Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

61

«¡O corte, que alargas las esperanças de los atrevidos pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos! ¡Sustentas abundantemente a los truhanes desvergonçados, y matas de hambre a los discretos vergonçosos!»


(«El licenciado Vidriera», II, 113, 27-31).                


 

62

«Tornó [Sancho] otra vez a provar ventura, y sucediole tan bien, que, sin más ruido ni alboroto que el passado, se halló libre de la carga que tanta pesadumbre le avía dado» (Don Quixote, I, 272, 16-19, I, 20). «La carga pesada deste cuerpo» (Don Quixote, II, 8, 5, I, 28).

 

63

«Hállase allí el exercicio / que la salud acomoda, / sacudiendo de los miembros / a la pereza poltrona» («La ilustre fregona», II, 306, 7-10). «Sancho... despertó y espereçose, sacudiéndose y estirándose los pereçosos miembros» (Don Quixote, IV, 349, 10-12, II, 68).

 

64

«Si no fuera [...] por el hábito que traía, por la estrecheza de su comida, por el modo con que bevía, por el no querer dormir sino al cielo abierto en el verano y el invierno en los pajares, como queda dicho, con que dava tan claras señales de su locura, ninguno pudiera creer sino que era uno de los más cuerdos del mundo» («El licenciado Vidriera», II, 111, 15-22).

 

65

Periandro da una breve presentación de la misma forma de vida (Persiles, 17, 204, 8-13, IV, 1).

 

66

«Gran cantidad de verdes y hojosos árboles» (Persiles, I, 225, 24-25, II, 10).

 

67

«"Suplico a vuessa merced [...] me ayude a subir sobre aquel alcornoque, de donde podré ver más a mi sabor, mejor que desde el suelo, el gallardo encuentro que vuessa merced ha de hazer con este cavallero." "Antes creo, Sancho", dixo don Quixote, "que te quieres encaramar y subir en andamio"» (Don Quixote, III, 184, 11-18, II, 14).

 

68

«Arrimóse el amor a la esperança / qual vid al olmo, y fue subiendo apriessa» (La Galatea, I, 111, 23-24); «Fecunda vid, / crece, sube, abraça y toca / el olmo felize tuyo, / que mil siglos te haga sombra» («La gitanilla», I, 38, 20-23);

«gozéisle luengos años, señor Renato, y gózele en vuestra compañía la sin par Eusebia, yedra de vuestro muro, olmo de vuestra yedra» (Persiles, I, 319, 17-20, II, 21); «sin arrimo que sustente la yedra de nuestras incomodidades» (Persiles, 11, 203, 23-24, IV, 1).

 

69

Véase Sebastián de COVARRUBIAS HOROZCO, Emblemas morales, reimpresión de la ed. de 1610, Yorkshire, 1973, pág. 253.

 

70

Ed. Francisco LÓPEZ ESTRADA, Clásicos Castellanos, 127.

Indice