Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

21

Cit. por Gastón Raquero en Darío, Cernuda y otros temas poéticos. Madrid, Editora Nacional. 1969. p. 70.

 

22

E. Torres: Ob. cit., p. 89.

 

23

Así se ve en su carta de 20 de noviembre de 1888 enviada desde Valparaíso «a su amigo Préndez», recogida por Raúl Silva Castro: Rubén Darío a los veinte años, Madrid, Gredos, 1956, p. 243. Abandonado por su padre desde su primera infancia, no cabe pensar que Darío quisiera volver urgentemente a Nicaragua emocionalmente afectado por este fallecimiento. No es descartable, por el contrario, que, dada su mala situación, pensara en hacerse cargo de los posibles bienes que Manuel García (Darío) le habría dejado, expectativa esta que se desharía al llegar a su patria.

 

24

P. Neruda: La barcarola. Obras completas, Buenos Aires, Losada, 1972, II, p. 107.

 

25

Fragmento de la carta de R. Darío a Emilio Rodríguez Mendoza desde Buenos Aires, fechada el 10 de febrero de 1895. Recogida por R. Silva Castro, ob. cit, p. 275. e íntegramente por José Jirón Terán en «Diez cartas desconocidas de Rubén Darío», Cuadernos de Bibliografía Nicaragüense, Managua, Ministerio de Cultura, n.º 2, julio-diciembre 1981.

 

26

V. Juan Villegas: Estructura mítica del héroe, Barcelona, Planeta, 1972, p. 126, quien parte del modelo propuesto por J. Campbell en El héroe de las mil caras, México, Fondo de Cultura Económica, 1959.

 

27

Cit. por R. Silva Castro: Ob. cit., p. 241.

 

28

Ibid., p. 258.

 

29

En su ensayo «Ricardo Palma» (Retratos, en OC, II, pp. 15-22), Darío cometió el lapsus de afirmar que el encuentro tuvo lugar en febrero de 1888. Por lo demás, cabe recordar que existe una breve pero curiosa documentación del recorrido que hizo por los puertos chilenos -Coquimbo, Huasco, Caldera, Chañaral, Taltal, Antofagasta e Iquique- el vapor "Caehoapal", de la Compañía Sud-Americana de Vapores, en el que viajaba Darío. Se trata de la parte de un diario, que no sabemos si el poeta llegó a completar, titulado «Fragmentos de un diario de viaje. Impresiones de un corresponsal. Valparaíso, 9 de febrero de 1889», texto que fue publicado en El Imparcial de Guatemala los días 13 y 14 de julio de 1890 y fue rescatado posteriormente por Alejandro Montiel Argüello, quien lo volvió a publicar en su obra Rubén Darío en Guatemala (Guatemala, Litografías Modernas, 1984, pp. 34-38). Debemos la información y el propio texto al distinguido dariano y amigo nicaragüense Dr. Jorge Eduardo Arellano.

 

30

OC, 11, p. 244. Se percibe muy bien aquí, y tempranamente, esa «voz confesional y patética» que Darío -según advierte Alberto Julián Pérez- crea en su etapa simbolista (La poética de Rubén Darío, Madrid. Orígenes, 1992, p. 42).