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11

Luis Rius, León Felipe. Poeta de barro, México, UNAM, 1988, 2ª ed., pág. 147.

 

12

H. Levin, Refractions. Essays in Comparative Literature, Londres, Oxford University Press, 1966, pág, 62.

 

13

Hoover Institution, Stanford University. Recojo ese dato en Correspondencia Ramón J. Sender-Joaquín Maurin, 1952-1973, Madrid, Ediciones de la Torre, 1995, pág. 65.

 

14

Cf. M. Kenny, «Twentieth-century Spanish Expatriates in México: an urban Sub-culture». Anthropological Quarterly, 35, octubre 1962.

 

15

Elías Díaz, Pensamiento político español, 1939-1973, Madrid, EDICUSA, 1974, págs. 93-108.

 

16

Cf. la reciente edición de esta novela que ha preparado Manuel Aznar Soler (Barcelona, Alba Editorial, 1995).

 

17

La comparación realizada en una «carta apostólica» entre la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y la Segunda República española por el actual Papa Juan Pablo II, coherente con su política de beatificación de mártires de la guerra civil española desde 1983, viene a confirmar dos cosas: una, su interpretación de nuestra historia como nuevo Cruzado nazi-onal en la línea de aquel «faccioso» Pío XI; dos, su falibilidad en cuanto no se refiera a cuestiones pías (cfr. El País [15-noviembre-1994], p. 31 y la irónica glosa de Manuel Vázquez Montalbán titulada «¡Qué cruz!». El País [21-noviembre 1994], p. 72).

 

18

Una nómina más completa de la dramaturgia exiliada, preparada por M. Aznar Soler, Josep Mengual, Claudia Ortego y Teresa Santa María, puede consultarse en la bibliografía final de este mismo libro.

 

19

Esta versión teatral está publicada en Manuel Azaña, La velada en Benicarló. Madrid, Espasa-Calpe, Selecciones Austral, 1981, pp. 155-231. Alberto Femández Torres reseña este estreno en «La República en el banquillo». Pipirijaina, 17 (noviembre-diciembre 1980), pp. 50-51.

 

20

P (rimer) A (cto), «La muerte de Margarita Xirgu». Primer Acto, 108 (mayo 1969), pp. 8-9. Antonina Rodrigo atribuye a la actriz, en conversación con Orestes Caviglia, actor y director argentino radicado en Montevideo, la afirmación siguiente, sumamente expresiva de la tragedia del destierro: «¡Qué sabios eran los griegos: no mataban, exiliaban!» («Margarita Xirgu en el exilio». Cuadernos Hispanoamericanos, 473-474 [noviembre-diciembre 1989], p. 143).