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La ascensión

130 Todo lo ál pasado,          al cuarenteno día
aplegó Jesucristo          toda su compañía;
amolos com' hermanos,          diolis grant vaïlía;
entendié sobre todos          en ti, Virgo María.

131 A toda crïatura          mandó que predicasen,
demostrolis la forma          con la cual bapteasen,
mandó de la ciudat          que se non derramasen,
el prometido dono          que ý lo esperasen.

132 Acomendó al Padre          su compaña cabosa,
diolis la bendición          con su mano gloriosa,
tornos' a donde vino          con su carne preciosa,
toda la cort' del cielo          fue con Elli gozosa.

133 Fueron, a poca hora,          dos homnes ý venidos:
ángeles de Dios eran,          vestién albos vestidos;
dixieron: «¿En qué 'stades,          varones entendidos?
Así verná com' sube,          d' esto seed creídos».

134 Levó muchos cativos          por darles enguedat,
David diz' en su salmo          d' esta captividat;
grant mercet nos acrovo          e muy grant dignidat,
siede nuestra natura          cabo la majestat.

135 Dubdar podriemos, certas,          si debemos dubdar,
si nos podrié don Cristo          mayor pïadat far;
buen señor por mal siervo          dejos' en cruz matar,
después púsol' consigo          e fízolo regnar.

136 Cuando fueron aquesto          los ángeles catando,
vidieron sobre sí          estar el nuestro bando;
como de cosa nueva          fuéronse espantando,
desende adelante          fuéronnos más dubdando.

137 Señora benedicta,          en buen punto fust' nada,
que pariste tal cosa          que es tan exaltada,
disti en hora buena          a Mesía posada;
por end', te dicen todas          las gentes bienauzada.


Elección de Matías

138 La compaña de Cristo,          triste e desarrada,
fizo contigo, Madre,          a la ciudad tornada;
la virtut esperaban          que lis fue otorgada;
a cual señor servieron          hobieron tal soldada.

139 Un sermón fizo Peidro,          com' homne acordado:
que el logar de Judas          non fincase menguado;
cuntió como fue ante          de David profetado:
que recebiese otro          mejor el obispado.

140 En embargo un poco          sobre esto sedién:
de dos que se pagaban          dubdan cuál tomarién;
pusiéronlo en Dios,          mejor fer non podrién:
que cual Elli mandase          ellos esi querrién.

141 Ellos bien lo ficieron,          Él bien lo recibió;
ellos bien lo rogaron,          e Él bien los oyó;
la suert', com' a él plogo,          en Matías cayó;
allí cumplió cüento,          onde Judas salió.


El número siete

142 El logar nos lo manda,          callar non lo podemos,
en la costumbre vieja          cual en la ley leemos;
non vos faga enojo          maguera que tardemos,
ca esto por aquello          mejor lo entendremos.

143 El cuento septenario          es de grant santidat;
hobo sus mejorías          siempre d' antigüedat;
diol' por significanza          Dios tal auctoridat,
ca es cuento complido          de grant entegredat.

144 Quiso Dios por sí mismo          este cuento sagrar
cuando el día séptimo          li plogo d' él folgar;
siete veces al día          se quier' de nos loar,
mandó por siete días          tod' el mundo andar.

145 Debdo que debiés' homne          en la lëy fue dado
que en el año séptimo          non fuese demandado
nin cativo nin siervo          non serié apremiado
fasta que fuese todo          aquel año pasado.

146 Demás, labor ninguna          en elli non facién,
ca cuanto habién mester          al sexto lo cogién;
en octavo, falencia          ninguna non sufrién,
ca semient' e conducho          del sexto lo habién.

147 A cabo de cincuenta          vinié mayor perdón,
era todo cativo          quito de la presión;
Judea en tal año          salió de Babilón,
en el tiempo de Ciro,          un loado varón.

148 Los debdos eran sueltos,          nunca serién pedidos;
eran los desterrados          a la tierra venidos;
los enemigos todos          ý eran acogidos,
los traspasados tuertos          non serién faceridos.

149 Sobre todos los otros          era bien aforado
e era sobre todos          los otros deseado,
era por esti gozo          jubileo clamado.
¡Un tal año agora          serié bien empleado!

150 Solas siet' cosas pide          la oración mayor:
siete dones al Spíritu          de Dios nuestro Señor;
por esa reverencia          mandó el Crïador
que fues' el día séptimo          tenido en honor.

151 Los fijos d' Israel          cuand' d' Egipto salieron,
a cab' de siet' semanas          la lëy recebieron,
pero la su figura          nunca la entendieron;
como paja en agua          asuso andidieron.


Pentecostés

152 Habié derechamente          tanto tiempo pasado
desque el campo hobo          don Cristo arrancado,
doncas aquelli era          el día señalado
cuando habié el Spíritu          a seer envïado.

153 Para 'l Spíritu Sancto          tal cosa convenié,
por los siet' sanctos donos          que consigo traié;
cosa tan con recabdo,          ¿qui la ordenarié
si non tu fijo, Madre,          por qui todo vinié?

154 Estaban los discípulos          en uno allegados,
com' los habié don Cristo,          cuand' s' iva castigados;
por rescebir la gracia,          están aparejados;
a ti estaban todos,          Señora, acostados.

155 Segundo que leemos,          tercia podié seer,
-por la hora debemos          la persona creer-:
oyeron un sonido          del cielo descender,
vinié el sancto Spíritu          con müy grant poder.

156 La casa do estaban          toda fue alumbrada,
la lumbre como lenguas          paresció derramada,
fue en cad' uno d' ellos          la gracia envïada,
nunca fue en est' mundo          casa mejor poblada.

157 Fueron en sapïencia          fuertmente embebidos,
fablaban los lenguajes          que non habién oídos,
predicaban la fe          a guisa de fardidos,
non temién amenazas,          tant' eran encendidos.

158 Judea, siempre mala,          por beudos los tenié,
ca poco li membraba          lo que Joel dicié;
Peidro con sus escriptos          contra ella vinié,
Judea contra Peidro          contrastar non podié.

159 Gentes de tod' el mundo          ý eran allegadas,
faciense d' estos homnes          todas maravilladas;
fablaban todas lenguas,          tenienlas decoradas,
navajas semejaban,          allora amoladas.


Expansión de la Iglesia

160 Acróvolis esfuerzo,          todo miedo perdieron;
cad' uno por su parte          a las tierras salieron;
nueva ley predicaron,          el mundo conquisieron;
quequiera que lis vino          de grado lo sufrieron.

161 Cuánto fue el esfuerzo          en Peidro se probaba,
el que por la voz ante          de la fembra negaba;
después, delante Nero,          a osadas fablaba,
todas sus amenazas          un pan non las preciaba.

162 Doce varones fueron          los privilegïados,
los qu' apóstolos son          de don Cristo clamados,
mas cuatro solos fueron          de todos apartados,
por qui los evangelios          fueron manifestados.

163 Joanes e Mateo          fueron los delanteros,
después Locas e Marco          vinieron postrimeros,
todos de cuer hobieron;          com' leales obreros,
el señor de la viña          diolis buenos dineros.

164 Mateo empezó          en la encarnación,
píntanlo con faz d' homne          por tal entencïón;
Lucas ha faz de buey,          ca diz' de la pasión
cóm' se fezo tu fijo,          Señora, oblación.

165 Marco diz' sobre todos          de la resurrectión,
por esa fortaleza          riñe como león;
Juan en Trinidat          empieza su lectión,
por eso tomó d' águila          sotil comparación.

166 Acordémosnos todos,          señores e hermanos;
a aquestos varones          tendamos nuestras manos,
roguémoslos que sean          nuestros entremeanos
e que non nos empezcan          nuestros fechos livianos.

167 Estos tienen las llaves          de abrir e cerrar,
estos han el poder          de solver e ligar;
mester nos ha, señores,          su merced recordar,
que non nos desconozcan          a la hora d' entrar.

168 Toda sancta Iglesia          aquí hobo comienzo,
d' aquende hobo forma          e tod' ordenamiento,
mas fue tu fijo, Madre,          piedra de fundamiento,
sobr' Él fue levantado          todo el fraguamiento.

169 Otro grant privilegio          haben estos varones:
el día del Jüicio          judgarán las razones;
ellos, con el tu fijo,          partirán los gualardones,
destajar s' han por siempre          jamás las particiones.


El juicio final

170 Allí vernemos todos          en complida edat,
allí verná tu fijo          con la su majestat,
allí verná la cruz          e la humanidat,
allí s' partirá siempre          mentira de verdat.

171 Todos, buenos e malos,          allí serán llegados,
los buenos de los malos          bien serán apartados,
los cueres de cad' uno          serán manifestados,
justos e pecadores          serán envergonzados.

172 Mostrarnos ha don Cristo          todas las sus feridas,
las cuales por nos hobo          en la cruz rescebidas;
todas las negligencias          ý serán faceridas,
serán las elemósinas          de los buenos gradidas.

173 En sobejo porfazo          nos somos a veer
cuand' veremos la sangre          de las plagas correr;
veremos las virtudes          e los cielos tremer;
debiemos bien agora          aquel día temer.

174 Debiemos bien agora          aquel día dubdar,
aguisar nuestras cosas          cuand' habemos vagar,
confesar los pecados,          penitencias tomar;
del mal nos departiendo,          en bien perseverar.

175 Convidará los justos          Dios por regnar consigo,
desechará la paja,          levarse ha el trigo,
envïará los malos          con el mal enemigo,
de cuya mano curie          Dios a tod' mi amigo.

176 Yo, ¿cómo pareszré,          pecador, ese día,
que siempre fiz' e diji          vanidat e folía?
De bien nin diz' nin fici          un dinero valía,
¡Mezquino pecador!          ¿Qué faré aquel día?

177 Oí mal evangelios,          amé siempre locura,
en los vicios carnales          entendí sin mesura;
de partirme del mal          nunca non hobi cura.
¡Mezquino! ¿cóm iré          ante su catadura?

178 Guardé, com' desleal,          la promesa jurada,
la que, cuand' el baptismo,          rescebí, hobi dada;
siempre metí en puña          en la cosa vedada.
¡Mezquino, non ponía          mientes en tal celada!

179 Cuand' vedía las cosas          del mundo florecer
e la su vanagloria          en él resplandescer,
parientes e amigos          redor de mí seer,
non me membró qu' en esto          m' había de veer.

180 Cuand' era en la glesia,          las horas m' enojaban;
los pensamientos vanos          de seso me sacaban;
todas las vanidades          allí me remembraban.
¡Mezquino pecador,          tan mal me engañaban!

181 Guardémosnos d' engaño,          amigos e señores,
ca aquellos porfazos          e aquellos pavores
de lo que vos oídes          mucho serán mayores,
los vicios d' esti mundo          tornar s' han en dolores.

182 Una cosa nos debe          los cueres quebrantar,
onde los pecadores          se deben espantar:
los que fueren es' día          judgados de lacrar
habrán con el dïablo          siempre a aturar.

183 En poder del dïablo          pora siempre yazrán;
muchas serán las penas,          nunca cabo habrán;
siempre irán cresciendo,          nunca descrecerán;
serán bienventurados          los que las füirán.

184 Maguera se repiendan,          no lis habrá provecho,
ca habrán de sí mesmos          ira grande, despecho;
verán Dios de los malos          cómo prende derecho,
segaron tales mieses          cual ficieron barbecho.

185 Dirán unos a otros:          «¡Mezquinos! ¿Qué faremos?
Aquí yazremos siempre,          nunca d' aquí saldremos;
que clamemos merced,          oídos non seremos.
¿Qué faremos, mezquinos?          ¡Siempre en muert' vivremos!».

186 Respondrá el dïablo:          «Tardi vos acordastes;
cuando poder habiedes,          esto non lo asmastes;
yo esto prometía          cuand' míos vos tornastes;
agora recebit          lo qu' estonce ganastes».

187 Amigos, mientre somos          aquí, mientes metamos;
al mortal enemigo          en nada no l' creamos;
refrenemos la carne,          al Crïador sirvamos;
por cuerpos venturados          las almas non perdamos.

188 Si los bienes sopiésemos          que Dios nos tien' alzados,
estonz' conosceriemos          cóm somos engañados;
non podrién seer dichos          nin seer por pensados;
más valen que imperios,          más valen que regnados.

189 ¿Cuál bien serié tan grande          com' su cara veer,
cómo nasce el fijo          del Padre entender
o cóm' sale el Spíritu          d' entre ambos saber,
o cómo son un Dios          todos tres conoscer?

190 Esta es la verdat,          e bien sé que non miento:
todos tres son eguales          e sin empezamiento,
una es la natura,          non ha departimiento;
de la sancta credencia          este es el cimiento.

191 Non es nuestro decir          cuáles son sus riquezas,
oro nin plata nada          son contra sus abtezas;
siempre de sus tesoros,          de nuevas estrañezas
non asmado serié          cuántas son sus noblezas.

192 Vida da, que non fin,          e salud perdurable,
claridat más de sol,          firme paz e estable,
ligerez más de viento,          sotileza mirable.
¡Tal regno de buen rey          es mucho deseable!

193 Aquí acaba todo,          que mucho vos digamos;
a Dios nos comendemos,          al dïablo fuyamos;
aquí lo delibremos,          aunque allá vayamos;
en consiment' del malo          por nada non cayamos.

194 Creámoslo de firmes          lo que oído habemos:
tod' esto es creencia,          en dubdar pecaremos;
si esto non crediéremos,          salvarnos non podremos;
el miedo del Judicio          nunca lo olvidemos.


Loores y deprecaciones a María

195 En cabo, consiment'          nos habe a prestar,
ca nul nuestro buen fecho          non nos podrié salvar;
maguera, bien faciendo,          nos conviene finar,
ca la merced al fecho          se quiere dirivar.

196 La mayor esperanza          nos en Dios la tenemos,
pero en ti, Señora,          grant feduza habemos,
ca tod' nuestro esfuerzo          nos en ti lo ponemos.
¡Señora, Tú nos uvia,          ante que periglemos!

197 Por ende eres dicha          estrella de la mar,
porque en tal periglo          nos habes a uviar;
por el tu guïonaje          habemos a ribar
e de aquellas ondas          tan fuertes escapar.

198 En la venida, Madre,          que ficiemos primera,
por ond' la salut vino,          Tú nos fuisti carrera;
en la segunda, Madre,          Tú nos sëy obrera,
que non seamos presos          en la mortal murera.

199 Madre, Tú eres dicha          fuente de pïadat,
tú fuisti reliquiario          pleno de sanctidat;
la tu merced espera          toda la cristiandat,
ca por ti, como cree,          ganará salvedat.

200 Qui en ti entendió          nunca fue engañado,
cuanto en ti metió          bien lo cogió doblado:
bien lo sabié Teófilo,          el que fue renegado,
ca por tu guïonaje          fue, Madre, revocado.

201 María Egiptiaca,          pecadriz sin mesura,
fue reconcilïada          ante la tu figura;
en ti trovó consejo          de toda su rencura;
tú li sobreleveste          toda su fïadura.

202 Grant es la tu merced          e grant la tu potencia;
precioso el tu nombre          e firme tu querencia;
honros' don Ildefonso          por la tu atenencia,
nució a Julïano          la tu desavenencia.

203 D' estos tales exiemplos          e d' otros más granados
cient mil e otros tantos          serién diezmos echados;
tantos son que por homne          nunca serién contados,
grant pro nos habe eso          contra nuestros pecados.

204 Dulce es el tu nombre,          dulce toda tu cosa;
salió, cuand' Tú naciste,          de la espina rosa;
Tú abrist' los misterios          como natural cosa,
a ti recebió don Cristo          por ser su esposa.

205 Ante la tu beldad,          non han precio las flores,
ca tal fue el maestro          que echó las colores;
nobles son las fechuras,          las virtudes mejores,
onde te laudan tanto          los tus entendedores.

206 Toda tu cosa, Madre,          es tan bien adonada,
que quien en tu solaz          entra una vegada
siempre toda su cosa          es mejor alliñada,
del dïablo en cabo          el alma emparada.

207 Madre, tu mejoría          e la tu mencïón
sabor faz' en orejas,          dulzor en corazón;
mucho place al alma          cuand' oye tu sermón;
puso Dios en ti, Madre,          complida bendición.

208 De todas las bondades          fuiste, Madre, cumplida;
fuisti del sancto Spíritu          largament' embebida,
parist' e mamantesti          e non fust' corrompida;
porque non crede esto,          es Judea perdida.

209 En el vidrio podría          asmar esta razón:
com' lo pasa el rayo          del sol sin lesïón,
tú así engendreste          sin nulla corrupción,
como si te pasases          por una visïón.

210 El cristal, non es dubda,          frío es por natura,
pero vemos ende          salir la calentura;
pues, cuando Dios quisiese,          non era desmesura
que Tú, seyendo Virgo,          hobieses crïatura.

211 Podemos dar a esto          otra razón certera,
probar lo que decimos          qu' es cosa verdadera:
estrella echa rayo          remanesce cual era.
¡Tú engendresti, Virgo,          d' esa mesma manera!

212 Diga, si non se tiene          d' esto por entregada:
¿cómo pasó don Ábacuc          la puerta encerrada?;
¿la flama a los niños          cómo fue tan temprada?
O despruebe o crea          o diga: «Non sé nada».

213 Cuanto de ti decimos          todo lo otorgamos,
madre fuisti e virgo,          en esto non dubdamos;
señora benedicta,          a ti nos aclamamos,
ca tal entremediana          ninguna non trovamos.

214 Ruega tu Fijo, Madre,          por los tus pecadores;
fijo lo has e padre,          oïrá los tus clamores;
madre te ha e fija,          querrá fer tus favores.
¡Defiéndenos, Señora,          de los malos sudores!

215 La paz e la salut          por ti fue reformada,
toda la vieja saña          por ti fue perdonada;
acórrinos, Señora,          sëy nuestra pagada,
ca yaz' en grant peligro          la nuestra cabalgada.

216 Por ti salió el pueblo          de la premia mortal,
por ti fue restaurada          la mengua celestial,
reales son tus cosas          e Tú mesma real,
onde diz' el escripto          que non hobist' egual.

217 Es otro privilegio,          por uso lo sabemos:
a ti corre la lengua,          cuando cuita habemos;
tú ante estás presta,          que nos te demandemos,
muchas veces cadriemos          que por ti non caemos.

218 Varones e mugieres,          por Madre te catamos;
Tú nos guía, Señora,          com' tus fijos seamos;
pecadores e justos          tu merced esperamos,
fernos ha Dios la suya          por ti, como fïamos.

219 Ángeles e arcángeles,          tronos e senïores,
apóstolos e mártires,          justos e confesores,
con stolas e manípulos          cantan a ti loores,
los que más se estudian          tiénense por mejores.

220 A ti siguen las vírgenes,          como a su madrona,
glorifican e laudan          todas la tu persona.
Reina coronada          de tan noble corona,
te femos abogada,          lo nuestro Tú razona.

221 Razón faz' e derecho          que te pueda laudar,
mas nos con grant pecado          non lo podemos far;
emperadriz gloriosa,          deña a nos catar,
que podamos tu gloria          dignamente cantar.

222 E síguennos, Señora,          grandes enemistades,
contra nos es el mundo          con sus adversidades,
ayúdale el dïablo          con muchas falsedades,
con ellos tien' la carne          con falsas voluntades.

223 Entre tantos peligros,          ¿que podrié guarecer?
Si nos non vales, Madre,          podemos nos perder;
reina de los cielos,          pienses nos d' acorrer,
en prunada nos tienen,          cuidanse nos vender.

224 Non podrié fuerza d' homne          fablar e comedir
de cuánt grandes donaires          te quiso Dios vestir;
por ti quiso don Cristo          su regno conquirir,
ond' ángeles e homnes          te haben a servir.

225 Tal es la tu materia,          Señora, com' el mar,
todos tus decidores          han ý que empezar;
si debiese el mundo          cient mil años durar,
non podrién lenguas d' homnes          el diezmo acabar.

226 Señora e reina          de tal auctoridat,
de los tus pecadores          préndate pïadat;
da tu misericordia          sobre la cristiandat,
ca Dios por el tu ruego          fernos ha caridat.

227 Acorri a los vivos,          ruega por los pasados,
conforta los enfermos,          converti los errados,
conseja los mezquinos,          visita los cuitados,
conserva los pacíficos,          reforma los irados.

228 Madre, contien' las órdenes,          salva las clerecías,
alarga la credencia,          defiende las monjías;
siempre mester t' habemos          las noches e los días,
ca nuestras voluntades          de tod' bien son vacías.

229 Esfuerza a los flacos,          defiendi los valientes,
alivia los andantes,          levanta los yacientes,
sostien' a los estantes,          despierta los dormientes,
ordena en cad' uno          las mañas convenientes.

230 Madre, merced te pido          por mis atenedores;
ruégot' por mis amigos,          que siempre los mejores;
rescibi en comienda          parientes e señores;
en ti nos encargamos          todos los pecadores.

231 Por mí, que sobre todos          pequé, merced te pido;
torna sobre mí, Madre,          no m' eches en olvido,
traíme del pecado,          do yago embebido,
preso só en Egipto,          los vicios m' han vendido.

232 Aun merced te pido:          por el tu trovador,
qui est' romance fizo,          fue tu entendedor,
seas contra tu fijo          por elli rogador,
recábdali limosna          en casa del Criador.

233 Ruega por la paz, Madre,          e por el temporal,
acábdanos salud          e cúrianos de mal,
guíanos en tal guisa          por la vida mortal,
com' en cabo hayamos          el regno celestial.





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