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LAS DANZAS DE "ELS PORROTS" DE SILLA Y DE "ELS BASTONOTS" DE PICASSENT (VALENCIA).

ATIENZA PEÑARROCHA, Antonio

INTRODUCCIÓN

El presente artículo pretende explicar un fenómeno del folklore valenciano: se trata de una Danza, pretendidamente antiquísima, de carácter pantomímico, que se baila en las localidades de Silla y de Picassent. Pero lo realmente importante, es que esta danza ha trascendido el carácter de simple espectáculo o manifestación etnográfica, y se ha convertido en un símbolo de las culturas locales, e incluso ha potenciado éstas.

En el folklore valenciano, un apartado importante son las danzas pantomímicas. De éstas, podemos diferenciar las Danzas Guerreras, que pretenden recrear luchas o combates, las Danzas de Oficios, que representan la ejecución de labores, y las Mogigangas, que elevan torres o ejecutan "figuras plásticas" (1) con los cuerpos de los danzantes. Un apartado especial son las Danzas de "Los Porrots" y de "Los Bastonots", porque son Danzas Guerreras, pues simbolizan una pugna, pero también Mogigangas, en el sentido que efectúan figuras plásticas. La diferencia con unas y otras, es que no existe una coreografía elaborada o rítmica, como en las Danzas Guerreras, y no se hacen torres ni figuras de muchos componentes, como en las Mogigangas.

El carácter específico de estas Danzas -que en realidad es una-, es lo que más llama la atención. Pero vivir el interés y la expectación que su ejecución despierta en sus pueblos de origen, es lo que me ha llevado a examinarlas.

LA "DANSA DELS PORROTS" DE SILLA

La Danza "dels Porrots", también conocida como "Danza de Alcides" o "Danza Pírrica", es un baile que se ejecuta en la localidad de Silla el día 6 de Agosto, festividad del Cristo, Patrón de la ciudad. Pero, además, la danza ha llegado a ser todo un símbolo, por un lado, de la cultura popular de la localidad, y un motivo de orgullo para la misma. Por eso, también se representa en fechas señaladas, como el "9 d'0ctubre" (Día de la Comunidad Valenciana), cabalgatas, desfiles folklóricos, etc.

Es una danza pantomímica, en la cual se quiere representar una lucha, un conflicto, entre guerreros que, por sus indumentarias, parecen ibéricos o greco-romanos. Para los de Silla, se trata de una representación antiquísima, ligada a las culturas preclásicas. Actualmente, ha perdido su carácter de danza procesional, pues no se efectúa dentro de la Procesión, pero lo tuvo hasta no hace muchos años; seguidamente, veremos por qué.

La danza se efectúa a lo largo de todo el día 6 de Agosto, por las calles de Silla, sin itinerario ni programa fijo, excepto bailar cada hora delante de la casa de la Clavariesa Mayor, y ante las puertas de concejales, festeros y alcalde. La razón es que esta danza era una representación "institucionalizada", de carácter municipal. El Ayuntamiento pagaba a cada bailador el importe de dos días y medio de salario en el campo, fuera el que fuese -pues, como es sabido, el jornal fluctúa-. Obviamente, era una cantidad interesante para bailar, y los que abandonaban, por edad, la danza, cedían su puesto, siempre el mismo, a un hijo o a un pariente cercano. Por su carácter de pago, la danza debía efectuarse "de sol a sol", y de ahí que comenzaran muy pronto, bailaran todo el día, se incorporara a la Procesión, y suspendieran su actividad a la puesta del sol, justo cuando la Procesión terminaba y el Cristo entraba en la Iglesia. Actualmente, la Procesión se ha retrasado hasta salir a las 20,30 horas, ya cayendo el día, con lo cual, a esa hora los Porrots hacen el último baile sobre un pequeño tablado, donde se cantará "La Carxofa" (2) cuando termine la Procesión, y ya se van a casa, pues, como ya hemos dicho, no pueden bailar, por tradición, después de la caída del sol.

Por tanto, hoy en día, los tres grupos de baile de "Porrots" inician su andadura a las 11 de la mañana y bailan hasta las 14 horas; reemprenden su actividad a las 17 horas, e interpretan su danza hasta las 20,30. Siempre la representan íntegra, no fraccionada. Actualmente hay tres grupos de "Porrots": uno de jóvenes, otro de adolescentes y un tercero de muchachas.

La Danza la interpretan diez hombres, aunque ocasionalmente pueden hacerla ocho. Los bailadores van vestidos con un faldellín y un ancho collar de tela granate, con flecos amarillos. Tanto el faldellín como el collar son más largos por delante y detrás que por los lados, de forma que el primero descubre las piernas hasta medio muslo, y el segundo no tapa los hombros. Después llevan un tahalí y cinturón de cuero negros; al lado izquierdo de la cintura les cuelga una pequeña bolsa cuadrada del mismo material, todo ello adornado con clavos metálicos. La cabeza la llevan cubierta con una corona de hojas de hiedra. En las muñecas llevan muñequeras de cuero, y en los pies, alpargatas de esparto. Las chicas llevan idéntica indumentaria, excepto una camiseta corta, sin mangas, tipo "top", que cubre el pecho.

Antaño, bajo esta vestimenta, por aquello de la decencia, llevaban camiseta de manga larga y calzoncillos largos, atados a los tobillos. Algunas veces hemos oído, en boca de etnógrafos, que más antiguamente, iban vestidos con camisa blanca y zaragüelles, pero lo cierto es que en Silla, actualmente, esa indumentaria no se recuerda.

Completan su equipo con la maza, llamada porro o porrot. Es una clava, como el "basto" de la baraja española, de unos sesenta cms. de larga, pintada de color verde y adornada con clavos negros.

La música se interpreta con tabal y dulzaina, y no cesa en toda la danza. De ahí que el dulzainero deba ser un buen músico, para tener buen pulmón y no ahogarse. En Silla están orgullosos de que se considera tocar els "Porrots" como una reválida o examen definitivo para que un dulzainero demuestre su valía. La melodía se compone de dos frases musicales, que se tocan alternadas, cada una de ellas dos veces antes de cambiar: el estribillo, durante el cual los "Porrots" hacen el llamado Pas Militar, e inician el paso o figura, y la melodía en la cual se interpreta ésta. Cada uno de los cambios melódicos va precedido de un muy breve silencio.

ESTRUCTURA DE LA "DANSA DELS PORROTS"

Pasemos a describir el baile. Los ocho o diez bailadores se colocan en dos hileras, una al lado de la otra, mirando todos en el mismo sentido, con la maza descansando en el hombro derecho. El primero de cada fila recibe el nombre de cap-cabeza-, y el último el de cúa -cola-. Al sonar el tabal y la melodía, hacen el Pas Militar: entonces, el cap avanza y gira, el de la fila de la derecha hacia la derecha, y el de la izquierda hacia su lado, dando media vuelta y pasando al lugar donde antes estaba el de cúa, con todos sus compañeros detrás; al llegar allí, permanecen quietos, moviendo los pies en el sitio como si caminaran, hasta que llega el final de la frase musical. Entonces, el cap de cada fila da media vuelta, y vuelve a ocupar el lugar del principio, con lo que las hileras vuelven a quedar como al principio. Este paso consiste simplemente en caminar, con la porra al hombro, de forma digna, ligeramente marcial. Al llegar al sitio de partida, mueven los pies como si caminaran, sin moverse del puesto, hasta que cambia la frase musical y entonces hacen la primera figura. Los bailadores actúan sincrónicamente y con decisión, montando la figura rápidamente, quedando estáticos, "congelados", a no ser si realizan algún cambio de postura propio de la figura, durante el tiempo de exposición de la misma, marcado por la melodía.

La primera figura se llama Costat (lado). Los bailadores extienden la pierna "de dentro", es decir, la que tienen a la parte de dentro del corredor formado por las dos hileras, hasta el centro del mismo, de forma que los pies de ambos bailadores quedan juntos. Al mismo tiempo, el brazo de ese lado interior queda en jarras, doblan la pierna "de fuera", con la mano exterior sujetan la maza, el extremo superior de la cual reposan en el suelo, y miran desafiantes a su pareja. Permanecen en esta postura el resto de la frase musical.

Al cambiar la melodía, de nuevo hacen el Pas Militar, pero ahora, al volver a su sitio, hacen una sola fila -los bailadores de la hilera de la izquierda se colocan delante de sus parejas respectivas-, para hacer la segunda figura, Costat i costat. Esta figura es igual en postura a la anterior, pero ahora, los pies de ambos bailadores se cruzan, quedando el del delantero por delante. Al reiniciar la melodía se cambia de lado: el bailador de la izquierda, que se inclinaba hacia la izquierda, lo hace hacia la derecha, y viceversa, pero sin moverse del sitio. De nuevo permanecen estáticos hasta que cambia la melodía.

De nuevo se repite el Pas Militar, para quedar ahora en dos filas enfrentadas, y se hace el paso de Genoll (rodilla). Los bailadores se giran, mirando frente a frente a sus respectivas parejas. El bailador de la hilera de la derecha inclina hacia adelante la pierna derecha, ofreciéndola a su compañero, y señalando a la cara de éste; mientras, sujetando la clava con la mano izquierda, la descansa en el suelo. Su pareja levanta la maza verticalmente en alto con ambas manos, brazos extendidos hacia adelante y arriba, y reposa su pie izquierdo sobre la rodilla del primero.

Nuevamente la figura se deshace al cambiar la melodía, y de nuevo se hace el Pas Militar, quedando en dos hileras. La cuarta figura es Barba. Los bailadores de nuevo se giran para quedar enfrentados a sus parejas. Entonces, el de la izquierda adelanta una pierna, ligeramente flexionada, y levanta la maza en vertical con ambas manos, brazos extendidos, mientras su pareja, doblando un poco la cintura y adelantando el tronco, coloca la maza apuntando con su extremo a la barbilla del primero, mientras sujeta la maza con una mano en el mango y otra en el cuerpo del arma. Se quedan en esta postura, lanzándose miradas de ferocidad y haciendo como temblores nerviosos de amenaza contra el contrario.

De nuevo cambia la melodía y la figura se deshace, desfilando en filas con el Pas Militar y quedando en dos filas. La quinta figura es Brag (brazo). Para hacerla, dan un salto en el sitio y quedan rectos de pie, con las piernas abiertas y los brazos extendidos en cruz, uno al-lado del otro, pero mirando en sentidos opuestos, y cogidos de los hombros por los brazos "de dentro" del corredor. El brazo libre o exterior queda sosteniendo verticalmente la maza. Para deshacer la figura al cambiar la melodía, dan un salto, y quedan de nuevo todos mirando en el mismo sentido para hacer el Pas Militar.

La Sexta figura es la Navaixa (navaja), y consiste en quedar de nuevo como en el primer paso o figura, simétrico, con la pierna "de dentro" extendida y con los pies tocándose. La pierna "de fuera" queda flexionada, y ambos bailadores se miran con ferocidad, sujetando la maza con una mano en el mango y la otra sobre el cuerpo, como dispuestos a golpear despiadadamente, haciendo incluso muecas y gestos temblorosos de agredir a su pareja. De aquí, dando un salto, sin hacer el Pas Militar se pasa a montar la Séptima figura, Senyalar (señalar). El bailador de la izquierda se gira noventa grados a la izquierda, deposita la clava en el suelo, con el mango frente a su pie, y se queda con el cuerpo inclinado hacia delante, la pierna izquierda flexionada y la mano derecha apuntando o señalando con el dedo hacia delante. Detrás queda su compañero, también con una pierna flexionada, los brazos extendidos y la maza sujeta verticalmente con ambas manos, mirando en la dirección apuntada.

De nuevo se deshace la figura, volviendo al Pas Militar, y entonces comienza la segunda parte de la Danza, en la cual las figuras se suceden sin pasar por el Pas Militar, y las hileras se deshacen. También debe decirse que las figuras deben deshacerse antes de que termine la melodía. La Octava figura es Tremolar (temblar): las tres parejas que van al centro de la formación se separan, abriendo la "calle" o "corredor", permaneciendo de pie, con los brazos extendidos hacia delante y arriba, y sosteniendo la maza verticalmente. Las dos parejas de los extremos, la del cap (principio) y la de la cúa (cola) permanecen en su sitio, pero se giran los primeros, mirando a los de la cola. La postura de éstos es la misma: el tronco y una pierna inclinados hacia adelante, con la maza en el suelo, ante ellos, y los brazos extendidos hacia atrás, con las manos abiertas, temblando. De éstos, el bailador que queda a la derecha será el empomador (empomar: coger en el aire), y el de la derecha, el botador (saltador).

Seguidamente se pasa a la Novena figura, Pit (pecho): los cuatro bailadores que están en los extremos corren hacia el centro del "corredor", para encontrarse cada uno con su oponente del otro extremo. Allí, los empomadors inclinan el tronco y los brazos hacia atrás, temblándoles las manos, mientras los botadors alzan el puño derecho sobre las cabezas de aquéllos y lo agitan como si les golpearan. Al reiniciar la melodía invierten la postura: el que antes "soportaba", ahora "golpea". De nuevo, se deshace la figura antes de que termine el compás, y se vuelve a la posición de Tremolar, para volver a montar una nueva figura, la Décima.


La Décima figura es Bot a la Cintura (salto a la cintura): los empomadors permanecen en el sitio, mientras los botadors corren al encuentro de aquéllos. Al llegar, dan un salto, subiendo a la cadera del empomador, el cual les sujeta el cuerpo con el brazo izquierdo, mientras les apunta a la cara con el dedo índice de la mano derecha; el botador, por su parte, se sujeta rodeando con sus piernas el tronco del empomador, y pone los brazos en cruz.

De nuevo se deshace la figura, y los botadors vuelven a su sitio, a la misma postura de Tremolar, pero ahora cogen las mazas o porros, sosteniéndolos horizontalmente, mientras sólo hacen temblar la mano izquierda. Para montar la Undécima figura, Bot a l'esquena (salto a la espalda), el botador corre y salta, quedando la figura con el empomador con las piernas flexionadas y el cuerpo inclinado hacia adelante, con una mano sobre una pierna para aguantar el peso, y la otra con el dedo apuntando al botador. Este se sube sobre la espalda del compañero, poniendo el pie izquierdo sobre un muslo, y el pie derecho a la altura de los riñones del empomador. Además, coloca su mano derecha en la cintura, en jarras, y con la izquierda alza el porro verticalmente, en señal de triunfo.

De nuevo se deshace la figura, y los botadors vuelven a su sitio, dejando la maza en el suelo, y asumiendo los cuatro la postura de Tremolar. La última figura es la Duodécima, Empomar (coger en el aire). El botador sale corriendo, y al llegar ante el empomador, que aguarda de pie, con los pies juntos, pone las manos sobre sus hombros, y da un salto. El empomador, al mismo tiempo, lo sujeta por las rodillas, y la figura queda así: el empomador de pie, y el botador sobre él, totalmente horizontal, sujeto a los hombros de aquél, mientras es sostenido por las rodillas.

Al deshacer la figura, los botadors vuelven corriendo a su sitio y los cuatro toman la maza. Entonces, los seis que marcaban la "calle" o "corredor" avanzan y ocupan su sitio, mientras los dos de cap o delanteros se giran, y quedan de nuevo en dos hileras para hacer el Pas Militar. Entonces, si la representación se ha hecho en un escenario, al girar haciendo el Pas Militar formarán una sola hilera -de nuevo los de la hilera de la izquierda pasan delante de sus compañeros de la derecha-, quedarán en el sitio, moviendo los pies como si caminaran, pero sin avanzar, y cuando se acabe la música con una larga nota, depositarán el porro junto a la pierna que mira al público, ladearán la cabeza, y se quedarán quietos. Si en cambio están en la calle, con público a ambos lados, permanecerán en dos hileras, haciendo los mismos gestos ya descritos.


SIGNIFICACIÓN DE LA DANSA DELS PORROTS: EXALTACIÓN DE LO LOCAL

Obviamente, la Dansa dels Porrots es para Silla un motivo de orgullo. No tiene que extrañarnos que sea considerada uno de los símbolos más recurrentes, y que incluso el Ayuntamiento otorgue todos los años a alguna personalidad destacada de la política o la cultura un premio, el "Porrot d'Or" o Porrot de Oro; y que la concesión de este galardón sea motivo de agrias disputas entre los partidos políticos del propio Ayuntamiento, las cuales trascienden a la prensa local. Por ejemplo, hace un par de años se propuso para este premio a un gestor cultural muy conocido, de claras tendencias culturales y políticas; como uno de los Partidos Políticos con representación en el Ayuntamiento se había sentido perjudicado por el aspirante a premiado al impulsar éste ciertas manifestaciones y movilizaciones, se opusieron a que le fuera otorgado el "Porrot d'Or". Esta sensibilidad nos muestra que el premio es visto como algo más allá de una simple celebración social: la Dansa dels Porrots es algo muy importante para Silla.

¿Por qué ha llegado a ser así? Por un lado, por la propia recuperación de una cultura popular; por otro, por la propia labor desarrollada por los componentes e impulsores de la Danza.

En innegable que desde los años setenta se inició a nivel valenciano un proceso de recuperación de las señas de identidad propias. Estas señas de identidad se vieron reflejadas, amén de banderas y simbologías, en algunas danzas o manifestaciones de la cultura popular. Ello se debió a que el auge del nacionalismo autonomista impulsó el folklore, y en todas las fiestas de Partidos Políticos autonomistas, y en las celebraciones patronales de pueblos con alto carácter reivindicativo, se efectuaban espectáculos de danzas folklóricas.

Entre ellas podríamos destacar la "Dansa de la Todolella", la "Dansa de la Muixeranga d'Algemesí", y nuestra "Dansa dels Porrots". En esta época, de manera desinteresada, los integrantes de la Danza deis Porrots viajaron por todas las comarcas valencianas efectuando su baile. Este se presentaba como una danza antiquísima, ligada al Neolítico, al período Ibérico o a la Romanización, lo cual satisfacía a los espectadores, a los cuales se les demostraba plásticamente la vigencia de nuestras más antiguas raíces culturales.

Ni qué decir tiene que la Danza dels Porrots se popularizó mucho. A principios de los años ochenta el Ayuntamiento de Aldaia decidió impulsar, en sus fiestas patronales al Cristo, la celebración de una Cabalgata Comarcal, a la cual concurrirían diversos grupos folklóricos de la comarca de la Huerta de Valencia. La Danza dels Porrots se impuso desde el primer momento como la principal atracción de la misma, no sólo por ser casi la única pieza auténticamente tradicional que participaba en la misma, sino además por su espectacularidad. El interés se incrementó cuando acudieron a la cabalgata "Els Porrotets", niños que, vestidos como "els porrots", efectuaban también la danza.

Los componentes de la Danza quisieron actuar además como un dinamizador cultural en el pueblo. Para ello, llegaron a realizar en algunas ocasiones un "Festival de Danzas Especiales". Se trataba de reunir en un Festival Folklórico diversas danzas procesionales o extraordinarias. La iniciativa, sin embargo, no cuajó.

Actualmente, la Danza también se puede ver en las llamadas "Ferias Medievales". Este fenómeno, como es sabido, consiste en una agrupación de diversos artesanos que acuden a una determinada localidad, y allí instalan un mercadillo al aire libre, con paradas de mesas cubiertas con toldos; se visten con indumentaria medieval, adornan las calles con guirnaldas, cubren el asfalto con paja, e intentan recrear la atmósfera del pasado mediante espectáculos callejeros de equilibristas, música, danzas, incluso cortas representaciones de persecución de brujas a cargo de verdugos inquisitoriales. Estas Ferias funcionan prácticamente como una animación contratada, y en ellas se han integrado "Els Porrots", al menos ocasionalmente.

En definitiva, todos sienten que la Dansa dels Porrots representa a la población de Silla: la Danza se ha convertido en un ideal local, en un símbolo de su cultura y de sus raíces.

LA "DANSA DELS BASTONOTS" DE PICASSENT

Al sur de Silla encontramos la localidad de Picassent. En ella se efectuaba, en la fiesta y procesión de la Virgen de la Milagrosa, la "Dansa dels Bastonots". Este baile tenía una estructura similar al de "Els Porrots", pero una consideración social radicalmente distinta. En Picassent, "Els Bastonots" no era un baile municipal, sino puramente procesional. Salía precediendo a la procesión, y los bailadores recibían el obsequio de los vecinos que aguardaban el paso de la comitiva, con las puertas abiertas y sentados en sillas en la acera. A los bailadores se les invitaba a pastas, dulces y licores. Por ello, solían ser personas de baja condición social, incluso borrachines. Estamos ante lo que, en otra ocasión, denominé "Danzas de Nivelación Social", que permiten integrar en la sociedad a personas marginadas de ella.

No es de extrañar que cuando la condición social de las gentes mejoró, la Danza fuera abandonada, pues su carga peyorativa era muy fuerte.

Antaño, la Danza se interpretaba todas las tardes, durante la semana que precedía a la fiesta de la Milagrosa (último domingo de Mayo), y a la de la fiesta de la Virgen de la Vallivana (8 de septiembre). Es decir, durante dos semanas en todo el año, se bailaba esta danza por las calles de la población. Los bailantes eran "els mes baixets, pero no de estatura", es decir, los más "bajitos", los más humildes, las gentes más pobres, que esas semanas eran agasajados e invitados en las mejores casas de la población. Después, el día de la fiesta, la Danza se interpreta delante de la Cruz.

Aquí encontramos una divergencia clara: cuando hace pocos años, en 1993, se planteó su reconstrucción, las personas del pueblo manifestaron que el Baile era muy similar al de Silla. Un profesor de la localidad asumió la tarea, y con varios alumnos voluntariosos, acudieron a Silla, donde aprendieron la "Dansa dels Porrots". Por consiguiente, ambas danzas son ahora idénticas. Cuando estuve en Picassent, se me confirmó que las Danzas eran gemelas, y por tanto la copia estaba plenamente justificada. No obstante, en Silla me insistieron que la "Dansa dels Bastonots" original era diferente. No obstante, se había dejado perder, y ahora era imposible recuperarla.

Fuera como fuese, hoy día la "Dansa dels Bastonots" es idéntica a la de "Els Porrots", pero al contrario que aquella, y siguiendo con la tradición, está integrada en la comitiva procesional de la fiesta de la Virgen. Los bailadores visten de manera similar a los de Silla. Llevan el cuerpo y las piernas cubiertas por una camiseta interior de manga larga, y calzoncillos largos. Sobre los hombros y el pecho llevan un peto, de terciopelo azul, terminado en punta a la altura del tórax, adornado con tiras doradas y flecos amarillos. A la cintura visten un faldellín, con cortes laterales, largo hasta la rodilla, de la misma tela y adorno que el peto. Después llevan, de hombro izquierdo a cadera derecha, una banda, a modo de bandolera, también del mismo terciopelo, con dos tiras doradas y rematado con flecos. A la cabeza llevan hojas de laurel de tela, y en los pies, alpargatas. El "porro" es más estilizado que en Silla, similar a un bate de béisbol, pintado de verde.

Una fotografía antigua de Picassent muestra a los danzantes vestidos de esta guisa, pero con algunas variantes: el peto y el faldellín son más pequeños, no llevan flecos, aunque sí unos adornos en la tela, hechos con círculos de pasamanería; a la cabeza, llevan enrollado un pañuelo.

En Picassent sí que me dijeron que la indumentaria antigua era con zaragüelles o saragüells, los calzones anchos de lienzo, que si bien se consideran hoy día propios de valencianos y murcianos, debieron estar muy extendidos en la España del siglo XVIII. En apoyatura de ésto diremos que si los bailadores eran gente de pocos recursos, irían vestidos a bailar con prendas viejas de las que se guardaban para disfrazarse; y entre estas ropas debían figurar los saragüells.

SIGNIFICACIÓN DE LA "DANSA DELS BASTONOTS" PARA PICASSENT

Para Picassent, la Danza ha supuesto una innovación importante en la procesión. Ha revitalizado mucho ésta, y ha contribuido a relanzar el interés por el folklore local. De hecho, Picassent, que no contaba con grupo de danzas local, actualmente ya tiene uno de índole municipal, y otro en una de las escuelas. De todo esto podemos inferir dos cosas: por un lado, la importancia que tiene la escuela en la difusión y rescate de nuestro folklore. Por otro, diré que he asistido en varias ocasiones a la Procesión, y fui testigo de una recuperación impensable. Si bien los organizadores decidieron introducir danzas a fin de crear un aliciente al espectador en 1991, al rescatar del olvido el "Ball dels Bastonots" en 1993, el cambio fue enorme. Se generó una gran expectación, y se cambió el recorrido procesional. Para mí, ello demuestra el interés por la cultura tradicional, que subyace enterrado, que parece que no existe, pero que cuando es estimulado y aflora, manifiesta una fuerza impensable.

Aún es pronto para hablar de resultados, pero creo que el "Ball dels Bastonots" se consolidará, y se convertirá también en un símbolo para la localidad, como lo es la "Dansa dels Porrots" para Silla.

LA DANZA DE ALCIDES EN EL "BALL DE TORRENT"

Para terminar, añadiremos un comentario sobre la presencia de una Danza muy similar a las anteriores, en una escenificación pantomímica compleja: la llamada "Danza de Alcides" en el "Ball de Torrent".

El "Ball de Torrent", como he dicho, consiste en una escenificación pantomímica, en la cual se representa la visita de un Virrey y su esposa a la localidad valenciana de Torrent. En la "obra", el Virrey y su mujer son recibidos por el Alcalde y el Cura, y ponen de manifiesto los vicios y defectos del Antiguo Régimen: corrupción, despotismo y estupidez. Intervienen diversas comparsas que bailan y engañan a los protagonistas, ridiculizándolos y mortificándolos, para terminar todos persiguiéndose a palos: de ahí viene la expresión "terminar com el Ball de Torrent", que viene a significar "terminar como el Rosario de la Aurora".

No obstante su fama, es poco lo que sabemos de este "Ball de Torrent". De hecho, sólo tenemos como esquema completo el descrito por Gonzalo Valero en la revista "El Archivo", en 1893, y que corresponde al bailado en Segorbe hacia mediados del siglo XIX. Tenemos noticias periodísticas que nos permiten rastrear su representación en fiestas en Valencia y pueblos valencianos, a lo largo del siglo XIX, y que nos permiten inferir aspectos aislados sobre su organización, pero poco más. Se cree que el "Ball" recibió el nombre de Torrent porque eran los habitantes de esta localidad personas muy hábiles en el baile, y recorrían los pueblos y ciudades de la península, contratados para participar en fiestas y procesiones. Ellos serían los inventores o diseñadores de la historia central: la visita del Virrey a Torrent, su recibimiento con diversas danzas, el banquete hecho con alimentos de pega, el baile en el cual queda patente la frivolidad de la virreina y la desvergüenza del Cura, la llegada de los Estudiantes y de los Gitanos, que dejan en ridículo a las autoridades, y el final caótico. No obstante, la propia creatividad jugaba en contra de estas gentes: eran amigos de cambios, de innovaciones, y por ello sus danzas y coreografías no se consolidaban: eran arte efímero. Manuel Gil y Rafael Benedito, que estudiaron el "Ball de Torrent", me lo definieron como un happening, como una obra teatral abierta a la improvisación, al cambio constante. Una fiesta que se celebraba en la calle, ejecutada por personas contratadas de fuera, en teoría normalmente de Torrent; aunque también en otras ocasiones la ejecutarían personas de la localidad, con ánimo carnavalesco.

Una de las comparsas integrantes del "Ball de Torrent" es la del "Baile de Alcides" o "Els Homens de la Força" o "Hombres de la Fuerza". En el esquema general del "Ball de Torrent", estos personajes realizan una danza para obsequiar a los Virreyes. Según las acuarelas de Gonzalo Valero, único testimonio gráfico de cómo era el "Ball" en el siglo pasado, estos hombres iban vestidos de manera similar a los artistas de circo decimonónicos: torso desnudo, pantalón corto ajustado, y alpargatas. Iban barbados, y empuñaban también unas mazas. En la acuarela, se representan cinco: uno de ellos permanece con la maza al hombro, mientras los otros cuatro ejecutan una figura plástica: dos están casi arrodillados, con una pierna flexionada y la otra extendida hacia atrás, mientras su cuerpo permanece casi paralelo al suelo, sujetándose con la maza puesta en vertical, a modo de bastón. Los otros dos están a sus espaldas, en ademán de alzar la maza para descargarla sobre sus compañeros humillados. Al fondo de la composición, están el dulzainero y el tabaletero. Gonzalo Valero escribió: "Los Alcides: Unos cuantos disfrazados de tales, con grandes mazas o porras en las manos, al son de la música hacían varios ejercicios de fuerza y equilibrio".

Hasta aquí el dato de Gonzalo Valero. Obviamente, no se ha conservado un esquema de esta danza, y por tanto, en la última reconstrucción completa del "Ball de Torrent", escenificada por el Grupo de Danzas Alimara de Valencia y estrenada en 1986, ésta fue diseñada partiendo de cero. En dicha representación, la ropa de los "Homens de la Força" era una ajustada prenda de color naranja a modo de camiseta, con manga corta, y un pantalón corto de color azul, buscando una similitud con la usada por los "forzudos" circenses. Completaban su atuendo con alpargatas, un "porro" pintado de verde, y una careta de cartón en la cual llevaban pintados bigotes de puntas hacia arriba. La coreografía, de seis hombres, se basó en la Dansa dels Porrots, simplificándola: por ejemplo, se inicia con que cada danzante gira alrededor de su pareja, amenazándole con el palo. Después, hacen un "Costat", etc. A esta reconstrucción precedió otra, hacia 1975, por grupos de teatro y danza de Torrent, de la cual no he podido recabar noticias.

El hecho de que una danza de estas características estuviera incluida en el "Ball de Torrent" me lleva a pensar que bailes de este tipo debían estar más extendidos en el pasado de lo que comúnmente se cree, es decir, que se ejecutaban en diversas poblaciones, incluso quizá formaban parte del folklore torrentino. Es posible que esta Danza de Alcides naciera en el siglo XVIII, época de la Ilustración y de gran auge de los estudios grecorromanos (3); que se extendiera por mimetismo, que fuera incorporada al "Ball de Torrent", y que tan sólo se conservara en Silla y en Picassent. Debe tenerse en cuenta que la presencia de danzas en fiestas y procesiones era bastante inestable: los gremios y los clavarios que las patrocinaban gustaban de cambiar de un año para otro, y muchas de estas danzas eran efímeras. Se montaban las coreografías, se confeccionaba un vestuario, y después de la fiesta, se olvidaban. Por consiguiente, si bien es posible que la Dansa dels Porrots sólo se conociera en Silla y Picassent, y sólo bailada por personas de estas localidades, y después fuera incorporada por un Maestro de Danzas desconocido al "Ball de Torrent", creo más bien que esta Danza estuvo extendida, y fue bailada, efímeramente, en más pueblos valencianos.

De todas formas, el hecho de que se haya conservado en Silla, con rango de danza municipal, quizá evidencie que su origen sea esta localidad, sin que ello, como en tantas cuestiones etnográficas, se pueda demostrar documentalmente. No hay que descartar, en efecto, que fuera exportada desde Silla por los propios "Porrots", a otros pueblos. Todavía hoy día, esta Danza es contratada por clavarios y festeros de otros pueblos para mayor lucimiento de sus fiestas: incluso, localidades que cuentan con procesiones con gran número de danzas, como Algemesí.

Sea como fuere, la Dansa dels Porrots goza de una envidiable salud, y se sigue representando, año tras año, en Silla, con ocasión de sus fiestas de agosto al Cristo, y en el Día de la Comunidad Valenciana. Así mismo, se consolida en Picassent la Dansa dels Bastonots. Las antiguas danzas que antaño representaron el poder municipal o la solidaridad vecinal, hoy día simbolizan la cultura popular autóctona en sus respectivas localidades. Toda una lección para los agoreros que anuncian la defunción del folklore, o bien predican su falta de contenido y función en la sociedad actual.

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NOTAS

(1) Denominamos "figura plástica" en una Mojiganga, a la efectuada con los cuerpos de los danzantes, que se colocan unos encima de otros para representar, por ejemplo, un anda procesional, o se cogen de las manos en círculo y ruedan, para figurar una rueda... Describí algo de todo ello en un artículo anterior sobre las Danzas de la Procesión de la Virgen de la Salud de Algemesí.

(2) La Carxofa es una escenografía, consistente en una alcachofa gigante, de unos dos metros de alta, que cuelga de una ventana del campanario de la iglesia a unos dos metros por encima de un estrado. Esta Carxofa o alcachofa es un armatoste, compuesto de un poste central, con repisa, y varios gajos que la cierran, articulados en su parte superior. Al acercarse el final de la procesión de ese día de fiesta, el 6 de agosto, se introduce en la Carxofa un niño vestido de ángel, al tiempo que a sus pies, en el estrado, se instala una pequeña orquesta. La Carxofa se queda cerrada, esperando. Cuando el Cristo llega a la puerta de la iglesia, la Carxofa se abre, quedando como una palmera, y entonces el niño, ligado al poste, acompañado por la orquesta, entona un Motete, que canta en Valenciano las glorias de Cristo. Esta invención se representaba en algunos pueblos de la Huerta de Valencia, y aún se canta en Aldaia (al Cristo), en Alaquás (al Cristo y a la Virgen del Olivar), y en la propia Valencia (a la Virgen del Carmen, y al Cristo de los Afligidos del Canyamelar, éste en la Semana Santa Marinera).

(3) Creo que se puede establecer esta fecha, quizá retrocediéndola hacia el siglo XVII, basándome en la hipótesis del gran estudioso del "Ball de Torrent", Vicente Veguer Esteve, el cual estableció que en ellas tuvo su origen y formación el "Ball". El propio nombre de la misma: "Danza Pírrica" (por Pirro, Rey del Epiro), Danza de Alcides (por Alcides, sobrenombre de Hércules, derivado del de su abuelo Alceo, y que es sinónimo de persona de gran robustez y fuerza) evidencia un origen cultista. Valencia fue un área donde la Ilustración fue muy importante.

NOTAS SOBRE LAS PARTITURAS

La partitura titulada "Dansa del Porrots de Silla" fue publicada por Salvador Seguí y otros en el "Cancionero Musical de la Provincia de Valencia" (Valencia, 1980), y recoge la melodía que actualmente se ejecuta en Silla y en Picassent, con alguna ligera variante en los adornos.

La subtitulada "Versión del Padre Baixauli" corresponde a la recogida por el jesuíta Padre Baixauli a principios del siglo XX en una encuesta a varios dulzaineros. Esta versión de la Dansa dels Porrots de Silla ha sido la adoptada para la última reconstrucción de la "Danza de Alcides" en el Ball de Torrent. También está publicada por Seguí, en el volumen citado anteriormente.

La titulada "Danza de Alcides" fue recogida por Eduardo M. Torner, y publicada en su libro "Damas Valencianas (Dulzaina y Tamboril)", (Barcelona, 1938), y posteriormente republicada por Vicente Veguer Esteve en su libro "El Teatro en Torrent" (Torrent, 1983), de donde la he tomado. El artículo de Gonzalo Valero también aparece incluido en este volumen, en el cual se recogen la mayoría de artículos y estudios relacionados con el "Ball de Torrent".