Lectura Toby

Este, Toby, es uno de mis libros más premiados. Y también de los menos leídos, por lo menos en la Argentina. Y esto debido a los reparos que ponen los adultos «tiempo completo», me dijo un director de escuela, «a mi me hizo lagrimear». En una mesa redonda el tema provocó 1 [un] «¿Un chico diferente, y encima sin madre ni abuela?» Ah, no. Y la que hablaba era una autora de libros p' [para] (evito la palabra literatura).

Aclaro que yo no escribí este libro para ayudar a los chicos con capacidades especiales o a los que trabajan con [esos] chicos, con esa intención.

Yo lo escribí pq' [porque] lo escribí.

(Dije muchas veces, y lo repito, que las intenciones nada tienen que ver con la literatura. El escritor que escriba lo que quiera, lo que pueda, que los temas lo irán atrapando. No el escritor a los temas. Los temas al escritor, a veces sin darse cuenta, a veces a pesar del escritor. Y lo demás es por añadidura.

Otra cosa sucede con los mediadores, los que van a acercar los libros a los lectores).

En el inicio de la historia no estaba Toby. No estaba aún conscientemente. Estaba este pisapapeles que me regaló mi abuelo cdo [cuando] yo tenía 4 años. De cristal con 1 [un] jardincito adentro.

Y el pisapales me llevó a mi abuelo, un abuelo un poco loco q`[que] dormía de día para no ver a nadie (Los domingos no, Todos los domingos me hacía 1 [un] cumpleañospara mí sola, con cohetes, banderitas, globos.

Un abuelo que nunca me regalaba cosas útiles sino dátiles, cajas p' [para] guardar guantes o cajitas de cristal