La documentación procesal inquisitorial es engañosa respecto al número de judaizantes, ya que la confesión podía desembocar en una simple reconciliación, mientras que la declaración de impenitente conducía invariablemente a penas mucho más graves (M. A. COHEN, Toward a new comprehension..., pp. 33-34). Sobre el tema de la limpieza de sangre, naturalmente, ALBERT A. SICROFF, Los estatutos de limpieza de sangre. Controversias entre los siglos XV y XVI, Madrid, 1985.
How Jewish were...?, pp. 111-112.
Nuevas perspectivas..., p. 26.
«¿Ha pecado el judío? Sigue siendo judío» es la formulación con que el profesor Haim Beinart respondió oralmente a mi consulta al respecto. Cf. también MOISÉS ORFANI LEVI, Los conversos españoles durante los siglos XII-XVII, Salamanca, 1982.
Cit. por F. DÍAZ ESTEBAN en «La expulsión y la conversión simulada», Sefarad, t. 56 (1996), p. 259.
Vid. J. CARO BAROJA, Diversidad de tipos conversos, pp. 273-298 del t. I (Madrid, 1962) de su obra Los judíos en la España Moderna y Contemporánea.