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Lápidas romanas de Burguillos

Aureliano Fernández-Guerra y Orbe







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Excmo. Sr.:

El Dr. D. Matías R. Martínez, vecino de Jerez de los Caballeros y autor del importante libro titulado Apuntes para un mapa topográfico-Tradicional de la villa de Burguillos perteneciente á la provincia de Badajoz, ha tenido la atención de comunicarnos la noticia de dos nuevas lápidas recientemente halladas en el término de Burguillos. Han parecido en la ancha región que al cierzo de la villa se denomina «Los Cudriales», terreno flojo, pizarroso y calizo, donde brotan seis buenas fuentes, una de las cuales se dice de Doña Jimona. Observa nuestro sabio compañero el Sr. Saavedra que la voz Cudriales, conocida en la baja latinidad, vale tanto como «La Avellaneda», «Los Avellanos», por los que allí debió haber hace ya muchos siglos. Mostrándonos escrito Doña Ximona los documentos antiguos, es claro que cierta Doña Simona hubo de dar nombre á la fuente, á un arroyo tributario de la ribera de la Lavandera afluente del Ardila, y á una suerte de tierra en los Cudriales.

Pues allí, cumpliendo religioso voto, hizo construir un delubro ó capilla con su ara, cierta dama romano-turdetana, agradecida á la deidad ó ninfa oculta en aquel raudal benéfico; y el lindo pedestal de 0,65 m. alto y 0,33 m. ancho, es el que se acaba de descubrir con este letrero:

Inscripción

El Sr. Martínez lee FONTANAL; yo, FONTANAE. «Sagrario á la Fontana. Lo erigió por voto Flavia Severa».



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Los gentiles adoraban como á dioses las aguas, fuentes, ríos y lagos; y hacían ofrendas á las linfas, á las ninfas, llamándolas alguna vez santísimas, salutíferas, viejas y nuevas, á las náyades, etc.

Á los númenes Fontano y Fontana, juntos, hubo de dedicar otro sagrario Albia Pacina, por la salud de su marido, en Bencatel, cerca de Villaviciosa de Portugal. En Mérida edificó Julia Lupa otro á las Fuentes. Goza de celebridad y dió margen á contienda porfiada el ara puesta á la Fuente divina, en la comarca de Antequera; y son conocidos varios monumentos votivos análogos: Fontibus divinis, en el Véneto; Fontibus calidis, en Dacia; Fontibus et Nimphis sanctissimis, en Roma; Nimphis et Fontibus, en Inglaterra, etc.

Además de ese delubro, cuyos cimientos y despedazados mármoles subsisten aún, se ven las ruinas de otro y las de muy antiguas construcciones. Ha parecido también el ara del segundo, haciendo ostentación de este epígrafe:

Inscripción 2

«Sagrario á Diana. Quinto Antonio Crescente Severiano cumplió con sumo gusto el voto que había hecho.» En uno de los costados del pedestal campea la pátera, y el símpulo en el otro, esculpidos por muy hábil artífice.

El distar los Cudriales como dos leguas de Salvatierra ha hecho recordar al Sr. Martínez la memoria puesta allí por un Quinto Antonio Severiano á su padre Quinto Antonio Severo, natural de la céltica ciudad de Vama, y sugerirle la especie de que alguien podría sospechar si el Vamense difunto sería padre del que se mostró en Burguillos devoto de Diana. Á ser uno mismo el que á su padre puso la lápida sepulcral en Salvatierra, y en Burguillos

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el ara votiva á Diana, seguramente no habría omitido en uno de tales epígrafes su cognombre de Crescente, después del apellido familiar Antonio.

Con esta inscripción suben á quince ya los monumentos epigráficos españoles en honor de la casta deidad guardadora de los bosques.

El territorio de Burguillos ofrece no pocos rastros de la época romana en deshechos edificios y lápidas sepulcrales y dedicatorias, curiosa y notable alguna. Hace años, que á la parte del E. y á distancia de la población, en la huerta y fuente del Álamo, se halló grande y bien tallado pedestal con una inscripción que nos dice cómo los duunviros Végeto y Avito labraron á su costa unos baños y festejaron con juegos circenses la dedicación del edificio á la Casa divina.

¿Y cuál fue el nombre de la ciudad cuya curia presidieron esos duunviros? ¿Se alzaba donde Burguillos ahora, ó quizá en lugar más fuerte del mismo distrito? Por esto último vengo á decidirme.

Á 3 km. hacia el NO. de la villa, írguese, en la sierra, un alto cabezo donde hubo antiguamente muy bravo castillo, con animosa población á su falda:

De todo, apenas quedan las señales.



El hombre curioso y diligente ve esparcidos por allí tejas y ladrillos, piedras labradas, fragmentos de vasijas de barro, y sabe que se han desenterrado monedas romanas de cobre, visigóticas de oro, y arábigas de plata. El cabezo tiene amplia caverna, y se duda si es natural ó artificialmente abierta en lo que fué capitolio ó acrópolis de la ignorada ciudad. Entre el vulgo dícese aquel paraje Guru-viejo ó Gúrguru-viejo, pues en ello discordan los naturales. Tres siglos ha que le mencionaban con el nombre de Castillo de Burgos el Viejo las ordenanzas municipales de 1530, evidenciándonos que entonces aún estaba en pie la fortaleza. Y de ella y de la población, durante el siglo XIII, nos conserva insigne recuerdo la Cantiga 199 del rey D. Alfonso el Sabio, con estas palabras, contando un milagro de la Virgen:



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«Porén direi un miragre
que fez por un peliteiro
que moraua na fronteira
en un castelo guerreiro
que Burgos este chamado
et demáis está fronteiro
de Xerez de Badallouce,
ú sóen andar ladrões».



Para mí, en la rústica y actual denominación de Guru-viejo se oculta la de Cursu (Cursu el Viejo), ciudad de los turdetanos. Inventaríala, como de esta gente, el geógrafo Claudio Tolomeo, bien que de sus graduaciones muy poco se ha de sacar en claro.

En mis «Monografías histórico-geográficas de la España antigua», todavía sin publicar, explico las razones que me mueven á inferir que estuvo Cursu al SE. de la céltica Vama (Salvatierra), al S. de Seria (Feria), al O. de Segeda (Zafra) y al NE. de Ceret ó Caeriana (Jerez de los Caballeros), en los Turdetanos las tres últimas.

Ya nos comunicó á su tiempo el Sr. Martínez la inscripción de la fuente del Álamo y otra visigótica de Jerez.

La Academia se complacerá por la nueva prueba que le da hoy de su amor á nuestro instituto, mientras otorga á sus trabajos galardón merecido.

Madrid, 11 de Octubre de 1889.





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