Escena II
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DON PANUNCIO. DON ALBERTO.
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DON PANUNCIO | Hijo, ¿qué te ha dicho
Lucas? | 25 | ¿Te ha revelado el secreto | | de esta conferencia?
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DON ALBERTO | Nada
| | me ha dicho, y saberlo espero. | |
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DON PANUNCIO | Pues
óyeme; que es preciso
| | descubrirte los misterios
| 30 | de mi erudición. Ya sabes | | que en alto grado
poseo | | todas las ciencias; que todo | | lo que sucede en
el cielo | | lo anuncio; y sobre la tierra | 35 | todas las
cosas penetro. | | El filósofo, el legista, | | el químico,
el arquitecto, | | el astrónomo, el que estudia | |
las máximas de Galeno; | 40 | el matemático,
y todos, | | en fin hasta el zapatero, | | se dirigen, se gobiernan,
| | y enderezan sus entuertos, | | con mi favor, con mis luces,
| 45 | y con mis conocimientos; | | que la ciencia universal
| | infusa está en mi cerebro, | | y mi vasta erudición
| | es el científico fuego | 50 | que ameniza, que fecunda
| | los estériles talentos | | de nuestra España;
los sabios, | | como yo, del extranjero | | son la admiración,
y son | 55 | gloria de nuestro hemisferio.
| |
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DON ALBERTO |
Por Dios, padre, no os canséis. | | Todo lo sé,
y os confieso | | que estoy aturdido. |
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DON PANUNCIO |
Bien;
| | eso es lo que yo pretendo. | 60 |
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DON ALBERTO | Pues sí;
lo habéis conseguido. | |
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DON PANUNCIO | ¿Ves todos
estos ingenios | | que me rodean? Pues vienen | | tras de mis
descubrimientos, | | como abeja tras la rosa, | 65 | como el
asno tras el pienso. | | Yo trabajo, y ellos lucen | | con
mis tareas; los dejo | | ganar fama, y a la sombra | | de mis
laureles me siento; | 70 | laureles que yo he plantado, | |
para que los cojan ellos. | | Pero, hijo mío, la palma
| | más brillante te reservo | | de mis estudios; el
ramo | 75 | más extendido y más bello | | de sabiduría;
el más | | difícil, y el más selecto:
| | el dramático, que absorbe
| | los elogios lisonjeros
| 80 | de la plebe y la nobleza, | | de niños, mozos
y vicios. | |
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DON PANUNCIO |
Oye,
hijo mío, | | voy a fiarte el secreto, | | y el escalón
de la gloria, | 85 | cuyo aplauso venidero | | te está
destinado. ¿Sabes | | que una comedia he compuesto? | |
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DON ALBERTO |
Antes de irme a Salamanca | | hicisteis una, me acuerdo. | 90 |
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DON PANUNCIO | Pues esa bajo tu nombre | | verás
en el coliseo | | esta tarde. |
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DON PANUNCIO | Que para tu lucimiento
| | he destinado de toda | 95 | mi poesía el embeleso.
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DON ALBERTO | No me faltaba otra cosa. | | (Aparte.) |
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DON PANUNCIO | ¿De qué has quedado suspenso? | |
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DON ALBERTO | De ver que queréis privaros | | de
colocar en el templo | 100 | de la fama vuestro nombre. | |
No, señor, no lo consiento, | | ni yo puedo permitirlo,
| | ni es justo. Voy allá dentro | | a decir a don Cilindro, | 105 | a don Esdrújulo, al serio | | don Epitafio, y
al otro | | Ventolera a lo moderno, | | quién es el
autor. |
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(Se quiere ir. DON PANUNCIO lo detiene.)
|
DON PANUNCIO |
Aguarda,
| | muchacho, ¿por embustero | 110 | me quieres dejar? ¿No sabes
| | que yo he publicado, Alberto, | | que es tuya? |
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DON ALBERTO |
No
importa. | (Como arriba.) |
|
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DON ALBERTO | ¡Oh!, no, señor; ni un momento.
| | ¿Pudiera yo arrebataros | 115 | la admiración de
los tiempos | | sin encargar mi conciencia? | |
|
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DON ALBERTO | Venero
| | vuestra bondad; pero, padre, | | pasar por ella no puedo.
| 120 | Lo sabrán. | (Queriendo irse como antes.) |
|
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DON PANUNCIO | Oye,
o me enfado. | | ¿Se ha visto un joven más terco | | con mis beneficios? Mira; | | yo en esta empresa no quiero
| | tener más parte que ver | 125 | sobre la escena el
efecto | | de mi erudición. Tú coges | | a manos
llenas los ecos | | aclamatorios, palmadas | | y bullicio (todo
esto | 130 | debe haber, y mucho más); | | que yo quedaré
contento, | | pues al fin todo recae | | en mi sangre. Verás
luego | | como dicen: de tal padre | 135 | tal hijo; de tal
ingenio | | tal producción; de tal palo | | tal astilla;
de tal seso | | tal explosión, tal torrente, | | tal
comedia y tal engendro. | 140 |
|
|
DON ALBERTO | Sí,
señor; y aun muchos más | | Tales se oirán
por el pueblo. | | Mas mi conciencia... |
|
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DON PANUNCIO |
Hijo
mío, | | es verdad; ya voy a eso. | | Acabaré
de quitarte | 145 | ese escrúpulo pequeño | |
que te resta. ¿Eres mi hijo? | |
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DON ALBERTO | Yo, señor,
así lo pienso. | |
|
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DON PANUNCIO | Pues, hombre, si
lo pensamos | | los dos eres mi heredero; | 150 | por consecuencia
te toca | | todo cuanto yo poseo; | | y es donación
inter vivos | | de este parto de mi ingenio | | creador, la
que te hago. | 155 | Desde ahora te la cedo | | para ti y tus
descendientes, | | que os sirva de honra y provecho.
| | y
porque puedas tranquilo | | disfrutarla sin recelo, | 160 |
te la pondré por escrito. | | ¿Quieres la extienda
en hebreo | | para mayor novedad? | |
|
|
DON ALBERTO | Esto
no tiene remedio. | | (Aparte.) | No, señor; (A él.)
en castellano, | 165 | como queráis. |
|
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DON PANUNCIO |
Pues
corriendo. | | (Se sienta a escribir.) | Verás; ningún
escribano | | podrá hacer un instrumento | | más
válido, ni que esté | | más en forma
de derecho. | 170 | (Escribe.) |
|
|
DON ALBERTO | ¿Qué
puedo hacer? De la burla | | (Aparte.) | general seré
el objeto. | | ¿Qué dirá Isabel? Con ella | | lo consultaré. |
|
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Escena III
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DICHOS. ISABEL.
|
DOÑA ISABEL | ¿Qué
es esto?
| | Todos preguntan por vos, | 175 | tío, ¿y
estáis escribiendo | | tan despacio? | (Acercándose
a la mesa.) | En
confianza, | | ¿se puede saber qué es ello? | |
|
|
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DOÑA ISABEL | ¿Sabes
tú lo que es, Alberto? | 180 |
|
|
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DOÑA ISABEL | Pues
bien: | | ¿Por qué no me dejáis verlo? | |
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DON PANUNCIO |
No me perturbes el juicio | | con tus locuras. |
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DOÑA ISABEL |
¿No
es bueno, | | que siendo vuestra sobrina, | 185 | siempre he
de estar careciendo | | de vuestras obras? |
|
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DON ALBERTO |
Ay,
prima, | | (Aparte a ISABEL.) | mucho que decirte tengo.
| |
|
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DON PANUNCIO | Ya está. |
(Levantándose,
y retirando a ALBERTO a un lado.)
| Tómala,
hijo mío, | | y con el mayor silencio | 190 | consérvala;
que tu prima | | lo ignore; su aturdimiento | | nos puede desconcertar.
| | Recoged, | (A los dos.) | mientras
yo vuelvo, | | esos mapas, y que todo | 195 | quede en el mayor
arreglo. | |
(Se va.)
|
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Escena IV
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ISABEL. ALBERTO.
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DOÑA ISABEL |
Gracias a Dios que se ha ido. | | Vaya, ¿me dirás,
Alberto, | | qué papel es ese? ¿Y qué | | significa
este misterio? | 200 |
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DON ALBERTO | Significa una desgracia
| | mía; pero no la puedo | | explicar, cuando tú,
ingrata, | | te burlas de mi tormento; | | cuando recibes y
aplaudes | 205 | con semblante placentero
| | la nueva de que
te casas | | con un tonto, a mi despecho; | | cuando de todos
escuchas | | el parabién; cuando veo, | 210 | que indiferente
a mis penas, | | miras con ojos risueños | | a tu nuevo
amante; en fin, | | cuando me olvidas. |
|
|
DOÑA ISABEL | Muy
bello | | discurso. ¿Conque sacamos | 215 | en claro de tus
extremos, | | de tus cuandos y tus quejas, | | que el futuro
casamiento | | es negocio concluido?; | | ¿Es verdad? |
|
|
|
(Riéndose.)
|
DON ALBERTO | ¿Te
estás riendo | 220 | de mi dolor? ¡Ojalá | | que
el daño no fuera cierto! | | Pero ¿cómo has
de oponerte | | a los terribles preceptos | | de tu madre y
de tu tío? | 225 | Dime ¿no lo aprueban ellos? | | ¿No
callas tú? Qué, ¿pudieras | | resolverte?...
|
|
|
DOÑA ISABEL | ¡Grande
esfuerzo | | de resolución! Negar | | mi mano y mi amor
a un necio. | 230 |
|
|
DON ALBERTO | Qué, ¿la negará,
bien mío? | |
|
|
DOÑA ISABEL | No tienes que
agradecerlo | | a la inclinación que sabes, | | Alberto,
que te profeso. | | Pues sin ella les diría | 235 | francamente
que no quiero. | |
|
|
DON ALBERTO | ¡Oh Isabel mía,
adorada | | Isabel! ¡Feliz momento! | | Deja que a tus pies...
|
|
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DOÑA ISABEL | Ven,
ven | | a mis brazos | (Levantándolo, y se abrazan.) | ¡Pobre
Alberto, | 240 | qué susto has pasado! Vamos | | a arreglar
estos enredos, | | y ensancha tu corazón. | |
|
|
DON ALBERTO |
¡Con qué placer te obedezco! | | (Retirando a un lado
los mapas.) |
|
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DOÑA ISABEL | Pero, primo, se te
olvida | 245 | confiarme el gran secreto | | de aquel papel,
que mi tío | | te dejó al salir. |
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DON ALBERTO |
Es
cierto. | | Tómalo; | (Dándoselo.) | y
en el verás | | otro compromiso nuevo | 250 | para mi reputación.
| | Tú me dirás lo que debo | | hacer. |
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DOÑA ISABEL |
Oye
lo que dice; | | que sin duda estará bueno. | | «Declaro
yo (Lee.) el declarante abajo declarado, que por la presente
cesión poética cedo a don Alberto Salcedo,
mi hijo, la composición dramática intitulada:
el Contraste, contrastado, propia de mi talento y cosecha
erudita, que se ha de representar, como suya, está
tarde día de la fecha. De la que le hago donación
en forma, pura, neta, y de las que el foro llama inter vivos.
Y para que pueda disfrutarla sin competencias literarias,
lo signo de mi puño en Madrid a seis de Agosto del
siglo nuevo.» D. Panuncio Archipiélago |
|
|
DOÑA ISABEL |
¡Oh qué finca tan soberbia | 255 | has adquirido! ¡Qué
bello | | mayorazgo! |
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DON ALBERTO | Pero,
prima; | | si mi apellido es Salcedo, | | ¿Cómo se firma
mi padre | | de otro modo? |
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DOÑA ISABEL | Ya
hace tiempo | 260 | que Archipiélago se nombra | | por
dar a entender lo inmenso | | de su erudición. |
|
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DON ALBERTO |
Dios
mío, | | ¿a tan ridículo extremo | | se ha reducido
mi padre? | 265 | Pero lo que yo más siento | | es que
el maldito Contraste | | Contrastado es el enredo | | más
lánguido, más insulso, | | más sin gracia
y sin ingenio | 270 | que se habrá visto. |
|
|
|
|
|
DON ALBERTO | ¿Conque te alegras? Tú
quieres | | hacerme perder el seso. | | Si quisiera era muy
fácil. | 275 | Pero por ahora Alberto, | | hasta ver
la aceptación | | que logra, contemplaremos | | a tu
padre. Es hombre honrado, | | y si cuatro majaderos | 280 | o locos,
que le rodean | | por disfrutar su dinero, | | no le hubieran
trastornado | | enteramente el cerebro, | | ni le hubiesen
colocado | 285 | en el peligroso empleo | | de erudito, en toda
España | | no hubiera un hombre tan bueno. | | Quizá
llega el desengaño; | | pero entre tanto pensemos
| 290 | en divertirnos nosotros, | | y que sea a costa de ellos.
| |
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Escena V
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DICHOS. DOÑA
EVARISTA.
|
DOÑA EVARISTA | Hija ¿qué?,
¿estás ocupada? | |
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DOÑA ISABEL | Sí,
señora; componiendo | | el estudio, porque dice | 295 |
mi tío que vendrán luego | | aquí
todos los señores. | |
|
|
DOÑA EVARISTA | Por
eso te echaba de menos | | el señor don Epitafio.
| |
|
|
DON ALBERTO | ¿Sí? Pues voy a entretenerlo | 300 | yo por
mi prima; ya veis | | que para el caso es lo mesmo. | |
(Se va.)
|
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DOÑA EVARISTA | ¡Qué
amable, qué complaciente, | | y qué galán
es Alberto! | | ¿No te parece lo mismo, | 305 | hija? |
|
|
DOÑA ISABEL |
Y añadid
a eso, | | qué apasionado lector | | de papeles extranjeros;
| | qué aficionado a noticias
| | políticas,
y qué empeño | 310 | tiene en saber las intrigas
| | generales de los reinos. | |
|
|
DOÑA EVARISTA |
¿Qué dices? Yo lo ignoraba. | |
|
|
DOÑA ISABEL |
Ay, madre; es el novelero | | universal; ahora mismo | 315 | me
lo encontré aquí leyendo | | las noticias
del Japón | | en un mercurio chinesco. | |
|
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DOÑA EVARISTA |
¡Curioso papel! Si yo | | entendiera de ese imperio | 320 | el
idioma, no faltaba | | nada a mis conocimientos | | políticos.
|
|
|
DOÑA ISABEL | Pues
es fácil. | | Yo voy ahora a aprenderlo, | | si mi primo
se conviene | 325 | a servirme de maestro. | |
|
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|
DOÑA ISABEL |
¿Quién
sabe? | | Está con mi casamiento | | de tan mal humor.
|
|
|
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DOÑA EVARISTA | Lo
entiendo. | 330 | Pero, hija, es muy ventajoso | | el partido
que te ha hecho | | don Epitafio. Ya sabes | | que es muy rico.
|
|
|
DOÑA ISABEL | En
cuanto a eso | | Alberto también es rico; | 335 | que es
el único heredero | | de mi tío. |
|
|
DOÑA EVARISTA |
Pero
hija, | | con su caudal no podemos | | contar para los viajes,
| | que al instante emprenderemos | 340 | con este otro. |
|
|
DOÑA ISABEL |
Pero
al fin | | será distinto el hacerlos | | con un hombre
que se ocupa | | en visitar monumentos, | | que estar al lado
de un joven, | 345 | que tiene en la uña el gobierno | | general de Europa y Asia, | | y aun de todo el mundo entero.
| |
|
|
DOÑA EVARISTA | No dices mal, hija mía.
| | Te ofrezco pensar en ello | 350 | antes de la boda. |
|
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Escena VI
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DICHAS. EL BARÓN.
|
EL BARÓN | Amables
| | damas, ¿nos dejáis?, ¡qué extremo | |
de incivilidad! |
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DOÑA ISABEL | Barón
| | gracias por el cumplimiento | |
|
|
|
DOÑA ISABEL | Haced
| 355 | compañía, mientras vuelvo, | | a mi madre,
y yo haré corte | | a los otros caballeros. | |
(Se va.)
|
|
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EL BARÓN | ¡La linda joven!
Madama, | | ¿sera verdad su himeneo
| 360 | con el antiguo? |
|
|
DOÑA EVARISTA | Barón,
| | todavía no he resuelto. | |
|
|
EL BARÓN |
¡Oh!, como yo no estuviera | | tan atacado de serios | | asuntos,
ella era mía; | 365 | me convenía; me encuentro
| | en apatía, y malado | | en el estado soltero.
| | Mas no está posible ahora | | maridarme; el Ministerio
| 370 | se me confía, él me ocupa, | | él
solicita mi acuerdo; | | así perdonad, madama; | | más
adelante... |
|
|
|
EL BARÓN | Es
deliciosa. | 375 | Ella posee el gracejo | | español
que no es de moda. | | Pero puede con el tiempo | | tomar de
las extranjeras | | aquel lánguido salero | 380 | con que
llevan la mantilla. | | ¡Oh buen Dios que es un portento!
| | Entonces pensaré en ella. | | Rien de plus. |
|
|
DOÑA EVARISTA |
¿Qué
estáis diciendo? | | Pues acaso... |
|
|
EL BARÓN | Ahora
trabajo | 385 | en detallar un proyecto | | por la sociedad,
que sirva | | para exterminar los perros. | | Esto que en nuestros
diarios | | fue un obraje de muy bellos | 390 | discursos; también,
madama, | | a los aguadores debo | | una lección
de crianza, | | y lo mismo a los cocheros. | |
|
|
DOÑA EVARISTA |
¿Y qué me diréis, Barón, | 395 | de los negocios
secretos | | del gabinete? |
|
|
EL BARÓN | Rien,
nada. | | Soy impenetrable en ellos. | | Yo lo sé todo:
ellos toman | | mi dictamen; yo procedo | 400 | discretamente;
ellos saben | | que yo soy mucho discreto;
| | y en literatura...
¡Oh Dios! | | ¿Sabéis que estoy traduciendo | | del
castellano al francés | 405 | los opaquísimos versos | | de Góngora? |
|
|
Escena VII
|
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DICHOS. DON ESDRÚJULO.
|
DON ESDRÚJULO |
¿Quién
nombraba | | a mi caro compañero | | de las moradas
del Pindo? | |
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|
DOÑA EVARISTA |
Me
alegro | 410 | de que vos hayáis venido; | | ved si podéis
entenderos | | con el Barón; porque yo | | nada saco
de provecho | | político de su inmensa | 415 | conversación.
Hasta luego. | |
(Se va.)
|
|
|
DON ESDRÚJULO |
Barón, hablar con mujeres | | de poesía es dar
a cerdos | | margaritas. Explicadme
| | a mí el numen
altanero | 420 | de Góngora. |
|
|
EL BARÓN | En
castellano | | ciertamente no lo entiendo; | | pero en verso
alejandrino | | pareado de martilleo | | será un asombro.
|
|
|
DON ESDRÚJULO | ¿Y
por qué | 425 | con ese conocimiento | | del francés
no traducís | | a Racin, Molière, o al fiero
| | Crebillon? |
|
|
EL BARÓN | ¡Oh!
grandes hombres; | | pero no escribieron ellos | 430 | para mí
ni para vos. | | A otras cabezas dejemos | | más
emprendentes la idea | | de españolizarlos. Estos
| | son bastante conocidos | 435 | para mi pluma; yo quiero | | traducir aquellas piezas | | de marionetas, aquellos | |
dramas de las parodias, | | que son encanto del pueblo. | 440 | Rien de plus.
|
|
|
DON ESDRÚJULO | Maravillosas | | composiciones se han hecho. | | De esa clase. ¡Qué
estro tienen! | | ¡Qué moral, qué enlazamiento,
| | tan admirable! Hacéis bien | 445 | en emplear vuestro
genio | | flamante en flamantes obras; | | qué flamantísimos
plectros | | deben consagrar su musa | | con jocosísimos
metros | 450 | a los prodigiosos partos | | de ese género
moderno. | |
|
|
EL BARÓN | Sí, don Esdrújulo;
él es | | mi fuerte; él es mi contento; | | él
es mi manía; él es | 455 | la calma de mis desvelos.
| | Rien de plus. |
(LUCAS sale.)
|
|
|
LUCAS |
Señor
Barón, | | un lacayo os busca. |
|
|
EL BARÓN |
Esto
| | es espantoso; por todo | | me siguen: ¿es un portero | 460 | de madama la marquesa | | de los palacios del viento?
| |
|
|
LUCAS | ¿Qué diablos sé yo? Salid, | | y entonces
podréis saberlo. | |
(Se va.)
|
|
|
EL BARÓN |
¡Qué incivil, qué cacoquimio, | 465 | y qué
adusto es este viejo! | | Don Esdrújulo, es preciso
| | partir; pero al punto vuelvo. | |
(Se va.)
|
|
|
Escena IX
|
|
DICHOS. DOÑA EVARISTA.
DON PANUNCIO. DOÑA ISABEL. DON CILINDRO. DON EPITAFIO.
|
DON PANUNCIO | Hola, hola, ¿cómo es esto,
| 510 | don Esdrújulo?, ¿queréis | | privaros
de los portentos | | maquinarios y celestes | | que a ver venimos?
|
|
|
DON ESDRÚJULO | Yo
luego | | los veré; dejadme ahora | 515 | versificar, que
bullendo | | musas, rimas y harmonía | | siento andar
en mi cerebro. | |
|
|
DOÑA ISABEL | Dice bien, no interrumpirle,
| | pues cuando están componiendo | 520 | los poetas, nada
atienden | | en cielo, tierra ni infierno. | |
|
|
DON PANUNCIO |
Vaya; empezad, don Cilindro. | |
|
|
DON CILINDRO | Señores,
mientras elevo | | la energúmena, doy curso | 525 | a sus
ruedas, pongo en juego | | sus autómatas, y explico
| | de la escena los prospectos. | | (Pone el cajón
sobre una silla, y hace como que lo está componiendo.) | Podéis sentaros. |
|
|
DOÑA ISABEL | Aquí,
| | madre mía; |
(Colocando sillas, de modo que ella
quede junto a ALBERTO.)
| y
este asiento | 530 | para mi tío; aquí vos | | (A DON EPITAFIO.) | junto a mi madre; tú, Alberto.
| | a esta esquina; y para mí | | queda esta silla de
en medio. | |
|
|
DOÑA EVARISTA | ¡Qué viveza!
| (Sentándose.) |
|
|
DON ALBERTO | ¡Qué
placer! | 535 |
(Apartándose al lado de DON EPITAFIO.)
|
|
|
DON PANUNCIO | Vaya que tienes ingenio | |
(Sentándose
al lado de DON EPITAFIO.)
| para arreglar un estrado.
| |
|
|
|
|
DON CILINDRO | Yo el maquinista mayor | |
(Mientras habla
DON CILINDRO conversan aparte ISABEL y ALBERTO.)
| de la
Europa; yo que espero | 540 | dar dirección a los globos
| | y derechura al cangrejo; | | en este óptico prodigio
| | a vuestra vista presento | | las valerosas hazañas
| 545 | de los héroes; concurriendo | | en su tubo orbicular
| | sus figuras a este efecto. | | No veréis ciudades,
tropas, | | ni desgracias de toreros | 550 | horriblemente pintadas;
| | pero veréis los volteos
| | de la cuerda floja,
el salto | | mortal, y el tropel inmenso | | con que andan
los valencianos | 555 | tras de romperse el pescuezo. | | Después
veréis otra cosa. | |
|
|
DON PANUNCIO | Para pescuezo
tremendo | | el del cometa. Hijo mío, | | ¿son las cuatro?
|
|
|
DON ALBERTO | Lo
veremos. | 560 | (Sacándose el reloj.) | Sí, señor
las cuatro en punto. | |
|
|
DON PANUNCIO | Pues por ahora
| (Levantándose.) | dejemos
| | la energúmena, que importa | | mucho ver un fenómeno
| | como este. |
|
|
DON CILINDRO | Ved
que es desaire | 565 | de mi ciencia. |
|
|
DON PANUNCIO | No
por cierto; | | pues bien pueden observarse | | dos cosas
a un mismo tiempo | | como ahora. Don Epitafio, | | (A él.) | aplicad un ojo vuestro
| 570 | al telescopio. |
|
|
DON EPITAFIO |
Bien.
| (Poniéndose a mirar por el telescopio que está
preparado desde el acto primero.) |
|
|
|
|
DON CILINDRO | (A DON EPITAFIO.) | Venid:
que estáis perdiendo | | la perspectiva. |
|
|
|
(Pasa DON
EPITAFIO a la máquina.)
|
DON PANUNCIO | Isabel,
| | mira tú si puedes verlo. | |
|
|
|
(ISABEL va al telescopio.)
|
DON ESDRÚJULO | Don Alberto acá; escuchad
| 575 | el mejor de los sonetos. | |
|
|
|
(ALBERTO va a la mesa.)
|
|
|
|
DOÑA EVARISTA | Aunque
no lo creo, | |
(Va al telescopio, e ISABEL pasa a la máquina.)
| miraré por darte gusto. | |
|
|
|
|
DON CILINDRO | ¿Os admiráis? | (A DON
EPITAFIO.) |
|
|
|
DON CILINDRO | ¡Qué
tonto! | | Venid acá, don Alberto. | |
|
|
|
(ALBERTO va
a la máquina, y se pone al lado de ISABEL.)
|
DOÑA EVARISTA |
Hermano, no se ve más | | que un gran pedazo de cielo.
| |
|
|
DON CILINDRO | Aquí se ven otras cosas;
| 585 | venid,
señora. |
|
|
|
(Va DOÑA EVARISTA a la máquina.)
|
DON PANUNCIO | ¿Están
ciegos | | todos? Pero a la verdad, | | (Mira por el telescopio.) | que tampoco yo lo veo. | | Don Esdrújulo venid
| | a observar. |
|
|
|
DON PANUNCIO | Pues qué ¿no habéis
acabado? | |
|
|
|
DON PANUNCIO | Pues tenéis adelantado
| | bastante para un soneto. | | ¡Qué demonio de manía
| 595 | poética! Estamos buenos: | | con la energúmena
y ella | | me dejan solo. Hola, Alberto, | | ¿qué diablos
haces? |
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DON ALBERTO |
(Ha estado hablando en secreto
con ISABEL.)
| Señor...
| | (Con turbación.) |
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DON ALBERTO | Preciso será adularle, | | (Pasando
al telescopio.) | pues ha visto mis extremos. | | A ver...
¡Oh!, ya está pasando | | (Mirando.) | sí, señor,
ya lo estoy viendo. | |
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DON ALBERTO |
Y según pienso, | | que cubre toda la Europa. | |
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DON PANUNCIO | ¿Qué es Europa? Poco es eso, | |
y aun toda la España. Mira, | | ¿si es transparente
su cuerpo, | 610 | si se enrosca, si echa chispas, | | o es
de color verdinegro? | | Don Epitafio, por Dios | | no perdáis
momento. | |
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DON ALBERTO | Sí, amigo, y mejor que
yo
| 615 | podréis explicarlo luego. | |
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(DON EPITAFIO
pasa sin hablar, y mira por el telescopio.)
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DON EPITAFIO | No.
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(Se aparta y mira DON PANUNCIO.)
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DON PANUNCIO | Ni
yo tampoco; | | (Aparte.) | pero mi hijo no creo | | que me engañe,
porque nunca | | ha dado en ser embustero. | 620 | Ni es posible
imaginar | | que en un asunto tan serio | | mintiera. |
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Escena X
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DICHOS. EL BARÓN.
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DON PANUNCIO | Barón,
Barón, | | (Viéndole entrar.) | venid a mirar,
que es tiempo. | |
(EL BARÓN mira.)
| ¿Qué
veis?
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DON PANUNCIO | ¡Qué,
gentes | 625 | tan torpes! Me desespero. | |
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DON CILINDRO | Os
espero, | | Barón, venid a observar. | |
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EL BARÓN |
¿Es por aquí? | (Al arrimarse rompe un vidrio con
el espadín.) |
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DON CILINDRO | ¿Qué
habéis hecho, | 630 | hombre insensato? |
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DOÑA EVARISTA | ¡Jesús!,
y cómo lo siento. | | ¿Es grande el daño? |
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DON ESDRÚJULO | Pues si no es nada,
me siento. | | (Se había levantado al ruido del vidrio,
y ahora se sienta otra vez.) | Apolo, vuelve a inspirarme.
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EL BARÓN | Ello es un vidrio de menos. | |
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DON PANUNCIO |
Qué desgracia, don Cilindro. | | (Acudiendo a la máquina.) | A ver si lo componemos | | entre los dos. |
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DOÑA ISABEL |
Lo
que es raro | | es, que el Barón, que es modelo | 640 |
de la moda, traiga espada. | |
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EL BARÓN | Madama,
sé lo que debo | | a mi elevación. Son días
| | en que se estrena un ingenio | | dramático. ¿Lo
ignoráis? | 645 | Sí, señora; y bien por
esto | | me soy puesto en gala. |
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DOÑA EVARISTA |
Hija,
| | yo me alegro de saberlo, | | pues por lo mismo nosotras
| | petimetras nos pondremos. | 650 |
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DON CILINDRO | No, don
Panuncio, es en vano | | buscar ahora el remedio
| | y
acudiendo a la máquina. | | A esta desgracia. ¡Qué
ira! | | Hola, Manuel, Lucas, Pedro. | 655 |
(Salen los
criados.)
| Levantad con gran cuidado | | la máquina,
que al momento | | yo os sigo. Llevadla a casa. | |
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(Los criados se van llevando el cajón.)
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DON PANUNCIO | Mas, don Cilindro; a lo menos | | no faltaréis
al teatro. | 660 |
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DON CILINDRO | ¿Qué sé yo?
Allá lo veremos; | | pero si queréis gozar
| | de los prodigios perpetuos | | de mi ciencia, que el Barón
| | restrinja su aturdimiento. | 665 |
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(Se va.)
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EL BARÓN | ¿Aturdido a mí? Que soy | | el juicioso balanceo | | del Estado. Oh, que mi espada
| |
(Empuña la espada, y DON ESDRÚJULO se levanta.)
| quiere batirse. ¡Qué extremo | | de avilantez! Serenadme,
| 670 | madamas. |
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DOÑA ISABEL | Ya
estáis sereno. | | ¿No es verdad? Vaya tomad | |
mi abanico, haceos fresco. | |
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(EL BARÓN toma el abanico,
y se sienta haciéndose aire.)
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DON ESDRÚJULO |
¿Se serenó? Pues, Apolo, | | vuelve a inspirarme tu
fuego. | 675 | (Vuelve a sentarse.) |
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DOÑA EVARISTA |
Hija, no te has divertido | | con la máquina, y lo
siento. | |
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DOÑA ISABEL | No importa; con otras
cosas, | | madre mía, me divierto. | |
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DON PANUNCIO |
Como que tiene presente | 680 | a su esposo. |
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DOÑA EVARISTA |
Aún
hay en eso | | mucho que decir. |
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DON PANUNCIO | Pues
cómo; | | ¿te opondrás a mis intentos? | |
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DOÑA EVARISTA | Sí, hermano; es fuerza contar
| | con mi hija lo primero; | 685 | después los preliminares
| | extender; después ponerlos | | en mi poder, porque
pueda
| | con el maduro congreso | | de sentidos y potencias
| 690 | consultar mi entendimiento. | |
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DON PANUNCIO | ¡Qué
mujer!, y tú, sobrina, | | ¿qué dices? |
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DOÑA ISABEL | Que
yo no puedo | | gustar de don Epitafio. | |
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EL BARÓN |
Y él debiera conocerlo. | 695 |
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DON EPITAFIO | Buenas
tardes. | | (Haciendo cortesía.) |
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DON PANUNCIO |
¿Tú te atreves de este modo | | a trastornar mis proyectos?
| | (A ISABEL.) |
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DOÑA ISABEL | Yo obedeceré
a mi madre.
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DOÑA EVARISTA | Hija, tú
tienes talento, | | pues que conoces el mío. | |
Sígueme nos dispondremos | | a recibir las visitas
| | con el mayor lucimiento. | 705 |
(Se va.)
| Con esta declaración | | (Aparte.) | mi primo estará
contento. | |
(Se va.)
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EL BARÓN |
Pero, amigo don Panuncio, | | vos hacéis gran desacierto
| | en afrontar las mujeres. | 710 | Ellas son de dócil
genio, | | ellas son... |
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DON PANUNCIO | Son
unas sierpes | | sin juicio y sin miramiento: | | ¿hacer
a don Epitafio | | semejante desafuero, | 715 | cuando más
lo necesito? | | ¿Cuando con su favor cuento | | para aplaudir
la comedia? | |
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EL BARÓN | ¡Oh Virgen! ¿Y qué
por eso | | calculáis en vuestro daño, | 720 | sabiendo
que yo os protejo?
| | ¡Oh!, que él no se atreverá
| | a reprocharla os protesto. | |
(Se va.)
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DON ALBERTO | Pero, padre, si tenéis | | del buen
éxito recelo, | 725 | ¿por qué no dais vuestro nombre,
| | y entonces todos?... |
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DON PANUNCIO | Silencio,
| | muchacho. ¿No ves allí | | a don Esdrújulo?
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DON PANUNCIO | Pero te mando callar; | 730 | ¿se ha visto
mayor exceso | | de terquedad? |
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Escena XI
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DICHOS. LUCAS.
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LUCAS | Señorito,
| | señor, que se pasa el tiempo; | | y empezarán
la comedia. | | Yo me voy, porque no quiero | 735 | perder el principio.
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DON PANUNCIO | Vamos,
| | hijo, no nos echen menos. | |
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DON ALBERTO | ¿Y que
no viene mi prima? | |
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DON PANUNCIO | ¿Pues qué nos
importa eso? | | ¿No lo sabe ya su madre? | 740 | Que venga o no
¿qué tenemos? | | Tú, Lucas, ponte en el patio;
| | observa los movimientos | | de la plebe; los discursos
| | del gentío turbulento; | 745 | haz un exordio en favor
| | del drama; y enardeciendo | | las mentes desracinadas...
| |
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LUCAS | Vaya, que tenéis empeño | | en hablar
conmigo, como | 750 | si yo entendiera el hebreo. | | Tiempo perdido;
lo he dicho; | | pero, señor don Alberto, | | con
las palmadas de Lucas | | podéis contar desde luego.
| 755 |
(Se va.)
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DON ALBERTO | Cielos, (Aparte.) dadme sufrimiento.
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(Se van los dos.)
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DON ESDRÚJULO |
No puedo más por ahora; | | pero, señores, silencio,
| | oiréis qué maravillosas | 760 | cuatro rimas
de un soneto. | | (Se levanta, y lee sin mirar a otra parte.) | «Con el fuelle soplando a dos carrillos | | Vulcano
excita la ferviente llama, | | como el amor se excita de
quien ama | | a la vista de dos o tres chiquillos.» | 765 | ¿Qué
tal? | (Dejando de leer, y mirando la escena.) | Hola,
¿qué no hay nadie? | | ¿Me dejan en un aprieto | | semejante? ¿Si será | | por la comedia? Corriendo
| | me voy al teatro; allí | 770 | con el numen verdadero,
| | que inflama a los literatos | | cuando oyen algo de
nuevo, | | les juro que mis silbidos | | se oirán en
el firmamento. | 775 |
(Se va.)
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