, apenas nos recuerdan, y con un saludo, a nuestro paso, forzado y tibio, que los años enfrían, llega un día, andando el tiempo, que dicen: -¡No recuerdo de V.!- Y más tarde: -¡No la conozco!-».

 

28

Balbín Lucas (Documentos, p. 20) no lo cree verosímil, contra el parecer de los parientes sorianos de la interesada que hablaron de «malos hábitos» y de «rodando por la pendiente» y que daban una versión inexacta de la causa que motivó su fallecimiento en el Hospital de San Juan de Dios.

Jaime Suárez (artículo en «La Estafeta Literaria», Madrid, p, 9, n.º 5: 15-V-1944) afirma que «para colmo, murió como prostituta en el Hospital de San Juan de Dios». Determinadas aseveraciones de este artículo las impugnó Ángel María Montes y Esteban (carta al director de «La Estafeta Literaria», p. 22, n.º 8: 30-VI-1944), el cual, respecto al extremo que ahora nos ocupa, escribe: «Y quien esté al corriente de todo cuanto sufrió la infortunada en los años que siguieron a la muerte de su marido, sabrá disculparla si, en el último recurso, ante la inexorable necesidad, no fue todo lo honrada que debiera, si bien no llegó a serlo tampoco como han asegurado».

 

29

En mi juvenil trabajo Donde habite el olvido... (Notas para una fortuna póstuma de Gustavo Adolfo Bécquer, págs. 211-227, t. I, 1947, de «Cuadernos de Literatura», Madrid), se ofrecen algunas muestras de semejante valoración.

 

30

Balbín Lucas (Documentos, pág. 19) piensa que «Algunos lemas y citas de Bécquer tratan de acercar este librejo a la obra literaria de Gustavo Adolfo, pero sólo sirven para hacer más patente el abismo que media entre esta desmañada colección y la madurez becqueriana».