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Literatura con valores


Ana Garralón


Profesora y especialista en literatura infantil y juvenil

Después de la lectura de un libro, su mensaje nos lleva más allá de las fronteras de la palabra escrita; se acerca a nuestros sentimientos, despierta inquietudes olvidadas y estimula, unas veces la acción y, la mayoría, el diálogo y la reflexión personal.

En la literatura infantil y juvenil estos mensajes son un aporte más en la formación personal e intelectual del lector. Junto a las influencias sociales, escolares y familiares, los medios de comunicación y la literatura van depositando elementos para la configuración de dicha personalidad.

Y aquí es donde empiezan las dudas: ¿hasta qué punto se está manipulando la mente del joven lector?, ¿qué mensaje es el adecuado?, ¿cómo elegirlo?, ¿es conveniente que conozca determinadas realidades normalmente ocultadas? Para el adulto encargado de la elección es importante que conozca las diferentes lecturas de una historia. Cuando pone en manos de un niño o un joven un libro, debe saber qué material es el que le está ofreciendo. Es fundamental que el lector pueda contrastar diferentes visiones de un mismo tema, acercarse con diversos puntos de vista en lugar de uno, ya que le permitirá ir seleccionando lo que más le interese para configurar un juicio sobre dicho tema.

Especial interés merece nuestra elección si el texto va a ir dirigido a los más pequeños. «Un texto -dice Mitsumasa Anno- puede hacernos creer demasiado rápido que lo hemos comprendido. Está también la voluptuosidad de ojear la imagen, de buscar por uno mismo y el placer de encontrar». Tomamos estas sugerentes palabras de Anno para hablar de la ilustración y sus posibles lecturas. El niño pequeño que aún no sabe leer concentra toda su atención en las imágenes, de manera que, el texto que escucha se verá enriquecido con las ilustraciones que observa, porque ahí encontrará muchos elementos que le interesan: lo que el niño busca en la imagen es, principalmente, información. Atención, pues, a los modelos que se repiten y a los arquetipos que, nosotros como adultos, ya estamos acostumbrados y no les damos el suficiente valor.

La búsqueda de una sociedad más libre, más cercana a la naturaleza, sin ideologías extremistas, hace que el adulto transmita sus inquietudes al lector receptor de su obra, quizá en un intento de advertir y de concienciar, en el cual, en el fondo, se percibe un gran sentimiento de culpabilidad hacia el mundo de los adultos que necesitan que los jóvenes vayan cambiando poco a poco algunos principios, erróneos, que ellos han establecido.

El lector se sentirá como el protagonista de muchas de las historias que lee: desconcertado con lo que tiene ante sus ojos, preocupado por el futuro que hereda y esperanzado con la idea de no cometer los mismos errores que sus padres.






Derechos Humanos y pacifismo

Hablar del mensaje pacifista en los libros infantiles y juveniles es mucho más que hablar simplemente de la dualidad guerra-paz, es hablar de la defensa de una naturaleza que se va extinguiendo, es hablar de los Derechos Humanos, de la marginación, y también es hablar del papel de la mujer en la sociedad poco considerado. Y, aunque parezca que nos excedemos en los límites, también es importante hablar de valores como la amistad, la no competitividad y la resolución de conflictos sin violencia.

A pesar de la aparente disparidad en los temas, hay características que se repiten:

-Exceptuando los libros para los más pequeños en los cuales el protagonista suele presentarse bajo una apariencia animal, la mayoría tiene como protagonistas a niños o jóvenes.

-Cuanto mayor es la edad a la que van dirigidos, más se abandonan los elementos simbólicos que dan lugar a diferentes interpretaciones y los temas se delimitan más. Compárese, por ejemplo, Negros y blancos de David McKee en el que, bajo una pelea en la que se dan matices de racismo, violencia, sometimiento y búsqueda de libertad, se plantea un final inevitable pero no cerrado, es decir, que queda la posibilidad de imaginar que no ocurrirá lo que todos están pensando. En Testimonio del infierno, este racismo, sometimiento y ansiada libertad se convierten en centro de atención de la protagonista cuando, autobiográficamente, relata su estancia en un campo de concentración.

-Hay historias que hablan de algo que ya ha ocurrido, por ejemplo, El destello de Hiroshima, escalofriante recuerdo de lo que supuso para una familia la explosión de la bomba atómica mediante el impresionado pincel de la autora, y otras que sitúan al lector en un momento ficticio sobre algo que podría ocurrir, como en el caso de Los últimos niños de G. Pausewang en el que la autora imaginó lo que pasaría en el supuesto que una bomba explotase en plena ciudad, cómo le afectaría a la familia protagonista y cómo los últimos niños toman conciencia de su situación.

-Los desenlaces se plantean sin timidez y con bastante realismo. En muchas ocasiones queda un resquicio para la esperanza de que las cosas se pueden cambiar con nuestra decisión personal. Conocido es el desenlace lleno de buenas intenciones de El puente de R. Steadman, donde los protagonistas, después de ver el desastre originado por sus padres y sus impulsos desconfiados, asumen la responsabilidad de realizar aquello que los adultos no han sido capaces de llevar a cabo. Entre el cielo y el infierno de reciente aparición, en el que la protagonista, encontrándose en una situación de maltrato físico y psíquico, es capaz de reconocer su problema y buscar ayuda para solucionarlo.

-En casi todos los cuentos con temática pacifista o con valores de defensa de los Derechos Humanos hay una ausencia total de objetos mágicos, es decir, de elementos que los protagonistas utilizan para resolver determinadas situaciones, generalmente de difícil solución. En estos cuentos no aparecen ni poderes especiales, ni regalos oportunos, ni fantasías disfrazadas de hada buena que les ayuda. Es el propio esfuerzo del protagonista el que resuelve su situación.

El niño, cuando es protagonista, actúa como espectador impasible e indefenso o como transformador de la realidad, como anticipador y como agente que evita la catástrofe en determinados casos.

El que un niño, solo, afronte la decisión de hacer algo que está en su mano, infunde valor en el joven lector sobre la importancia de la decisión y el compromiso personal, aunque sea él sólo quien asuma el riesgo. Es el caso de, por ejemplo Momo de Michael Ende, ¡Saltad todos! de Ken Whitmore, o El uniforme maldito de Sally Cedar.




Defensa del medio ambiente

Abordando de manera particular y breve cada tema, en la defensa de la naturaleza es interesante comentar los dos tipos de libros que predominan. Unos son aquellos en los que la naturaleza la vive el protagonista como algo placentero. No hay, pues, violencia ni enfrentamiento y se presentan al lector aspectos inusuales de su experiencia con la naturaleza, máxime teniendo en cuenta si el lector es un niño urbano cuyo contacto con la naturaleza se resume a una salida al campo de vez en cuando.

En Mi rincón en la montaña de Jean C. George, escritora habitual en este tema, un niño decide irse a vivir a la montaña y va relatando su convivencia con este medio. Y en La mata de escarabajos, por ejemplo para los más pequeños, la naturaleza está presente en una pequeña mata que la protagonista cuida y que, gracias a esta dedicación, aprende a convivir con sus sentimientos.

El otro tipo de libros con mensaje de defensa de la naturaleza, es la denuncia del deterioro del medio ambiente. El hombre que plantaba árboles nos habla de la reconstrucción casi utópica de una abandonada tierra y la labor ininterrumpida e incansable de este hombre que, plantando árboles durante toda su vida, acaba salvando el terreno de la deforestación.




Feminismo

Mención especial merecen los Derechos Humanos y, en particular, la defensa de los derechos de la mujer. Mucho se ha escrito sobre ello y la polémica sigue en pie. Polémica en la que no vamos a entrar. Simplemente, volver a hacer hincapié en la importancia de la ilustración como portadora de esquemas y roles asumidos por el adulto y que le están transmitiendo una imagen diferente a la realidad en la que él vivirá cuando sea adulto. Es curioso observar la insistencia con que se repiten algunos símbolos cuyo significado se acaba asimilando.

Existen muchas lecturas en las que la mujer es protagonista o su rol sale fuera del ámbito hogar-familia. ¿Por qué no leerlas y facilitar el diálogo sobre ellas? Al niño pequeño no debe extrañarle que el narrador de Ana Banana y yo relate los juegos en los que su amiga no sólo tiene más iniciativa y valor, sino que también se observa el deseo de que un niño tímido y miedoso como él pueda llegar a ser, algún día, como su amiga Ana Banana. Es interesante ofrecer al niño libros en los que la imagen tradicional se rompe.




Marginación

En cuanto a la temática de la marginación o discriminación, el planteamiento es variado, al igual que el desenlace. Desde la problemática de los indios norteamericanos, por ejemplo, ampliamente estudiada a lo largo de su obra por el escritor iroqués William Camus, hasta el racismo sufrido por las víctimas del nazismo.

Aunque muchos de estos temas estén en un espacio y en un tiempo lejanos al nuestro, podemos observar que el problema se mantiene a lo largo del tiempo. Seguro que la marginación que sufre Oliver en Oliver Button es un nena la viven actualmente muchos niños cuando sus gustos y aficiones no encajan con los de la mayoría, o la situación de Los cocodrilos del barrio en la que un joven paralítico se integra en un grupo que le rechazaba por su defecto físico y que no sólo descubren cualidades sutilmente desarrolladas, sino que se hace indispensable como miembro de dicho grupo. Y qué probable es que la incomunicación que vive Fernando con sus padres en Ahora no, Fernando suceda más veces de las que nos gustaría.

Si observamos la producción literaria para niños y jóvenes, descubriremos que una parte importante se dedica a la literatura con valores, a la literatura que da referencias de comportamiento, que interpreta la realidad y, lo más importante, que hace recapacitar al lector.1






Bibliografía


Guerra y paz

Andrevon, P., La noche de los animales, col. Mascota, Altea, Madrid, 1983. (A partir de 8 años.)

Antoniorrobles, La bruja Doña Paz, col. Las Campanas, Miñón, Valladolid, 1983. (A partir de 9 años.)

Atano, I., El niño de Hiroshima, col. Junior, Altea, Madrid, 1984. (A partir de 12 años.)

Briggs, R., Cuando el viento sopla, Debate, Madrid, 1983. (A partir de 12 años.)

Brukner, K., Sadako quiere vivir, col. Cuatro Vientos, Noguer, Barcelona, 1987. (A partir de 12 años.)

Cedar, S., El uniforme maldito, Ediciones S.M., col. La Torre y la Estrella. Madrid, 1987. (A partir de 6 años.)

Farias, J., Años difíciles, col. Las Campanas, Miñón, Valladolid, 1983. (A partir de 9 años.)

Haar, H. T., Boris, col. Cuatro Vientos, Noguer, Barcelona, 1984. (A partir de 12 años.)

Kastner, E., La conferencia de los animales, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1984. (A partir de 9 años.)

Levoy, M., El pájaro amarillo, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1984. (A partir de 9 años.)

Llüisot, ¡Quiero una medalla!, col. Apel·les Mestres, Destino, Barcelona, 1988. (A partir de 6 años.)

Maruki, T., El destello de Hiroshima, col. Duende, Miñón, Valladolid, 1980. (A partir de 9 años.)

McKee, D., Negros y blancos, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1985. (A partir de 6 años.)

Los dos almirantes, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1981. (A partir de 6 años.)

Los dos monstruos, col. Austral Infantil, Espasa-Calpe, Madrid, 1987. (A partir de 6 años.)

Pausewang, G., Los últimos niños, col. La joven colección, Lóguez, Salamanca, 1983. (A partir de 12 años.)

Rocha, R., Dos idiotas sentados cada uno en un barril, col. Baobab, Aliorna, Barcelona, 1987. (A partir de 9 años.)

Sampson, E., Alarma en Patterik Fell, col. Barco de Vapor, Ediciones S.M., Madrid, 1983. (A partir de 12 años.)

Southall, I., Dirección oeste, col. Barco de Vapor, Ediciones S.M., Madrid, 1984. (A partir de 12 años.)

Terlow, J., Invierno en tiempos de guerra, col. Gran Angular, Ediciones S.M., Madrid, 1985. (A partir de 12 años.)

Zaton, J., La sequía, col. La manzana mágica, Júcar, Gijón, 1988. (A partir de 6 años.)




Defensa de la naturaleza

Bojunga Nunes, L., El sofá estampado, col. Austral Juvenil, Espasa-Calpe, Madrid, 1985. (A partir de 9 años.)

Capdevilla, R., ¡Eh, no me dejéis solo!, Destino, Barcelona, 1985. (A partir de 6 años.)

Dahl, R., El dedo mágico, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1986. (A partir de 9 años.)

George, J. C., Mi rincón en la montaña, col. El Roble Centenario, Rialp, Madrid, 1989. (A partir de 12 años.)

Giono, J., El hombre que plantaba árboles, col. Mascota, Altea, Madrid, 1987. (A partir de 9 años.)

Keller, B., La mata de escarabajos, col. Austral Infantil, Espasa-Calpe, Madrid, 1995. (A partir de 6 años.)

Leaf, M., Ferdinando el toro, Lóguez, Salamanca, 1978. (A partir de 9 años.)

Levert, C., Pedro y su roble, Miñón, Valladolid, 1979. (A partir de 6 años.)

Lewis, N., Liebre y Tejón van a la ciudad, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1983. (A partir de 6 años.)

McPhail, D., El parque de Enrique Oso, col. Austral Infantil, Espasa-Calpe, Madrid, 1984. (A partir de 6 años.)

Roy, C., ¡Es el colmo!, col. Mascota, Altea, Madrid, 1984. (A partir de 9 años.)

Southall, I., Filón del chino, col. Barco de Vapor, Ediciones S.M., Madrid, 1984. (A partir de 9 años.)

Whitmore, K., ¡Saltad todos!, col. Barco de Vapor, Ediciones S.M., Madrid, 1985. (A partir de 9 años.)




Defensa de los Derechos Humanos

Alcántara, R., El llanto del león, col. Baobab, Aliorna, Barcelona, 1987. (A partir de 9 años.)

Boie, K., Todo cambió con Jakob, col. Juvenil, Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1988. (A partir de 9 años.)

Blegvard, L., Ana Banana y yo, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1989. (A partir de 6 años.)

Camus, W., Mis abuelos los indios Pieles Rojas, col. Labor bolsillo juvenil, Labor, Barcelona, 1984. (A partir 9 años.)

Camus, W., El gran miedo, col. Austral juvenil, Espasa-Calpe, Madrid, 1989. (A partir de 12 años.)

De Paola, T., Oliver Button es una nena, Miñón, Valladolid, 1982. (A partir de 6 años.)

Edwarson, C., Testimonio del infierno, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1989. (A partir de 12 años.)

Ende, M., Momo, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1984. (A partir de 12 años.)

Frank, A., Diario, col. El Ave Fénix, Plaza Janés, Barcelona, 1984. (A partir de 12 años.)

Grun, M. V. D., Los cocodrilos del barrio, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1987. (A partir de 12 años.)

Innocenti, R., Rosa blanca, Lóguez, Salamanca, 1988. (A partir de 9 años.)

Kerr, J., Cuando Hitler robó el conejo rosa, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1989. (A partir de 12 años.)

McKee, D., Ahora no, Fernando, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1986. (A partir de 6 años.)

O'Dell, S., La canción de la luna, col. Marabierto, Ediciones B, Barcelona, 1988. (A partir de 12 años.)

Ossowski, L., Estrella sin cielo, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1987. (A partir de 12 años.)

Pausevang, G., La familia caldera, col. La joven colección, Lóguez, Salamanca, 1987. (A partir de 12 años.)

Pfeiffer, O., Entre el cielo y el infierno, col. Juvenil Alfaguara, Alfaguara, Madrid, 1989. (A partir de 12 años.)

Yeoman, J., La rebelión de las lavanderas, col. Benjamín, Altea, Madrid, 1987. (A partir de 6 años.)

Zimnik, R., Jonás el pescador, col. Austral juvenil, Espasa-Calpe, Madrid, 1987. (A partir de 9 años.)





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