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101

Véase E. M. WILSON, Images et structure dans Peribáñez, en Bulletin Hispanique, LI, 1949, págs. 125-159.

 

102

El comienzo del acto tercero de Peribáñez se verifica con una relación de Cortes en Toledo, donde, en un largo romance, se versifica el trozo equivalente de la Crónica de Juan II, capítulo I.

 

103

El éxito de Peribáñez lo prueban las refundiciones posteriores, incluso alguna parodia burlesca (M. ARTIGAS, Comedia nueva m chanza: El Comendador de Ocaña, en Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, VIII, 1926, págs. 59 y siguientes). Modernamente, una zarzuela del maestro Vives, La villana, se basa en el Peribáñez, como asimismo Doña Francisquita, zarzuela famosa del mismo Vives, en otra comedia de Lope, La discreta enamorada.

 

104

Véase J. CASALDUERO, Fuenteovejuna, en Revista de Filología Hispánica, V, 1943, págs. 21-44.

 

105

RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL, La leyenda de los Infantes de Lara, Madrid, 1934, págs. 127-138.

 

106

Véase J. F. MONTESINOS, La fuente de los Tellos de Meneses, en Contribución al estudio del teatro de Lope de Vega (Revista de Filología Española, VIII, 1921, pág. 131 y siguientes).

 

107

El clérigo asesinado existió realmente en la vida de Don Pedro I de Castilla. Lo cuenta en un hermoso trozo el Canciller Pero López de Ayala, en la Crónica de dicho rey (año XI, capítulo IX). Ayala dice que estando el rey en un lugar cerca de Nájera, le buscó un clérigo para decirle que Santo Domingo de la Calzada le había dicho en sueños que el Conde Don Enrique, hermano del Rey, lograría matarle. El Rey hizo al clérigo repetir aquello delante de los grandes. El clérigo lo repitió. Don Pedro pensó que lo hacía inducido por alguien, enemigo o traidor, «e mandó luego quemar al clérigo allá do estaba delante de sus tiendas». Lope, naturalmente, no sigue esta relación,   —267→   pero el hecho, en el fondo, puede identificarse. Y Santo Domingo, de una manera o de otra, anda por medio. El espectro pide al rey que funde un monasterio, Santo Domingo de Madrid, donde el rey estuvo encerrado. El clérigo de la comedia también fue apuñalado un día de Santo Domingo.

 

108

Véase JESÚS BAL, Treinta canciones de Lope de Vega, Madrid, 1935, pág. 106.

 

109

Compárese este trozo, que recuerda toda la casuística amorosa del Cancionero del siglo XV:


Entre la vida y la muerte,
no sé qué medio tener,
pues amor no ha de querer
que con tu favor acierte;
y siendo fuerza acierte,
quiere el amor que te pida
que seas tú mi homicida.
Mata, ingrata, a quien te adora;
serás mi muerte, señora,
pues no quieres ser mi vida.



 

110

En las cartas de jesuitas publicadas en Memorial histórico español, XIII, se encuentra una que revela hasta qué punto estas relaciones con la ultratumba eran frecuentes. Un jesuita escribe a otro, a 4 de marzo de 1636, es decir, a menos de un año de la muerte de Lope, y le cuenta que un caballero leonés mató una noche, en la puerta de su dama, a otro hombre. Pasan unos días. En el mismo sitio le asaltan unos embozados. Cuando iban a matarle de un pistoletazo, se interpone un hombre, que le salva. Reconoce en él al hombre que mató días antes. Y éste le dice que por las misas que le está aplicando, su alma está muy mejorada de sus penas; que Dios le había echado al Purgatorio; que en tres días que vivió se arrepintió de su vida pasada, y por buen uso de los sacramentos, había tenido buena muerte. También le advertía, por encargo divino, que se cuidara, pues un gran trabajo le amenazaba, etc. La carta del jesuita, padre González, dice nombres, calidad, etc., de los personajes, (Loc. cit. pág. 370.)