Jornada II |
|
Salen TAYCO y el ALCAIDE.
|
ALCAIDE | Ya
tienes, hijo, noticia | | de las cosas que, en tu edad, | | te
han de enseñar la verdad | | y han de vencer la malicia.
| | Cuanto supe te enseñé;
| 5 | cuanto me dio la experiencia | | en largos años, a
ciencia | | lo reduje. |
|
|
|
ALCAIDE | Resta agora que,
fingiendo | | rústica simplicidad, | 10 | encubras la majestad
| | de quien eres discurriendo | | por el Imperio
y mostrando | | a los reyes la justicia | | que una tirana malicia
| 15 | con poder te va usurpando. | | Sepan quién
eres y vean | | que, por divino misterio, | | eres capaz del
Imperio | | que regularte desean. | 20 | Sé
modesto en las acciones, | | porque dándote favor, | | te aclamen emperador | | supremo de los japones. | |
|
|
TAYCO | Padre,
que este nombre debo | 25 | a tu amor y a tu crianza, | | pues por
ti mi vida alcanza | | nueva virtud y ser nuevo; | | una
cosa no me enseñas: | | sin ti la vi, y aprendiendo
| 30 | que la siento y no la entiendo: | | mas dirétela por
señas: | | vi la divina belleza | |
de la que llamas mujer, | | donde abrevió su poder | 35 | la madre naturaleza. | | Sentí, al
verla, una pasión, | | un cuidado, unos antojos, | | que
parece que a los ojos | | se asomaba el corazón. | 40 | En
su presencia sentía | | un placer si me miraba, | | un
dolor si se ausentaba, | | una gloria si me vía. | | Vivo,
cuando estoy sin ella, | 45 | con tristeza y con cuidado, | | y
el pecho, regocijado, | | salta cuando vuelvo a ella. | | El
corazón, si la veo, | | todo es placer, todo gloria,
| 50 | y si no, con la memoria | | la imagino y la deseo. | | Dime,
¿qué es este temor | | y esta animada osadía,
| | esta pena y alegría, | 55 | esta vida y muerte? |
|
|
ALCAIDE |
Amor:
| | eso siente el hombre que ama. | |
|
|
|
ALCAIDE | Quien de su rigor no sabe,
| | dulce, como tú, le llama; | 60 | pero
gustando el veneno | | de los celos, el amor | | es semblante
de traidor, | | áspides tiene en su seno. | |
|
|
|
ALCAIDE | Un
morir | 65 | por ver no queriendo ver, | | que se sabe padecer | | y no se sabe decir. | | Pocos amaron sin
ellos; | | tú sabrás después quién
son, | 70 | cuando a la dulce ocasión | | quieras coger los
cabellos. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(Salen QUILDORA y NEREA en lo alto
del monte.)
|
QUILDORA | Antes de
bajar al valle, | | que ya tus ojos desea, | | quisiera decir,
Nerea, | 75 | un secreto. |
|
|
NEREA | No
lo calle | | tu lengua, que si es de amor,
| | comunicado da gusto. | |
|
|
QUILDORA | ¿Viste aquel joven robusto
| | que, con rústico valor, | 80 | anda
de mí enamorado? | | Sabe que le quiero bien. | |
|
|
NEREA |
Y ya mis ojos le ven | | cruel fiera de este prado: | | ¿a
un bárbaro el alma das? | 85 | ¿Un medio bruto te agrada?
| |
|
|
QUILDORA | Aun no estoy enamorada. | | inclinada estoy no más;
| | Ese bárbaro que ves | | habla como
sabio y cuerdo, | 90 | y con los ojos le pierdo. | | A
sus fuerzas, a sus bríos, | | yacen rendidos en tierra
| | los jabalís de la sierra, | | los caimanes de los
ríos. | 95 | A sus flechas, que son rayos,
| | que penetran elementos, | | no están libres en los
vientos | | los hermosos papagayos. | |
|
|
NEREA | Aunque
alabanzas le des, | 100 | es un simple, es ignorante, | | y al fin
eliges amante | | que no sabemos quién es. | |
|
|
|
(Salen
TAYCO y el ALCAIDE.)
|
TAYCO | Si yo
emperador me veo, | | tan grandes vendrán a ser | 105 | tu
riqueza y tu poder, | | que igualen a tu deseo. | |
|
|
ALCAIDE | Verte
libre y sabio, es | | para mí el mayor tesoro; | | como
a emperador, te adoro; | 110 | como a rey, beso tus pies. | |
|
|
QUILDORA |
¡Mira el honor indecente | | que le dan;
aquel honor, | | al sol o al Emperador | | se debe dar solamente.
| 115 | ¿Por qué ocasión un anciano
| | se le postra y sus pies besa, | | y adorándole, confiesa
| | que es el rey más soberano? | |
|
|
NEREA | Hará
burla de la amiga; | 120 | no puede ser otra cosa. | |
|
|
QUILDORA | Calle
mi pena amorosa, | | padézcase y no se diga. | |
|
|
ALCAIDE |
Tirando a las aves viene | | el tirano Emperador;
| 125 | disimula bien, señor. | |
|
|
TAYCO | Antes buscar me conviene
| | la que estimo y la que adoro, | | que amo
y ardo sin sosiego; | | lloro por matar el fuego, | 130 | y me enciendo
más si lloro. | | Un caos, una confusión
| | siento en el alma sin ella: | | adiós, padre, que
la estrella | | sigo de mi inclinación. | 135 | (Vase.) |
|
|
ALCAIDE | Reverencia natural | | le
dan mis ojos al sol: | | hasta el Imperio español, | | por los campos de cristal, | | tu imperio
alargue. | (Vase.) |
|
|
NEREA | Quildora,
| 140 | sus pasos puedes seguir. | |
|
|
QUILDORA | Antes quiero resistir
esta | | inclinación agora; | | descendamos,
que después | | que como al sol le vi dar | 145 | adoración
singular, | | imagino, amiga, que es | | un
salvaje, un simple, un loco, | | si por cuerdo le tenía.
| |
|
|
NEREA | El amor te engañaría, | 150 | que se contenta
de poco. | |
|
|
|
(Van bajando del monte; el EMPERADOR tirando
al cielo un arco.)
|
EMPERADOR | Herido
pájaro, subes | | con plumas de tornasol, | | para medïar
al sol | | dando púrpura a las nubes. | 155 | ¿Dónde
vas con la saeta | | que te ha dejado sangriento? | | Rastro
dejas en el viento, | | con que pareces cometa; | | mas
ya se inclina su vuelo; | 160 | exhalación fuiste breve,
| | que la muerte no se atreve | | a andar tan cerca del cielo.
| | Ya bajas hecho un rubí, | | de sangre
tuya manchado; | 165 | ya pareces en el prado | | una estrella carmesí;
| | cogerla será el empleo | | del arco
que al sol consagro. | | (Tópase con las dos.) | ¿Sois mujeres? ¡Oh, milagro | 170 | que ha formado mi deseo!
| | ¿En los campos, hay belleza | | que con
los cielos compita? | | mas dondequiera se imita | | la misma
naturaleza. | 175 | Yo leí que una Diana
| | fue en las selvas cazadora, | | más hermosa que el
aurora | | teniña de sangre y grana. | | Pensara
que sois las dos | 180 | ninfas suyas, a no ser | | la belleza en
la mujer | | bosquejo de la de Dios. | |
|
|
|
(Pónense
de rodillas y tápanse los ojos.)
|
QUILDORA | Ni
responder ni mirar | | al Emperador podemos. | 185 |
|
|
EMPERADOR | Esas
son leyes y extremos | | que se pueden dispensar. | | ¿En
qué me habéis conocido? | |
|
|
QUILDORA | Una inmensa
majestad | | es soberana deidad | 190 | que del cielo ha descendido.
| |
|
|
EMPERADOR | No encubráis más
el valor | | de esos soles, yo lo mando. | |
|
|
NEREA | Quildora, yo
estoy temblando. | |
|
|
EMPERADOR | ¿Es respeto o es temor? | 195 |
|
|
|
EMPERADOR | Levantad.
| | Descubrid esa luz pura; | | porque sólo a la hermosura
| | se rinde la majestad. | | ¿Cómo
os llamáis? |
|
|
QUILDORA | Yo,
Quildora; | 200 | ésta, mi amiga, Nerea; | | nuestra patria
es esta aldea, | | nuestro caudal es agora | | lo
que adquieren nuestras manos, | | o cazando en esa sierra,
| 205 | o cultivando la tierra, | | oficio al fin de villanos; | |
danos licencia, señor... | | con dos
rústicas mujeres | | no estáis bien. |
|
|
EMPERADOR |
Ese
es rigor, | 210 | Quildora, y no cortesía.
| |
|
|
QUILDORA | ¡Qué han de saber dos villanas! | |
|
|
EMPERADOR |
Di dos hermosas mañanas, | | dos albas hijas del día.
| |
|
|
QUILDORA | Cualquier talle, cualquier brío,
| 215 | parece en el campo bien; | | ese nombre no nos dé
| | Su Majestad, señor mío. | |
|
|
EMPERADOR | ¡Vive
el sol, que eres hermosa! | | El alma siento inclinada. | 220 |
|
|
QUILDORA |
¿Qué mucho? También agrada | | tal vez la silvestre
rosa. | |
|
|
|
(Sale BOMURA.)
|
BOMURA | Ya
con las pintadas plumas | | cayó el pájaro, que
fuera | | sin alma una primavera, | 225 | bañado en sangre
y espuma; | | vino a morir entre flores | | porque Su Alteza lo vea: | | ¡Válgame el sol! ¿No es
Nerea, | | la que me mata de amores | 230 | y por
quien dejé la ley | | del español que persigo?
| | ¿No es éste el norte que sigo? | | ¡Ay de mí,
si agrada al Rey | | soberano de este Imperio!
| 235 | ¡Ay de mí, si, Dayso adora | | la que es luz, la que
es aurora | | de todo aqueste hemisferio! | | ¡Ruego
al amor que no sea | | tan hermosa para él, | 240 | como es
para mí cruel! | |
|
|
|
(Dentro, TAYCO.)
|
TAYCO |
¡Quildora, Guale, Nerea! | | ¿Dónde
estáis? ¿Qué selva o valle | | encubre vuestra
deidad? | |
|
|
BOMURA | Antes que su voluntad | 245 | más empeñada
se halle, | | quiero interrumpir sus labios.
| | ¿Dónde permiten los cielos | | que la voz produzca
celos | | y las palabras agravios? | 250 | ¡Señor,
ya cayó en el prado, | | sacrificada a tu flecha, | |
y globo de plumas hecha, | | el ave a quien has tirado! | |
|
|
|
BOMURA | Él
está con ellas | 255 | con gusto y entretenido: | | fiero
amor, ¿cuál habrá sido | | la que más
agrada de ellas? | | Otra vez intento hacer
| | que las deje, y muchas aves | 260 | de las nocturnas y graves
| | que osaron aborrecer | | el divino resplandor,
| | entre esas plantas no gimen. | |
|
|
|
BOMURA | Nada.
Ya oprimen | 265 | celos y dudas mi amor. | |
|
|
|
(En alto, TAYCO.)
|
TAYCO | ¡Quildora, Guale, Nerea!
| | Responded a quien os llama, | | esperad a quien os ama, | | oid a quien os desea. | 270 | No es la gloria
que, conquisto | | la que da hermosura al prado. | | ¡Vive el
sol, que me he turbado | | esta vez de haberla visto! | | El
Emperador está | 275 | hablando con ella, y ella, | | más
enemiga y más bella, | | nuevo tormento me da. | | Siento
una pasión tan fiera, | | un cuidado y un pesar, | 280 | que
la quisiera matar, | | cuando adorarla quisiera. | | No
sé qué es esto: me inclino | | con impulsos impacientes
| | a matarla con los dientes | 285 | por besarla de camino. | | No
sé si es rabia o temor | | esto que en mi pecho lidia;
| | parece que siento envidia, | | parece que siento amor. | 290 |
Con un inculto misterio | | aborrezco a Dayso
agora, | | más por hablar con Quildora, | | que por quitarme
el imperio. | | Mármol soy que no
se mueve, | 295 | helado y ardiente estoy, | | que me parece que
soy | | volcán cubierto de nieve. | | ¿Qué
enfermedad es la mía? | | ¿Qué mal nuevo es éste,
cielos? | 300 | ¿Si serán estos los celos | | que Polemo me
decía? | | Sí, pues me siento
morir; | | sí, pues me siento perder; | | sí, pues
lo sé padecer; | 305 | sí, pues no lo sé decir.
| |
|
|
EMPERADOR | Ya que violentas os tienen | | majestades semejantes, | | licencia y estos diamantes | | os
quiero dar. |
|
|
TAYCO | Aquí
vienen | 310 | de golpe mis sentimientos; | | aquí sí
que mi mal llega | | al alma, y ella se anega | | en abismos
de tormentos. | | Joyas les da; mi fatiga
| 315 | llega al último pesar; | | que quien da, quiere obligar,
| | y quien recibe, se obliga. | | Y ya que
sufrir no puedo, | | mal que en el alma no cabe, | 320 | cuando la
pena es tan grave, | | viene a ser vileza el miedo. | | Tío,
tío, no les dé | | los rayos del sol ansí:
| | mejores son para mí, | 325 | y amigo suyo seré.
| | Porque estos dos le prometo, | | que como
sin barbas vienen, | | que aunque más les dé,
no tienen | | vergüenza, amor ni respeto. | 330 |
|
|
|
TAYCO | No
me llamo | | ni aparta me diga, amigo; | | Tayco dicen que me
digo. | |
|
|
EMPERADOR | En señal y muestras que amo | | honestamente,
tomad | 335 | dos diamantes que al nacer | | del día pudieran
ser | | su hermosura y claridad. | |
|
|
QUILDORA | Las
villanas, gran señor, | | de diamantes no entendemos;
| 340 | bástanos que visto habemos | | al supremo Emperador.
| | La gloria de haber mirado | | tus deidades
soberanas, | | es majestad que a villanas | 345 | ricas deja. |
|
|
TAYCO |
Habéis
hablado | | como hombre de bien las dos:
| | si a matar habéis salido | | aves que dejan el nido,
| | perdonad aquestas dos. | 350 |
|
|
|
|
EMPERADOR | Hoy he formado en el pecho | | una malicia: sospecho
| | que este simple tiene amor. | | Siendo
de celos capaz, | 355 | no es simple, de donde infiero | | que en
estos reinos espero | | perturbación de la paz. | | Ponedle
una guarda fiel | | que, a sus acciones atento, | 360 | le examine
el pensamiento, | | y que no se aparte de él. | |
|
|
BOMURA |
Haráse: di si es Quildora | | la que
tu amor quiere y precia. | |
|
|
EMPERADOR | ¡Qué curiosidad
tan necia! | 365 | No lo sabréis por agora. | |
|
|
BOMURA | ¡Que
no he podido entender | | cuál le da cuidado, cielos!
| |
|
|
|
(Vanse.)
|
TAYCO | Terrible mal son los celos:
| | esto causa una mujer. | 370 | Ya respiro; ya
la vida | | tiene su dominio entero, | | habiendo estado primero
| | o dudosa o suspendida. | | Quildora, yo
te agradezco | 375 | la constancia que has tenido, | | el honor que
has defendido | | y el favor que no merezco. | |
|
|
NEREA | ¿Cómo
es esto? ¡Gran cordura | | en el hablar muestra ya! | 380 |
|
|
QUILDORA |
Debe de ser que tendrá | | intervalos su locura. | |
|
|
|
(Salen el REY DE BOMURA y MANGAZIL.)
|
BOMURA | El
supremo Emperador | | lo ha mandado, y le has de ser | | centinela,
que has de ver | 385 | si es cuerdo o loco pastor; | | este
mozo has de guardar, | | sin apartarte un momento | | de su lado.
|
|
|
MANGAZIL | Buen
tormento | | es el que me quieren dar: | 390 | si
por ninguna ocasión | | en mi vida me pudrí,
| | porque quiero ver ansí | | cuánto vive un buen
poltrón, | | ¿cómo guardaré
un jumento? | 395 |
|
|
BOMURA | . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
| | Ingenio tienes sutil; | | a sus acciones atento | | has
de estar. |
|
|
TAYCO | El
gavilán, | | pájaros busca, atrevido: | 400 | ¡Ox,
Palomas; ox, al nido! | | Porque seguras no están | |
con esta gente las aves: | | Rey de poco
más o menos, | | en estos prados amenos, | 405 | ¿qué
buscáis? |
|
|
|
TAYCO | Si vos buscáis
lo que sé, | | sin duda buscáis muy poco, | | pues
si dicen que soy loco, | | bestia soy, nada sabré. | 410 |
|
|
QUILDORA | ¿No te dije yo, Nerea? | | Ya le
vuelve la locura. | |
|
|
NEREA | Y yo no estaré segura | | con
este Rey que desea | | darme enfados con
su amor: | 415 | vámonos. |
|
|
|
NEREA | ¡Cómo, si tu voz me mata! | |
|
|
|
|
TAYCO | Yo
podré rogarte | | que esperes. |
|
|
|
|
|
|
|
|
(Vanse las dos.)
|
TAYCO | Buenos
quedamos los dos | | con este claro desprecio: | | yo soy simple,
vos sois necio; | 425 | remédienos sólo Dios. | |
|
|
BOMURA |
Tayco, esta guarda te dejo, | | que siempre
estará contigo, | | porque yo la sombra sigo, | | sin
razón y sin consejo, | 430 | de un imposible
de amor, | | de una tirana mujer | | que espanto pudiera ser
| | de las fieras su rigor. | | (Vase.) |
|
|
TAYCO | ¿Tú
me has de guardar aquí? | 435 | ¿Soy yo loco? |
|
|
MANGAZIL |
Hombre
es de seso: | | no reñiremos por eso; | | él me
ha de guardar a mí. | |
|
|
TAYCO | Este
Rey es bellacón, | | no tiene lealtad ni fe. | 440 |
|
|
MANGAZIL |
En mi vida porfié; | | digo que tienes razón.
| |
|
|
TAYCO | Mas, bien mirado, es mandado, | |
su condición no me asombre. | |
|
|
MANGAZIL | Es verdad, él
es buen hombre, | 445 | como dice, bien mirado. | |
|
|
|
|
|
MANGAZIL | Voy con él, que dices bien. | |
|
|
|
|
TAYCO | Y ¿sabrásme
tú alcanzar | | cuando corro o cuando lucho? | |
|
|
MANGAZIL |
Me desacomodo mucho, | | no sé correr ni luchar, | | no
contradicen ninguno; | 455 | el otorgador me llaman. | |
|
|
TAYCO | En
los corazones que aman, | | no cabe secreto alguno; | | mis
celos dieron recelos, | | sin duda, al Emperador; | 460 | disimulemos,
amor; | | finjamos locuras, celos. | |
|
|
MANGAZIL | Iba
por un haz de leña | | al monte, y este cuidado | | por
pesadumbre me han dado. | 465 |
|
|
TAYCO | Si a éste dejo, se
despeña; | | mi intención ya
han de saber, | | que tengo industria y valor; | | si estoy con
él, a mi amor | | daré ausencias. ¿Qué
he de hacer? | 470 | Válgame el ingenio
aquí: | | ¿quieres que en aqueste prado, | | que a sueño,
nos ha brindado, | | durmamos un rato? |
|
|
MANGAZIL | Sí,
| | que yo en ganas lo tenía; | 475 | pero
lo tengo de atar, | | porque me podrá costar, | | si se
va, la vida mía, | | que es la cosa
que más precio; | | dicen que es tormento esquivo | 480 |
atar con un muerto un vivo, | | y un discreto con un necio.
| |
|
|
TAYCO | Ata y duerme, camarada, | | que yo
en la hierba me acuesto. | |
|
|
MANGAZIL | Ataré y dormiré
presto, | 485 | que tengo bien sazonada | | la
potencia dormitiva; | | cátedra puedo leer | | a un lirón.
| (Átale con una cuerda a TAYCO, y duerme.) |
|
|
TAYCO | ¡Que
una mujer | | de los sentidos nos priva! | 490 | Muero
ausente, amando muero, | | sólo vivo a su luz. |
|
|
MANGAZIL |
Ea,
| | atado está ya; ruin sea | | quien despertare primero.
| |
|
|
TAYCO | Si vasallos desleales | 495 | estos imperios
me deben, | | y las desdichas se atreven | | a las personas Rëales,
| | ¿qué milagro que el amor | | se
me atreva? Y ya sospecho | 500 | que ha derramado en su pecho | | su melancólico humor | | el sueño.
Quieran los cielos | | sacarme de este cuidado | | que el Emperador
me ha dado | 505 | con sospechas y recelos. | | Mientras
en el campo está, | | como es tirano y cruel, | | no estaré
seguro de él, | | celos y pena me da. | 510 | Ansí
Veré lo que pasa, | | sin dar cuenta a este villano
| | de este prodigio inhumano | | que me hiela y que me abrasa.
| | (Ata el cordel a un laurel.) |
|
|
MANGAZIL | ¿Dormimos?
Sí, que el cordel | 515 | siento firme y bien atado. | | ¡Buen
animal saqué al prado; | | tan grande soy como él!
| | ¡Si me pudro de guardallo! | |
|
|
|
(Sale
el REY DE BOMURA.)
|
BOMURA | Mangazil, advierte bien
| 520 | que aunque recelos te den... | |
|
|
MANGAZIL | Calle la bestia,
pues callo. | |
|
|
BOMURA | ¿Ese es tu cuidado
infiel? | |
|
|
MANGAZIL | Duerma el simple, noramala. | |
|
|
BOMURA | Ya
tu simpleza le iguala. | 525 |
|
|
MANGAZIL | Eso sí, firme el
cordel, | | atado está todavía.
| |
|
|
|
MANGAZIL | Y
¡qué poco, | | Rey de cabras y de bueyes, | | los locos
se fingen reyes! | 530 | Aunque yo conozco un loco | | tan
simple, que maravilla, | | y se tiene, ¡lindo humor!, | | por
el ingenio mayor | | de la corte o de la villa. | 535 | (Levántase.) | ¿Cómo el simple se te huyó?
| |
|
|
MANGAZIL | Animal por animal, | | aquí estoy yo, y otro
tal | | es quien de mí le fio. | | Cerca
estoy de que me pese: | 540 | para mi poltronería, | | desdicha
grande sería... | |
|
|
|
MANGAZIL | El
punto es ese. | | Dióme a merendar
lirones | | cocidos en escabeche | 545 | de beleño, vino y
leche. | | Como esta vez me perdones, | | otra
dormiré a placer. | |
|
|
|
|
|
(Dice QUILDORA dentro.)
|
|
BOMURA | Voces
| 550 | escucho de una mujer. | |
|
|
|
BOMURA | Darán
favor | | a su voz las manos mías, | | si ya no son tiranías
| | de este injusto Emperador. | 555 | (Vase.) |
|
|
|
(Salen los tres
religiosos vestidos de japoneses.)
|
NAVARRETE |
Tierra que espinas produces, | | hoy de nuevo
te saludo, | | y espero en Dios que des flores, | | que son premisas
del fruto. | | Ya, padres, que en este traje | 560 | salimos del
mar profundo, | | no perdamos tiempo; den | | a Dios verdadero
culto | | estos bárbaros; la mies | | copiosa, y no son
muchos | 565 | los obreros; Dios propague | | la cosecha en orden
suyo. | | Ea, compañeros míos, | | bien disfrazados,
y ocultos, | | al Japón habemos vuelto: | 570 | todos parecemos
unos; | | quiera Dios que lo seamos | | en la fe. |
|
|
FRANCISCANO |
Diversos
rumbos | | elijamos, dilatando | | la Iglesia por este mundo.
| 575 |
|
|
AGUSTINO | Yo predicaré en Fixén | | y en
Angalaqui. |
|
|
NAVARRETE | Yo
cuido | | de esta provincia en que estamos; | | y quiera Dios,
pues nos cupo | | en suerte, de parecer | 580 | a los Apóstoles
suyos. | | Agora en él, dividirnos, | | que un bosquejo
y un rasguño | | de esa caridad seamos. | |
|
|
|
(Vanse todos.)
|
|
NAVARRETE |
El
Trino y Uno | 585 | ponga eficaz elegancia | | en Vuestras lenguas.
No dudo, | | ¡Gran Señor! de tu piedad, | | que estos
idólatras rudos | | a tu Iglesia ha de traer, | 590 | que
es éste ligero curso. | | Por estos campos he visto
| | romper dos humanos bultos | | la esfera del viento; pienso
| | que es mujer, y algún insulto | 595 | va recelando su
honor. | | Entre estos cauces me encubro; | | no es tiempo que
me conozcan. | |
|
|
|
(Encúbrese en unas ramas, y sale
QUILDORA y el EMPERADOR.)
|
QUILDORA | ¿Cómo, cielos,
estáis mudos, | | sin dar voces a un tirano, | 600 | cuando
rayos fueran justos? | |
|
|
EMPERADOR | Quildora hermosa, detente;
| | ¿no ves, no sabes que oculto | | el mundo con mi poder, | | como el sol, hermoso y rubio? | 605 | ¿Quién de mí
puede librarse? | | El mismo cielo, presumo, | | pues volví
a encontrarle sola, | | que ha correspondido al gusto | | que
tengo de estar contigo. | 610 | Oveme agora. |
|
|
QUILDORA | El
que es sumo | | Emperador del Japón, | | ¿pierde así
el decoro suyo? | | Quien compite con los dioses, | | ¿imita
acciones del vulgo? | 615 | Tanto es mayor tu delito. | |
|
|
EMPERADOR |
Pues sin razón ni discurso | | te resistes al amor | | del que es inmortal trasunto | | de los dioses soberanos,
| 620 | ya deben hacerme tuyo | | la violencia y tiranía.
| |
|
|
|
|
(Sale NAVARRETE,
y pónese en medio de los dos.)
|
NAVARRETE | El
no pudo | | valer a nadie; su autor, | | dueño y señor
absoluto | 625 | del hombre, te ha de valer. | | Monarca bárbaro,
en cuyos | | hombros estriba el imperio | | de estos piélagos
profundos; | | ¿cómo quebrantas las leyes | 630 | que la humana
razón puso | | a los hombres, siendo tú | | quien
sus fueros y estatutos | | debe amparar? |
|
|
EMPERADOR | ¿Tú
te atreves, | | como fiera, como bruto, | 635 | a mi alteza y majestad?
| | Romperá el acero duro | | de esta flecha, un pecho
aleve | | en quien tal audacia cupo. | |
|
|
NAVARRETE | La violencia
y tiranía | 640 | aborrece Dios, y puso | | a su cuenta la
venganza | | del humilde y pobre. |
|
|
EMPERADOR | Dudo
| | que eres hombre; di quién eres | | que con secretos
impulsos, | 645 | me detienes el brazo, | | o mis fuerzas quitas.
|
|
|
NAVARRETE |
Busco | | la salvación de las almas. | |
|
|
EMPERADOR | ¿Eres,
por ventura, alguno | | de mis dioses? |
|
|
NAVARRETE | Hombre
soy, | 650 | y son falsos y perjuros | | tus dioses, y sólo
el mío, | | es verdadero. |
|
|
EMPERADOR | ¿Qué
escucho? | | ¿Cómo no te doy la muerte? | |
|
|
NAVARRETE | No
podrás, si el Dios que es sumo, | 655 | Él licencia
no te da. | |
|
|
|
NAVARRETE | No
supo | | la magia lo que sé yo. | |
|
|
EMPERADOR | ¿Qué
celestiales influjos | | me suspenden? |
|
|
|
|
|
EMPERADOR | Me
turbo | | en tu presencia. |
|
|
|
EMPERADOR | Pues
huyo: | | no eres vida, sino muerte. | |
|
|
|
|
|
EMPERADOR |
No,
| | pues temo a un hombre. |
|
|
NAVARRETE | ¿Quién
pudo, | | sino Dios, vencerte? |
|
|
EMPERADOR | ¡Cielos!
| | No soy Dayso si esto sufro | | (Vase.) |
|
|
NAVARRETE |
Tú, mujer, ¿quién imaginas | 670 | que te libra?
|
|
|
|
NAVARRETE | El Dios de los españoles, | | cuyo
sacerdote, cuyo | | ministro soy del Dios bueno; | | el que en
una cruz se puso | 675 | para dar vida a los hombres. | |
|
|
|
(Sale
TAYCO.)
|
TAYCO | Los celos y amor presumo | | que son veneno,
que son | | dioses de poder oculto | | que me arrebatan el alma.
| 680 | Siguiendo voy..., mas ¿qué busco | | desengaños
y quietud | | tan en vano? |
|
|
NAVARRETE | Murió
el Justo | | para pagar por nosotros, | | y con su sangre nos
trujo | 685 | al poder del Padre Eterno. | |
|
|
TAYCO | No me han visto
entre estos juncos, | | saetas del campo: quiero | | escucharlos.
| (Llégase a ellos.) |
|
|
NAVARRETE | Si
dispuso | | tu remedio, bien te quiso; | 690 | tenle amor, y sin
descuido | | pídele mercedes, que es | | dueño
del cielo y del mundo; | | rica serás si le quieres.
| |
|
|
TAYCO | Aquí les cojo en el hurto | 695 | de mis dichas;
éste, en nombre | | del tirano cruel e injusto, | | a
Quildora solicita: | | quiero escuchar. |
|
|
NAVARRETE | Si
discurso | | tienes de razón, Quildora, | 700 | ama a este
Señor. |
|
|
TAYCO | ¿Qué
dudo? | | El Emperador la adora, | | y éste es su tercero.
|
|
|
NAVARRETE | Un
punto | | es la humana vida sólo; | | eternos años
y lustros, | 705 | inmortales siglos, vive | | quien va a su reino:
trasunto | | del retrato soberano | | del Señor que amor
te tuvo, | | he de darte, y pues has dado | 710 | en Tomás
a Dios tal fruto, | | que ya te conozco, toma. | | (Déle
una imagen de Cristo crucificado.) |
|
|
TAYCO | Aquí
mi desdicha escucho, | | aquí se me arranca el alma;
| | si responde bien, no dudo. | 715 | Trances de amor, vientos leves,
| | traed en orden confuso | | a mis oídos su voz, | | si
ha de ser mi muerte. |
|
|
QUILDORA | Gusto
| | me ha dado escucharte; el tiempo, | 720 | que dando vueltas y
turnos | | todo lo vence, quizás | | mudará mi
pecho y culto; | | daré el alma al Rey que dices, | |
a quien beso y a quien juzgo | 725 | por igual del sol. |
|
|
TAYCO |
¡Ah,
cielos! | | Ya con nuevas ansias lucho, | | con la rabia y con
la muerte: | | árboles nunca desnudos | | de las hojas
que os vestís, | 730 | cristales blancos y puros, | | ¿cómo
locuras no hago | | cuando lágrimas produzco? | | Daré
voces a los vientos | | porque en sus senos oscuros | 735 | formen
rayos que me acaben; | | pero a Quildora no culpo; | | mi desdicha
es solamente | | quien me agravia. |
|
|
NAVARRETE | No
procuro | | darte enfado: adiós, Quildora, | 740 | estima
esa imagen. | (Vase.) |
|
|
TAYCO | Tuvo
| | la muerte en pálidas sombras. | | Mas ¡horror, hados
injustos! | | ¿Qué penas me destináis? | | Falsa
ingrata, en quien no cupo | 745 | firme honor, ¿cómo rendiste
| | las altiveces y puntos | | vanagloriosos que amor | | Con tal
pompa, con tal triunfo... | | ¿No tiene ley ni es esclava | 750 | la voluntad? No lo dudo: | | pudiste rendirte; pero | | si me
agravio, si me injurio, | | si padezco, si te adoro, | | no es
mucho, ingrata, noes mucho | 755 | que lo sienta y que me queje.
| | Ese retrato, que suyo, | | en tus manos, dice que es, | | dará
a mis ojos confusos | | la venganza y el sosiego, | 760 | porque
en este tronco duro | | le he de clavar, ¡vive el cielo! | |
|
|
|
TAYCO | Busco
| | mi remedio y mi venganza. | | (Quítale la imagen
y clávala con la daga, y hácele sangre en la
cara.) |
|
|
QUILDORA | ¿Qué has hecho, bárbaro
injusto? | 765 | Que es el Dios de los cristianos, | | y aquel sacerdote
suyo | | que la ley me predicaba... | | Loco estás. |
|
|
TAYCO |
Dime
difunto. | | ¡Válgame el sol soberano!
| 770 | Es tu forma y ya se enoja, | | reflejos de sangre roja, | | rayos de púrpura humana, | | ya de mi mano tirana | | el mismo cielo se asombre. | 775 | ¡Señor, perdonad, que
el nombre | | que tenéis yo no lo sé! | | ¿Qué
mucho que muerte os dé | | si venís en forma
de hombre? | | Pero ya, si bien se advierte,
| 780 | estáis vos crucificado | | sin ser hombre desdichado:
| | ¿quién os dió, Señor, la muerte? | | Caso es duro, trance es fuerte, | | que siendo vos solo y
uno, | 785 | os den dolor importuno | | en edad tan juvenil; | | que
acá tenemos diez mil, | | y no matarnos ninguno. | | Ni
yo os niego, ni yo os creo, | 790 | que, si no es para serviros,
| | no os conozco, y del error, | | que me perdonéis deseo.
| | Enojado, Dios, os veo; | | vuestras venas se rasgaron, | 795 |
sangre viva me arrojaron; | | mi cólera me engañó.
| | ¿Qué mucho que os hiera yo, | | si los vuestros os
mataron? | |
|
|
QUILDORA | Quien esto sabe decir,
| 800 | no es simple, sino discreto. | |
|
|
TAYCO | Dios del cristiano,
en secreto | | un don os pienso pedir: | | si me hacéis
restituir | | este imperio soberano, | 805 | tengo de hacerme cristiano.
| |
|
|
QUILDORA | ¿Qué en secreto le dijiste? | |
|
|
|
QUILDORA | Di
que fuiste | | muy celoso. |
|
|
|
QUILDORA | El viejo que anda
contigo, | 810 | buscándote viene: adiós; | | que no
quiero que a los dos | | nos halle juntos. |
|
|
TAYCO | No
sigo | | tu sol, hermosa, por ver | | a qué Lepolemo vino.
| 815 |
|
|
QUILDORA | Escucharlos determino. | | Aquí me quiero
esconder. | |
|
|
|
(Salen el ALCAIDE, LEPOLEMO y el REY DE
SIGUÉN.)
|
ALCAIDE | Hijo, buscándote
viene | | el Rey de Siguén, que es hombre | | de valor,
prudencia y nombre, | 820 | y amor de padre te tiene. | | Dél
te fía, que desea | | verte señor del Imperio.
| |
|
|
|
QUILDORA | ¿Qué
misterio | | es éste? ¡No hay quien lo crea! | 825 |
|
|
TAYCO |
Levanta, Rey, y los brazos | | serán
en nuestra amistad | | lazos de la voluntad. | |
|
|
|
TAYCO | Ya
me ha dicho Lepolemo | 830 | que a mi padre amor tuviste, | | y que
obediente le fuiste. | |
|
|
SIGUÉN | A mi Emperador supremo
| | debo amor. |
|
|
QUILDORA | ¡Válgame
el cielo! | | ¿Se burlan de él? ¿Qué será?
| 835 | Pero amor nuevo me da | | ver que postrado en el suelo | |
le habla un Rey. |
|
|
SIGUÉN | Tayco
Soma, | | que este nombre te es debido, | | la ignorancia que
has fingido, | 840 | a empresa heroica te llama. | | Finge
bien, porque te den | | la locura y el desprecio | | imperios.
|
|
|
QUILDORA | Fingido
necio, | | con razón te quise bien. | 845 |
|
|
SIGUÉN |
Yo lo dispondré de modo | | que muchos Reyes
tomemos | | las armas, y coronemos | | tu persona Real. |
|
|
QUILDORA |
En
todo, | | la dicha y el bien me falta. | 850 |
No es su igual la sangre mía. | | Sólo cuerdo
le quería, | | mas no persona tan alta. | |
|
|
ALCAIDE | Tayco,
advierte que el amor | | te ha de dañar, porque ansí
| 855 | tendrá recelos de ti | | el tirano Emperador. | | Demás
de esto, si te fias | | de mujer, yo te prometo | | que no te
guarde secreto. | 860 |
|
|
SIGUÉN | Haces mal si no desvías
| | esa pasión de tu pecho. | | Reprímela,
gran señor; | | disimula, que el amor | | muchos reinos
ha deshecho. | 865 |
|
|
TAYCO | Advertido estoy muy
bien; | | yo lo he de hacer de esa suerte. | |
|
|
SIGUÉN | A
la noche vendré a verte. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
TAYCO |
Pues adiós. Rey de Siguén. | | Perdonad,
amor, que ya | 870 | enfreno vuestra pasión, | | y el Imperio
del Japón | | alta esperanza me da. | | Perdonad,
amor, que agora | | pienso coronar mi frente | 875 | la beldad resplandeciente
| | de los ojos de Quildora. | | Perdone esta
vez, amor, | | que dais muerte con la ausencia; | | . . . . . . . . . . . . . . . . . . . | 880 | cese ya vuestro rigor. | |
|
|
|
TAYCO | ¡Amigo
yo! | | Engañarme quieres, boba. | | ¡Qué bien
entiendo la trova! | | Sospecho que no soy yo. | 885 |
|
|
QUILDORA | ¿En
qué te puedo engañar, | | si sabes que estimo
mucho | | tu persona? |
|
|
TAYCO | Si
esto escucho, | | mal podré disimular. | | Quildora,
el Emperador | 890 | diz que te daba diamantes | | al mismo sol semejantes:
| | tomallos fuera mejor. | | Ya me ha vuelto
mi locura; | | y cuando estoy más ajeno | 895 | de jüicio,
estoy más bueno, | | pues olvido tu hermosura. | |
|
|
QUILDORA |
Tayco, no debes fingir | | simplicidades
agora | | con la mujer que te adora. | 900 |
|
|
TAYCO | ¡Qué bien
lo sabes decir! | |
|
|
|
TAYCO | Luego ¿tú bien me has querido? | |
|
|
|
TAYCO | Este
ha sido | | el primer gusto de amor. | 905 | Quildora
me quiere bien: | | perdone el laurel supremo, | | perdóneme
Lepolemo, | | perdone el Rey de Siguén. | |
|
|
QUILDORA | Temo,
que amor has fingido. | 910 |
|
|
|
|
|
|
|
QUILDORA | De que hombre humilde no seas. | 915 |
|
|
TAYCO |
¿Por qué ese mal me deseas? | |
|
|
|
TAYCO | No sabe de amor
quien dice | | que abomina del amor. | |
|
|
QUILDORA | Rica soy con
tu favor. | 920 |
|
|
|
|
|
|
|
|
TAYCO | Vale más
que un reino, a fe. | 925 |
|
|
|
|
QUILDORA |
Si perdieres la diadema... | |
|
|
TAYCO | No perderé aquesta
rosa. | | ¿Dónde podremos los dos
| 930 | vernos siempre? |
|
|
|
|
|
|
|
|
FIN DE LA SEGUNDA JORNADA
|