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Los procesos de urbanización difusa y conformación del área metropolitana de A Coruña

Luis Alfonso Escudero Gómez

María José Piñeira Mantiñán


(Universidad de Santiago de Compostela)

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Resumen

En las últimas décadas acudimos en nuestras ciudades a un proceso de periurbanización que consiste en un traslado de la población urbana, e incluso de algunas actividades, hacia áreas tradicionalmente rurales. La mejora de las comunicaciones a distancia, la posibilidad de adquirir una vivienda a precios más asequibles, junto con la expansión de los servicios hace que tiendan a crecer los Ayuntamientos colindantes con el núcleo principal.




Abstract

From some years ago our cities are in a periurbanization process which consist in a movement of urban people and some activities towards traditional rural espaces. The best long way communications, the possibility to adquire a cheap house, and the increase of the services allow the grow of the nearest villages.






El área metropolitana de A Coruña

En las últimas décadas se está produciendo el tránsito de absoluto predominio demográfico y económico de la ciudad de A Coruña hacia su área próxima de forma que el crecimiento que se da en los núcleos adyacentes es igual o incluso superior al de la propia ciudad. Estamos hablando, pues de la importancia que desde los años 1980 tiene el área metropolitana de dicha ciudad.

Son muchos los autores que han intentado delimitar el área metropolitana de A Coruña, pero las conclusiones a las que llegan son muy dispares. Si unimos todas sus teorías tenemos que dicho espacio estaría comprendido desde 1975 por el municipio de Arteixo, para ir incorporándose paulatinamente a partir de 1985 los de Oleiros, Sada, Culleredo, Cambre, Carral, e incluso Carballo, Laracha, Ponteceso y Malpica. Estos últimos creemos que no se deben incluir pues todavía no representan las características necesarias entre las que destacamos las siguientes (Santos Ledo, J. M., 1986):

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  • Tener una aglomeración demográfica comprendida entre los 5.000-100.000 habitantes
  • La existencia de una metrópoli con cierto grado de centralidad y de atracción a nivel regional
  • Haber una continuidad física-espacial y demográfica del conjunto del área
  • Una intensa interrelación entre el núcleo central y el espacio adyacente, teniendo en cuenta los movimientos pendulares en doble sentido, la localización de las áreas industriales, residencias secundarias...
  • Tener una fuerte densidad de ocupación del suelo y de la población (100 hab/km2)
  • Compartir la presencia de un asentamiento industrial con unas importantes actividades terciarias, de manera que menos del 35% de los ocupados se dediquen al sector agropecuario
  • Gozar de un fuerte dinamismo demográfico-residencial y de las actividades

Una vez analizados dichos puntos en relación a los municipios citados anteriormente podemos afirmar que son los Ayuntamientos de Arteixo, Cambre, Culleredo, Oleiros, Sada, Carral y Bergondo los que forman el área metropolitana de A Coruña, englobando un total de 70 parroquias y 600 entidades de población.

Por consiguiente, no toda concentración poblacional debe entenderse incluida en dicho concepto. Una denominación desde el punto de vista del derecho queda reservada a aquellos supuestos en los que ese ámbito territorial abarca a varios términos municipales cuyos límites, en apariencia, parecen haber desaparecido y entre los que existen fuertes vinculaciones económicas y sociales. (Barreiro Rodríguez, M. C., 1993).

En Coruña, ante la expansión edificativa que se está produciendo en estos años y los proyectos en vías de realización en su periferia, podemos decir que cabe la posibilidad de que se produzca un continuo urbano entre la ciudad y el municipio más próximo a ella que es el de Culleredo. Esta ciudad tiene limitado su crecimiento por la condición de península con lo cual los promotores se ven obligados a construir en el espacio suburbano. Si bien la universidad ya se haya en el límite con Culleredo, cada vez son más los conjuntos residenciales que se emplazan en dicho lugar, y menos los espacios verdes dedicados a monte y huertas que los separaban. No podremos hablar de una absorción desde el punto de vista administrativo de dicho municipio por la ciudad, pues hoy en día los actuales sectores urbanizados de la periferia de las urbes defienden escrupulosamente su independencia administrativa (Lois González, R. C., 1996) a diferencia del siglo XIX en el que la incorporación de los Ayuntamientos limítrofes   —299→   se hacía en todos los aspectos, y como ejemplo tenemos la adhesión de Oza a Coruña en 1912. Los municipios que conforman el área metropolitana de Coruña han logrado un poder administrativo y económico que no están dispuestos a ceder, incluso poseen unas normas para la ordenación del territorio distintas, así, aún habiendo un continuo urbano entre ellos y la ciudad, en los límites encontraríamos una cierta diseminación edificativa al no llegar a acuerdos entre las distintas partes. Por ello se haría necesaria una gestión supramunicipal, de forma que el término municipal quedara superado y los servicios públicos, en garantía tanto de su eficacia como de su coste, demandaran fórmulas de prestación conjunta (Barreiro Rodríguez, M. C., 1993).

Mapa del área metropolitana de A Coruña

Figura 1. A Coruña y su área metropolitana.




Caracterización social y demográfica

A Coruña acoge a 252.694 habitantes (Censo de 1991) residentes en su mayor parte en los barrios residenciales creados durante el período desarrollista (1950-1970), con el fin de acoger a la población proveniente de municipios   —300→   colindantes u otras provincias para trabajar en las industrias que por aquel entonces se implantaron en la ciudad (Polígono de la Grela-Bens), o en núcleos cercanos como Arteixo (Polígono de Sabón) o El Burgo entre otros, y que demandaban abundante mano de obra.

Se puede afirmar, por lo tanto, que factores de índole económico pueden influir en la dinámica urbanística e incluso demográfica de los espacios adyacentes a la ciudad. Si nos fijamos en el gráfico vemos que en ese lapsus de tiempo la población se incrementa regularmente en los municipios más próximos como son el de Arteixo o Culleredo que en 1970 registran 1.695 y 1.164 habitantes más respectivamente en relación a 1950, mientras que por el contrario desciende en los más alejados como en el de Bergondo o Carral al no tener éstos el mismo dinamismo (socioeconómico, edificativo) que la ciudad o sus alrededores.

A partir de 1970 observamos que todos los municipios acogen a un mayor contingente poblacional el cual podemos explicar por los procesos de urbanización difusa que comienzan a producirse en esos años como consecuencia de varios factores: colmatación del espacio urbanizable en el interior de la ciudad, sobre todo en el centro; costes más altos para el suelo y las viviendas, el escaso nivel adquisitivo de las parejas jóvenes para poder adquirir éstas, una alta densidad poblacional y envejecimiento en los barrios residenciales, junto con un descenso de la calidad de vida.

Gráfico sobre evolución de la población en A Coruña

Figura 2. Evolución de la población de hecho en el área metropolitana de A Coruña.

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Es en esta etapa cuando en realidad se conforma el área metropolitana de Coruña que en 1970 incorpora el municipio de Arteixo y a partir de 1985 los demás. La población que en un principio vivía y trabajaba en la ciudad opta por desplazar su residencia al espacio suburbano, pues, como veremos en apartados posteriores, en él pueden adquirir una vivienda a costos más bajos, ven satisfechas sus necesidades básicas, disponen de abundantes servicios y la fácil accesibilidad al núcleo urbano está garantizada por la red de carreteras nacionales, autopistas, autovías y vías de circunvalación que nos permiten llegar a él en 20 minutos, con lo cual pueden mantener su trabajo allí. Además, dado que las áreas comerciales se han situado en la orla más exterior de la urbe la gente no tiene que acudir al centro urbano para satisfacer sus demandas. Este fenómeno se produce sobre todo en el Ayuntamiento de Oleiros que desde 1970 ve incrementada su población en 8.000 almas, Cambre y Culleredo; todo ello gracias a su buena comunicación con Coruña y una amplia oferta de viviendas y servicios. Mientras que los demás o bien lo hacen de forma más moderada (Arteixo, Sada), o prácticamente se mantienen estancados (Bergondo, Carral).

Sin embargo, en el espacio suburbano no apreciamos forma alguna de vida comunicativa. Estamos ante una sociedad más simple, con una estructura menos elaborada, menos diferenciada socialmente y menos ordenada (Clark. S. D., 1975). Tanto en los nuevos complejos residenciales como en las casas aisladas nos encontramos con un grado de vecindad mucho menor que el que puede haber en los barrios periféricos, pues por un lado la gente prefiere tener una mayor independencia e intimidad de la que no podían gozar en la urbe, y, por lo general, se trata de parejas jóvenes en las que ambos cónyuges trabajan con lo cual sólo van a casa a comer y dormir de manera que no tienen suficiente tiempo de ocio para relacionarse con sus vecinos.

En resumen podemos señalar que se trata de una sociedad que sin ser todavía urbana puede llegar a serlo, y sólo entonces adquirirá una estructura definida.

Tabla sobre población en municipios de La Coruña

Tabla 1. Población de hecho.
Fuente: Censos de Población.



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La utilización del espacio y los usos del suelo en el área metropolitana de A Coruña

En los apartados anteriores hemos comprobado cuál es el territorio que abarca el área metropolitana de A Coruña y los rasgos demográficos que la caracterizan. Veremos a continuación cómo es utilizado este espacio, cuáles son los usos que compiten por él y los rasgos principales de los mismos. Un análisis profundo de todas las actividades económicas-sociales y su disposición espacial es, obviamente, imposible en una extensión tan reducida; por ello, la intención de los autores va a ser reflejar a grandes rasgos los principales usos del suelo de esta periferia urbana (y comprobar, una vez más, cómo los ocho municipios estudiados se comportan como un área metropolitana). Con este fin, decidimos agrupar dichos usos en tres grandes categorías o conjuntos: los espacios agrarios y de monte y bosque, las áreas residenciales y de ocio, y las zonas industriales y vías de comunicación.

A) Los espacios agrarios y de monte y bosque. La tradición geográfica nos obliga a escoger este uso como el primer apartado de nuestra recesión, en caso de aplicar un criterio más objetivo su lugar sería el último, y eso a pesar de que por superficie es el que ocupa una mayor extensión (ver tabla 2). No obstante, su importancia a nivel económico (y también al social) es muy pequeña.

Tabla sobre estadísticas agrarias en A Coruña

Tabla 2. Superficie agraria y de monte y bosque en has. del área metropolitana de A Coruña.
Fuente: Anuario de Estadística Agraria, Xunta de Galicia, 1991.

Las actividades agrarias ocupan un lugar casi anecdótico dentro de la estructura económica del área metropolitana de A Coruña, y la población exclusivamente rural de la misma es casi inexistente. Así la presencia de una agricultura tradicional (familiar y de autosubsistencia) en este espacio se reduce a algunos ejemplos «relictos». La superficie cultivada, que llega a representar un porcentaje   —303→   importante en municipios como Carral (47,14% del total) o Sada (47,06% del total), está destinada preferentemente a la obtención de productos alimenticios destinados al consumo urbano. Por esta razón los principales cultivos van a ser cereales, tubérculos, frutales, cítricos y viñedo, que conjuntamente a la explotación ganadera están destinados al consumo inmediato de la población bien directamente o bien tras una ligera transformación realizada en las pequeñas industrias alimenticias que se sitúan en este espacio (industrias cárnicas, lácteas o vínicas, panaderías, etc.). Un caso paradigmático de este tipo de uso agrario dedicado al mercado urbano lo constituye la importante superficie agraria destinada a un producto tan «superfluo» como son las flores.

Complementariamente también se viene desarrollando en toda el área metropolitana una importante actividad de agricultura a tiempo parcial, normalmente como un complemento económico familiar pero, muchas veces, como un simple recreo de fin de semana (esta proliferación de la agricultura a tiempo parcial es, por otro lado, algo común a todas las áreas periurbanas).

B) Áreas residenciales y de ocio. Paralelo al fuerte crecimiento demográfico experimentado por toda el área metropolitana de A Coruña desde los años 60 se ha venido desarrollando un aumento, también muy considerable, de los usos residenciales en todos los municipios que forman este espacio. Este crecimiento se mantiene hasta nuestros días y, por ejemplo, entre 1981 y 1991 el total de viviendas ha pasado de 6.380 a 8.487 en Arteixo, de 4.358 a 6.054 en Cambre, de 4.984 a 6.782 en Culleredo, de 8.679 a 10.934 en Oleiros, etc. (datos extraídos del Censo de Población y Viviendas de 1981 y 1991).

Este proceso ha estado favorecido en primer lugar por el hecho singular de los estrechos límites del municipio del centro urbano rector, A Coruña, el cual no ha sido capaz de aglutinar (a pesar de la sobredensificación en altura del mismo) toda la expansión demográfica experimentada en este espacio. Además, esta escasez de suelo urbano ha provocado la carestía económica del mismo y un fuerte proceso de especulación que agrava aún más el problema (mientras que en los municipios limítrofes destacaba el menor coste del suelo y la permisibilidad constructiva de sus autoridades). A estas causas espaciales y económicas se unen otras sociales como el gusto actual por los espacios verdes y el disfrute del tiempo libre que da lugar a una proliferación de viviendas secundarias en lugares con buenas cualidades paisajísticas (residencias que muchas veces terminan por convertirse en principales).

Unidos ambos procesos se ha venido desarrollando en toda el área metropolitana un intenso proceso de contraurbanización por el cual muchos coruñeses de determinado status económico dejan su pequeño piso en la urbe por una vivienda unifamiliar de tipo chalet en la periferia, y por el cual la población más   —304→   humilde que residía en A Coruña y no podía ser propietaria de un piso en la ciudad por su elevado coste acaba comprando una vivienda en las urbanizaciones de los entornos (Ferrás Sexto, C. y Lois González, R. C., 1993), que sirven, también, como primera residencia de los nuevos emigrantes llegados de los municipios adyacentes al área metropolitana.

Gráfico sobre urbanismo en A Coruña

Figura 3. Viviendas de los municipios periurbanos del área metropolitana de A Coruña.
Fuente: Censo de Población y Viviendas, Xunta de Galicia, 1991.

Se produce, pues, un intenso proceso de suburbanización tanto de residencias principales como, y en una proporción bastante respetable como vemos en la ilustración, de viviendas secundarias en todo el conjunto metropolitano a través de la construcción de viviendas unifamiliares, urbanizaciones de chalets adosados o de edificios por pisos tanto en urbanizaciones de nueva creación como en los núcleos originarios de estos municipios.

No obstante, el uso residencial no se presenta por igual en todo el espacio metropolitano sino que adopta una clara especialización tanto en su estructura como en la base social de sus residentes. Incluso se puede hablar de una dicotomía entre los municipios occidentales (Arteixo, Culleredo, Cambre y Carral) y los orientales (Oleiros, Sada y Bergondo). En los primeros predominan claramente las residencias primarias sobre las secundarias, e igualmente lo hacen los edificios de pisos (con alturas superiores a cinco como comprobamos en núcleos como El Burgo, El Temple, Arteixo, Pastoriza o Fonteculler) sobre las casas   —305→   unifamiliares y los chalets adosados. Asimismo el estrato social predominante es el medio-bajo (principalmente trabajadores de pocos recursos económicos que, como dijimos, no se pueden permitir la propiedad de un piso en la ciudad). En estos espacios nos encontramos con núcleos como El Burgo, Fonteculler o El Temple que funcionan de un modo muy similar al de los barrios-dormitorio.

Por el contrario, en los municipios orientales, y a pesar de que también hay edificios de gran altura en lugares como Perillo o Liáns (también en los municipios occidentales existen áreas privilegiadas de viviendas unifamiliares como el Monte Xalo), predominan las viviendas unifamiliares y las urbanizaciones de chalets adosados. Del mismo modo las residencias secundarias representan un mayor porcentaje sobre el total de viviendas (ver ilustración) tanto en Bergondo como en Oleiros y Sada. En este caso son las clases sociales con mayor poder adquisitivo las que van a aprovechar esta área (con fuertes atractivos paisajísticos como sus ensenadas y playas de arena fina al resguardo de las corrientes marinas y su suave relieve) como lugar donde fijar sus viviendas unifamiliares tipo chalets. Estas mismas ventajas también provocan la existencia de urbanizaciones de chalets adosados y de bloques de apartamentos con el fin de atraer a clases sociales medias y a turistas. El resultado final será que nos encontremos con núcleos especializados en el ocio y el esparcimiento como Santa Cristina, Santa Cruz o Sada (esta última es también un importante centro turístico costero), en vez de los «núcleos-dormitorio» que predominan en el área occidental de la metrópoli.

C) Áreas industriales y vías de comunicación. Un proceso fundamental que se aprecia en todas las áreas metropolitanas es el de la desconcentración industrial desde la ciudad central a los municipios periféricos, el caso de A Coruña no es una excepción y, junto a la redistribución del efectivo humano y la cada vez mayor importancia de su función residencial, la descentralización industrial es uno de sus rasgos más característicos. A pesar de la pervivencia en la ciudad principal de importantes espacios industriales como el polígono de almacenes de Pocomaco o el industrial de La Grela-Bens de 1,6 km2 de superficie, los municipios limítrofes aglutinan un importante número de empresas secundarias.

No obstante, las industrias no se disponen por igual en toda el área metropolitana sino que se concentran en el oeste del núcleo coruñés, en los municipios de Arteixo y Culleredo (los cuales ya fueron incluidos en el Polo de Desarrollo Industrial de A Coruña de 1964). En este espacio nos encontramos con diversos polígonos y áreas industriales, destacando sobre todos ellos el polígono de Sobón-Arteixo (cuya extensión, 3,2 km2, incluso supera a la del que se sitúa en la ciudad principal) con un intenso aprovechamiento que va desde las naves de diverso tamaño hasta empresas tan importantes como la eléctrica Fenosa. Además, en el municipio   —306→   de Culleredo se encuentran las zonas industriales de Alvedro, El Burgo y Fonteculler como ejemplos destacados de este uso espacial. En el resto de los municipios del área metropolitana aparecen algunos ejemplos aislados como la zona industrial de Cambre, la de Sigrás (Cambre), la de Perillo-Oleiros, etc. (Santos Ledo, J. M., 1986).

Este mapa de usos industriales se completa con la radicación de numerosas naves, almacenes y talleres en las principales vías de comunicación, que se unen a las áreas ya especificadas para constituirse en un importante sector económico (sobre todo, como ya dijimos, en el área occidental del espacio metropolitano).

Un último uso al que vamos a hacer referencia (aunque no por ello menos importante) es el referido a las vías de comunicación. Éstas juegan un rol fundamental en el desarrollo de la vida metropolitana no sólo favoreciendo los accesos y los desplazamientos hacia el núcleo central y de éste hacia los municipios limítrofes (movimientos muy numerosos, diarios y, generalmente, pendulares por motivos laborales, comerciales, educativos, culturales, de ocio o vacaciones de fin de semana, etc.), sino porque también actúan como imanes sobre las actividades comerciales, industriales y residenciales (Santos Ledo, J. M., 1986). De hecho, tanto los usos residenciales como los industriales están directamente condicionados por la existencia de una importante infraestructura de vías de comunicación que facilite su acceso.

Así, las carreteras N-VI (A Coruña-Madrid), N-550 (A Coruña-Tuy) y C-552 (A Coruña-Finisterre), la autopista A-9 y las recién inauguradas autovías A Coruña-Carballo y A Coruña-Lugo (futura autovía con dirección a Madrid) actúan como arterias que posibilitan la vida diaria del área metropolitana. Destaca su disposición en estrella que le da una forma muy característica a la metrópoli coruñesa, y el hecho de que las vías de conexión más rápidas y con un mayor uso se encuentran en los densos municipios occidentales, mientras que en los orientales son mucho más numerosas las vías menores (sobre todo las que conectan pequeños núcleos de viviendas unifamiliares secundarios o primarios con alguna carretera principal). Aún así, esta infraestructura de comunicaciones posibilita que en tiempo se igualen las distancias de, por ejemplo, Sada a A Coruña con la que nos llevaría ir de un extremo de la ciudad central al otro; por lo cual se presenta como un elemento fundamental de interconexión que posibilita la existencia de una estructura metropolitana en el área estudiada.






Conclusión

La dinámica del espacio estudiado en la comunicación, correspondiente al área metropolitana de A Coruña, se corresponde con uno de los fenómenos que   —307→   se aprecian actualmente en el mundo urbano: la pérdida de importancia de las ciudades centrales y la concentración demográfica y de usos urbanos que se produce en los municipios limítrofes con la misma.

En el funcionamiento como área metropolitana de este espacio la característica que más destaca es la contraposición longitudinal de los municipios. Tal como comprobamos los Ayuntamientos situados al oeste del núcleo coruñés (Arteixo, Cambre, Carral, Culleredo) se definen por un uso residencial con edificaciones en altura y una alta densidad, estando habitados por una clase media-baja. Además destacan por el emplazamiento en los mismos de una importante actividad industrial . Mientras, los que se sitúan en la parte oriental (Bergondo, Oleiros, Sada) se caracterizan por ser preferentemente espacios de ocio y turismo aprovechados por clases de cierto nivel económico que ocupan viviendas unifamiliares de residencia secundaria o primaria. Existe, por lo tanto, una clara especialización socioeconómica dentro del área metropolitana en ambos conjuntos.




Referencias bibliográficas

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