Astrana (IV, 463-464) identifica este título con la Primera parte de la Historia general de Sancto Domingo, y de su orden de Predicadores, de Herrando del Castillo. Probablemente se trata de la edición de Madrid, 1584.
Para la identificación de este amigo con Francisco de Robles (propuesta por Francisco Vindel), véase mi Interpretación, p. 96, n. 81.
Su maestro erasmista López de Hoyos, y la Censura de la locura humana y excelencias della de Jerónimo de Mondragón (Lérida, 1598); véase mi Interpretación, pp. 188-189, n. 53. A través de López de Hoyos es posible que conociera incluso las traducciones al castellano de obras como el Enquiridión, prohibidas en Castilla a finales del siglo dieciséis.
Sobre Veneziano, mi «Repaso», en Estudios cervantinos, p. 95, n. 27.
«El bachiller ... para comenzar su pastoral ejercicio ... tenía ya compuesta una écloga, que mal año para cuantas Sanazaro había compuesto» (Don Quijote, II, 74). «Las zenizas de Titiro y Sinzero / estan en el, y puede ser por esto / nombrado entre los montes por primero» (pp. 42-43 de la ed. de Schevill y Bonilla).
«Los dos famosos traductores: el uno, el doctor Cristóbal [Suárez] de Figueroa, en su Pastor Fido, y el otro, don Juan de Jáuregui, en su Aminta, donde felizmente ponen en duda cuál es la traducción o cuál el original» (Don Quijote, II, 62). Los autores Tasso y Guarini no se mencionan, y al parecer le interesaban menos a Cervantes que los traductores.
Como he indicado en La interpretación cervantina del «Quijote», Cervantes también pesquisaba sobre la caballería histórica, como podemos concluir por las obras y personajes que menciona en la Primera Parte de Don Quijote.
Véase mi «Cervantes y Tasso vueltos a examinar».