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281

Observaremos que la figura alegórica de la Fama aparece también en el Aiax Telamón de Juan de la Cueva (Sevilla, 1579), en La destrucción de Constantinopla y en La honra de Dido restaurada (ambas publicadas en Alcalá de Henares en 1587) de Gabriel Lobo Lasso de la Vega. No está, en cambio, presente nunca en los autores valencianos. Para el empleo de esta figura en Los hechos de Garcilaso y para el concepto que de la fama tuvo Lope, véase A. LEFÈBVRE, La fama en el teatro de Lope, Madrid, 1962.

 

282

M. MENÉNDEZ PELAYO, Estudios sobre el teatro de Lope, V, cit., XXIII, págs. 230-232, ha señalado como fuente un romance que aparece en Las guerras civiles de Granada, de Pérez de Hita (1595), probablemente rehecho por él mismo y que Lope debía de conocer a través de una suelta más antigua. R. MENÉNDEZ PIDAL, L’épopée castillane à travers la littérature espagnole, Paris, 1910, pág. 212, señaló en un romance de Lucas Rodríguez (Romancero historiado, Alcalá, 1579) la verdadera fuente de Lope. Ya que hay rasgos diferentes en las dos redacciones y Lope parece conocerlas ambas, es probable que se haya servido de dos redacciones distintas.

 

283

R. MENÉNDEZ PIDAL, La leyenda de los infantes de Lara, Madrid, 21934, págs. 126-127 y 353-380.

 

284

Fue publicada por Lope en la Parte XIV de sus Comedias, Madrid, 1620. Se puede leer en B. A. E., XXIV, págs. 3-20, y en Acad., V, págs. 585-622. M. MENÉNDEZ PELAYO, op. cit., II, en O. C., XX, págs. 127-129, siguiendo a Hartzenbusch (en B. A. E., XXIV, VII), piensa que es de 1575, y que, en un principio, tuvo cuatro actos, porque el primero abarca tantos versos como los otros dos. Lope la habría rehecho en gran parte para su publicación, «puesto que hay en ella hermosos trozos de versificación que no parecen de poeta principiante». Para M. A. BUCHANAN, op. cit., pág. 23, la obra sería de 1574, fecha aceptada por J. A. ARJONA, La introducción del gracioso en el teatro de Lope de Vega, en «Hispanic Review», VII, 1939, pág. 9. S. G. MORLEY-C. BRUERTON, op. cit., pág. 155, a través del examen de la métrica, piensan que «patently 1574 is too early».

Se puede observar que la obra está rehecha en buena parte por lo que se refiere a la versificación, pero en el planteamiento, en la imitación de los modelos italianos como L’Aminta y el Pastor Fido, ya señalada por L. FERNÁNDEZ MORATÍN, Obras póstumas, Madrid, 1868, III, págs. 134-135, en el modo de abrir y cerrar los actos con versos sueltos, presenta huellas indiscutibles de su temprana elaboración. Recientemente, lo primitivo de algunos de sus elementos de composición ha sido señalado por un crítico francés, en uno de los ensayos más profundos e inteligentes que se hayan escrito sobre Lope de Vega: N. SALOMON, Recherches sur le thème paysan dans la «comedia» au temps de Lope de Vega, Bordeaux, 1965, págs. 8-9, 444-446, 575-577.

 

285

Publicada en Cuatro comedias famosas de D. Luis de Góngora y Lope de Vega, Madrid, 1617, con el título Los jacintos y celoso de sí mismo, luego en la Parte XVIII de sus Comedias (1623). Se encuentra en Acad., V, págs. 623-664.

M. MENÉNDEZ PELAYO, op. cit., pág. 129, la tenía por «una de las más antiguas de Lope, pieza tan infantil como El verdadero amante».

Para J. F. MONTESINOS, Notas sobre algunas poesías de Lope de Vega, en «Revista de Filología Española», XIII, 1926, pág. 171, «no hay duda que el texto actual nada tiene de primitivo».

S. G. MORLEY-C. BRUERTON, op. cit., págs. 132-133, confirman la posibilidad de que haya habido modificaciones de la versificación posteriores a la primera redacción. Estas podrían remontar a la época de su estancia en Alba de Tormes (véase M. GOYRI DE MENÉNDEZ PIDAL, La Celia de Lope de Vega, en «Nueva Revista de Filología Hispánica», IV, 1950, págs. 362-363). Véase también, por lo que se refiere al carácter pastoral y mitológico de la pieza, más bien que rústico, lo que opina N. SALOMON, op. cit., páginas 448-450.

 

286

J. PÉREZ DE MONTALBÁN, «Fama póstuma», cit., en B. A. E., XXIV, pág. X.

 

287

C. LÓPEZ MARTÍNEZ, Teatros y comediantes sevillanos del siglo XVI, Sevilla, 1940, pág. 31.

 

288

Ya señalada por E. JULIÁ MARTÍNEZ, Obras dramáticas de Lope de Vega, Madrid, 1936, VI, pág. 330. Véase también S. G. MORLEY-C. BRUERTON, op. cit., pág. 143.

 

289

En el interrogatorio que sufrió a comienzos de 1588, con ocasión del proceso por libelos contra Elena Osorio y la familia Velázquez, Lope declaró que, aunque no como profesional, escribía comedias («que tratar no trata con ellas, pero que por su entretenimiento las hace», véase H. A. RENNERT-A. CASTRO, op. cit., pág. 28), y que consideraba que la enemistad de Velázquez provenía del hecho de que «las comedias que le solía dar, las dio a Porres» (ibíd., págs. 29 y 33). Porres le prometió acompañarlo a Valencia, cosa que probablemente hizo (ibíd., pág. 35) y Lope se comprometió a enviarle una comedia cada dos meses.

 

290

Las ferias de Madrid fue publicada en la Parte II de las Comedias (1609) y modernamente en Acad. N., V, págs. 582-623, y en una ed. popular reciente, Madrid, 1962.

Sobre esta comedia, véase C. BRUERTON, Las ferias de Madrid, en «Bulletin Hispanique», LVII, 1965, págs. 56-67.