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Corpus Barga, «Apuntes a Goethe», en Crónicas literarias, edición de Arturo Ramoneda Salas. Madrid, Júcar, 1985, p. 352.

 

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Salieron cuatro mineros (de 1959 a 1968). En México inicia su exilio Lorenzo Varela antes de su paso a Buenos Aires con una importante actividad ligada a la revista de Octavio Paz Taller. En 1953 se crea el Patronato de Cultura Gallega de México. Cfr. Martínez López, Ramón: «La Literatura Gallega en el exilio» en El exilio español de 1939, Madrid, Taurus, 1978, vol. VI, pp. 258-323.

 

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Losada, Basilio: «La literatura» en Los Gallegos, Madrid, Istmo, 1976, p. 301.

 

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El Periódico de la Federación de Sociedades Gallegas, Galicia, aglutinador de los antifascistas españoles y argentinos bajo la dirección de Eduardo Blanco-Amor, es el principal promotor del Congreso, que fue finalmente prohibido, por las autoridades argentinas. (Galicia, números de julio y agosto de 1937). Desgraciadamente, no todo eran apoyos a la República entre la prensa gallega de Buenos Aires; así uno de los periódicos más importantes, El Correo de Galicia, se pone del lado de los sublevados, que reciben el apoyo de importantes sectores del Centro Gallego.

 

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Vid. M. Quijada: «Los españoles de la Argentina ante la Guerra Civil Española. Instituciones de la comunidad» en AA. VV., Inmigración, Integración e Imagen de los Latinoamericanos en España (1931-1977), Madrid, 1988, pp. 79 y ss. En Galicia (22-9-1936) más de 300 intelectuales argentinos y uruguayos expresan su solidaridad con el sufriente pueblo español: «Voces de verdadero pensamiento sudamericano». Vid. también las ponencias de Raúl González Tuñón y Cayetano Córdoba Iturburu en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, apud. Aznar Soler, M. y Schneider, L.M.: Actas, ponencias, documentos y testimonios, València, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència, 1987, pp. 41, 73, 87 y 97. Y en Galicia (Federación Buenos Aires, 20-9-1936, p. 1.) el texto de la carta enviada por más de una treintena de escritores argentinos al general Cabanillas protestando pot el asesinato de Lorca con el significativo título: «Contra la barbarie fascista». Entre los firmantes figura J.L. Borges.

 

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Blanco-Amor, Eduardo: «Carta abierta al director de La razón»:

«No creo que ningún español de extracción popular -y yo me honro con ser un español del pueblo- tenga interés alguno en leer los insultos que diariamente se infieren, desde el extranjero, al legítimo gobierno de su país; de enterarse de cómo se escarnece a un pueblo nobilísimo, que se inmola en sacrificio innumerable para salvar los pocos girones de dignidad civil que le van quedando al mundo en este momento repugnante de su historia». Galicia, 13-12-1936 (El subrayado es mío)

 

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Carmen Muñoz de Dieste (Entrevista con el autor del presente trabajo, La Coruña, 1 de abril de 1986).

 

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Timerman, Jacobo: «¡Ay Carmen Maura!», El País, 9-1-1991

 

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Las relaciones entre exiliados y los anteriores núcleos de la emigración resultaron a veces problemáticas y polémicas, como veremos al hablar de Castelao. Dña. Carmen Muñoz de Dieste me confirmó este carácter problemático en la entrevista ya citada al referirse al caso de Blanco-Amor: «Al llegar nosotros a Buenos Aires en 1939, hemos visto bastante a Blanco-Amor, pero casi siempre en fiestas de las Sociedades Gallegas, actos culturales o reuniones expresamente convocadas para algún fin. Pero no solía concurrir a la Peña del café Tortoni, en que se reunían Seoane, Dieste, Otero Espasandín, Antonio Baltar, Colmeiro, Lorenzo Varela, Cuadrado, Serrano Plaja, Attilo Rossi -un exiliado italiano que había adoptado Galicia como su patria de exilio- y amigos argentinos como Frontini, Baudizzone, Guillermo de Torre, acudiendo unos u otros según los días y ocupaciones; pero los mis fijos eran Seoane, Dieste (conmigo), Rossi, Varela... Es decir, Blanco-Amor siguió cultivando sus amistades de antes y no hizo especial amistad con ninguno de los exiliados, aunque se llevaba bien con todos». Más información sobre el tema en I. Díaz Pardo (prólogo al estudio de Blanco-Amor: Castelao Escritor, Sada, Edic. do Castro 1986, pp. 5-22).

 

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En este sentido se crea en noviembre de 1944 el Consello de Galicia, fundado en Montevideo por los diputados gallegos Castelao (Presidente), Alonso Ríos, Elpidio Villaverde y Suárez Picallo. Para un acercamiento más directo al tema puede consultarse el trabajo de Baldomero Cores Trasmote: Ramón Suárez Picallo. Socialismo, Galleguismo, y acción de masas en Galicia, Sada, Ed. do Castro, 1983, pp. 201-225. Indispensable el testimonio de Isaac Díaz Pardo, en un prólogo al trabajo póstumo de E. Blanco-Amor: Castelao escritor, Sada, Fd. do Castro, 1986.